viernes, 1 de abril de 2016

Malos Vientos

Malos, muy malos vientos corren por el mundo y lo seguirán haciendo por algún tiempo, no cabe duda. Los atentados terroristas en Bruselas servirán para fortalecer electoralmente, todavía más, a los partidos xenófobos y anti-inmigracionistas en Europa. Asecha la pesadilla de ver a Marine Le Pen presidenta de la otrora gloriosa Quinta República francesa, como también es ahora más factible que se robustezcan regímenes “iliberales” de corte autoritario-nacionalista como el de Vladimir Putin en Rusia, Victor Orban en Hungría, Jaroslaw Kaczynski en Polonia y Recep Tayyip Erdogan en Turquía. También se agrava el deterioro de la Unión Europea y hace más probable el triunfo del No en el próximo referéndum británico. Sin embargo, no me queda claro que la incidencia terrorista en Europa favorezca a Donald Trump en la campaña electoral de Estados Unidos.
Desde tiempos inmemoriales el miedo ha sido utilizado como uno de los principales instrumentos de los partidos políticos en sus intentos por ganar elecciones. Atentados terroristas dan la oportunidad a los gobiernos de mostrarse “fuertes y decididos” frente al peligro y de aparecer como la opción más segura en momentos de incertidumbre. Así sucedió, por citar sólo algunos de los casos más connotados y recientes, en Estados Unidos con el 11 de septiembre, en Rusia con los atentados chechenos y en Turquía -apenas el año pasado- con los bombazos perpetrados por fundamentalistas. El miedo es el recurso favorito de los partidos de derecha y extrema derecha. Les da la oportunidad de justificar su hábito de culpar de los males del país a los inmigrantes, a las influencias externas, a los enemigos identificados, etc. Para las opciones más conservadoras, el miedo ha tenido siempre un efecto movilizador sobre los propios votantes y una secuela desmovilizadora sobre los votantes más moderados y liberales. Cuando la seguridad rebasa a otros temas dentro de la lista de preocupaciones del electorado (economía, bienestar social, empleo, libertades ciudadanas), los beneficiarios son los postulantes de la mano dura. Por otro lado, un mal manejo en torno a un acto terrorista puede ser extremadamente contraproducente para el partido que lo intenta, y ahí está el gobierno de Aznar y su torpe actitud ante los atentados del 11 M para probarlo.
Todo esto nos invitaría a pensar que los atentados de Bruselas favorecerían a un candidato radical de supuesta “mano dura” como Donald Trump, que propone erigir muros en las fronteras reducir a cenizas al Estado Islámico y de fortalecer “como nunca” la defensa nacional. El millonario ha llegado a declarar que no excluye el uso de armas nucleares para terminar con ISIS. Sin embargo, me parece que a largo plazo el tema de la lucha contra el terrorismo se le puede revertir a Trump y convertírsele en una desventaja. Cierto es que los republicanos han dedicado sus críticas más feroces contra la administración Obama por su presunta “debilidad en política exterior”, y que Hillary Clinton fue por cuatro años jefa de esta diplomacia norteamericana que ha sido tan cuestionada. Pero la inexperiencia de Donald Trump en estos terrenos es absolutamente palmaria, al grado que constituye una de sus principales debilidades. Los fanfarroneos a la Trump pueden impresionar de entrada, pero no pueden sostenerse por mucho tiempo si no van acompañadas de estrategias más sustantivas. Por eso el impresentable Ted Cruz y el gobernador Kasich señalan insistentemente a la novatez de su adversario y advierten que no es posible confiarle el mando de las fuerzas armadas del país más poderoso del mundo a un hombre tan ignorante y sin experiencia, aún menos en momentos críticos como los que se viven ahora.
Trump ha dicho, con la grandilocuencia que le caracteriza, que contratará “a los mejores expertos que hay en Estados Unidos, pero no ha dado nombres. Cuando alguien le preguntó por su equipo de asesores en política exterior, dijo textual: “Sí, hay un equipo, bueno, no, no hay un equipo. Pero voy a montar uno cuando llegue el momento. Yo hablo conmigo mismo, en primer lugar, porque tengo un buen cerebro y he dicho un montón de cosas. Mi principal asesor soy yo mismo y tengo, como sabes, un buen instinto para estos asuntos”. Por otra parte, quien ha dado la cara últimamente por el trumpismo en temas de política exterior es Newt Gingrich, quien posee un profundo conocimiento de historia universal y política internacional. Pero eso no basta. El carácter vesánico de Trump va a acabar por asustar a más electores de los que pueda convencer. Seguramente le alcanzará para ganar la nominación republicana, pero le va a desfavorecer hacia noviembre. O al menos, eso espero.

