lunes, 7 de mayo de 2012
¡Gracias, Leo Valdés!
Este Oso está profundamente agradecido con el presidente del IFE, Leo Valdés, chico famoso si no por su pericia al dirigir la vida electoral mexicana, sí por su buen gusto en lo que se refiere a las mujeres guapas. Su decisión de contratar a la modelaza Julia Orayen como edecán en el tedioso debate de ayer fue magnífica. Amante, como soy, del soft porno, tengo la oportunidad de rescatar para este deshabrido blog algunas de las mejores fotos de tan atractiva muchacha. Además, con tan osada decisión Valdés ha marcado definitivamente su paso con el IFE al regalarnos a los historiadores electorales una anécdota que definitivamente no tiene parangón desde que el concepto "democracia" nació en la Atenas clásica. ¡Loor a quien ha impactado en la historia electoral mexicana quizá para siempre!
sábado, 5 de mayo de 2012
Los fusiles de Elba Esther
Este es el logo del partido Alianza Canadiense que participó en las elecciones de Canadá hasta que en 2003 se fusionó con el Partido de la Reforma al actual Partido Conservador. Nueva Alianza se fusiló alegremente el símbolo y hasta la fecha ni quien les diga nada. ¡Que poco originales resultaron ser los esbirros de la Maira!
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Cosas que me indignan,
México ese lugar sin remedio
miércoles, 25 de abril de 2012
Calderón el esquizo...
Pretender que la baja migratoria a USA es gracias a las políticas de Calderón es como creer que el sol sale gracias a que el gallo canta.
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México ese lugar sin remedio
lunes, 23 de abril de 2012
Debates Mexicanos: entre Disraelis y Cicerones
Me
enternece ver en las redes sociales a todos mis amigos progres asegurar que el
Peje va a “arrasar” en los debates a Peña Nieto, y que esa es la razón por la
que el candidato del PRI se niega a ir a más debates o a foros más o menos
polémicos en donde pueda enfrentar auditorios adversos, estrategia que, por
otro lado, siguen los candidatos punteros en cualquier democracia del mundo que
se me cite. ¿A que exponerse cuando se tiene ventaja amplia? Cosa cierta es que
Peña es un sujeto que carece de formación intelectual y batalla mucho a la hora
de articular sus ideas para exponerlas con claaridad. Se le ha visto
trastabillar una y otra vez, y no solo en la feria del libro de Guadalajara,
sino en una buena cantidad de entrevistas cuando las preguntas empiezan a ser
algo incomodas. Pero otro tanto se puede decir del Peje, a quien se le dan bien
solo los adjetivos y que es desesperantemente lento para hablar y también
bastante confuso. Solo se le dan bien los adjetivos y las ocurrencias. Esas
conferencias mañaneras suyas son exasperantes. ¡Hasta al Juárez del grabado que
muestra atrás de él parece tener ganas de dormirse! A López le fue mal en el debate que tuvo hace
seis años con Calderón, y esa farsa que sostuvo con Diego hace unos años de
ninguna manera puede ser considerada un debate. Por su parte, Josefina no ha
mostrado absolutamente ninguna virtud como polemista. En la Cámara de Diputados
jamás debatió, se vio mal que en sus debates contra Cordero y es tan
desarticulada a la hora de hablar que no falta quien piense que la señora es alcohólica.
Entoncres, ¿De dónde me sacan que Peña es el peor? ¿De dónde saca Enrique Krauz….
a, no, fue Carlos Fuentes, sí, ¡Fuentes! El que dijo que Obrador era muy “rápido”
de pensamiento y que iba a hacer pedazos a Peña en los debates. ¡Pero en que
universo paralelo el peje es “rápido”, querido maestro Kra, digo, Fuentes. No, en México no producimos grandes
polemistas. Nuestra funesta clase política comparte, toda, de izquierda a
derecha graves limitaciones intelectuales, escasa formación cultural y
académica, nula capacidad de persuasión (que no sea la que da el marketing) y
nuestra vida parlamentaria, ese magnífico foro donde en tantas otras latitudes
se forman los líderes, es absolutamente impresentable (aunque con contadas, muy
contadas excepciones, desde luego).
