jueves, 14 de enero de 2010

Gus Dur, in memoriam


La semana pasada murió el ex presidente de Indonesia Abdurrahman Wahid, mejor conocido en su país y el mundo como Gus Dur. Promovió la democracia, la tolerancia, el liberalismo y el pluralismo, razones por las que fue destituido por el nada tolerante y muy obtuso parlamento de su país. Más importante que todo esto, Gus tenía un impecable sentido del humor. Sabía que tener un buen sentido del humor era esencial para mantner una mente sana. He aquí una recopilacón de sus mejores chistes, publicados recientemente en la prensa de su país con motivo de su fallecimiento (las dejo en inglés, por huevón que soy):

"Sukarno was mad about sex, Suharto was mad about money, Habibie was mad about technology. But me? I'm just mad!

Suharto was a New Order president. Habibie was In Order and I am No Order.

The deep problem is that people use religion wrongly in pursuit of victory and triumph. This sad fact then leads to conflict with people who have different beliefs.

I was a forced politician, yes, but not a true politician..... in the sense that I never cared about public opinion, for example... No politician will do that.

You don’t realise that losing the presidency for me is nothing ... I regret more the fact that I lost 27 recordings of Beethoven’s Ninth Symphony.

I am not worried about minorities dominating us. That is born from our own insecurities. Muslims – possibly due to historical factors – are often haunted by feelings of defeat and weakness.

Why sweat it? (Gitu aja kok repot?) --Gus Dur frequently used this offhand remark to dismiss issues he considered unimportant.

Seventy percent of our nation is saltwater, so why do we import salt? It’s okay being stupid but why are we purposely being ignorant?

This is an ideal team. The president can't see and the vice president can't talk. --After becoming president alongside the famously taciturn Megawati Sukarnoputri

I need help to step up, let alone to step down. --On being asked to resign

If in the past I said that the House of Representatives was a kindergarten, now I say it is a playgroup.

miércoles, 13 de enero de 2010

El triste consuelo de no ser haitiano


Haití es uno de esos lugares que medio lo reconcilian a uno con eso de ser mexicano. "Es el destino del pueblo haitiano es sufrir", comentó celebremente en alguna ocasión Jean Claude Papa Doc Duvalier que algo supo del tema habiendo sido precisamente él el principal instigador del sufrimiento haitiano durante su larga y sanguinaria dictadura. Por eso la próxima vez que reciban una mala noticia del país (dentro de los próximos 15 minutos como promedio, calculo yo) sólo piensen "bueno, podríamos ser haitianos". O "Sí, bueno, pero jodidos, jodidos, lo que se dice jodidos, los haitianos"

Edwige Danticat, escritora de origen haitiano radicada en Estados Unidos, alguna vez hizo notar que Haití es uno de esos lugares que sólo interesan al mundo y a los medios cuando le ocurre alguna desgracia, lo cual no es poco frecuente. México, en cambio, hasta se da el lujo de dar buenas noticas....a veces....sí...a veces. Claro, mal de muchos, consueo de tontos dián algunos. Pero ¡qué diablos! demos las gracias de que no somos haitianos.

lunes, 11 de enero de 2010

De helicópteros


"¿Y qué provocó el accidente, preguntó el alcalde Marcelo Ebrard. "Saba Dios", le respondieron.

Primeros auxilios para la inminente guerra en Yemen


Sí hay guerra en Yemen tendrán que consolar a los heridos diciéndoles: "Sana'a, Sana'a, colita de Rana'a".