martes, 22 de marzo de 2016

De Winston Churchill a Donald Trump, auge y decadencia de las elecciones



Ya está disponible en Amazon la versión electrónica del libro De Winston Churchill a Donald Trump: auge y decadencia de las elecciones. Aquí puedes leer el índice, prólogo e introducción, así como algunas de las entradas. Puedes comprarlo haciendo clic en el gadget correspondiente que aparece en la columna derecha de este blog.




miércoles, 23 de septiembre de 2015

¿Donald Trump en la Bandera de Estados Unidos?

“Donald Trump es la quintaescencia de los gringos, debería aparecer en la bandera de Estados Unidos”, esta contundente opinión me la dio mi padre, quien nunca ha profesado a nuestros vecinos del norte demasiado amor, que digamos. “Quizá” dije tras una carcajada, “pero, a final de cuentas, no olvides que los gringos eligieron y ratificaron en su cargo a un afroamericano liberal con sólidos perfiles intelectuales”, yo con ganas de ser equilibrado. Y es que el fenómeno Trump, la aparición de un candidato que se maneja como “antipolítico”, en absoluto es privativo de Estados Unidos, ahí están los Broncos, Berlusconis, Tsipras, Iglesias y Beppes Grillo de por aquí y por allá para demostrarlo. Lo que sí es particular de Trump es su absoluta rebelión ante la “corrección política” que ha dominado el ambiente público norteamericano durante décadas, muchas veces (debe reconocerse) de forma asfixiante. Por eso, mientras más dislates y salidas de tono tiene Donald, más asciende en las encuestas, o por lo menos eso ha sido cierto hasta el segundo debate entre los candidatos republicanos en el que Carly Fiorina, al parecer, por fin logró ponerle un “estate quieto”.

Prototípico de los gringos o no, lo cierto es que este millonario de Nueva York, colosal megalómano, ha tocado el inconsciente más bajo de un sector importante del electorado. La xenofobia, el racismo, el machismo, el más grosero materialismo y otros oscuros instintos que se mantienen soterrados en muchísimos electores han brotado a la superficie con toda fuerza como parte de esta rebelión de la anti corrección política. Cualquiera de las descaradas declaraciones de Trump hubiese aniquilado electoralmente a cualquier político común, pero este formidable patán, dueño de una personalidad un primaria y un carácter egocéntrico y estridente, afirma a todo viento “no tengo tiempo para la corrección política, ni la necesito”. Es un hombre rico (“I am very rich man, indeed”, es uno de sus mantras) que, se supone, no le debe nada a nadie. El reflejo perfecto de lo que muchos de sus compatriotas quisieran ser, de eso no quepa duda. Además es carismático, inteligente (a su manera), decidido, y no precisa lamerle los pies a nadie para financiar su campaña. Eso sí está completamente descalificado para ocupar la presidencia, pero eso lo compensa diciendo lo que mucha gente solo se atreve a pensar Su comportamiento no es el del político tradicional, eso vende y mucho. Los políticos se han convertido en individuos insustanciales que hablan con discreción creyendo que podrán complacer a todo el mundo. Trump dice lo que piensa, suma votos, le ha puesto sal y pimienta a las elecciones internas de los republicanos donde el millonario enfrenta a una colección de aburridos y grises personajes, algunos de ellos infumables santurrones, que se diferencian muy poco entre sí, con la excepción de los otros dos aspirantes que no son políticos tradicionales: Fiorina y el neurocirujano Ben Carson, que tampoco van mal en las encuestas.