Si yo
fuese asesor de Peña lo mandaría a los debates. Los tres principales candidatos
son pésimos para exponer ideas y defender conceptos. Hace mal López Obrador y
sus incondicionales adeptos en menospreciar tanto a Peña, y no porque el señor
sea un nuevo Disraeli, sino porque su gallito está muy, pero muy lejos de ser
un nuevo Demóstenes. Recuerdo que igual menospreciaban a Bush Jr en las
elecciones del año 2000. Tenía el republicano una enorme fama de ser
desarticulado y pendejo, pero cuando debatió con Al Gore, supuestamente un
político intelectualmente muy superior, el que ganó fue Bushito, y no porque
arrasara con una impresionante retórica, sino porque se limitó a no tratar de
asumir papeles que no le correspondía y, sobre todo, a no salirse de ciertas
líneas de discurso. Mucha gente que vio a Bush Jr defenderse aceptablemente en
los debates llegó a la conclusión de que el candidato republicano “no-es-tan-pendejo”
después de todo, y eso lo beneficio ampliamente. Esto podría pasar con Peña,
sujeto que adolece de grandes limitaciones, pero que ha demostrado ser lo
suficientemente disciplinado como para aprender a desempeñar un papel. Cuidado,
porque si sale del envite más o menos airoso y la gente saca la conclusión de
que después de todo no-es-tan-pendejo, la elección podría estar definitivamente
fincada, digo, si es que a estas alturas no lo está ya.
Mi pronóstico es que Peña no va a
salir "arrollado" de los debates, como muchos suponen. Y con eso le basta, amigos. No va a impresionar
a nadie con su amplia cultura y su manejo de las realidades políticas contemporáneas,
dese eso por descontado, pero con no hacer un ridículo mayúsculo tiene para
ganar. El Peje va a defraudar, sobre todo si su estrategia se basa (como seguro
va a pasar) en vilipendiar al adversario como “candidato televisa”, “pirruris” y
otras tonterías por el estilo y trata de sacarle supuestas "sorpresas"
sobre la corrupción de su gobierno en el EDOMEX. Eso convencerá a los
convencidos, táctica que parece ser el leitmotiv de la campaña “progresista”
pero nada más. Y Gaffefina Vázquez Mota, bueno, espero que para cuando llegue
el 6 de mayo al menos siga siendo candidata, la pobre.
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México ese lugar sin remedio
lunes, 16 de abril de 2012
Los Twitts del Oso Bruno
“You cannot
know yet whether what you see is what you are looking at or what you are
believing." William Faulkner
Singular campaña la del Peje, diseñada exclusivamente para
convencer a los convencidos.
Si Josefina representa al siglo XXI prefiero regresarme al
XVIII, que fue el de la luces.
"Que nadie se alarme pensando que la búsqueda del
tiempo perdido (y ganado) es un ejercicio narcisista" ¡pero que cool es
Paul Auster!
¡Estúpido reyezuelo asesino! Si quería matar elefantes,
hubiese venido a México. Aquí hay muchos, ¡y son blancos!
AMLO es el viejo nacionalismo revolucionario; el PAN es arribismo,
corrupción y compadrazgos. El PRI está en todas partes.
No a las reformas etructurales, no a la ampliación de
libertades individuales, AMLO es un perfecto ejemplo de "conservador de
izquierda".
El videito del los niños dizque incómodos es cursi, muy
sesgado, manipulador y de pésimo gusto.
Vean cual es el verdadero dígito de Josefina. Presume 3
millones de pisos nuevos; en realidad fueron 300 mil. La diferencia: un dígito.
Su militante vulgaridad, lo que más me molesta de Nicolás
Sarkozy.
Ahora Krauze se deslinda. Era obvio. Con campañas como las
que perpetran AMLO y Josefina, Peña Nieto no necesitaría ni salir de su casa.
En general, el gabinete que propone el Peje no está mal,
salvo por un detalle: el que va a presidente. ¿No podrían poner a Marcelo o de la Fuente para la
presidencia y darle a AMLO, no sé, Reforma Agraria, por ejemplo?
Con su furibunda reacción contra Grass el gobierno de Israel
demuestra ser tan intolerante como el de los ayatolas iraníes. ¡Qué vergüenza!
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Casa de Citas del Oso Bruno
sábado, 14 de abril de 2012
Sarkozy vs. Hollande y la Decadencia de la V República Francesa.