viernes, 8 de enero de 2010

Michelle y Cretina: Sol y Sombra


Dos mujeres gobiernan actualmente en Sudamérica: Michelle Bachelet y Cristina Kirchner. El contraste no puede ser mayor entre ellas. Son sol y sombra. Mientras la presidenta de Chile se acerca al final de su fructífero mandato con un monumental índice de aprobación popular de más del 80%, la gobernante de la malhadada República Argentina va de tumbo en tumbo y de tropelía en tropelía. Ayer cometió su más grave desaguisado al destituir de manera ilegal al titular del Banco Central de Argentina, Martín Redrado, con lo que se ha desatado una crisis espectacular cuyas consecuencias para el país austral pueden ser catastróficas. Kirchner pretende el uso de las reservas federales para pagar la deuda externa lo que supone el traspaso de $ 6,569 millones de dólares. Queda en evidencia, una vez más, el estilo autocrático del populismo latinoamericano, que en la pobre Argentina ha conocido algunas de sus mas nefastas encarnaciones desde la dictadura de Perón. El afán de gobernar al margen de los límites legales del kirnerchismo, que ya apareció antes con a polémica "resolución 125" contra el campo, cuando se forzó el alejamiento de figuras independientes que se hallaban a cargo de organismos de control y con las arbitrariedades oficialistas en perpetradas en contra de los diarios Clarín y la Nación, llvan a Argentina a un nuevo abismo.

Por cierto que la inmensa popularidad de Bachelet no se ha traducido en una ventaja para el candidato de la Concertación, el tedioso ex presidente Eduardo Frei. Vientos de cambio soplan en Chile. Al respecto, vale mucho la pena la editorial publicada a finales de diciembre por Jorge Edwards Jorge Edwards en El País de España. El escritor anuncia que pese a ser un tradicional votante de izquierda votará ahora a Piñera cansado del monopolio de la Concertación y de que "...la palabra izquierda se ha(ya) transformado en una palabra mágica, una especie de escudo moral y mental".

Los Term Limits en Estados Unidos...y sus razones


Menos mal que la propuesta presidencial para instalar en México la reelección legislativa incluye límites al número de mandatos que los diputados y senadores podrán ejercer de forma consecutiva. Lo que me preocupa es que los académicos empleados de la Secretaría de Gobernación y los analistas que hacen de compañeros de viaje de aquellos, que con tanto entusiasmo nos presentan la idea de la reelección legislativa con tan hermosos colores, se aferren a una actitud de soberbia cada vez que alguien les cuestiona sobre la efectividad real que ha exhibido la reelección legislativa (y la de alcaldes) en los países que la permiten. Menos prepotencia y más análisis comparado llevaría a estos señores a ponderar en mucho los panegíricos que constantemente dedican a la reelección. ¿Por qué estos analistas no han profundizado en las razones por las que se han impuesto límites al derecho de reelección de los gobernadores, legisladores locales y alcaldes (Term Limits) en Estados Unidos? Sigue creciendo en la Unión Americana una irrefrenable tendencia a imponer limitaciones al número de mandatos que pueden ejercer los gobernantes a nivelo local, y sigue cobrando fuerza la idea de establecer estos límites a los legisladores a nivel federal. Abundan los trabajos analíticos serios (que nuestros “especialistas”, obviamente, no conocen) que explican que estas limitaciones al derecho de reelección se han hecho indispensables como una forma eficaz de combatir varios males, de los cuales yo destacaría tres: lobbysmo excesivo, clientelismo e injusticias en las condiciones de competencia electoral que dan a los candidatos en ejercicio, ventajas adicionales frente a sus opositores. ¡Y algunos de los “pundits” que pretender vender la idea de la reelección nos dicen en México que este mecanismo es el “ideal” para evitar precisamente estos problemas! ¡Pues en qué mundo viven? Vuelvo a preguntar.

