miércoles, 19 de mayo de 2010

Diego se quedó chuiquito, chuiquito


Lástima del hoy secuestrado Diego Fernández de Cevallos, que tenía con qué para ser un estadista y se quedó en un vil abogadillo venal y un político irrelevante y oportunista. Nunca se distinguió Diego por hacer aportaciones ideológicas, legislativas o políticas verdaderamente trascendentales. Hombre dueño de un excepcional carisma, conocedor del derecho y buen polemista, virtudes que dentro de una clase política integrada mayoritariamente por analfabetos y retrasados mentales basta para destacar- fue un personaje interesante, pero nunca un estadista.

¿Cuáles son las aportaciones políticas sustantivas de DFC? De acuerdo que un líder no tiene por qué ser neceariamente ideólogo o académico, pero el señor fue legislador, ¿Cuáles fueron sus pincipales aportaciones legislativas? ¿Qué instituciones construyó? Como líder, ¿Cuáles fueron sus méritos reales? Chente Fox es prácticamente un ranchero analfabeto, pero tuvo el valor de no amilanarse y sacó al PRI de Palacio Nacional. Eso hizo que pasará a la historia, nos guste o no. ¿Cuál fue la actitud de Diego como candidato presidencial, sobre todo cuando las encuestas lo beneficiaban tras su buen desempeño en el debate? ¡Esconderse!

Diego fue una figura divisiva dentro del PAN. Como legislador muchas veces trabajó teniendo en cuenta sólo los intereses particulares de sus clientes y benefactores, se rajó (por extrañas razones) en los comicios del 94, estuvo mezclado en oscuros negocios como abogado. Amaba el billete y la frivolidad.

Su única aportación susantiva a la democracia en este país fue su participación en la construcción del IFE y negociar alguna otra reforma importante en la época de Salinas. Pero nada más, y el tipo prometía para mucho. Ninguna ley trascendente o reforma constitucional fue creación o iniciativa suya, sin omtir que algunas de sus famosas "concertacesiones" fueron bastante oscuras. Como legislador se ponía al servicio del mejor postor.


Era frívolo, frívolo, frívolo.


Se quedó chuiquito pese a tener cualidades indiscutibles de liderazgo. Pudo haber dado 10 y se quedó en tres. Lástima.

miércoles, 12 de mayo de 2010

La Apuesta de Nick Clegg


Muy interesante el audaz paso dado por Cameron y Clegg. El nuevo primer ministro sale airoso del envite. Para Clegg la cosa no deja de tener sus riesgos, pero son más grandes las oportunidades. Cierto que los liberales británicos corren el riesgo de perder identidad y de contagiarse de una eventual impopularidad que el gobierno de Cameron podría padecer en el momento de tomar decisiones difíciles, pero un partido que cuenta con casi un cuarto de los votos en una nación tan importante como el Reino Unido no puede resignarse a la eterna irrelevancia. Como sea, hoy cogobierna, y no puede desperdiciar la oportunidad que tienen de concretar, por fin, una reforma electoral que adopte algún tipo de correctivo proporcional, algo que podría hacer de los liberales el eterno fiel de la balanza del poder en Reino Unido.

Yo pensaba que Clegg optaría por un cómodo compromiso, más laxo y pragmático, que le garantizara a los liberales un referéndum para decidir en un futuro cercano sobre la reforma electoral sin comprometerse con los avatares que implica la corresponsabilidad gubernamental. No fue así, y creo que el líder liberal tiene poderosas razones para jugar la apuesta. Al ingresar al gobierno, los liebrales comprometen en mucho a los tories para que estos no sólo hagan efectiva su promesa de celebrar un referéndum sobre reforma electoral, sino incluso obliga a los tories a apoyar la idea. Además, repito, ¿Por qué resignarse estar siempre en las back benches de Westminster? Ahora Clegg está al lado del premier y su actuación será absolutamente relevante. Obviamente, deberá tener cuidado de evitar que los tories absorban a su partido. No es fácil para un partido en posición de ser el socio minoritario en un gobierno de coalición perder identidad, pero en este sentido mucho podría aprender Clegg de sus pares liberales en Alemania, quienes por mucho tiempo han sabido gobernar como socios minoritarios junto al SPD y la CDU. Otro ejemplo útil en este sentido lo dan los verdes germanos.

