Me
enternece ver en las redes sociales a todos mis amigos progres asegurar que el
Peje va a “arrasar” en los debates a Peña Nieto, y que esa es la razón por la
que el candidato del PRI se niega a ir a más debates o a foros más o menos
polémicos en donde pueda enfrentar auditorios adversos, estrategia que, por
otro lado, siguen los candidatos punteros en cualquier democracia del mundo que
se me cite. ¿A que exponerse cuando se tiene ventaja amplia? Cosa cierta es que
Peña es un sujeto que carece de formación intelectual y batalla mucho a la hora
de articular sus ideas para exponerlas con claaridad. Se le ha visto
trastabillar una y otra vez, y no solo en la feria del libro de Guadalajara,
sino en una buena cantidad de entrevistas cuando las preguntas empiezan a ser
algo incomodas. Pero otro tanto se puede decir del Peje, a quien se le dan bien
solo los adjetivos y que es desesperantemente lento para hablar y también
bastante confuso. Solo se le dan bien los adjetivos y las ocurrencias. Esas
conferencias mañaneras suyas son exasperantes. ¡Hasta al Juárez del grabado que
muestra atrás de él parece tener ganas de dormirse! A López le fue mal en el debate que tuvo hace
seis años con Calderón, y esa farsa que sostuvo con Diego hace unos años de
ninguna manera puede ser considerada un debate. Por su parte, Josefina no ha
mostrado absolutamente ninguna virtud como polemista. En la Cámara de Diputados
jamás debatió, se vio mal que en sus debates contra Cordero y es tan
desarticulada a la hora de hablar que no falta quien piense que la señora es alcohólica.
Entoncres, ¿De dónde me sacan que Peña es el peor? ¿De dónde saca Enrique Krauz….
a, no, fue Carlos Fuentes, sí, ¡Fuentes! El que dijo que Obrador era muy “rápido”
de pensamiento y que iba a hacer pedazos a Peña en los debates. ¡Pero en que
universo paralelo el peje es “rápido”, querido maestro Kra, digo, Fuentes. No, en México no producimos grandes
polemistas. Nuestra funesta clase política comparte, toda, de izquierda a
derecha graves limitaciones intelectuales, escasa formación cultural y
académica, nula capacidad de persuasión (que no sea la que da el marketing) y
nuestra vida parlamentaria, ese magnífico foro donde en tantas otras latitudes
se forman los líderes, es absolutamente impresentable (aunque con contadas, muy
contadas excepciones, desde luego).
Si yo
fuese asesor de Peña lo mandaría a los debates. Los tres principales candidatos
son pésimos para exponer ideas y defender conceptos. Hace mal López Obrador y
sus incondicionales adeptos en menospreciar tanto a Peña, y no porque el señor
sea un nuevo Disraeli, sino porque su gallito está muy, pero muy lejos de ser
un nuevo Demóstenes. Recuerdo que igual menospreciaban a Bush Jr en las
elecciones del año 2000. Tenía el republicano una enorme fama de ser
desarticulado y pendejo, pero cuando debatió con Al Gore, supuestamente un
político intelectualmente muy superior, el que ganó fue Bushito, y no porque
arrasara con una impresionante retórica, sino porque se limitó a no tratar de
asumir papeles que no le correspondía y, sobre todo, a no salirse de ciertas
líneas de discurso. Mucha gente que vio a Bush Jr defenderse aceptablemente en
los debates llegó a la conclusión de que el candidato republicano “no-es-tan-pendejo”
después de todo, y eso lo beneficio ampliamente. Esto podría pasar con Peña,
sujeto que adolece de grandes limitaciones, pero que ha demostrado ser lo
suficientemente disciplinado como para aprender a desempeñar un papel. Cuidado,
porque si sale del envite más o menos airoso y la gente saca la conclusión de
que después de todo no-es-tan-pendejo, la elección podría estar definitivamente
fincada, digo, si es que a estas alturas no lo está ya.
Mi pronóstico es que Peña no va a
salir "arrollado" de los debates, como muchos suponen. Y con eso le basta, amigos. No va a impresionar
a nadie con su amplia cultura y su manejo de las realidades políticas contemporáneas,
dese eso por descontado, pero con no hacer un ridículo mayúsculo tiene para
ganar. El Peje va a defraudar, sobre todo si su estrategia se basa (como seguro
va a pasar) en vilipendiar al adversario como “candidato televisa”, “pirruris” y
otras tonterías por el estilo y trata de sacarle supuestas "sorpresas"
sobre la corrupción de su gobierno en el EDOMEX. Eso convencerá a los
convencidos, táctica que parece ser el leitmotiv de la campaña “progresista”
pero nada más. Y Gaffefina Vázquez Mota, bueno, espero que para cuando llegue
el 6 de mayo al menos siga siendo candidata, la pobre.