sábado, 21 de junio de 2008

Partido por la Felicidad para Todos (PFT)


“La necesidad de ir tras la búsqueda de la verdadera felicidad es el fundamento de todas las libertades”, tan tenía razón John Locke cuando dijo esto, que por eso no me parece para nada descabellada (aunque, desde luego, bastante cursi) la idea de mi amigo David Razú de formar un partido que establezca como meta la consecución de la felicidad para todos Hace poco, un think tank británico se puso a medir la felicidad o infelicidad de los países, teniendo en cuenta la posibilidad de éstos de darles una buena vida a sus habitantes, respetando el medio ambiente y los recursos naturales. Con el título “Indice del planeta feliz”, llegaron a la conclusión de que el mejor sitio para vivir en el mundo es Vanuatu, una minúscula isla en el océano Pacífico. Vanuatu es un país con 209,000 habitantes que viven de la agricultura y de la pesca, sin un ejército permanente, con playas, flora y fauna muy bien preservadas y un promedio de vida de 68,6 años. Económicamente hablando, Vanuatu aparece en otra estadística en el lugar 207 sobre un total de 233 países seleccionados, pero en la investigación el dinero y el poder no se tienen en cuenta. De hecho, Estados Unidos ocupa uno de los últimos puestos en materia de felicidad, en un listado de 178 países.
“El índice desnuda la economía hasta su concepto más básico: lo que usamos (recursos) y lo que obtenemos (vidas humanas, más o menos largas, más o menos felices)”, contaron los investigadores del Think Tank , “Está claro que ninguna nación de la lista tiene todo resuelto, pero el índice revela cómo podemos llevar a cabo una vida más larga y más feliz respetando nuestro medio ambiente”. En este índice de felicidad, Colombia, Costa Rica, Dominica, Panamá y Cuba serían los países más felices de América latina y el Caribe. La Argentina, México y Brasil, los tres gigantes del continente, ocupan puestos de media tabla en el ranking mundial.

La verdadera felicidad procede de la posesión de la sabiduría y virtud, no de la acumulación de bienes externos, dijo Aristóteles. Quizá la felicidad de los habitantes de Vanuatu pase por esta otra posesión, espiritual, de la cual habla el filósofo. Para la Universidad de Leicester, en cambio, que realizó otro experimento –un “mapa mundial de la felicidad”–, el factor económico es tenido muy en cuenta. En este segundo estudio de Gran Bretaña se reunieron 177 países y la idea de “felicidad” se basó en la esperanza de vida, en el bienestar económico y en la educación de la población (el acceso a la enseñanza secundaria). Los primeros países en el ranking fueron Dinamarca y Suiza. Luego Austria, Islandia, Bahamas, Finlandia y Suecia. Los Estados Unidos ocuparon el puesto 23; el Reino Unido, el lugar 41, y España, el 46. En América latina, Venezuela estaría encabezando la lista de la felicidad (en el puesto 25 y para gran felicidad de Chávez, que no tardó en presumir el asunto como otro “gran logro” de la revolución Bolivariana) y, otra vez, Argentina, México y Brasil estarían mediando. Eso sí, en ambos estudios el último lugar de la felicidad lo tiene se encuentra Zimbabwe.
El año último, en otra singular experiencia, seis especialistas británicos –para variar, ¿Pos que obsesión se traen los british con esto de la felicidá?) trabajaron durante varios meses para mejorar al nivel de felicidad de un pueblo del Reino Unido llamado Slough. Al experimento le siguió una miniserie de cuatro episodios que se pasó por televisión y que se llamó Haciendo feliz a Slough. Entre las técnicas utilizadas estaban las siguientes acciones: llamar a un amigo, cuidar una planta, abrazarse a los árboles, sonreírle a gente desconocida y, vaya ironía, bajar a la mitad las horas en que se ve TV. Había también sugerencias más extravagantes y palmariamente cursis de maneras de sembrar –desde uno mismo– “semillas de felicidad”. La felicidad de todos empezaría y terminaría en la felicidad de cada uno. Pasaría por otras rutas, más íntimas y privadas, independientes de los factores externos. Se basaría en un cambio de actitud interior, en uno mismo y, por supuesto, en un contacto más intenso con la naturaleza, en una mejor comunicación con nuestros semejantes. Esto corroboraría lo dicho por Schopenhauer cuando manifestó: “La felicidad que recibimos de nosotros mismos es mucho mayor que la que obtenemos de nuestro entorno”. Lo cual coincide con un aforismo del siglo XVII que reza: “El verdadero sabio es aquel capaz de ser feliz en situaciones extremas”.
Según los tres experimentos hechos en Inglaterra pareciera que ese estado de felicidad, que antes era considerado personal y subjetivo, puede proyectarse hoy a las sociedades como un hecho acumulativo y plural, mensurable y objetivo. De todos modos, la felicidad social no podría existir sin la felicidad individual, que no tiene recetas ni soluciones simplistas. Lo cual no significa que sea imposible, sobre todo desde un “yo” tranquilo, centrado y dispuesto a dar y recibir lo mejor.