La historia de la V República
Francesa está llena de colosales duelos entre estadistas de gran estatura
política e histórica. En las elecciones presidenciales francesas han competido
personajes como Charles De Gaulle, Francois Mitterrand, Lionel Jospin, Valery
Giscard d’Estaing, George Pompidou. Incluso Jacques Chirac tenía su grandeur. Pero en esta ocasión se
enfrentarán en las urnas galas dos personajes ampliamente cuestionados: Nicolás
Sarkozy y Francois Hollande. El primero es el mandatario que ha descendido a
los niveles más bajos de popularidad para un presidente francés desde el fin de
la Segunda Guerra Mundial; el segundo es un político sin ninguna experiencia
gubernamental ejecutiva (más allá de haber sido alcalde del Tulle, un
pueblito), nada carismático y cuya principal virtud, al parecer, es no llamarse
Nicolás Sarkozy.
Sarkozy mucho entusiasmo a
electorado francés al ganar las elecciones con un discurso transformador que
prometía liberalizar y agilizar la economía francesa, tan afectada por un obsoleto
dirigismo estatista. "Soy de derecha, pero no soy conservador”, decía
Sarkozy cuando se presentaba como un liberal modernizador y hablaba de
adelantarse a los tiempos y dejar atrás viejos clichés nacionalistas para
devolver a Francia a la productividad y a la plena competencia internacional.
Tras cinco años de vacilaciones y retrocesos, aunados a una palmaria
vulgaridad, Sarkozy ahora busca reelegirse recurriendo a una retórica
ultraconservadora y xenófoba. Ya habla de sacar a Francia del tratado de Schengen
(que permite la libre circulación de personas en Europa), de someter a
referéndum los recortes de los derechos de los inmigrantes y los desempleados y
de proteccionismo comercial. A toda esta retórica nacionalista y xenófoba le
vino como anillo al dedo la lamentable matanza de Toulouse perpetrada por un
islamista radical, que le permitió al presidente explotar su imagen
de“protector” y de líder decidido, único capaz de enfrentar las amenazas del
terrorismo.
Por su lado, el anodino
candidato socialista Francois Hollande logró imponerse en las primarias de su
partido esgrimiendo como una de sus principales virtudes precisamente su
anticarisma, convertido en ventaja después de que Francia ha padecido un quinquenio
de un algún líder percibido como excesivamente protagónico. Hollande se
compromete a apegarse, de ser electo, a un estilo presidencial opuesto al de
Sarkozy. Bautizado como monsieur
normalité por los medios, Hollande ofrece una vuelta a la “normalidad”,
desterrando protagonismos frívolos. “Reivindico una sencillez que no es
represión, sino marca de la auténtica autoridad”, ha dicho. Los socialistas
tienen larguísima temporada de estar fuera del poder. El último presidente
socialista, Mitterrand, abandonó el cargo en 1995. La intensa crisis que padece
la socialdemocracia europea ha sido particularmente severa con los socialistas
galos. Por eso Hollande también se decidió por un claro giro a la izquierda en
el discurso. “¡El cambio es ahora! Movilicémonos, unámonos, y haremos ganar a
la izquierda”. El aspirante socialista señaló al mundo de las finanzas como “el
verdadero enemigo” como ese sistema que “no tiene nombre ni cara, no será jamás
candidato y no será elegido, y sin embargo, gobierna”. Será esta, quizá, la
última oportunidad del Partido Socialista de recuperar la presidencia, y han
decidido echar toda la carne al asador. Creen que una vuelta “a los origenes”
(aunque sea solo a nivel retórico) mucho les puede ayudar, y las encuestas son
prometedoras: le dan a Hollande una ventaja de hasta ocho puntos para la
segunda vuelta electoral, aunque descartar a un político tan tenaz como lo ha
sido siempre Sarkozy es prematuro.