Pero no solo son los republicanos, Trump también tiene un perfil de populista de izquierdas. Personajes idolatrados por la progresía mundial como el economista Pau Krugman le han elogiado ( en una columna titulada “Trump tiene razón en la economía”). Por otra parte, muchos dentro del establisment republicano le recuerdan cosas como que criticó la invasión de Irak de Bush Jr. También Trump pide subir los impuestos a los más ricos, defiende el proteccionismo comercial y se opone a los recortes en el Estado de bienestar. Esta “transversalidad”, como muchos la han llamado, hace todavía más notable al millonario. ¿Esto se debe a que Trump es, en el fondo, un ideólogo ecléctico, complejo y posmoderno? ¡De ninguna manera!

Como los “anti políticos” verdaderamente exitosos de todo el mundo, Trump es tremendamente político, y además un showman nato. Siempre  está dispuesto a decir y a hacer lo que sea necesario para mantenerse vigente y activo en la conversación pública. Muy probablemente empezó esta carrera con el afán de hacerse publicidad y satisfacer su infinita megalomanía, pero se ve que su éxito lo ha engolosinado y ahora se ha convertido en la peor pesadilla para el Partidos Republicano. Porque si una consecuencia real puede tener el surgimiento del fenómeno Trump es una tercera derrota consecutiva del llamado Viejo Gran Partido (Grand Old Party) en una elección presidencial, cosa que no se ha visto desde la época de los presidentes Roosevelt y Truman.

Hay indicios de que la campaña de Trump puede empezar a desinflarse. Las primarias son carreras de fondo que se celebran a lo largo de meses. Los dirigentes republicanos ya enfilaron todas las baterías para descalificar al Donald y evitar que se lleve la nominación del partido, lo que sería mortal para ellos. Después de todo, revísese los resultados de las últimas elecciones y se verá que el voto de las mujeres y de las minorías ha resultado determinante en el resultado, y son estos sectores a los que Trump ha logrado irritar con sus descalificaciones. Pero no solo eso, aunque no ganase la nominación, el escenario más probable, el hecho de haber obligado a los republicanos a correrse a la derecha hará que quien resulte ser candidato resulte inelegible en las elecciones de noviembre. De eso pueden hablar los dos últimos candidatos republicanos: McCain y Romney

Otro escenario sería que este incontenible egomaniaco decida lanzarse como independiente, como Ross Perot en 1992 y 1996, arrebatándoles votos a los republicanos, probabilidad para nada descabellada. A Trump le importa un comino el destino de los republicanos, del Tea Party o del movimiento conservador cristiano. Lo único que le interesa a tan noble señor es él mismo y ser recordado por la “historia” como el gran rebelde contra la corrección política.

Por último, la pregunta: ¿Es este personaje apayasado, ignorante y vulgar un peligro para México? No, el peligro para México son sus propios políticos apayasados, ignorantes y vulgares, que de eso nos sobra, ah y sus “antipolíticos” también.

miércoles, 27 de mayo de 2015

A La Imagen de Quetzalcóatl


 

José López Portillo alguna vez dijo que era obligación de los expresidentes de México entregarse a una inmolación política “semejante a la de Quetzalcóatl”, quien después de haber sido un poderoso y sabio dios un día decidió prenderse fuego tras descubrir que había sido burlado por Tezcaltipoca. Así debía de ser en un sistema político donde el presidente era el protagonista principalísimo. Nadie podría hacerle sombra al Sr. Presidente en turno, mucho menos los ex presidentes, personajes que por precisamente haber sido Tlatoanis podían ser potencialmente peligrosos competidores. Por eso pasaban a un proceso de degradación, algunas veces brutal, desde el momento mismo en que  entregaban la banda al sucesor.