Todo esto me lleva a insistir en plantear la fundación de ese partido de la felicidad. ¿Para qué estamos en el mundo? ¡Para tratar de ser felices, carajo! Ese sería su slogan. Exaltaría la sabiduría de Bután, pequeña y modesta nación asiática (de donde es el gas butano), única en el mundo que ha puesto la felicidad en el centro de su estrategia de desarrollo. ¿Qué que idea tan estúpida?, dirá algún sesudo lector. Pues bien amigo, te informo que Japón, sí, Japón, está por incorporar el FIB (felicidad Interna Bruta) como su mejor índice de progreso. Aunque la economía de Bután es nueve mil veces inferior a la del Japón, la gente de Bután es muchísimo más feliz. Japón, según las estadísticas, tiene el más alto índice de suicidio del mundo
Por eso, nada de socialdemocracias a la alemana, neo conservadurismos a la Heritage Foundation o populismos a la Chávez o López Obrador. ¡El reino de Bután nos está enseñando el camino…!

Más de Osos


Hasta hace poco, Monterrey parecía ser el único pálido reflejo de Occidente que teníamos en México. Con la Ciudad de México sometida bajo las garras de las hordas perredistas y Guadalajara convertida en un pueblote gobernado por un cura loco y fanático (Sandoval Íñiguez) me parecía que la sultana era, por lo menos, la ciudad "industriosa y pujante" del cliché con la ramplona -pero a fin de cuentas loable, si se consideran las circunstancias- aspiración de querer parecerse a Texas.

Ya perdí el poco respeto que me quedaba por Monterrey. A raíz de la muerte de la osa islandesa mi amigo Julián B. me llamó la atención de que mucho más cerca -precisamente en el Monterrey de los guayabos, pichilos, eloyes y los mencionados bazaldúas- acaban de asesinar de la manera más vil a un osito negro. Un estúpido albañil lo amarró con una soga del cuello. Pero la barbaridad de este albañil no fue lo peor, sino la actitud tanto de los camarógrafos de la tele que se apersonaron en el lugar para grabar tan ignominioso espectáculo como de los retrasados mentales curiosos que se agolparon a presenciar la agonía del osito sin hacer nada para impedirla.

De acuerdo a los especialistas, los animales bajan de las montañas para buscar agua y alimentos, ya que la falta de lluvias ha provocado una aguda escasez de vital líquido en la región. Los hombres han invadido las regiones naturales de los osos, sean polares, negros, brunos o Yogis. ¿Termirá algún día de expanderse esta funesta plaga humana?

miércoles, 18 de junio de 2008

La Repugnante Humanidad asesinó a la Osa Ofeig


Este blog tiene la pena de participar la muerte a manos de la artera policía islandesa de la Osa Ofeig (que irónicamnte sigifica "no debe morir" en islandés). La humanidad es una porquería y no tiene remedio. Este absurdo crimen es sólo otro ejemplo. Ofeig, oso polar que había llegado a Islandia después de una travesía de kilómetros desde Groenlandia llegó a Islandia dos semanas después de que otro oso arribara viajando a través del Atlántico, al igual ésta, sobre un bloque de hielo que se desprendió del declinante frío de Groenlandia y que fue -por supuesto- vilmente masacrado, lo cual generó protestas de los pocos seres humanos conscientes que, por lo visto, quedan en Islandia.
El inepto gobierno islandés había convocado a unos no menos ineficientes especialistas del zoológico de Copenhague para que durmieran a Ofeig y lo regresaran a Groenlandia o, ya de perdida, lo llevaran como como atracción a algún zoológico danés. Pero el animal sufrió un ataque de pánico al verse perseguido por los especialistas del zoo y la policía, además de por fotógrafos y periodistas. "Se lanzó a la carrera hacia el grupo de periodistas en dirección al mar. No tuvimos otra opción que dispararle", pretextó el imbécil jefe de veterinaria de Copenhague, Carsten Gröndahl, cuyo nombre será plasmado con letras de oprobio en los anales de la infamía.
Mucho mejor para la humanidad hubiese sido dejar que Ofeig se tragara a esos estúpidos periodistas, ¿No creen?

Cabe decir que los dos osos peregrinos y mártires llegaron a Islandia no por gusto de hacer turismo sino como consecuencia de esa otra fechoría humana: el calentamiento global.

Ofeig pesaba 147 kilos y medía 1.90 metros. Era una hermosa hembra todavía joven. Debido a la travesía de 500 kilómetros por el mar desde Groenlandia, había perdido peso y tenía una pata muy lastimada.

La caza del primer oso generó fuertes protestas de ecologistas y protectores de los animales, porque la población de osos polares se ve muy amenazada por el cambio climático. Por eso, el multimillonario islandés Björgólfur Thor Björgólfsson se había declarado dispuesto a pagar por el transporte del animal de vuelta a su hábitat. Pero al final la estupidez humana se impuso, otra vez.
El pasado post hablamos de las masacres que algunos locos han perpetrado en contra de seres humanos, y lo hicimos con mucho menos indignación de la que nos invade al cometar el repugnante asesinato de Ofeig. ¿Por qué?, se preguntarán algunos cursis moralistas. La respuesta es fácil: cuando se trata de matar plagas, ni siquiera hay veda.
¡Descanse en Paz la Osa Ofeig!

