lunes, 4 de mayo de 2009

Monótona entonación de boca que no piensa lo que dice.


El Secretario de Salud de México, Cordova me parece que se llama, es la apoteosis del gris. La mayoría de los mexicanos no nos hubiésemos enterado de su existencia si no hubiese sido por esta crisis porcina. Además, cada que habla recuerdo aquello de "monótona entonación de boca que no piensa lo que dice."

sábado, 2 de mayo de 2009

Vamos a ver que dice un experto de esta "epidemia mortal"




Marc Siegel, especialista en gripe porcina; profesor de Medicina, Universidad de Nueva York


"Esta gripe durará lo que dure en los informativos"

LLUÍS AMIGUET - 01/05/2009 El País de España

Tengo 52 años y he vivido y estudiado unas cuantas pandemias: esta es de las suaves. La gripe porcina este año es benigna en todas partes menos en los medios, que sí contagian una epidemia de miedo más virulenta que nunca. Soy judío. Tengo 3 hijos pequeños y ningún temor.
Hoy he llevado a mis tres hijos al cole como cada mañana y he notado que el conductor del autobús al que saludo cada día antes de que salga de ruta tenía ojeras y cara de preocupación...
.. Me ha dicho que se sentía mal, que tenía miedo de tener la gripe porcina...

¿Qué le ha dicho usted?

¡Que, por Dios, se dejara de virus y cuidara de la vida de mis hijos descansando bien para conducir! Y que si yo tuviera la mínima duda sobre la posibilidad de un contagio, no dejaría que mis hijos fueran al colegio.

Un buen argumento.

El pobre hombre sufría hipocondría causada por los medios de comunicación y esa gripe del miedo me preocupa más que la porcina. Y la están alimentando los estados: ¿Por qué tiene que salir todo un jefe de Estado a hablar por la tele de una vulgar gripe?

Es una oportunidad de lucirse.

Bastaría con un subsecretario; cualquier portavoz médico sería suficiente. Ese pánico irresponsable alimentado por las autoridades está causando mucho más daño que ningún virus y un enorme perjuicio económico en billones de dólares.

La economía mexicana está colapsada.

¡Y ni siquiera está claro que no viajar allí reduzca los contagios! ¡Pobre México! Mire, cuando uno va a México, la gripe porcina es, con mucho, la última en la lista de cosas por las que preocuparse.

¿Tan poco le preocupa esta gripe?

Es incluso más benigna de lo que imaginaba en un principio; está resultando suave: poco contagiosa y poco peligrosa.

Hay muertos.

Como cada año. Cada año la gripe causa miles de muertos sin que merezcan ni un segundo de televisión ni un titular ni siquiera en internet. Les pido que utilicen su circuito humano neuronal de la razón y el sentido común y bloqueen el centro neuronal del miedo que compartimos con los animales.

Ayúdenos, doctor.

Vayamos al epicentro de la pandemia: México DF tiene 20 millones de habitantes; pues bien: apenas ha habido un millar de casos.

Tal vez las autoridades mexicanas no han sido ni precisas ni eficaces.

¡Eso es otra barbaridad: afirmarlo alegremente así sin pruebas! ¡Qué linchamiento moral de todo un país sin más fundamento que los clichés y nuestra pretendida superioridad! Ya veremos quién se ha equivocado.

¿No cree que ha habido mala gestión de la pandemia en sus inicios mexicanos?

No lo sé. Simplemente no lo sé. Y tampoco creo que nadie lo sepa ahora mismo. Me parece injusto que se dé esa impresión sin contrastarla con datos. Lo sabremos más adelante cuando la pandemia no salga en la tele y ya sólo nos interese a los especialistas.

Tal vez sean miles los infectados y los contagios hayan sido ocultados.

Incluso si fueran cinco veces más de lo que han declarado las autoridades, seguirían siendo estadísticamente inapreciables: cinco mil contagios sobre veinte millones. Adecue su temor a esa estimación estadística.

¿Esta gripe no le parece preocupante?

Desde luego no debemos ignorarla: hay que monitorizarla, controlarla y seguir su evolución, pero es de las benignas: ni siquiera superará a la de Hong Kong de 1968.

¿Podría transformarse en muy dañina?