Los británicos deben perderle el miedo a las coaliciones, moneda corriente en el continente y la mejor garantía de gobernabilidad incluso en las naciones presidenciales más funcionales (el caso de Brasil, Chile o Uruguay, cosa que se rehúsan a ver nuestros opinólogos mexicanos).

El principal problema que deberá enfrentar Clegg será como abordar en el gobierno el tema de los recortes presupuestales. Aunque ni Clegg ni Cameron quisieran recordarlo, los conservadores defendían efectuar recortes amplios e inmediatos durante la campaña electoral, mientras los liberaldemócratas y los laboristas insistían en que un exceso de celo restrictivo abortaría la recuperación. Lo cierto es que Clegg y el sector más genuinamente liberal de su partido tendrán que coincidir en que los recortes presupuestales son urgentes. Ese es un problema con el que deberán liar los liberales: su un manifiesto más de izquierdas que el de los laboristas. Según un sondeo de la empresa demoscópica You-gov, el 43% de los votantes liberaldemócratas se auto define como "de izquierdas o de centroizquierda" frente al 9% que se consideran "de derechas o centro derecha". Lo mismo sucede con los conservadores. Cameron está más al centro que el común de los militantes tories, quienes han encajado muy mal este gobierno de coalición y mucho peor la posibilidad de una reforma electoral. Es justo de la astucia que demuestren tener Cameron y Clegg en manejar a sus alocadas bases que dependerá la suerte de la coalición. Se trata de dos dirigentes con una obvia empatía personal, ubicados ambos más al centro que sus respectivos partidos. Cameron es lo que podríamos llamar un tory del siglo XXI, alejado al adusto gesto de la gran Thatcher. Él es simpático, cercano a la gente y tolerante. Se presentó a su electorado como un “modernizador”; el Tony Blair de la derecha británica en estilo y estrategia. Un hombre destinado a salvar a su partido de la total irrelevancia al que lo habían encajonado los ultras. Cameron apuesta por un conservadurismo moderno (sí es que tal cosa es posible, lo mismo sucedió con un laborismo eficiente en el gobierno de Blair) que incluya la reforma de los servicios públicos, la protección de las familias y la lucha contra la pobreza global y aderezado con temas tan ajenos a los tories más rancios como la lucha contra el cambio climático.

¿Tendrá Cameron la fuerza y el talento para lograr la modernización tory tal y como logró Blair con los laboristas? ¿Sabrá Clegg “dessocialdemocratizar” a los liberales británicos y devolverle su esencia al partido heredero de de William Gladstone y Lloyd George?

lunes, 10 de mayo de 2010

Angie la equívoca


Los alemanes parecen arrepentidos de haber votado el año pasado por una coalición entre los democristianos de la canciller Angela Merkel y los liberales de Guido Westerwelle, ministro de Relaciones Exteriores. El día de ayer democristianos y liberales sufrieron una grave derrota a manos de los socialdemócratas y verdes, los primeros de los cuales parecía estar enterrados definitivamente tras años de angustiosos resultados en las urnas y a causa de la grave crisis que representó para ellos la escisión de su sctor más izquierdista, el cual decidió aliarse a los ex comunistas para formar un partido que se llama La Izqujierda (Die Linke), el cual podría formar parte, por primera vez en su corta historia, de una coalicion gubernamental en el occcidente del país.

El electorado castigo a Mekel por su actitud equívoca respecto al rescate griego. La canciller había empezado siendo muy enfática respecto a su negativa de que Alemania cargara con la responsabilidad de salvar las finanzas del irresponsable y dilapidador gobierno griego con millones y millones de euros procedentes de los bolsillos de klos contribuyentes alemanes, idea obviamente muy , pero muy impopular entre el electorado germano, pero a fin de cuentas la canciller se vio obligada a doblar las manitas so pena de poner al euro al borde de su inviabilidad definitiva. Shade!
El resultado es esta derrota, que quita a la CDU el gobierno de uno de los estados más grandes y económicamente relevantes del país y le roba al gobierno la mayoría en la Camara Alta del parlamento federal. Angie las tendrá aún más difíciles en el futuro.
Merkel no supo, o no pudo, definirse como lo que en realidad es: una socialdemócrata de closet. Mientras contó con la participación del SPD en su administración llevó la fiesta relativamente en paz durante largos 4 años. Con los liberales definitivamente no se entiende, y eso es porque ella no está convencida del libre mercado. Ahora está condenada a ser una gobernante dubitativa y equívoca. Quizá empecemos a ver el declive definitivo de su carrera política.

lunes, 3 de mayo de 2010

Aprender del Reino Unido


Muy pocos opinadores políticos mexicanos se han tomado la molestia de sopesar el actual proceso electoral británico desde la óptica mexicana actual, y muy concetamente desde el punto de vista del proceso de reforma electoral que vivimos.