domingo, 15 de junio de 2008

Spree Killings in the Japanese Fashion


Es cierto que juzgar a Japón exclusivamente a la luz de la reciente masacre perpetrada por el demente Tomohiro Kato en el barrio tokiota de Akihabara es un grave error. Algunos amarillistas quieren hacer pensar que la sociedad japonesa vive en una irremediable decadencia y que hay muchos Katos por ahí: "gente cansada de la estricta disciplina y rigidez japonesa” que estalla al grado de tener estos famosos “días de furia” y sale a matar personas de manera indiscriminada. Aunque, como comentamos en un reciente post, los índices delictivos japoneses han crecido de manera preocupante en los últimos años, las estadísticas todavía están muy lejos de parecerse a las que presenta Estados Unidos, Brasil, Colombia o, bueno, México con su horrorosa ola narcodelictiva reciente. Asimismo, lejos quedan de ser tan frecuentes como en Estados Unidos los crímenes masivos, (o killing sprees, como se les conoce en inglés) al estilo del de Kato.

Un vistazo a la lista de los 40 Killing Sprees más Grandes de la historia (en la que Kato se hizo ya acreedor al lugar 37 con sus siete víctimas acuchilladas) nos da cuenta de que el primer lugar absoluto sigue siendo de Woo Bum-kon, que haciendo uso de un rifle y granadas mató a 57 personas en 1982 en Gyeongsangnam-do, Corea del Sur. Como es fácil suponer, en esta lista de horror sobresalen las masacres perpetradas en los Estados Unidos, donde la segunda peor fue la de otro surcoreano, el horroroso Cho Seung-Hui, que asesinó a 32 personas en la Universidad Tecnológica de Virginia hace poco más de un año. Más “olímpica” fue la hazaña de Charles Whitman, que en 1966, tras asesinar a su madre y a su esposa, subió hasta la torre de observación de la Universidad de Texas y abrió fuego con un rifle de mira telescópica. Mató a 14 personas, pero por lo menos fue fiel al estilo..

No entran en la lista las “hazañas” de Julio González, un cubano desempleado que una velada de 1990 riñó con su novia en el Happy Land, una discoteca del Bronx. Después de intercambiar palabras con un vigilante del club, salió a la calle, caminó hasta una gasolinera, convenció a los empleados de venderle una lata de combustible, regresó a la discoteca y le prendió fuego: 17 personas murieron, pero no se le considera ya que, por lo visto, se trata de una lista que integra sólo trabajos “manuales”. Tampoco puede verse a la tierna parejita de freaks de Columbine, sólo cuentan los actos individuales.

Curiosamente, Australia tiene el segundo lugar en estos catastróficos eventos con un total de “sólo” 4, muy por debajo del campeón absoluto EEUU que está presente, ni más ni menos, que con 19. De Australia destaca el tercer lugar del rating a manos de Martin Bryant , que un día de abril de 1996 mató a 35 personas con un rifle AR-15 en Tasmania (de donde es el famoso demonio). Alemania tiene dos de los más espectaculares: 16 muertos a manos de Robert Steinhäuser (abril de 2002) en una escuela de Erfurt utilizando una escopeta, y la de Walter Seifert, que un día de diciembre de 1964 se le ocurrió la “puntada” de matar a 10 personas con un lanzallamas en Colonia ¡Hagan ustedes el favor!

Otra muy famosa masacre, pero sobre la cual caen las sombras de la duda, fue la que supuestamente cometió el príncipe Dipendra bir Birkram Shah Sev heredero de la corona real de Nepal, que en mayo de 2001 mató a su padre el rey, su madre la reina, sus hermanos y algunos sirvientes para hacer un total de nueve víctimas con un arma de fuego antes de suicidarse, aunque muchos opinan que el ambicioso e impopular tío del príncipe, Gyanendra (quien heredó por “rebote” el trono y quien acaba de ser depuesto de manera ignominiosa) estuvo involucrado de alguna manera en este crimen.

Como decíamos, Japón no se caracteriza por protagonizar este tipo de crímenes. De hecho, “solamente” hay tres de estos eventos en la lista de ganadores, pero llama la atención una particularidad en estos casos: son los únicos en los que se ha utilizado armas blancas de manera exclusiva o como una parte importante (y no sólo accesoria) del “rito”. Los célebres atentados con gas sarín en el metro de Tokio no cuentan por haber sido un "trabajo de equipo". Evidentemente, emprender asesinatos de este tipo con arma blanca representa una mayor dificultad que hacerlo “a la gringa” con un arma de fuego, en virtud a que requiere que el asesino se acerque cuerpo a cuerpo con las víctimas. Algún tipo de “merito” debe tener usar un cuchillo o una espada en vez de un “Cuerno de Chivo” o de una pistola, así como, quizá, haber usado un rifle con mira telescópica tenga, por lo menos, algún síntoma de “deportitividad”. La de Kato no es la mayor. Mamuro Takuma mató en Osaka a 8 personas utilizando sólo un cuchillo de cocina en agosto de 2001. Pero el campeón de la especialidad es Mutsuo Toi: 30 víctimas en Okayama, de las cuales 13 murieron en sus mano armada con una espada “Katana”.

Prueba de la dificultad intrínseca en lograr Spree Killings con armas blancas es el fracaso de Jesse Nettles, un hombre sin hogar que acuchilló a cinco personas en Times Square, entre ellas a un hombre que empujaba un carrito con sus dos bebés, pero no mató a nadie. Más recientemente, Kenny Alexis atacó a cinco personas con un cuchillo. A una de ellas le atravesó la aorta. Fue su única víctima mortal.