Condenar al ex presidente al ostracismo fue característico de la política mexicana. Se les vilipendiaba a veces desde la mismísima presidencia, como aquel dedo admonitorio de Ruiz Cortines con el que censuró los excesos de corrupción del gobierno de su antecesor, o la críptica declaración de Echeverría al denunciar a los “los emisarios del pasado”.  Este fenómeno no sucede en otros sistemas presidenciales. En Estados Unidos los expresidentes gozan de la estima general y sus retiros son casi siempre muy activos con la construcción de “bibliotecas presidenciales”, creación de fundaciones e incluso –a veces- con un destacado activismo en política internacional.  En los regímenes parlamentarios europeos tal retiro, en muchas ocasiones, ni si siquiera existe, y así vemos a una buena cantidad de ex primeros ministros aun como jefes de sus respectivos partidos tratando de volver al poder o como cabezas de grupos políticos que conservan un importante grado de influencia. Pero en México de eso, ni hablar. En las primeras décadas del dominio priista era raro ver a un ex presidente  volver a ocupar una posición púbica. Ruiz Cortines precisaba que pertenecía "a la augusta institución de los ex, quienes tienen como primer deber respetar al que es y evidenciar absoluta disciplina”. La excepción la hizo el general Cárdenas, quien ocupó la Secretaría de Defensa durante la Segunda Guerra Mundial,  pero dejó el encargo en el momento preciso en que terminó la contienda. Cárdenas también representó un cierto matiz en esto de permanecer completamente retirado de la política al conservarse como un referente para la izquierda, aunque siempre absteniéndose meticulosamente de tratar de influir en las decisiones del presidente o en los vaivenes del partido oficial.

A fines de 1961, Adolfo López Mateos llamó a los ex “valiosos activos de la Revolución” y les otorgó inanes cargos honoríficos. Fue el hiperactivo Luis Echeverría Álvarez quien, previendo cuál sería su papel una vez abandonada la presidencia, decretó pensiones generosas de por vida a los ex presidentes además del acceso a hasta 103 colaboradores, entre personal administrativo y cuerpo de seguridad. Hoy los ex presidentes nos cuestan más de 4 millones de pesos mensuales por cabeza con el pretexto de los “valiosos servicios prestados a la nación”. También Echeverría soñó con reconocimiento internacional a su labor en pro del Tercer Mundo, algo así como la secretaria general de Naciones Unidas o el Premio Nobel de la Paz, pero lo más que logró fue la embajada mexicana en Australia y las Islas Fiji. En 2006 sufrió la humillación de ser el primer ex presidente mexicano en ser formalmente encausado judicialmente como presunto responsable de crímenes cometidos en las represiones de los movimientos estudiantiles de 1968 y 1971. Aunque jamás pisó la cárcel y fue finalmente absuelto, el otrora “líder del Tercer Mundo” vive una vejez de lo más oprobiosa. ¿Morirá algún día?

El destino de los expresidentes que vinieron después de don Luis no fue mucho mejor. López Portillo jamás volvió a ocupar un puesto público, pero nos regaló sus entretenidas memorias, deliciosas para quienes gustan de los delirios del poder. Discreta fue la labor de Miguel de la Madrid la dirección del FCE. Zedillo renunció a la pensión y “sobrevive” de chambitas que se ha conseguido por aquí y por allá. Salinas escribió una de las páginas más pintorescas en la historia de los expresidentes con su huelga de hambre. A la mala entendió que su desprestigio lo anulaba para cualquier intento de regreso a la vida pública, por lo menos  a terreno abierto.
 

 
Con la alternancia llegó el debilitamiento de la figura presidencial y un redimensionamiento de la función política formal de los expresidentes. Fox imita a sus contrapartes gringas con su famoso Centro de Estudios-Museo-Rancho de Guanajuato, además de que no nos ha privado de sus siempre geniales declaraciones. Calderón demuestra sus ganas  de ser factor dentro de su partido: declara en torno a candidatos (¡Está pedo!) y promueve a su señora como posible candidata a la presidencia en el 2018. ¡Pobre Margarita, su verdadera ambición es ser algún día directora del Instituto Asunción!