El virus puede evolucionar a peor: eso es posible, pero no entra dentro de mis pronósticos y he estudiado muchas gripes. Este virus no aguanta más de dos contagios y ya está debilitado. Es una pandemia suave.

Con cobertura mediática virulenta.

Eso sí es preocupante: la propagación instantánea del virus del miedo a través de los medios nos está perjudicando más que la gripe. Lo realmente nuevo en este virus es esa cobertura que internet ha convertido en instantánea: ¿cuántas veces al día oímos la palabra gripe o la leemos?

Así no hay quien la olvide.

Esta gripe, la del 2009, durará lo que dure en las teles, radios y portadas de internet y de diarios. Poco a poco los programadores y directores verán que no da audiencia y la relegarán a espacios secundarios y al final no darán nada sobre ella.

¿Porcina es el nombre adecuado?

Está claro que proviene de los cerdos. Esta mañana yo estaba en la tele cuando un ciudadano nos ha enviado un correo: "Dice usted doctor que esta gripe viene del cerdo, tiene similitudes con la gripe aviar y se contagia entre humanos: ¿Eso significa que los cerdos por fin van a volar?"

Tiene gracia, pero no sé si ahora...

Al contrario: desdramaticemos. Sólo así eres capaz de actuar con acierto. El miedo es el que hace bajar la guardia. A ver: recuerde en todo momento que tenemos antivirales que funcionan y que estamos diseñando una vacuna sin problemas si es que al final hace falta. Más o menos como nos pasa cada año con las gripes.

¿Y si el virus se transforma y empeora?

En el peor de los casos, con quedarnos en casa un tiempo desactivaríamos con eficacia su propagación.

Se especula con un virus fabricado.

Si fuera un virus creado por terroristas sería más letal: se lo aseguro. Tampoco está concebido en un laboratorio multinacional: no sería tan benigno. No es tan diferente de otras gripes - muchas ni fueron noticia-de nuestra historia.


LA PREGUNTA ES: ¿SABREMOS PEDIRLE CUENTAS A NUESTROS INEPTOS GOBERNANTES POR TODO EL DAÑO QUE LE HAN HECHO A LA ECONOMÍA Y A LA IMAGEN DEL PAÍS?

viernes, 1 de mayo de 2009

Esas ridículas telitas azules......


Esas ridículas telitas azules que los más pusilánimes se ponen en el hocico no sirven pa' nada y sí son como si llevaran encima un letrero que dice. "Miren, aquí va un pendejo"

Una ciudad sin verde, de entrada, ya está muerta.






El principal defecto de la Ciudad de México (y miren que tiene defectos) es su escasez de espacios verdes. Ahora con la crisis de la influenza, cuando todos los espacios públicos bajo techo están cerrados, los capitalinos padecemos más que nunca la necesidad de contar con más parques para solazarnos. Esto es grave. Todas la grandes capitales del mundo Occidental y del Oriental gozan de una enorme cantidad de paraques. Algunas de ellas, como mi adorado Berlín (ver fotos), hacen de sus multiples y hermosos espacios verdes causa de orgullo ante el mundo. Pero los mexicanos parecemos peleados con el verde. Desde tiempos remotos el ser humano ha aprendido a estimar los espacios verdes urbanos y a sacar buen partido de las ventajas que le ofrecen. Nuestra ciudad padece un acentuado déficit en esa materia y ahora con la crisis de los puerquitos moquilientos lo confirma y deja en claro cuáles son las necesidades ciudadanas respecto de esa cuestión.
Está de más decir que los espacios verdes públicos y también los privado son pulmones urbanos en los cuales las especies vegetales que los pueblan depuran y oxigenan el aire, librándolo de las impureza que les trasfunden los agentes contaminantes del medio ambiente. Asimismo, cuando nuestros ojos se posan en el colorido de los árboles y de las plantas, pueden descansar de la monótona acumulación de tonalidades oscuras producidas por el franco predominio de los grises que tiñen el hormigón y del invariable negro del asfalto callejero. Sí, El Oso Bruno también sabe ser cursi, amigos, pero sólo cuando la ocasión lo amerita

Pero no por cursi es menos certero. Sin costo alguno cuando son públicos, en esos espacios se puede desde descansar, meditar o leer, ¡hasta hacer ejercicio! (digo para quienes les gusta, yo soy re güevón). Se admiten a personas de todas las edades, desde la más tierna niñez hasta quienes ya transitan por etapas avanzadas de sus existencias, y digo esto para no abandonar la cursilería que le va bien a tan bello tema.