El Viejo Mac o Se Aleja (lo Más Posible) de Bush, o Pierde


Si el viejo Mac quiere ganar las elecciones de noviembre va a tener que entender que el llamado "fenómeno Obama" debe mucho al rechazo que un sector mayoritario de la población gringa tiene con la impopular presidencia del infame dueto Bush-Cheney y, por lo tanto, deberá asumir la necesidad de marcar diferencias muy, muy claras con la actual administración e inclusive con el republicanismo más reaccionario de la derecha cristiana y de los ultras tipo Rush Limbaugh. El candidato republicano se equivocó de manera flagrante el viernes, cuando criticó como “una de las peores decisiones en la historia de Estados Unidos” el fallo de la Suprema Corte de reconocer el derecho a apelar de los presuntos terroristas detenidos en Guantánamo.

Este blog ha manifestado en ocasiones recientes su repeto por el viejo Mac por la claridad y coherencia con la que siempre ha actuado en su larga carrera política, que le ha llevado a enfrentarse, en muchas ocasiones, con el sector más conservador de su partido. De hecho, una de esas divergencias tenía que ve con la ominosa cárcel de Guantanamo, que McCain criticó, al igual que deploró la prática de torturar a los prisioneros acusados de terrorismo, que tan querida le resulta a Cheney y, en su riste momento, a Rumsfeld. Ahora McCain comete la torpeza de dar marcha atrás en este tema, coadyuvando inopinadamente a que su rival Barack Obama asuma con más vigor aún la bandera del cambio. McCain no debe cometer estos errores: por ahí está el sendero de la derrota.

Por cierto, para leer más sobre el "mito Obama" lean este interesante artículo de Der Spiegel (en inglés), de como se puede desinflar dicho mito vayan a lean ésta dirección , y para leer críticas a la posible nominación de Jim Webb como candidato demócrata a la vicepresidencia vayan acá .

Una Europa de Ciudadanos


Hay un problema en la Unión Europea y se llama "déficit democrático". Desde hace ya tiempo que tanto los organismos supranacionales europeos como los gobiernos nacionales de los países miembros han perdido contacto con los ciudadanos comunes europeos. Con las experiencias en Francia y Holanda de hace tres años (que, vía referéndum, condenaron a muerte a la Constitución Europa) y el rechazo de los irlandeses a la ratificación del Tratado de Lisboa queda claro que la idea europea ha perdido fuelle en las sociedades que la forman. Los partidarios del proyecto comunitario se han quedado en una incómoda posición defensiva y, en estas circunstancias, ya no es posible volver a someter ninguna propuesta europea al voto popular de los países por separado, porque la negativa de uno significaría otra vez el fracaso para el conjunto de la Unión.

Desde el punto de vista de sus relaciones con los ciudadanos, éste es sin duda del peor revés que ha recibido el proyecto europeo en cincuenta años, puesto que no se trata -como sucedió en otros casos- de que el Gobierno de un país suspenda individualmente su participación en las instituciones comunitarias, sino que significa la confirmación de que Europa está en un callejón sin salida y que los partidarios del rechazo a las propuestas de Bruselas han conseguido hacerse con el control real de una mayoría electoral.

Lo que ha pasado en Irlanda es la expresión más acertada de la dificultad en la que se encuentra la propia UE para tomar decisiones, y de la necesidad imperiosa de que se produzca una reforma institucional para hacerla más eficaz antes de que haya que constatar su colapso. Pero la clave a resolver es como acercar la idea ciudadana a los ciudadanos. Como rescatar la idea, que alguna vez postuló Duverger, de construir una "Europa de las ciudadanos" más que una "Europa de los Estados". Por su parte, el semanario alemán Der Spiegel advierte a los países grandes miembros de la UE de los riegos de desoir las advertencias de Eire montados, otra vez, en el indomable potro de la soberbia.

Es muy probable que -como ha pasado otras veces- a partir de ahora los mecanismos de defensa de las instituciones europeas empezarán a preparar una alternativa para sortear este escollo utilizando algún imaginativo atajo jurídico-político, lo que no dejará de acentuar la perniciosa impresión de que en Europa las mejores cosas siempre acaban haciéndose de espaldas o -peor aún- en contra de la voluntad de sus ciudadanos; ¿cuál es la razón principal de que se produzca ese desencuentro? La primera y más importante es el tendencia general de las instituciones europeas a tratar los asuntos que afectan a los ciudadanos desde una especie de atalaya ilustrada e intocable. La Comisión y el Parlamento europeos se afanan en gestos que creen que son informativos, pero la mayor parte de las veces no se trata más que de simple propaganda plagada de lemas triunfalistas pero vacíos.
Acercar Europa a sus ciudadanos exige mayor responsabilidad a los gobiernos nacionales los cuales no pierden ocasión para cargar sobre los hombros de las instituciones europeas las responsabilidades más incómodas por sus propios fracasos, con la misma fuerza con la que la Comisión y el Parlamento Europeo se dedican a definir casi clandestinamente las maneras de seguir trabajando sin prestar atención a lo que puedan suponer sus decisiones para los gobiernos que luego tendrán que aplicarlas. Esa cerrazón hace tambien que la Unión sea el blanco más fácil de populistas y demagogos, que la señalan como responsable invariable de todos los males a la "Oscura Burocracia de Bruselas". Asimismo, ha llegado la hora de que Europa comprenda que las vías de la profundización de la unión política deben ser atenuadas. El complejo y a veces ininteligible texto de Lisboa debe ser simplificado y las ansias de profundización de los nexos políticos debe enfrentar con más realismo la realidad de una Europa aún demasiado compleja .