Reitero que es muy más grave la afirmación de algunos opinadores favorables a la reelección de legisladores y alcaldes en el sentido de que el fenómeno clientelar es menor es menor (¡¡¡???!!!¿¿¿) en las naciones donde existe la reelección. Tal aserto sencillamente no resiste el menor análisis. El clientelismo es un fenómeno universal que cada vez cobra una mayor importancia, desgraciadamente, y para evitarlo de poco ha servido la presunta "rendición de cuentas" que es, según los panegiristas de la reelección , es resultado natural de este mecanismo. Los casos de corrupción y clientelismo pululan en numerosas ciudades norteamericanas en donde los alcaldes pueden reelegirse. ¿Por qué? Las cosas no son mucho mejores en América Latina y en naciones famosas por sus prácticas clientelares como Italia, Japón o las de Europa del Este. ¡Y en todos los casos se reelige a los alcaldes!

Esta es una lista con la información de los estados en los que los ciudadanos han impuesto límites al derecho de reelección de sus legisladores locales:


Arizona 1992 Diputados: 4 mandatos (8 años)
Senado: 4 mandatos (8 años)

Arkansas 1992 Diputados: 3 mandatos (6 años)
Senado: 2 mandatos (8 años)

California 1990 Diputados: 3 mandatos (6 años)
Senado: 2 mandatos (8 años)

Colorado 1990 Diputados: 4 mandatos (8 años)
Senado: 2 mandatos (8 años)

Florida 1992 Diputados: 4 mandatos (8 años)
Senado: 2 mandatos (8 años)

Louisiana 1995 Diputados: 3 mandatos (12 años)
Senado: 3 mandatos (12 años)

Maine 1993 Diputados: 4 mandatos (8 años)
Senado: 4 mandatos (8 años)

Michigan 1992 Diputados: 3 mandatos (6 años)
Senado: 2 mandatos (8 años)

Missouri 1992 Diputados: 4 mandatos (8 años)
Senado: 2 mandatos (8 años)

Montana 1992 Diputados: 4 mandatos (8 años)
Senado: 2 mandatos (8 años)

Nebraska 2000 Unicameral: 2 mandatos (8 años)

Nevada 1994 Diputados: 6 mandatos (12 años)
Senado: 3 mandatos (12 años)

Ohio 1992 Diputados: 4 mandatos (8 años)
Senado: 2 mandatos (8 años)

Oklahoma 1990 Unicameral: 4 mandatos (12 años)

Dakota del Sur 1992 Diputados: 4 mandatos (8 años)
Senado: 2 mandatos (8 años)

Wyoming 1992 Diputados: 6 mandatos (12 años)
Senado: 3 mandatos (12 años)


A: Los “term limits” fueron cancelados por ser considerados “anticonstitucionales” por las cortes supremas de Idaho, Massachusetts, Oregon, Utah y Washington pese a que en todos los casos la propuesta contó con una abrumadora mayoría a favor en los respectivos referéndums.

B: En Arizona, Florida, Louisiana, Maine, Ohio y Dakota del Sur la limitación al derecho de reelección es sólo para mandatos consecutivos

C: En Arkansas, California, Michigan, Missouri, Nevada and Oklahoma la limitación al derecho de reelección es de por vida.

D: En Colorado, Montana y Wyoming la limitación no es de por vida, pero deben pasar por lo menos cuatro años para poder volver a presentarse a la reelección.

E: Varias ciudades han impuesto límites al número de mandatos que los alcaldes pueden ejercer al frente del gobierno local, dentro de las que destacan Nueva York, Cincinnati, Los Ángeles, Houston, Filadelfia, Phoenix, San Antonio, San Diego, Dallas y San José

