Me dan risa todas las teorías de conspiración que se han desatado a raíz de la muerte de Bin Laden, como me dan risa en general todas las teorías de conspiración. ¡Si por lo menos tuviesen algo de lógica! En esta ocasión las fantasías conspirativas tienen como base la negativa del gobierno de Obama a mostrar fotografías del cadáver del terrorista árabe, acción justificada por considerar el presidente de Estados Unidos (a mi juicio, correctamente) que sería una provocación para un sector del mundo musulmán. Y aunque se mostraran dihas fotos, los bobos de ocasión no creerían que es Bin Laden. De hecho, muchos amantes de las ociosas teorías conspirativas ni siquiera creen que Bin Laden existió y otros aseguran que se trataba de un agente de la CIA porque, claro, fue el gobierno de Estados Unidos el que planeó el atentado contra las torres gemelas, así como falsificó la llegada a la luna del Apolo 11 y nos oculta los cuerpos de marcianos que cayeron en Roswell, y un largo y absurdo etéctera
Encubrimiento, montajes gubernamentales, sociedades que quieren conquistar el mundo, conspiraciones étnicas-religiosas, complots extraterrestres… las teorías de la conspiración, se acomodan de acuerdo a los gustos, creencias, ignorancia (sobre todo ignorancia) y miedos de la personas a la que se le venden estas ideas sin que los céredulos se paren a pensar aunque sólo fuese por un minuto que las conspiraciones solo se basan en especulaciones cuyo sustento "racional" son más especulaciones, las cuales, a su vez, se nutren exclusivamente de mas especulaciones. Así abundan desde el principio de los tiempos conspiraciones nacionales, internacionales, ancestrales, sobrenaturales y hasta alienígenas para "explicar" absolutamente todos los acontecimientos de nuestro devenir histórico. Sin embargo, especular e imaginar que algo podría o no estar pasando no demuestra que en verdad esté o no esté pasando.
Ojalá la gente tuviese mayor sentido común y tratase de dedicarse a la complicadísima tarea de darle un poquito su lugar al sentido común y analizar todos los ángulos de un acontecimiento antes de andar creyendo en fantasías paranoicas e historias ridículas. Pero es difícil. Añádase a la natural tendencia que tienen los seres humanos a gustar de lo mágico la creciente presencia de los medios de comunicación sensacionalistas, las historias atractivas novelescas del tipo de detectives y ladrones, los conspiracionistas paranoicos, y la existencia de verdaderos secretos de Estado –que son muy diferentes a malévolas conspiraciones- y lo que tenemos es toda una cultura conspiracionista lo bastante enraizada en la sociedad como para que no desaparezca en un futuro cercano. De modo que no importa que tanto pueda demostrar alguien que las teorías de la conspiración son inverosímiles y bizarras, las personas creen en ellas, no por los asuntos que involucran los hechos y las evidencias, sino por mera cuestión de fe.
Como sucede con las religiones, la astrología y otros casos, el escepticismo del pensamiento critico seguirá siendo dezplazado por la creencia, siempre más facil y sabrosa, en un mundo en el que todos nos sentimos amenazados por epidemias, crímenes, alimentos transgénicos, armas de destrucción masiva, crisis económica e inestabilidad política. ¡Cuán tentador es atribuir todos nuestros males a grupos aislados, reducidos y perversos en vez de aceptar el deterioro general de la historia y la decadencia de los modelos de desarrollo! Lametablemente jamás debe olvidarse la eterna susceptibilidad humana a renunciar al poder del razonamiento.
Claro, esto no quiere decir que no existan conspiraciones verdederas, ni que los gobiernos no nos mientan, manipulen y digan verdades a medias, pero valdría la pena que antes de aceptar una fantástica teoría de conspiración, hagamos lo que debe hacerse con toda teoría: seguir un método de prueba y examen critico y no creer ciegamente cuentos cuyas fuentes de comprobación son otros cuentos aún más inverosímiles.
Porque la base de una buena investigación escéptica es siempre mantener las hipótesis e ideas simples. Entre menos especulaciones y más análisis críticos serios será mucho mejor, y la idea estará más sustentada en hechos comprobables y reales. Después de todo, habiendo explicaciones razonables y simples, sustentadas en evidencia, ¿para que buscar explicaciones complejas?