jueves, 12 de junio de 2008

El Siniestro Dick Cheney

¡Cómo no va a entusiasmar Barack Obama a las nuevas generaciones! Considérese que Estados Unidos (y el mundo) tienen ocho años de tolerar a una administración tan deleznable como la de Bush y Cheney. Sobre todo, Cheney tiene una imagen de siniestro miserable que podría devorarse cruda a su popia familia. Tan mala es su fama y tan baja su popularidad que, de plano, han optado por mejor esconderlo. El genial satírico The Onion da algunas pistas de cual puede es el paradero desconocido de quien se considera en Estados Unidos la segunda persona más malvada del mundo (después de Osama Bin Laden) aquí


¡Para muchos, Cheney es el mismísimo diablo!



Además de malvado, es corrupto hasta la médula. Jamás se olvidarán sus oscuros nexos con empresas a las que sirvió en el pasado, como Halliburton, las cuales se han visto muy favorecidas con la guerrita en Irak.


¡Ah, porque Cheney ha sido uno de los principales impulsores de la mentira sistemática somo forma de gobierno tan característica de esta lamentable presidencia. Fue el que más insistió en propagar el mito de ligar a Saddam Hussein con Al Qaeda, a sabiendas de que era falso.

Además, defendió a la tortura como mecanismo a utilizar en los interrogatorios


Y es un militarista radical y sin escrúpulos.



Y uno de esos hipócritas de la derecha cristiana gringa que no duda en mentir, calumniar y hasta traicionar, como lo hizo con su pobre ex colaborador Libby, a quien puso de "chivo expiatorio" de algunos de sus pecadilos. ¡Toda una fichita el rabioso vice presidente!

miércoles, 11 de junio de 2008

Karisma..aaa..aa..a


No, no se equivoquen. A mi nunca me gusto el grupillo ese de Kiss, pero el título de una de sus principales bodrios que hacían pasar por canciones viene al caso para comentar un libro de reciente aparición que trata de la importancia del carisma en la política, ahora que Estados Unidos se dispone a elegir un nuevo presidente aunque, desde luego es un tema que compete a todas las sociedades políticas del mundo. El libro fue escrito por Joseph Nye, de la Universidad de Harvard, creador del término "poder suave (soft power)" hace aproximadamente 20 años. En The Powers to Lead ( Los poderes para conducir ), desglosa justamente qué hace falta para gobernar. Existen muchas cualidades de liderazgo, claro está, y Nye examina muchas de ellas. Pero lo que capta más la atención en esta temporada electoral en Estados Unidos son sus consideraciones acerca del "carisma". La palabra viene del significado griego de "don divino, o "don de gracia", y entre quienes tienen el don están, según Nye, Mahatma Gandhi, Adolf Hitler, Martin Luther King, Winston Churchill, Benito Mussolini, Tony Blair, Fidel Castro, Nelson Mandela, Osama bin Laden, Jack Kennedy, Franklin Roosevelt, Juana de Arco y Eva Perón.

El carisma puede ser una gran fuente de poder, como en el caso del poder para convencer en vez usar la fuerza, pero el mismo poder suave puede ser empleado para hacer el mal. Hitler llegó al poder a través de elecciones libres, y sus discursos llevaban a sus públicos a un frenesí, y Bin Laden disemina su letal inclinación mediante la persuasión más que a través de la coerción. "¿Acaso el carisma tiene su origen en el individuo, en los seguidores o en la situación?", se pregunta Nye. Al parecer la respuesta está en los tres. Sigmund Freud pensaba que los líderes carismáticos representaban el retorno al padre primigenio. El sociólogo Max Weber argumentó que el carisma representaba un ideal que sólo es una aproximación en la realidad, y que el carisma surgía de la relación entre el líder y sus seguidores. Así, el carisma dura "mientras tenga reconocimiento y sea capaz de satisfacer al seguidor..." El carisma de Winston Churchill no fue reconocido universalmente sino hasta que su país estuvo en una guerra desesperada. Pero él tenía un don innato para la oratoria del que hizo buen uso. Según John Kennedy, Churchill tomó el idioma inglés y lo hizo marchar a la guerra. No obstante, cuando la guerra casi había terminado, la opinión pública del Reino Unido lo expulsó del cargo mediante el voto. Peor aún, perdió ante Clement Attlee, hombre modesto que tenía mucho por lo cual ser modesto, en las palabras de Churchill, y probablemente el político menos carismático de su generación (y de la historia).