Primero, a la vista de todos los que lo quieran entender lo quieran ver está la relatividad del concepto ese de que reelegir a los parlamentarios es una forma de "catigar" o de "premiar" a los diputados por su labor individual. Hoy vemos en el Reino Unido una implacable personalizacón de la política. A quien se premia o se castiga es al primer ministro y la gente, en la inmensa mayoría de los casos, no sabe ni como se llama el miembro del parlamento del distrito donde vive. Prueba de ello es la imparable y poderosa fuerza de las imágenes mediáticas (fenómeno, por cierto, para nada nuevo) de los tres principales candidatos.

Y segundo, la necesidad que tiene la política británica -cuyo sistema electoral es el arquetipo universal del uniniminalismo- de adoptar correctivos proporcionales en su forma de elegir al Parlamento para contrarestar la conspícua injusticia que representa anular en los hechos millones de votos de electores que optan por terceras opciones.

Y mientras todo esto sucede en una de las democracias más importantes del mundo, en México "sesudos" opinadores ("politólogos", intelectuales divas y ex eminancias grises) añoran el sistema uninominal puro esgrimiendo argumentos decimonónicos.

Ojalá que muchos de nuestros opinadores se asomaran, aunque fuese sólo un poquito, a ver lo que sucede en el mundo.

viernes, 30 de abril de 2010

Mockus y la verdadera política ciudadana


No comparto muchas de las ideas de Antanas Mockus, pero sin duda su triunfo removería la política de toda América Latina y sería una lección de genuina política ciudadana. ¡Y pensar que en México algunos ingenuos ex anulistas pretenden hacer de gente como Xóchitl Gálvez, Gabino Cué y aquel transa empresario poblano nuestros Mockus! Pero ni de lejos. Las últimas encuestas de intención de voto para las presidenciales dan a Mockus la posibilidad de ganar la presidencia de Colombia.

El dos veces alcalde de Bogotá (1995 -1997 y 2001-2003) ha sido uno de los gobernantes más creativos en la historia de América Latina. Logró transformaciones radicales en la ciudad impulsando la cultura ciudadana, la protección de la vida, la gestión pública transparente y eficiente, el manejo de los recursos públicos como recursos sagrados y la responsabilidad compartida entre gobierno y ciudadanos.

Antanas Mockus inauguró un camino distinto en la administración pública, muy diferente al que los colombianos estaban acostumbrados, sin el apoyo de ninuno de los dos grandes partidos que tradicionalmente se disputaron enl poder en las urnas durante casi todo el siglo XX (ojo, torpes panegiristas del bipartidismo), con métodos de campaña sumamente heterodoxos y absolutamente alejado del cleinetlismo. Se inició en política fundando el movimiento ciudadano (genuinamente ciudadano) Visionarios por Colombia. El suyo es un discurso que llama a los colombianos a la confianza. A una nueva forma de hacer política. Rechaza acuerdos diferentes a los programáticos, persigue a la corrupción y promueve la cultura donde los dineros públicos sean dineros sagrados; o aquella de “no me pidas en privado, lo que no puedes sostener en público”.

Ahora, como candidato presidencial, Antanas Mockus propone pasar de la seguridad a la legalidad democrática. “Un ejemplo de legalidad democrática es lo que logramos en Bogotá, durante mis dos alcaldías; reducir la tasa de homicidios en un 45 por ciento, donde fue clave la valoración de la vida, mejoramiento de la justicia y disminución de las justificaciones sociales para violar la ley. La propuesta de seguridad para Colombia es retomar la experiencia de Bogotá, que mejoró la seguridad y la convivencia aplicando cultura ciudadana" Y es en aras de mejorar el sentido de responsabilidad ciudadana como este interesantísimo personaje está cerca de lograr la presidencuia de su país. Un mensaje que, quizá, a muchos sonará demasiado ingenuo en un tienpo cuando la guerra interna se intensifica en el país andino y con un demente como Chávez en la puerta de enfrente, pero que sin duda representa un cambio radical en las formas y los fondos de la política de nuestro atolondrado subcontinente.