 

martes, 24 de marzo de 2015

Fin de Patida: El Estado Islámico



Este es el enlace para el programa que hice con Julio
Patán en Fin de Partida sobre el Estado Islámico:

http://noticieros.televisa.com/foro-tv-final-de-partida/1503/bienes-culturales/

martes, 12 de agosto de 2014

Fundamentalismo Religioso, Enemigo de la Humanidad


 
El drama que padece el pueblo palestino en Gaza tiene, en mi opinión, un principal responsable y ese es el fundamentalismo religioso, tanto el judío como el musulmán. Todo este terror, sufrimiento y muerte son consecuencia de dos sociedades teocráticamente enfrentadas por culpa  de sus intransigentes gobernantes. Una guerra, como tantas, de cadáveres sin nombre, de cifras que sirven para reprochar al adversario en los medios, de niños usados como escudos en el colmo de la vesania y la estupidez. Hamas utiliza las muertes perpetradas por el ejército israelí como propaganda y el gobierno de Israel se escuda en las acciones de agresión de Hamas para pretender justificar crímenes infames. Ninguno de los dos bandos quiere un acuerdo, ambos se retro alimentan de forma criminal y se necesitan para acreditar la insensatez de su violencia y locura.

En el fondo de todo este odio está el fundamentalismo religioso, el cual ha cobrado una importancia política inusitada y notoria en ambas partes durante los últimos años. Ha sido cuando las facciones más moderadas y laicas de uno y otro lado han iniciado acercamientos para solucionar sus conflictos que han verificado los pocos avances y las exiguas ocasiones en las que se acariciado la posibilidad de la paz. Pero los duros siempre se han terminado por imponer. Hoy Israel y Hamas protagonizan, una vez más, una situación inicua que avergüenza al mundo entero.

El fundamentalismo es incapaz de aportar un acuerdo de paz porque su visión descansa en el dogmatismo y sus fallidas interpretaciones del mundo fundadas en prejuicios y suposiciones que jamás se cuestionan o razonan. Esta ausencia de crítica nunca acepta la discusión, prefiere postular un maniqueísmo incapaz de contemplar la posibilidad de matices y que considera la realidad en términos absolutos, por eso odia a la diferencia y desprecia a todo lo que escapa a las rígidas etiquetas preconcebidas. El fundamentalismo religioso es, en pleno siglo XXI, uno de los principales enemigos de la humanidad. Guerras, genocidios, totalitarismos, terrorismo, supresión de la  libertad y de la vida, todos estos han sido los frutos podridos de idearios irracionales, religiosos y políticos que no saben respetar otros criterios más allá de propios y consideran como enemigos a eliminar a quienes no los siguen. El fanatismo religioso se modula alrededor de la incapacidad para admitir el mundo en su diversidad y de anular el sentido del conocimiento y la búsqueda de la verdad. Solo es capaz de ofrecer la pretensión de una verdad única, inmutable, alejándose del proceso natural de la vida, la cual es variable y diversa.