Con el tiempo, la gente puede cansarse del carisma, en particular si empiezan a pensar que esa característica enmascara defectos de la personalidad. Pregúntenle, si no, a los amigos venezolanos, que tienen que soportar a Chávez todos los días, aunque los italianos aun tienen cuerda para tolerar al zafio de Berlusconi. Allá ellos y su mal gusto. Como dijo el político conservador, Michael Portillo, respecto de Tony Blair: "En buena medida, lo que fue capaz de lograr se debió a su carisma ..." En un tiempo él fue el amo de la interpretación política, pero "ahora resulta difícil encontrar a una sola persona que crea una sola palabra de él".

Es obvio que el buen Barack Obama tiene la carta del carisma. Al igual que Reagan y Kennedy logra emitir las palabras que inspiran, para gran pesar de Hillary Clinton, condenada “más a impresionar en vez de inspirar”, según palabras de Nye. También están los elementos no verbales del carisma. Nye destaca estudios académicos que demuestran la ventaja de que goza un hombre guapo sobre un rival feo (yo por eso no soy político: arrasaría a mis rivales). Para una mujer, la ventaja es incluso mayor (pero pos como no, mamacita). Dice Nye que algunos focus groups pudieron pronosticar a los ganadores al ver imágenes de candidatos en elecciones que no les eran familiares. Las predicciones fueron menos precisas cuando a las imágenes se sumaron las voces. Cuenta Nye que la periodista Martha Gellhorn escribió en 1946 que podía notar que Sukarno, de Indonesia, era un gran orador "al observar sus manos y seguir su voz, así como los ojos y rostros de los niños. Era posible sentir su poder", aun cuando no podía entender una sola palabra. "Te recordaba a Hitler." Pero el carisma para un grupo étnico o lingüístico puede ser contrario para otro. El indudable magnetismo de Hitler podría no haber funcionado con los italianos. De manera similar, el estilo operístico de Mussolini habría parecido hilarante para los británicos. Y hay que considerar también que los británicos nunca produjeron un Verdi, un Donizetti o un Rossini. Tal vez, Obama resulte aburrido en Birmania y Clinton electrizante en Pekín.

En México hemos tenido Políticos carismáticos que han resultado un desastre (López Mateos, Fox). Grises burócratas que han resultado un desastre (De La Madrid, Zedillo). Personajes anticarismáticos pero enjundiosos que, igual, han resultado un desastre (Salinas, Echeverría). Chaparritos voluntariosos, acomplejados y grillos que están resultando un desastre (Calderón). Y oradores de buena voz y mejor oratoria que, sí, adivinaron otra vez: han resultado un desastre (Díaz Ordaz, López Portillo). Total, que en México con carismáticos o aburridos, siempre acabamos en el desastre.

martes, 10 de junio de 2008

Más Sobre el Mito Obama


Decíamos en el post pasado que el fenómeno Obama ha enamorado a muchos analistas mexicanos que, de manera superficial, han estado pendientes de su ascenso. Creo que para complementar un poco más mis opiniones sobtre el inminente candidato demócrata valdría la pena ponderar quien es el senador por Ilinois.

Sin restarle trascendencia a el hecho de lo refrescante que ha sido su candidatura para Estados Unidos y, en buena medida, para el mundo; y sin negar sus virtudes como hombre inteligente y carismático, déjame decirte que Obama también es:

... un político que coteja el voto con un discurso populista a favor de tesis proteccionistas que cercenan las posibilidades de desarrollo las naciones más pobres.

...un candidato busca votos común y corriente que hace promesas que sabe no podrá cumplir. Defiende la retirada de Estados Unidos de Irak, reclamo popular de gran parte del mundo, pero una evaluación seria sobre los riesgos para la seguridad que entraña un retiro anticipado muy, pero muy probablemente podría ía hacerlo cambiar de opinión si se convierte en presidente.
...Un presidenciable cuyas propuestas de fondo poco tienen de original. Pocos de los entusiastas simpatizantes de Obama han estudiado sus propuestas en detalle pero se sienten atraídos por él porque representa el fin de la era Bush. Hasta ahora, a Obama se le ha hecho muy fácil: sencillamente no es Bush, pero a partir de ahora será mucho más difícil.

...Un bizoño en política internacional cuyas ideas ya han provocado resistencia. En Medio Oriente, los israelíes no están contentos con su idea de dialogar con Irán.

...Algunos mandatarios árabes están nerviosos por la promesa de Obama de reducir la presencia militar estadounidense en Irak, ya que temen que estalle una guerra civil que se extienda a toda la región.

...Y a los paquistaníes no los pone precisamente contentos que los deseos de Obama de lograr la paz en Irak tengan como contrapartida la promesa de intensificar la actividad militar norteamericana en Paquistán, hasta el punto de actuar unilateralmente ante información sobre bases terroristas dentro del país.

...Un buen estudiante de Harvard, lo que no lo hace en automático un destacado intelectual. ¿Dónde estan las publicaciones que lo ubican como tal? Ser suma cum laude no te convierte en un renovador del pensamiento, ¿Qué ha publicado para reforzar el mundo de las ideas? Yo les voy a decir ¡nada! por que Obama es, además de un buen estudiante, un activista político que le ha dedicado muy poco tiempo a las ideas de fondo.



...Como senador la labor legislativa de Obama ha sido bastante limitada. Algunas de las personas que pretenden darme lecciones harían bien en señalarme cuales han sido las "grandes" leyes que ha impulsado Obama en el senado en estos cuatro años?