miércoles, 6 de enero de 2010

Los arcanos de Sana'a



Ahora que Yemen está en la mira de la inútil guerra acontra el terrorismo me viene a la memoria el soberbio documental realizado por Pasolini durante el rodaje de Las Mil y Una Noches sobre Sana'a (la Real Academia quiere que escribamos "Saná", pero eso le resta encanto) como un llamamiento a la UNESCO frente a la demolición de sus murallas históricas. Sana’a, la capital del Yemen, es una de las ciudades más deslumbrantes y arcanas del mundo. Se trata de un lugar fuera del tiempo y la historia. Una leyenda narra que Saná fue fundada por Sem, hijo mayor de Noé, quien tras abandonar el país de origen se trasladó al sur, donde encontró un territorio formado por montañas avasallantes y lujuriosos valles. Se estableció aquí y gracias a él la ciudad fue considerada una especie de refugio y oasis de paz, ya que en el lugar los combates estaban absolutamente prohibidos. Sana’a tiene una fantástica arquitectura, en buena medida inspiradora de escuelas contemporáneas, con sus casas de varios pisos (hasta 7-8) construidas con ladrillos de arcilla cocida al sol y enriquecidas con ventanitas de alabastro, fachadas de creta blanca y pequeños balcones tallados que recuerdan encajes. El inmortal pasolini se enammoró del lugar y gracias a él la ciudad fuera reconocida por la UNESCO como patrimonio de la humanidad. El gran maestro dijo “Me dirijo a la UNESCO, en nombre de la verdadera, si bien todavía no expresada, voluntad del pueblo yemenita.En nombre de los hombres simples que la pobreza ha mantenido puros. En nombre de la gracia de los siglos oscuros. En nombre de la escandalosa fuerza revolucionaria del pasado, porque aún estamos a tiempo para convencer a una todavía ingenua clase dirigente, que la única riqueza de Yemen es su belleza y conservar tal belleza significa, entre otras cosas, poseer una reserva económica que no cuesta nada. Salvemos a Yemen de su destrucción, porque es un patrimonio que pertenece a la humanidad.” Hoy Yemen, anárquico país, estado fallido que desde hace mucho sobrevive en medio de la vorágine del fundamentalismo musulmán y la pobreza extrema, salta inesperadamente a los titulares de la prensa mundial. Pobre país, pero no dejen de ver a Pasolini.

lunes, 4 de enero de 2010

Del G8 al G20


Rodolfo Santos Dávila, distinguido panista originario del estado de Tamaulipas identificado con el ala liberal de este partido, y su servidor publicarán este año el libro “Del G8 al G20: los Retos de la Gobernabilidad Mundial”, el es producto de trabajos e investigaciones que ambos hemos realizado a los largo de los años y que ya dieron un modesto fruto a mediados de los noventas con el libro “Ocho en la Cumbre”, que ahora corregimos y ampliamos, sobre todo con la perspectiva de otorga la integración de México en el G20. Rodolfo y yo siempre hemos aquilatado la importancia del G8 como una institución clave para el mantenimiento de la seguridad internacional. Desde luego, esta afirmación no deja de ser polémica. Muchos dudan de la efectividad del G8, y califican a la cumbre anual como un acto social únicamente útil para “sacarse la foto”. De hecho, la práctica de sostener cumbres en las que participan personalmente jefes de Estado es duramente cuestionada por algunos ortodoxos de las relaciones internacionales. Uno de los principales críticos de las cumbres ha sido Harold Nicolson. Teórico fundamental la diplomacia mundial, deploró en alguna ocasión la práctica del contacto personal entre los estadistas del mundo, a la que calificó como “irrelevante, en el mejor de los casos…” “y hasta peligrosa, pues puede propiciar innecesarias desavenencias y malos entendidos” . Pero, pese a sus detractores, lo cierto es que las cumbres han servido para el propósito de acercar posturas entre dirigentes mundiales, reducir tensiones, construir consensos e intentar liderazgos colectivos. Por ejemplo, pocos cuestionan las aportaciones que a la preservación de la paz mundial efectuaron las cumbres entre los mandatarios de Estados Unidos y la Unión Soviética durante la guerra fría logradas, desde luego, no sin dificultades e incluso sufriendo eventuales retrocesos; y solamente la institucionalización de un Consejo Europeo, que no es más que la reunión semestral de los gobernantes de sus países integrantes, fue capaz de dotar a la Unión Europea de un órgano eficaz para la toma de decisiones comunitarias. Actualmente, las cumbres periódicas se han extendido a prácticamente todas las regiones del mundo. Recuérdense, entre otras, las reuniones de la APEC, la ASEAN, la OTAN, la Organización de la Unidad Africana, el Grupo de Río y las Cumbres Iberoamericanas. Algunas más útiles y exitosas que otras, en general permiten el estrecho contacto entre los presidentes y una mejor comunicación para arribar a acuerdos para la defensa de intereses y el combate a problemas comunes.