Es paradójico que en pleno siglo XXI exista un peligroso auge del fundamentalismo religioso que amenaza los valores democráticos y los derechos humanos en buena parte del mundo. Hoy se masacra a la población civil Gaza, pero también se perpetra todo un genocidio en las zonas dominadas por ISIS en Iraq contra las minorías religiosas y en decenas de naciones africanas y asiáticas se ejerce la bárbara práctica de la ablación femenina. Aún en esta época de la revolución digital se lapida a las mujeres supuestamente infieles, se ejecuta a los apóstatas y a los homosexuales, se queman los libros sagrados del adversario y se asesina en nombre de un ser supremo. En su carta fundacional, Hamás afirma que "el Islam es el único fin y medio", y añade que Palestina es un estado islámico "confiado a todas las generaciones musulmanas hasta el día del Juicio Final...No hay solución a la cuestión palestina sino por medio de la yihad". Por todo esto Hamás no reconoce la legitimidad del Estado de Israel, ni acepta la resolución de la ONU de 1947 en la que se estableció la partición de Palestina en dos estados, y sus líderes han calificado en reiteradas ocasiones los diálogos entre árabes e israelíes como una "pérdida de tiempo". Pero el fundamentalismo de ninguna manera es privativo del islam. El fundamentalismo judío se ha hecho fuerte políticamente a través de varios partidos ultra religiosos  pujantes tras la decadencia del bipartidismo Laborismo/Likud que dominó el panorama israelí desde la fundación del Estado judío en 1948 hasta finales de los años noventa. Los partidos ultras son organizaciones abiertamente racistas y muchas de sus expresiones son consideradas “criminales” en el mundo civilizado, como la de la fanática diputada, Ayelet Shaked, del partido Hogar Judío, quien llamó a asesinar a todas las madres palestinas debido a que daban a luz y criarán a “pequeñas serpientes”. El racismo de los ultras en Israel se está extendiendo cada vez más entre los sectores más influyentes de la jerarquía religiosa. No hace mucho Ovadia Yosef, ex rabino jefe de Israel y líder espiritual del Shas, importante partido político religioso, declaro que “Los gentiles (goyim) nacieron sólo para servirnos”. Y para explicar por qué Dios permitió que los gentiles vivieran muchos años, dijo: “Imagina que tu burro se muriera, perderías tus ingresos. El burro es tu siervo, por eso los gentiles tienen una larga vida, para trabajar mucho tiempo para el judío”. Hace unos meses dos rabinos cercanos a los partidos ultras, Yosef Elitzur y Yitzhak Shapira, que dirigen un influyente seminario en el asentamiento cisjordano de Yitzhar, publicaron un repugnante documento llamado La Torá del Rey, una guía racista que deja muy chiquita a Mi Lucha y que explica las formas cómo deben tratar los judíos a los no-judíos. Entre otras vesanías, este adefesio dice: “Los judíos están por encima de la naturaleza, la cual consta de cinco categorías de entes: inanimados, vegetales, animales, hablantes (o no-judíos, considerados meros animales que hablan) y los superiores judíos”. Así se las gastan estas organizaciones fascistoides que abogan por mantener la ocupación a ultranza de todos los territorios ocupados bajo una base religiosa del pueblo elegido de Dios.

Fue el fundamentalismo el que hizo fracasar la posibilidad de paz que ofreció, como posibilidad púnica y quizá irrepetible, el diálogo que llevaron  a cabo el entonces premier israelí Ehud Barak y el líder palestino Yasir Arafat bajo el patrocinio de Bill Clinton. El acuerdo de ninguna manera era perfecto, pero establecía la creación de un Estado palestino reconocido por Israel y por todo el mundo dentro de unas fronteras en Gaza y Cisjordania que se aproximaban a las que existían antes de la guerra de 1967. Israel llegó a ofrecer retirarse del 91% de Cisjordania y del 100% de Gaza, aunque los espinosos temas de Jerusalén y los refugiados quedaban al margen y se partía Cisjordania en dos zonas donde Israel conservaba el control del mar Muerto y de dos franjas al norte y sur del río Jordán. Incompleto en muchos sentidos el trato, cierto, pero de haber tenido éxito este acuerdo los palestinos tendrían una entidad estatal reconocida internacionalmente, miembro de pleno derecho de la ONU, un paso gigantes para poder tener posibilidades reales de desarrollo. Las razones reales del fracaso fueron las religiosas. Los israelíes no aceptaron la soberanía palestina sobre la explanada de las Mezquitas en el monte del Templo. Tal pretensión fue será inmediatamente interpretada por los fundamentalistas de Hamas como la proyecto “malévolo” de construir una sinagoga sobre la explanada de las mezquitas. Absurdo, pero así fue. Desde entonces los fundamentalistas se han hecho fuertes en ambos bandos. Catorce años después del fracaso de Camp David ríos de sangre siguen corriendo y el final de esta locura se ve muy, muy lejano.

sábado, 26 de julio de 2014

Entrevistas a Pedro Arturo Aguirre Librería Gandhi y Pepe Cárdenas

Estos son los links para las entrevistas que me hicieron ara el portal de las librerías Gandhi y Pepe Cárdenas en relación a mi libro Historia Mundial de la Megalomanía.