Pero todo en México ha de ser negocio y desinterés por el bienestar del prójimo. Por ejemplo, vivo en un departamento en una zona dizque residencial que no tiene un sólo espacio verde a su alrededor pero, eso sí, en el que no dejan de construir nuevos edificios de departamentos, mismos que no se habrán de vender en mucho tiempo, sumpongo, por la actual crisis, misma que empezó precisamente por culpa del desmedido crecimiento inmobiliario. Qué bueno que así sea. Del otro mlado del Periférico, si me asomo por la ventana, veo los horrendos edificios de oficinas de Telmex-Cuicuilco y de Elektra.
Es decir, enfrente tengo a los dos hombres más ricos de este desafortunado y, ahora, hasta apestado país quienes demuestran su pavoroso mal gusto no sólo con estas dos espantosas contruccciones, sino con su falta de sensibilidad hacia el entorno. Slim no ha movido un dedo para rescatar el olvidado parque que rodea a la pirámide de Cuicuilco el cual podría ser hermoso. Eso sí, junto a la plaza comercial de Cuicuilco (dinero, dinero, dinero, más dinero para este zoquete) levantó un repugnante "teatro" a manera de gran tunel blanco que afea la vista de singular forma. De Salinas (o de los Salinas, debería decir, por aquí también vive Carlitos) ni hablar. Sólo se han limitado a comerse espacio verde del de por sí maltratado Bosque de Tlalpan sin poner un cinco para la reforestacón del entorno.
¡Qué pedestres son nuestros pobres millonarios!


México necesita más verde, pero ni nuestros imbéciles gobernantes ni, mucho menos, nuestros avariciosos millonarios moveran un dedo. Seguiremos muriendo en esta enorme y deshumanizada ciudad, y eso independientemente de la epidemias de influenza porcina

¿"Genial" estrategia para limpiar la imagen del país?


¿No será todo este argüende del virus porcino una "genial" estrategia del gobieno de Calderón para hacer olvidar el tema del narcotráfico? ¿Ya quién habla del narcos' ¿Dónde quedaron los descabezados?
Eso sí, en lugar de tener fama de país violento y lleno de delincuntes, ahora la tenemos de "apestados".

jueves, 30 de abril de 2009

Ayer tuve un cumpleaños atroz


Ayer tuve un cumpleaños atroz. Hasta pensé que sí existe Dios y, a veces, me castiga por mamón haciéndome bromas muy, muy pesadas.

Ahora que todos vamos a morir, recuerden.......


.....Siempre será mucho peor temer a la muerte que morir.

miércoles, 29 de abril de 2009

Nunca olvidaré el dulce y fascinador acento de las quiteñas....



Ecuador es un país al que le tengo un cariño muy particular. Hace muchos años me pasé una inolvidable temporada en la entrañable Quito. Jamás olvidaré ese acento dulce y fascinador de las quiteñas. Cuando fui, recuerdo, el presidente era el socialdemócrata Rodrigo Borja, un buen hombre con fama de honesto y.... bueno.....de pendejo. Hacían muchos chistes los ecuatorianos aludiendo su supuesta falta de inteligencia. Años después conocí a don Rodrigo personalmente en México. Buen hombre.

El Ecuador que conocí era una nación recientemente democratizada que luchaba por consolidar su nuevo sistema político tras años de dictadura militar. Don Rodrigo, pese a lo que se dijera de él, fue capaz de, por lo menos, terminar su mandato, lo mismo que su mediocre sucesor, Sixto Durán, quien sería el último en lograr esta hazaña. A partir de entonces la historia de Ecuador ha sido marcada por el vértigo. El presidente Abdalá Bucaram, electo en 1996, alias "el Loco" (aunque más que loco era idiota), fue destituido por el Congreso por su palmaria incapacidad mental; otro mandatario, Jamil Mahuad, abandonó el poder después de ver cómo quebraban una docena de bancos, y a un tercero, Lucio Gutiérrez, lo derrocaron las mismas algaradas callejeras de las que él se había antes a base de un discurso antiinstitucional y populista. Es así como durante una década y hasta la llegada al poder de Rafael Correa en 2007, ningún presidente terminó su mandato. Decenas de miles de ecuatorianos emigraron al extranjero en esos años, huyendo de un país que se resquebrajaba socialmente, carcomido por una clase política abonada a la corrupción y al nepotismo.