Así que, amigos, a mi también me emocionó mucho ver los videos pro Obama y me encanta la idea de que un negro pueda ser presidente de Estados Unidos, nada más mantengámonos en la racionalidad y no mitifiquemos a quien, repito, mucho le falta para dmostrar verdaderamente es.

y oootra vez repito, para ver si así sí queda claro, EL FENOMENO OBAMA ES SUMAMENTE POSITIVO, EN GENERAL, PARA LA DEMOCRACIA EN ESTADOS UNIDOS, PERO MITIFICARLO O ENAMORARNOS TONTAMENTE (ES DECIR, DE MANERA IRRACIONAL) DE SU FIGURA CARISMÁTICA ES UN ERROR QUE NO DEBEMOS COMENTER, MUCHOS MENOS LOS ANALISTAS QUE SE DICEN SERIOS (EL OSO BRUNO QUEDA EXCLUIDO, ES SÓLO UN SATIRISTA).

domingo, 8 de junio de 2008

¿Quién Teme al Referéndum?


La farsa de “Consulta Ciudadana” que pretende organizar el gobierno de Marcelo Ebrard en el DF para tratar el tema de la llamada “reforma petrolera” tiene que ser denunciada como lo que es: una vulgar charada, como lo fueron los sainetes similares organizados en las negras épocas del gobierno de López Obrador. Pero no por ello debemos desechar la idea de luchar por que se implante en México la figura del referéndum. Hace bien Jorge G. Castañeda en insistirle a Calderón para que recobre algo de iniciativa política enarbolando la bandera del referéndum, pero el pobre presidente que tenemos no tiene ni la estatura histórica ni la visión de largo plazo para tomar una decisión de esa envergadura. Por otra partre, negar que la democracia representativa está en crisis equivale a pretender tapar el sol con un dedo. Oponerse a estabecer métodos que permitan a la gente, en circunstancias excepcionales, tener la capacidad última de decisión es asumir posturas sumamnte conservadoras.

Muchos dudan de que en México, un país de tan incipiente cultura democrática, funciones la figura del referéndum. Quienes critican este mecanismo sostienen que éste ha sido, muchas veces, instrumento de gobiernos autoritarios útil sólo para dar un barniz de legitimidad a decisiones cupulares. Pero, por otro lado, es innegable que los referéndums han sido muy útiles en el perfeccionamiento de la vida política de muchas naciones democráticas, y que en América Latina han coadyuvado, a veces decisivamente, en los procesos de transición hacia la democracia.
Los partidarios del referéndum sostienen que éste es un instrumento eficaz para fomentar la participación de los ciudadanos en el proceso de toma de decisiones políticas de un país, si se le concibe como un complemento de la democracia representativa. Y, ciertamente, si repasamos el papel que ha desempeñado el referéndum en la mayor pare de las democracias del mundo occidental nos damos cuenta que éste ha contribuido, incuestionablemente, a encontrar salidas a problemas políticos demasiado importantes como para ser considerados únicamente a nivel parlamentario. En México una de esas cuestiones axiales, lo queramos o no, es el petróleo.

Debemos reconocer, además, que la dinámica de las sociedades contemporáneas se ha acelerado, provocando que los partidos políticos, los parlamentos, las corporaciones y otros métodos de representación tradicionales aparezcan, muchas veces, obsoletos y limitados. Evidentemente, aún no se ha logrado (y se está todavía lejos de hacerlo) encontrar los nuevos mecanismos que logren sustituir a los partidos, razón que hace de éstos instituciones aún imprescindibles para la buena marcha de un régimen democrático. Sin embargo, conscientes de las limitaciones que padecen los mecanismos tradicionales de representación política, métodos de democracia directa deben ser consideradas para complementar el desarrollo político de una sociedad.

En la actualidad, se observa a escala internacional un aumento en el uso de los referéndums en prácticamente todo el mundo. En Europa, donde ha sido una práctica común (en algunas naciones, desde el siglo pasado), la celebración de referéndums se ha multiplicado, e incluso se considera su introducción en sistemas políticos sumamente tradicionales, hasta la fecha reacios en reconocer cualquier forma de democracia directa, como es el caso del británico. Por su parte, en Estados Unidos, país en el que nunca en la historia se ha celebrado un referéndum a nivel nacional, las consultas directas a los electores se han vuelto moneda corriente en casi la totalidad de los estados de la unión para definir asuntos locales. En América Latina y en otras regiones de democratización reciente también se recurre cada vez más al referéndum, a pesar de que fue esta una costumbre poco extendida en nuestros países (con la excepción de Uruguay) hasta principios de los años ochenta. Por ahí el lector podrá consultar en este mismo blog un cuadro comparado donde se explican los diversos métodos de referénum adoptados en América Latina.