Gandhi:

https://www.youtube.com/watch?v=rX3VBprSLKo&index=3&list=UUNMZoJP51D7VCkg8V8m0UPQ



Pepe Cárdenas:

https://www.youtube.com/watch?v=OrZXA_qq3mQ

lunes, 14 de julio de 2014

Y 24 AÑOS MÁS TARDE, LOS DIOSES VUELVEN A ENTRAR AL VALHALLA

 
 
El alemán es, quizá, el único pueblo del mundo que tiene  prohibido cantar determinadas estrofas del himno nacional. El Deutschland Lied, escrito en 1841 por August Heinrich Hoffmann von Fallersleben, tiene estrofas consideradas expansionistas y demasiado agresivas por la sensibilidad de la posguerra, un mundo que había sufrido los ingentes horrores del nazismo. Desde luego, Fallersleben jamás se imaginó que la idealista letra de su poema, consagrado a exaltar la necesidad de unidad y fraternidad entre todos los alemanes que a la sazón divididos y mal gobernados por una cantidad de déspotas y despotillas de toda laya, sería algún día utilizado por un régimen racista criminal como lo fue el Tercer Reich. Eso de Deutschland, Deutschland über alles no se refería a ninguna ambición imperialista, sino al anhelo de erigir una Alemania unificada y democrática para superar los retrógradas regímenes antiliberales de los Kleinstaaterei (pequeños Estados) que prevalecían por todo el territorio alemán antes de la unificación. Este poema fue, junto con la bandera tricolor negro-rojo-oro, uno de los símbolos de la muy liberal Revolución de Marzo de 1848, aplastada de forma cruenta precisamente por el que sería uno de los gérmenes del nacional socialismo: el militarismo prusiano.

“Alemania, Alemania, sobre todo”, frase después de los avatares históricos puede resultar chocante, pero que resume muy bien la ilustre historia del equipo nacional de fútbol, la entrañable Mannschaft, que ayer se coronó campeona en la final del campeonato mundial de Brasil. El palmarés de esta institución es más que brillante: cuatro títulos de campeones del mundo, ocho finales disputadas y seis presencias más en las semifinales, una ronda que han alcanzado en 13 de los 20 Mundiales que se han celebrado, contando el de Brasil. Además tres eurocopas y otras tres finales en el mismo torneo apuntalan la famosa sentencia del inglés Lineker: "El fútbol es un deporte que inventaron los ingleses, en el que juegan11 contra 11 y donde siempre gana Alemania".

La vocación triunfadora y la voracidad germana no entienden de sensiblerías. En los dos primeros Mundiales que se proclamaron campeones derrotaron a dos de las selecciones más recordadas de la historia. Los magiares mágicos, la Hungría de Puskas, Czibor y Kocsis, había llegado como favorita al Mundial de Suiza 54. Durante el torneo deslumbró a todos, incluidos los propios alemanes, a los que arrollaron en la fase de grupos con un contudenten 8-3. Sin embargo,en la final sufriría lo que se conoció como "el milagro de Berna". A los 10 minutos Hungría mandaba 2-0 en el marcador y el propietario del trofeo parecía escrito. Pero Alemania se rebeló. En menos tiempo, apenas ocho minutos, consiguió poner las tablas. En el minuto 84, Helmut Rhan completaba el milagro, ante la estupefacción de los húngaros. Primer Mundial de Alemania, arrancaba la historia victoriosa.
 