Las cumbres son relativamente recientes en la historia de la diplomacia mundial. Analistas como John Kirton aseguran que las cumbres ”representan la tercera y, en algunos aspectos, más efectiva de las grandes olas internacionales de construcción de instituciones de la posguerra, siendo la primera de estas olas la construcción de la ONU y sus agencias especializadas en los años inmediatos al fin de la II Guerra Mundial, y la segunda la creación de organismos multilaterales complementarios a aquéllos, como el GATT, la OECD, la ASEAN, la OTAN y la Agencia Internacional de Energía (AIE), por citar algunos”.
Las cumbres aparecen como un intento de suplir las insuficiencias de los organismos multilaterales en la tarea de contener las recurrentes crisis políticas y económicas internacionales que suceden en el mundo desde los años setenta. El fracaso del FMI para salvar el sistema monetario internacional nacido en Bretton Woods, la ineficacia de las instituciones especializadas para responder efectivamente a los shocks energéticos y políticos de Medio Oriente, y la incompetencia mostrada por Naciones Unidas para manejar el nuevo orden económico internacional resultado de estas sacudidas, obligaron a establecer mecanismos más directos de coordinación en los que los mandatarios procuraran, por lo menos, intercambiar puntos de vista y darse una oportunidad para la reflexión.

En ese sentido, el G8 fue es un esfuerzo peculiar para otorgar un liderazgo político colectivo del más alto nivel a un mundo turbulento. Inaugurado en 1975 como un mecanismo sui generis de alto nivel para propiciar la reunión periódica de los líderes de las siete naciones más industrializadas del mundo capitalista (Alemania, Canadá, Estados Unidos, Francia, Italia, Japón y el Reino Unido), el Grupo de los Siete (a partir de este año, de los Ocho) era concebido por sus dos principales promotores, Valery Giscard d’Estaing y Helmut Schmidt, como una instancia informal creada con el propósito de evitar los grandes e ineficaces encuentros multilaterales, que la mayor parte de las veces concluían en atrofia y burocratismo. La esencia de estas cumbres residía en agilizar las relaciones entre las potencias mediante el encuentro directo de sus jefes de Estado y en implantar, de esta forma, un mecanismo espontáneo de intercambios no burocrático y dueño de vida propia entre “los que realmente cuentan”.

Claro, desde el principio la integración de un club tan “exclusivo” provocó protestas del resto de la comunidad internacional. Por un lado, de las potencias económicas medias (como los Países Bajos, Bélgica o Suecia) y de los países en vías de desarrollo más habitados (India, Indonesia y China), que se sentían con suficiente derecho y representatividad para ser considerados miembros del grupo; por otra parte, del mundo en desarrollo, que reprocha al G8 su supuesta pretensión de hablar y decidir en nombre de la humanidad; y, por último, de aquellos que consideran que se está relegando a la ONU y al resto de los organismos internacionales a un segundo plano en beneficio de los países más ricos. Pero los creadores del G7, sobre todo Giscard, pretendían que esta institución sirviera como un foro para tratar de establecer consensos entre las grandes potencias exclusivamente sobre temas de macroeconomía, política monetaria y comercio internacional. Pero, paulatinamente, los aspectos de política y de seguridad mundial, relegados en una primera parte, cobraron importancia, sobre todo a partir del inicio de la década de los ochenta, con el recrudecimiento de la guerra fría. Prueba de ello es que los acuerdos más importantes alcanzados en las cumbres del G7 tuvieron que ver con las cuestiones de política internacional. Compromisos trascendentales sobre el combate al terrorismo, el desarme, las relaciones Este-Oeste, la defensa de los valores democráticos, la guerra Irán-Irak y la invasión soviética a Afganistán fueron fruto de las conversaciones sostenidas en las cumbres.