Algunos adictos radicales al referéndum lo describen como una de las formas más puras de democracia, ya que permite que las decisiones sean tomadas directamente por los ciudadanos. La idea sería, por lo tanto, alcanzar una "democracia total", sin intermediarios que "siempre distorsionan a su conveniencia" la voluntad de los representados, ni partidos caducos que "nada son capaces de ofrecer a los buenos ciudadanos". Para este sector de la opinión pública, a más referéndums mejor. Bajo esta óptica, el referéndum debería tender no a ser un "complemento útil" de la democracia representativa, sino que debe procurar sustituir completamente a las formas corrientes de representación a la brevedad posible. De hecho, algunos "futurólogos" prevén que con el vertiginoso desarrollo de la computación y de nuevas tecnologías de comunicación, la democracia representativa podría, eventualmente, desaparecer para dar lugar a una nueva forma de democracia directa, la cual funcionaría a base de "referéndums permanentes" en la que cada elector contaría en su casa con una terminal donde cotidianamente se manifestaría a favor o en contra de las propuestas puestas a su consideración. Obviamente, esta ¿aterradora? posibilidad esta aún muy lejana.

Por otra parte, y como decíamos, los críticos del referéndum lo señalan como una práctica llena de trampas, la cual ha sido utilizado por innumerables dictadores para, como ya se ha apuntado, dar un barniz de legitimidad a decisiones cupulares. Disfrazados bajo el argumento de que los partidos sólo sirven para dividir a los "buenos ciudadanos" y para corromperlo todo, tanto la derecha como la izquierda radical han apelado a la celebración de referéndums para que sean los ciudadanos quienes directamente se pronuncien a favor de las iniciativas que les presenta el gobierno. Esta costumbre, conocida por algunos como "democracia plebiscitaria", fue inaugurada por Napoleón Bonaparte en 1800, año en el que fue aprobado en Francia su nombramiento como primer cónsul. Desde entonces, los referéndums celebrados bajo la férula de gobiernos autoritarios y totalitarios arrojan casi siempre resultados contundentes en favor de las propuestas presentadas por las autoridades, aunque existen notables excepciones a esta regla.

Los enemigos del referéndum afirman que al sustituirse los mecanismos de representación política, los gobiernos autoritarios desarticulan toda posibilidad de oposición organizada. Asimismo, alegan que las campañas rumbo a un referéndum se prestan mucho más para la demagogia y la manipulación que en el caso de las elecciones normales, ya que en muchos casos ciudadanos ordinarios no tienen la capacidad (por una razón o por otra) para decidir apropiadamente o de forma responsable sobre los temas que están a discusión. También se afirma que los plebiscitos dan lugar a una "tiranía de la mayoría" que margina de toda posibilidad de representación política a los grupos minoritarios.

Incluso en varias naciones de inobjetable tradición democrática, la práctica eventual del referéndum ha sido impugnada por quienes la conciben como una forma de la que se vale un Poder Ejecutivo poderoso para relegar a un segundo plano la importancia del parlamento. El ejemplo típico es Francia, donde con el advenimiento de la V República, tras el ascenso al poder de Charles de Gaulle, se instituyó a nivel constitucional el referéndum como una forma de reforzar los poderes del presidente frente al parlamento, ya que en determinadas cuestiones clave al jefe de Estado siempre le queda el recurso de convocar a un referéndum ante un Poder Legislativo demasiado obstinado. Cabe aclarar que a la sazón a Francia le urgía salir de la caótica situación a la que la había orillado el parlamentarismo exacerbado de la IV República, y para ello nuevas fórmulas constitucionales (entre ellas el referéndum) cumplieron a cabalidad la tarea de garantizar la gobernabilidad del sistema político en momentos críticos para el país.

Sin embargo, a pesar de todos los argumentos en su contra, el referéndum mucho ha aportado a los regímenes democráticos en los que funciona y, de hecho, para algunas dictaduras ha resultado ser una arma de dos filos. Por ejemplo, fueron sendos referéndums organizados por las autoridades los que determinaron el fin de las dictaduras militares en Uruguay (1980) y en Chile (1988). El reciente triunfo del No en el referéndum venezolano que puso un coto a las pretensiones totalitarias de Chávez podría ser considerado dentro de este grupo. Asimismo, y volviendo al caso francés, el referéndum como "instrumento de fortaleza presidencial" quedó en entredicho en 1969, cuando el general De Gaulle se vio obligado a presentar su dimisión tras ser derrotado en un referéndum. De hecho, tanto han cambiado las cosas en Francia que en la actualidad la mayoría de los partidos conciben al referéndum dentro de sus respectivas plataformas electorales como una manera de atemperar al presidencialismo.

Ante la actual coyuntura política mexicana, resulta pertinente preguntarnos que tan útil y conveniente resultaría acoger al referéndum como complemento de un sistema democrático tan incipiente. Si bien es cierto que la utilidad del referéndum ha sido comprobado casi en los cinco continentes, ¿no sería mejor primero fortalecer en México los instrumentos de la democracia representativa tradicional, en particular a los partidos, y después pensar en adoptar elementos de la democracia directa? Yo pensaba así antes, pero después de años de militar en las miasmas de partidos que tenemos, en darme cuenta lo mal que funcionan y en considerar las injustas trabas que impone la ley electoral para impedir el surgimiento de partidos ciudadanos, llegué a la conclusión de que el referéndum es necesario para legitimar decisiones demasiado controversiales. Debemos adoptar el referéndum como un mecanismo extraordinario que deberá exigir para su realización con el mayor acuerdo político posible. Una propuesta sería que la Constitución prescriba que para la celebración de un referéndum que éste sea exclusivamente convocado por el presidente y se precise de la aprobación en ambas cámaras Congreso de la Unión por mayoría absoluta.