Pero más allá de las cuestiones
de personalidad y estilo, quien gane las elecciones deberá enfrentar una
delicadísima situación económica y social. La prestigiada y liberal revista The
Economist ha acusado a los dos principales candidatos de ser demasiado
timoratos en las propuestas para afrontar la acuciante crisis actual. Pero lo
cierto es que los franceses poco quieren saber de reformas a fondo. Sarkozy
había anunció una batería de reformas como las que hizo en Alemania el ex
canciller Gerhard Schroeder y gracias a las cuales la “locomotora de Europa
germana” recuperó dinamismo económico y competitividad, pero la idea no tuvo
ninguna repercusión electoral. Por eso el presidente se olvidó de las reformas
y viró con fuerza al populismo. Y es que Francia padece una incontrolable
estatolatría. La nación gala invierte el 56% de su PIB en financiar su
Administración. Tanto Sarkozy como Hollande han presentado programas para
equilibrar los presupuestos en unos cuantos años, sobre todo, a base de
incrementar impuestos, pero de recortes se habla poco. Todos los candidatos se
refugian, a final del día, en el nacionalismo, que tan caro le es a los
orgullosos electores franceses. Hollande subraya que Francia debe ser “dueña de
su destino”, y propone renegociar el tratado europeo que promovieron Sarkozy y
Merkel para salvar al maltrecho euro. Ni que decir de la candidata del
ultraderechista Frente Nacional, Marine Le Pen, que sugiere sacar a Francia del
euro, “reindustrializar” el país y acabar con la “invasión islámica”. A la
extrema izquierda, y ganando puntos todos los días, Jean-Luc Mélenchon piensa
que todavía es posible la jubilación universal a los 60 años, subir el salario
mínimo hasta en un 20% y limitar el sueldo máximo que puede ganar un francés a
360,000 euros anuales. El único que habla de acotar al obeso estado francés es
el centrista François Bayrou, que sugiere un recorte de 50,000 millones de
euros. Consecuencia: no tiene ni la más remota posibilidad de pasar a la
segunda vuelta.
Y los desafíos presupuestales
no son el único problema. La balanza comercial presenta un déficit de 70,000
millones de euros, las exportaciones van a la baja en casi todos los rubros, el
desempleo acecha el 10% y la competitividad de la nación va en tobogán a la
baja. La deuda pública representa el 90% del PIB. Todos los elementos para un
desastre están a la vista. Y no solo es la economía. La situación social de Francia empieza también
a ser escandalosa: a los cuatro millones de parados hay que sumar 10
millones de subempleados y las inequidades se han agudizado en los años del
gobierno de Sarkozy. La disparidad de ingresos ha llegado a niveles
intolerables. La explosividad social se dejó sentir no hace mucho con la
rebelión en las banlieues (los
suburbios) y las tensiones no ceden. Este descontento ha dado lugar a que las
opciones extremas a la izquierda y derecha gana peso. El xenófobo Frente
Nacional (fundado por Jean Marie Le Pen y que ahora postula a la telegénica
hija de éste, Marine) es la opción predilecta entre los jóvenes franceses entre
18 y 24 años. La demagogia lepeniana repite las sobadas fórmulas del
nacionalismo a ultranza: abandonar el Euro, renegociar “todos los tratados
europeos para recuperar la soberanía nacional”, prohibir la discriminación
positiva que protege a las minorías; restablecer la pena de muerte, cosas como
estas son los estandartes de la mujer que marcha tercera en los sondeos.
El drama de las democracias
actuales es que la inmensa mayoría de la gente vota con las vísceras y no con
la razón. Decir las crudas verdades en campaña solo puede acarrear
impopularidad. Mucho exigimos propuestas completas y precisas, pero cuando un
candidato honesto se arriesga a presentarlas con todos los pros y contras, los
electores se alejan de él. En Francia Hollande al principio pensaba que
bastaría con la impopularidad de Sarkozy para hacer de la elección un paseo
triunfal de los socialistas en su retorno al poder, un poco como lo había hecho
Rajoy en el duelo en el que venció a Zapatero, pero el presidente francés es,
pese a todos sus defectos, un rudo luchador que no se da por vencido. La imagen
de líder decidido o protector y la demagogia nacionalista le han ayudado mucho
a recuperar puntos y a volver a ser competitivo.