viernes, 23 de abril de 2010

Argentina desaparece del mundo


Comantábamos en pasadas entradas la forma en que México ha renunciado a cualquier pretensión de cobrar algún peso o protagonismo en política exterior. Pues bien, lo mismo sucede con Argentina, lo que deja el camino libre a Brasil para que reclame, con toda la legitimidad que se deriva del default, el liderazgo indiscutido de América Latina. Lamentable presenciamos, otra vez, el drama argentino: la tragedia de un gran país condenado al ostracismo y al subdesarollo, qué desde que padece el desgobierno kirchnerista ha extraviado la brújula y se ha visto imposibilitado de presentar una estrategia coherente de política exterior.

Argentina está aislada. Su única relación sólida parece ser la que mantiene con el gorila Chávez y eso le ayuda muy poco en su necesidad de recuperar el interés de los grandes centros de decisión internacional de incluirla como un interlocutor de privilegio. Muchos opinan que la actitud internacional de los K responde fielmente a la miope y anquilosada concepción scmitteriana que tiene la pareja presidencial de la política como una constante lucha de todos contra todos, cada día, todo el tiempo y sin descanso. El resultado es una nación importante aislada y sin voz en el mundo, que ha descuidado el fortalecimiento del Mercosur, debilitado sus lazos con la Unión Europa, mantiene un inexplicable distanciamiento de Washington, pierde constantemente peso en los foros internacionales, se ha embarcado en absurdas disputas con países fronterizos, (como fue el caso de Uruguay en torno a la famosa papelera) y al que muy pocos estadistas internacionales están interesados en visitar.
Así, pese a estar incluida en la ensalada esa que es el G 20, el otrora gigante del Sur da a trompicones de improvisación una falsa sensación de actividad, pero nada que sea suficiente como para definir una política exterior genuinamente plausible.

miércoles, 21 de abril de 2010

Las estupideces del buen Evo




Oye tú, Evo, estúpido, escucha: nada más masculino que echarse un buen "pollito"

martes, 20 de abril de 2010

El mundo y sus pretenciosas potencias emergentes


Comentamos en el pasado post la cumbre del BRIC que tuvo lugar la semana pasada en Brasil y la cumbre del IBSA, organismo inventado por Lula para darle su lugar a Sudáfrica, nación que miembro del G5 pero no de los BRIC, al que el presidente brasileño quiso, sin embargo, darle su lugar, marginando de pasada -pero de forma conspicua, hay que insistir- al único miembro del G5 que no tuvo presencia en estos fastos brasileños: México.

Cabe preguntarse si este mundo multilateral lleno de nuevos acrónimos y de grupos a 7, 8, 5, 2, 20 y hasta 77 bandas tendrá alguna viabilidad. Por ejemplo, tenemos a este BRIC, el cual, en principio impresiona por tratarse de las potencias emergentes, que juntas ocupan el 22% de la superficie continental, amasan el 27% del PIB mundial y reúnen el 41.6% de la población mundial. Pero más allá del tamaño de sus economías y de sus tasas de crecimiento anual, los BRIC tienen poco en común. Cabe hacerse la pregunta de qué tan efectiva será la reunión de potencias tan disímiles entre sí en lo que a las perspectivas culturales, políticas e ideológicas concierne. Se dice que buscan formas para materializar su potencial y concretas posiciones conjuntas en la política mundial, pero los resultados, hasta el momento, han sido solo retóricos, y prevalecen los indicios de que lo seguirán siendo.