Con los partidos políticos tradicionales desahuciados, los ecuatorianos se acostumbraron a la figura del "outsider", pero no un outsider a la manera camusiana o a la del Oso Bruno, ojalá, sino como un político arribista sin más ideario que su propia capacidad para persuadir a las masas hartas de la política tradicional. Lució fue el primero, pero cayó en desgracia cuando, una vez en el poder, pretendió gobernar en base a recetas liberales, contradiciendo el discurso populista que lo había llevado al poder. Y como un outsider más, también con un discurso de renovación política, Rafael Correa logró en 2006 que su movimiento, Alianza País, se ganara la mayoría de votos.

Con el viento económico a favor, el nuevo presidente no defraudó a su electorado y echó a rodar su "revolución ciudadana" a base de programas sociales y los subsidios para los más pobres.Su popularidad creció como la espuma. El domingo pasado, Correa obtuvo su reelección de manera apabullante. El triunfo, que ha sido precedido por la adopción de una nueva Constitución socializante, entierra, por el momento, el vértigo político y abre un camino hacia la estabilidad social en este país sin sosiego desde mediados de los noventas. Este es, indiscutiblemente, el gran aporte del mandatario reelecto: a pesar de su vehemencia dialéctica, Correa representa para Ecuador un soplo de tranquilidad entre tanto desconcierto. Evidentemente, al triunfo de Correa ha contribuido también una oposición anquilosada que no ha sabido regenerarse y ha presentado como principales contendientes al ya mencionado y desprestigiado ex presidente Gutiérrez y a Alvaro Noboa, un magnate bananero sin más programa político que su chequera.

Correa tiene ahora vía libre para seguir con su "revolución ciudadana" que cuenta desde septiembre con la cobertura jurídica de la nueva Constitución, avanzada socialmente y que deja en manos del Estado los sectores clave de la economía. El presidente, tal y como ha sucedido en Venezuela, ha imprimido un trascendental impulso a las políticas sociales triplicando en los dos años que lleva en el gobierno la inversión en programas sociales de salud, vivienda y educación y ha duplicado el denominado "bono de la pobreza" (hasta los 30 dólares mensuales), un plan de ayuda para las clases más desfavorecidas. Pero, de nuevo, al igual que en Venezuela, sus críticos lo acusan de haber dilapidado los ingresos petroleros en los años de bonanza en una mera política asistencialista y de no haber puesto los cimientos de una economía productiva.

Es cierto que el presidente se ve afianzado políticamente en el poder (la nueva Constitución le permite aspirar a la presidencia una vez más, con lo que podría gobernar hasta 2017), pero enfrenta ahora a una crisis económica global que ya está afectando al país. La caída de los precios del petróleo y la reducción drástica de las remesas enviadas por los emigrantes amenazan el modelo económico del presidente. Sólo en el primer trimestre del año, los ingresos por petróleo (piedra angular de la economía ecuatoriana) disminuyeron un 67 por ciento. Están en peligro los proyectos sociales que se encuentran en la base del alto apoyo que mantiene el presidente entre la población.

Correa ha dejado de ser un outsider. Su movimiento político comienza a echar raíces y ha logrado conjurar, por el momento, el vértigo político en Ecuador. Pero la gran interrogante -de nuevo, como en la Venezuela bolivariana- es si la "revolución ciudadana" también avanzará en tiempos de crisis económica.

martes, 28 de abril de 2009

¿Pos no que la vida no vale nada?


¿Qué diablos fue del mexicano que despreciaba la muerte porque sabía que la vida no vale nada? Toda la ciudad con esas ridículas telitas azules en el hocico. ¡Qué vergüenza!

lunes, 27 de abril de 2009

Alcalde enfermo


¿Ya vieron con que jeta anda Ebrard? No sé si será influenza porcina, pero de lo que esté enfermo este pobre hombre debe ser muy, muy grave.