Ante estos desafíos, Hollande
ha debido entrarle de lleno a las grandes promesas: ¡Impuesto hasta del 75%
sobre las rentas más altas! La feria de las palabras vacuas está a la orden,
como en toda buena campaña electoral. Pero sucede que en una democracia en la
que se abusa de la demagogia, de las promesas que nunca se concretan, del
marketing y de las maniobras para desacreditar al adversario, un sector
creciente de los electores empieza a hartarse. Son muchos los que no se
resignan a optar por “el menos malo”. En Francia se calcula que el
abstencionismo en las próximas elecciones podría llegar al 35%, una cifra
perturbadora para una democracia como la de la V República Francesa. De Gaulle
y Mitterrand (el Águila y el Zorro) deben estar revolcándose en sus tumbas.
lunes, 2 de abril de 2012
Los Twitts del Oso
¡Claro que hay una campaña de desprestigio contra la candidata del PAN! Y el Oso Bruno hace la denuncia pública dando a conocer el nombre de la responsable: la encabeza una tal Josefina Vázquez Mota.
Y mientras tanto, el Peje hace campaña en el siglo XXI con actitudes, discurso, estrategias y símbolos del siglo XIX. ¡Ternurita!
Jorge Carpizo, constructor de instituciones, In Memoriam.
¿Saldrá peor que "el Maguito"?
Miguel de la Madrid: presidente de oportunidades perdidas, pero que comparado con Chente y Fecal se asemeja a Bismarck.
Curioso que muchos para trepar adopten la misma postura que para arrastrarse.
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lunes, 26 de marzo de 2012
Los Twitts del Oso
"No
me interesan las personas que tienen una vida plena y llena de
satisfaccciones.” Antonio Tabucchi
Tiene
Josefina una preocupante tendencia a la mitomanía. Muy difícil, sobre todo en
la era del internet, Chepis, querida.
Dice John Carlin John Carlin que desde la muerte de Diana los ingleses se han vuelto cursis. Aun así, este es mi año inglés. ¡Qué vuelvan la flema y la fina ironía!
Dice John Carlin John Carlin que desde la muerte de Diana los ingleses se han vuelto cursis. Aun así, este es mi año inglés. ¡Qué vuelvan la flema y la fina ironía!
¡Qué
no me hablen de gloria! Solo existen los hechos, y solo los hechos tienen
importancia.
Sigo
en mi campaña para que a la colonia Polanco le cambien el nombre a
"Poulenco" en honor al gran compositor francés Francis Poulenc.
Si
aquel es Benedicto, yo son Bien adicto
"Llegó
Papá" Campañas electorales y comunicación política en el siglo XXI en el nuevo blog de Dickens Group
Rat
Singer.
Dice Vargas Llosa que "necesitamos" a Josefina como presidente. Y millones de mexicanos exclamamos como en aquél chiste: "¿Necesitamos,
pinche kimosabi?"
¿Oscilatorio?
¿Trepidatorio?, No, ¡Absolutorio! La Corte en la encricijada un día después del
temblor.
Los
líos de Lía (segunda parte): curioso que la diputada acuse a los panistas de
"cuatreros". Se nota que le encanta ver Bonanza en la tele
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jueves, 15 de marzo de 2012
Demuestra Josefina no tener idea de lo que es una coalición de gobierno.
Ofrece Josefina encabezar un gobierno de "coalición", entendiendo la señora candidata por esto llevar al gobierno "a los más experimentados y más conocedores de las agendas, de manera que, cuando los nombre, no tenga que explicar quiénes son, ni de dónde vienen, sino que tengan talento, experiencia y compromiso no sólo en torno a una persona, sino a todo el país ". ¡Vaya una promesa facilona y vana que, por cierto, ya había hecho Calderón durante su campaña y que solo demuestra el absoluto desconocimiento de muchos de nuestros politiquetes de lo que es un genuino gobierno de coalición, que consiste en el establecimiento de una alianza de partidos en torno a un programa común de gobierno, no en invitar a personalidades de por aquí y de por allá, de chicha y limonada, quienes por muy expertos que sean no garantizan una relación de gobernabilidad entre el Ejecutivo y el Legislativo.
Esa es precisamente la Raison d' Etre de los gobiernos de coalición: lograr el concurso de distintas fuerzas políticas en la corresponsabilidad gubernamental y que esto se refleje en la construcción de sólidas mayorías legislativas. Así se gobierna en la mayoría de los sistemas parlamentarios e incluso en muchos regímenes presidenciales. Pero, ¿Por qué nadie se lo dice a Pinita, caramba? ¡Qué ignorantes son nuestros politiquillos!
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