Las diferencias son mayores que las coincidencias dentro de los BRIC, e incluso aún prevalecen varios temas que podrían convertirse en serias desavenencias entre los integrantes, Desavenencias de tipo territorial (disputas fronterizas), económicas, ideológicas y migratorias, por ejemplo. Estos BRIC no impresionan tanto si atendemos el Índice de Desarrollo Humano que realiza el Programa de las Naciones Unidas para el Desarrollo que mide variables como la educación, la esperanza de vida, la tasa de alfabetización y la calidad de vida en 179 países. Ahí Brasil ocupa el 70 lugar, seguido de Rusia (73), China (94) y la India (123). Es decir, se trata de naciones con profundas disparidades sociales y regionales internas. En términos de Producto Bruto Interno, los cuatro en cuestión están bien posicionados: China actualmente es el quinto del mundo, seguido por Brasil (10), Rusia (11), y la India (12). Sin embargo, en un análisis de PIB per cápita, Rusia actualmente ocupa el 53 lugar, seguido por Brasil (80), China (101) y la India (129), en el ranking de los 181 países que lleva el FMI. En materia de defensa, clave para las aspiraciones de toda verdadera gran potencia, los BRIC están aún lejos de disputarle el liderazgo militar a Estados Unidos, hoy responsable del 46% del gasto militar mundial, seguido por el Reino Unido (5%), Francia (5%), China (4%), Japón (4%), Alemania (3%), Rusia (3%), Italia (3%), Arabia Saudita (3%) y la India (2%).

¿Dónde radica el potencial de estos BRIC? Existe consenso entre los estudiosos de la geopolítica en el sentido de que son tres los elementos fundamentales para considerar a una nación una superpotencia: poseer un poderío militar de largo alcance, gozar de un margen aceptable de estabilidad política que sirva de base al desenvolvimiento de una política exterior vigorosa, y mantener fuertes intereses económicos y estratégicos extraterritoriales.

Para que una fuerza militar pueda ser considerada “de largo alcance”, evidentemente deberá contar con un considerable arsenal nuclear y capacidad misilística intercontinental. Dicho arsenal deberá ser lo suficientemente grande como para poder sobrevivir a un ataque sorpresa del enemigo. Asimismo, una superpotencia debe tener la posibilidad de desplazar divisiones de infantería y tanques a cualquier parte del mundo y poder aprovisionarlas durante todo el tiempo que sea necesario. Es decir, la posesión de un arsenal nuclear no basta por sí misma para hacer una superpotencia.

Estabilidad política y coherencia nacional es también indispensable para cualquier nación que aspire al rango de superpotencia. Nada debilita más a un país que los escenarios de descomposición nacional y los cismas. Una nación en estado de anarquía no es capaz de desarrollar una política exterior vigorosa o agresiva. Muchos han argumentado que es por esta razón que una dictadura puede ser más eficaz que una democracia para la consecución de objetivos geopolíticos o de conquista, pero lo cierto es que una buena dosis de sobreconfianza sobre sus posibilidades como regímenes dictatoriales fue lo que inició la decadencia de la URSS, lo que provocó la derrota en Chipre de la dictadura de los coroneles en Grecia y la principal razón de la caída del gorilato argentino.

El tercer aspecto es la existencia de intereses globales. Una superpotencia que se precie de serlo debe tener la necesidad material de dejar sentir su presencia en diversas regiones del planeta, ya sea para garantizar sus suministros de energéticos o la obligación garantizar abastecimiento alimentario a una población creciente, o el aprovisionamiento de materias primas. Es obvio que a una nación con intereses globales concierne todo lo que está sucediendo en el mundo, mantiene un ojo vigilante y está dispuesta a actuar enérgicamente para cambiar el rumbo de los acontecimientos, si tal cosa le es indispensable.

Si atendemos a los criterios tradicionales, nos daremos cuenta que ninguno de los BRIC cubre a cabalidad las tres grandes condiciones de las súper potencias y que sus carencias más graves se presentan en lo relativo a la estabilidad política y cohesión nacional. De ahí que estas pretendidas potencias emergentes basen sus aspiraciones casi exclusivamente en los criterios económicos y demográficos, aunque no del todo, desde luego, pensando en el inconmensurable potencial militar Ruso y el muy importante chino. En términos económicos, se estima que China, primera población mundial, sobrepasará el PIB de los Estados Unidos para el 2050. Hecho que cobra mayor relevancia con la actual crisis financiera, que relativiza cada vez más el liderazgo de Estados Unidos como polo indiscutido de la economía mundial. Rusia es el mayor país en términos territoriales, lleno de recursos energéticos y materias primas, además de su incuestionable poderío militar. La India es la segunda nación en población mundial y no sólo cuenta con tecnología nuclear sino que, además, apostó por formar y radicar mano de obra calificada llevándola a ser hoy el principal exportador de tecnología en el mundo. Brasil es el quinto país más poblado del mundo y ocupa el mismo puesto en términos territoriales, pero, a diferencia de sus tres pares, no tiene la bomba atómica. Es justo el gobierno de Lula da Silva el más interesado en consolidar al BRIC, más que el G5 o el G20, como el ámbito elegido para posicionar a Brasil se como protagonista jugador global. El canciller brasileño, Celso Amorim, anunció con bombo y platillo la muerte del G8. Junto a la Cancillería, la política del BRIC se planifica dentro de la Secretaría de Asuntos Estratégicos, un organismo creado durante el segundo mandato de Lula da Silva y que depende directamente de la presidencia. El hombre quien la conduce es Mangabeira Unger, un intelectual brasileño que fue profesor de Barack Obama en sus años de Harvard, y hoy tiene a su cargo la coordinación de Brasil en el ámbito de los BRIC, siendo naturalmente su mayor entusiasta y quien permanentemente aboga por su institucionalización. El sólo hecho, ha dicho Mangabeira, de que las potencias emergentes se sienten a discutir los temas más importantes de la agenda mundial al margen de los Estados Unidos y del grupo de países que conforma el G8 (sin Rusia) es un dato de gran significado político. Nadie duda de la vocación de poder de los BRIC, pero si es de cuestionarse su capacidad de coordinarse dentro de la enorme heterogeneidad política, social y cultural que presentan.