Evidentemente, con esto no se quiere decir que el impacto del G7 en la economía internacional haya sido intranscendente. En las cumbres se han logrado importantes acuerdos, como los que permitieron destrabar, en su momento, las rondas de Tokio y de Uruguay del GATT, así como los consensos logrados para tratar de aliviar en algo el peso de la deuda externa a países en vías de desarrollo, como los alcanzados en París en 1989 y en Halifax en 1995. Dicho sea esto sin dejar de reconocer los muchos fracasos, a veces estruendosos, que ha sufrido el G7 durante su historia, e incluso la futilidad de algunas cumbres.

Fue, entonces, en los ochenta cuando se comenzó a percibir al G7 cada vez más como un organismo garante de la seguridad global, tendencia que se reforzaría en los noventa tras el fin de la guerra fría y el advenimiento de un confuso “nuevo orden internacional”. Asimismo, poco a poco los líderes de las democracias industrializadas han ido incorporando a la agenda los temas “globales” que afectan a la sociedad contemporánea, como el tráfico de drogas, la defensa del ambiente e incluso la propagación del SIDA.

Tras el fin de la guerra fría, la integración al gran gripo del poder de Rusia, el auge del terrorismo y, sobre todo, la relativa declinación de poder económico de los miembros tradicionales frente al empuje de nuevas naciones emergentes como India, China y Brasil el g8 empezó a verse obsoleto tanto en lo concerniente a los temas económicos como den los de seguridad internacional. Por ello ahora parece inminente su y transformación en un Grupo de los 20 que integre tanto a las naciones de nueva industrialización como a otros países significativos por el tamaño de su población o de su economía. Desde luego, cabe preguntarse la viabilidad de un mecanismo que funcionó relativamente bien con 8 miembros pero que difícilmente conocerá la misma eficiencia con 20 integrantes, muchos de los cuales comparten entre sí visiones similares sobre los grandes temas políticos económicos y sociales del nuevo siglo pero, para bien o para mal, y ahora que la reforma a las Naciones Unidas está empantanada -sobre todo en lo concerniente a la conformación del Consejo de Seguridad- el G8/20 tiene la posibilidad de asumir una nueva dimensión en problemas de seguridad y política internacional que lo podría convertir en el instrumento global de toma de decisiones más prominente en el escenario del fin de siglo, por encima de otras instancias y organizaciones formales de carácter multilateral.
Este será el índice de nuestro libro:

Del G8 al G20 y los Retos de la Gobernabilidad Mundial
Autores: Rodolfo Santos y Pedro Aguirre
Primera Parte: Origen y desarrollo del G7/8
A) Primera Etapa: 1975-81: el dilema económico y comercial
B) Segunda Etapa: 1982-93: El éxito de los aliados.
C) Tercera Etapa 1993-2001: El impacto de la guerra fría y la aparición de la sociedad civil.
D) Cuarta Etapa: 2001-2009: El G5, el G20 y la eclosión de las potencias emergentes.

Segunda Parte: Los Cuatro Grandes Dilemas de la gobernabilidad mundial
A) Economía y Comercio
B) Seguridad Alimentaria Internacional
C) Paz y Seguridad Internacionales
D) Ecología y seguridad

Tercera Parte: México en el G 20: realidades y perspectivas

viernes, 1 de enero de 2010

¡Ñoños, No!


El Oso Bruno les desea un feliz 2010 y renueva ante todos su inmutable compromiso de perseguir, criticar, desenmascarar y evidenciar a los ñoños y pedantes de este mundo durante el año que hoy inicia.