La siguiente víctima ilustre de la Mannschaft fue La Naranja Mecánica. El alumbramiento del equipo que inventó el "fútbol total" tuvo lugar en Alemania 74. Con ellos nació un estilo que ha perdurado en la mente del aficionado como el paradigma del buen juego. Sin embargo, el anfitrión volvió a hacer oídos sordos a los elogios hacia su rival. El tempranero gol de Neeskens, en el minuto dos, fue el preámbulo de una nueva remontada alemana, que acabó imponiéndose 1-2 al equipo liderado por Cruyff.

Más tarde, en de Italia 90, los alemanes cambiaron el traje de mata-gigantes por el de obreros. El torneo, considerado como uno de peores que se han celebrado, ostenta el récord de menos goles por partido (2,21) y el de más expulsiones (16). En la final, igualmente recordada por su bajo nivel, Alemania se impuso a Argentina 1-0 con un solitario gol de penalti en el minuto 85 de Brehme. La Mannschaft volvía a estar por encima de todos, menos de Italia y Brasil, que cuentan con cuatro y cinco entorchados, respectivamente.


La tiranía de la Mannschaft se ha extendido a las Eurocopas. Tras no participar en las dos primeras ediciones (60 y 64) y no clasificarse para la tercera (68), logró ganar la primera vez que pisó la fase final del campeonato, en Bélgica 72, deshaciéndose con facilidad (3-0) de la extinta Unión Soviética en el partido por el título. Repitió triunfo en las Eurocopas de 1980 y 1996, demostrando que el relevo generacional no afecta a una selección que ha sido finalista de un Mundial en todas las décadas desde 1950.

Después de eso inició una larga sequía. El fútbol había evolucionado y la poderosa Alemania también debía hacerlo. Inició  un camino espinoso, un cambio contracultural que iba a poner punto y final al glorioso pasado del combinado alemán. Ya no se podía seguir jugando como en los 70, los 80 o los 90. Klinsmann asumió el cargo de entrenador y dejó claro que su objetivo no se centraba exclusivamente actuar como “bombero” en el Mundial en Alemania 2006. Quería cambiar la mentalidad y la identidad del fútbol alemán. Prefería abandonar el poderío físico y el contragolpe que tantos buenos resultados le habían dado a la Mannschaft y apostar por un nuevo estilo, más técnico, más habilidoso. Acabó con la fórmula de tres centrales más un líbero y los pelotazos buscando al tanque de turno. Su idea era encontrar un sistema más dinámico, con presión en el campo rival, con la profundidad de los laterales, cuidando el balón desde atrás. Con la derrota en semifinales de 2006 ante Italia, Klinsmann se marchó a Estados Unidos, donde ahora ejerce de seleccionador, y le sustituyó Löw. En las categorías inferiores de Alemania ya había germinado la idea y comenzaban a aflorar los éxitos. El cambio contracultural estaba en pleno auge pero requería una victoria a nivel absoluto que lo confirmara.

Ayer se coronaron campeones por cuarta vez en su brillante historia con un grupo que combinó el excepcional talento de algunas individualidades (Müller, Ozil, Götze, Neuer, Schweinsteigeretc) con una asombrosa capacidad de trabajar en equipo. Y, por favor, ¡nada de nazis! Esta Mannschaft es el equipo de la diversidad: un ghanés, un turco, un tunecino, dos polacos, un albanés, dos gays y un perfecto dandy como entrenador. Hitler se debe estar revolcando en su sucia tumba*.
Low erigió de nuevo a Alemania en potencia. En el amo del fútbol mundial. La gran generación de talento, sostenida por el potencial de Bayern, plasmó su dominio en Brasil. En plena madurez, aún con futuro, Alemania dejó el lastre en el Mundial 2014. Advierte ahora nuevos tiempos, mismos que seran de hegemonía y conquista.
*Sí literalistas, ya sé que Hitler no tiene tumba. Esta expresión se utiliza como metáfora únicamente y es muy común. ¡Un poco de sentido de la ironía, bitte!


 

martes, 17 de junio de 2014

Fitzcarraldo y el Mundial

Quienes consideran absurdo que Brasil haya construido un estadio en Manaos....


 ...deberían ver Fitzcarraldo, de Werner Herzog.