Volvamos a las características tan disímiles de este BRIC. Brasil y Rusia dependen principalmente de los recursos naturales y en la última década se han beneficiado del alza de los precios. Por su parte, China e India tienen poblaciones gigantescas que les dan relevancia mundial como productores de bienes y consumidores de recursos, siempre y cuando sus economías sigan creciendo rápidamente. Los cuatro países son actualmente los más importantes de los mercados emergentes, pero puede que este dominio no dure para siempre. Hay por ahí una buena cantidad de naciones aspirantes a ser potencias emergentes. China padece la opresión de un régimen totalitario y varias tendencias secesionistas en algunas regiones. India es una democracia consolidada, pero padece un desastroso sistema educativo, profundas diferencias sociales y regionales, y aspiraciones secesionistas en varios de sus estados. Otros serios peligros son la fragmentación constante de la de por sí ineficiente estructura administrativa del país y su tasa de endeudamiento, que supera el 80% del PIB.

Paradójicamente Rusia, con asiento permanente en el consejo de seguridad de la ONU y único BRIC miembro del G8, es el eslabón más débil de la cadena. Enfrenta enormes dilemas: depende demasiado de las materias primas, su población decrece y está plagada de serias tendencias centrífugas. En cuanto a Brasil son indiscutibles su consolidación democrática y su ascenso económico, pero aún depende demasiado de las materias primas y su presencia en el comercio internacional aún es relativamente pobr. Padece de graves distorsiones en la distribución del ingreso.

Por todas estas razones es que nos atreveos a pensar que el BRIC es una asociación artificial de países que tienen poco en común, impulsadas por un político, Lula, que tiene un interés político muy concreto a corto plazo: lograr la victoria de su candidata en las elecciones presidenciales de fin del año 2010. Eso sí, la crisis de 2008 y la recesión pusieron de manifiesto que los intereses como colectivo de los emergentes a veces pueden diferir considerablemente de los de los países desarrollados occidentales que dominan actualmente la producción mundial. Las economías de los BRIC se vieron muy afectadas por la crisis financiera cuando disminuyeron los créditos comerciales y, pese a ello, su recuperación ha sido más sólida que la de la mayoría y ha causado un rápido aumento de los precios mundiales de los productos básicos y la energía. Pero todo esto no deja de ser sumamente circunstancial. Los líderes de los BRIC probablemente querrán seguir reuniéndose con regularidad. Quizá bajo determinadas circunstancias les convenga tomar algunas decisiones juntos. Pero no más allá de eso.

Ningún grupo de naciones grandes o pequeñas, poderosas o modestas podrá tener éxito o alcanzar relevancia si no cuentan con una coherencia básica en las visiones que sus integrantes tienen del mundo y si no existe un piso mínimo de comunidad de intereses. El G7 tuvo sus referentes esenciales en el enfrentamiento contra un enemigo común (la URSS), la decisión compartida de defender la democracia y los derechos humanos, y su fe inquebrantable en el libre mercado. De ahí su indiscutible viabilidad durante la guerra fría. Estas ópticos comunes, estos pisos referenciales básicos no existen aún para jugadores emergentes deficientes aún en su pretendida condición de “potencias” y cuyos elementos integradores son sumamente circunstanciales y vagos.

jueves, 15 de abril de 2010

México cuenta cada vez menos en el mundo gracias a Calderón y su raquítica cancillería.


