Para nadie
es un secreto que los “hombres fuertes” resintieron la llegada de Joe Biden a la
presidencia. La mayor parte de ellos fueron lentos a la hora de felicitar al
nuevo mandatario con motivo de su triunfo en las urnas. Casi todos veían en
Trump no solo a un colega, sino todo un paradigma a seguir y un amigo
complaciente. ¿Qué pasará ahora con la relación entre Washington y personajes
como Putin, Erdogan, Duterte, Bolsonaro, Modi, Xi Jinping y otros autoritarios
de por aquí y por allá? Se espera en la política exterior estadounidense una “vuelta
a la normalidad” en los concerniente a la defensa tradicional de la democracia
y los derechos humanos, lo cual estropearía el clima de concordia con los
dictadorzuelos.
Pero las dos
relaciones más trascendentes para Biden serán China y Rusia. Con China las
cosas se pusieron muy mal en la pasada administración. Xi Jinping fue una de
las grandes excepciones de Trump en cuanto a su simpatía por los dictadores (la
otra fue Maduro). Se verificaron guerra comercial, disputas por el origen del Covid
(el “virus chino”) y, finalmente, duros reproches por el inhumano tratamiento
aplicado a la minoría Uigur. Con Rusia Trump, a pesar de su declarada admiración
por Putin, impuso nuevas sanciones y vendió armas a Ucrania, pero los últimos
cuatro caóticos años en Estados Unidos fueron muy beneficiosos para el gobierno
ruso tanto en términos de prioridades estratégicas como de relaciones públicas.
Joe Biden siempre
ha sido partidario de la firmeza frente a Rusia. Según el Washington Post, ya
ha encargado investigar los casos rusos de interferencia electoral y hackeo. Pero
ahora también tiene entre manos el caso de Navalny, el principal líder opositor
ruso quien fue víctima de un intento de envenenamiento el año pasado y fue
arrestado el domingo por la policía en cuanto puso un pie en territorio ruso.
Navalny y sus aliados contrarrestaron con un video, lanzado en las redes
sociales, con imágenes obtenidas por drones del palacio de aproximadamente 1.400
millones de dólares en el Mar Negro propiedad del presidente ruso. El video ha
sido visto más de 53 millones de veces.
Por toda Rusia han iniciado protestas para exigir la
liberación de Navalny, la mayoría de las cuales ha sido reprimidas. La Unión
Europea a externado su preocupación y se habla de nuevas sanciones. Muy
probablemente Biden secunde a sus aliados europeo. Sin embargo, El nuevo
gobierno estadounidense también tiene una serie de temas donde busca la cooperación del Kremlin, como la
extensión tratado de control de armas START. Por eso cabe preguntarse si en el
caso de las relaciones ruso- estadounidenses se impondrá la vocación
democrática o se preferirá acatar las necesidades del realismo geopolítico.
Pedro Arturo Aguirre
Hombres Fuertes
27/ene/21