Una de las muy escasas conquistas que los gobiernos panistas habían logrado en materia de política exterior está a punto de caducar. En el año 2005, México fue incluido en el G5 junto con China, Brasil, Sudáfrica y la India. El propósito del G5 era consolidar un bloque de países emergentes que fuera capaz de hablarle al tú por tú a las naciones ricas del G8. Ahora que el G8 está a punto de desaparecer para dar lugar de manera definitiva al G20 como el foro internacional privilegiado para el intercambio de posiciones y puntos de vista entre naciones desarrolladas y países emergentes México esta siendo marginado de cualquier posibilidad de tener una presencia efectiva en la nueva organización. Hoy, cuando faltan sólo ocho meses para el fin de su mandato, el presidente brasileño, Luiz Inacio Lula da Silva, redobla sus esfuerzos por crear un nuevo polo de poder mundial conformado por países emergentes. Se reunirán hoy y mañana en Brasilia los gobernantes de India, Sudáfrica, Rusia y China para exigir un mayor peso en las instituciones financieras internacionales, discutir acciones de cooperación para el desarrollo y dar opiniones sobre los temas de la paz y seguridad internacionales. México está excluido de estas reuniones y bien valdría la pena que nustra enclenque cancillería nos explicara por qué.

Primero se efectuará una cumbre de jefes de gobierno y de Estado del grupo IBSA (compuesto por Brasil, la India y Sudáfrica) y mañana de una del BRIC (Brasil, Rusia, la India y China), en la que más allá de los temas de cooperación dentro de cada bloque, habrá también una intensa agenda política centrada en Medio Oriente y el controvertido programa nuclear de Irán, entre otros puntos relativos a la paz y seguridad internacionales. La importancia de impulsar y pertenecer a este subgrupo dentro del G 20 es obvia. Veinte naciones representanun grupo demasiado grande y heterogéneo como para poder constituir una institución eficaz para la toma de decisiones globales. Es por o que los especialistas preven la formación de bloques al interior, y uno de los más impirtantes será el que conformen los países emergenstes Hasta hoy el G5, al cual pertenece México, cuamplia esas funciones, pero las cumbres que se efectúan hoy y mañana demuestran que eso pronto será historia. Apúntese este nuevo dislate a la larguísima lista de fracasos calderonianos

Por otra parte, no deja de ser lamentable la política exterior de Lula. Aunque el presidente brasileño se ha desempeñado bien en lo concerniente a los temas económicos y de política interior (siguiendo, debe decirse y reiterarse, los pasos marcados por su antecesor, Fernando Henrique Cardoso) en política exterior al presidente brasileño le han traicionado sus instintos de izquirdista sesentero. Aunque hizo buen en denunciar el golpe de Estado en Honduras, sus credenciales como defensor de la democracia global quedaron en entredicho con su apoyo irrestricto al régimen chavista, su infame visita a los hermanos Castro (poco después de la ominosa muerte de Orlando Zapata) y su cuestionable relación con Ahmedineyad, a quien Lula recibió en Brasilia con toda pompa y circunstancia poco tiempo después de que el dictador iraní se reeligiera mediante un sonado fraude electoral. ¿Pos en qué quedamos, Lula?

De ninguna manera se puede censurar al presidente brasileño por pretender marcar diferencias con Washington y convertir a Brasil en un interlocutor importante en el escenario internacional, con derecho incluso a un asiento permanente en el Consejo de Seguridad de las Naciones Unidas, en caso de que sea ampliado. Pero un mayor protagonismo exigirá a Brasil y al resto de las potencias emergentes mayores compromisos reales y no solo parciales y/o retóricos con el prevalecimiento de la democracia y el respeto a los derechos humanos en todo el mundo. Ahí es donde Lula ha fallado. Pr otra parte, es obvio que aunque el presidente brasileño no se reeligirá, sí que está interesado en promover la candidatura de su protegida Dilma Rouseff (una especie de reelección embozada) y para ello Lula hace uso de su estridente y equivoca política exterior.

Por el bien de Brasil y de su cada vez más importante posición internacional, ojalá el próximo presidente sea el socialdemócrata Serra