viernes, 16 de mayo de 2008

La Moska Trotska


Ya hemos comentado en este Blog la deplorable historia del que ahora es conocido como Partido Socialdemócrata, una organización que nació con una inconcebible alianza de dirigentes pseudocampesinos, políticos ex priístas, pretenciosos juniors, burócratas, progres, feministas, ex trotskscos ¡ah!, y uno que otro socialdemócrata, impelidos a establecer este insólito mejunje por culpa de la absurda ley electoral que rige en México, diseñada para boicotear la creación de nuevas opciones políticas genuinamente ciudadanas. También hemos platicado hasta la saciedad de las grotescas disputas internas que han lacerado la breve pero agitada vida del partido: primero con la batalla entre los pseudocampesinos y los pseudo socialdemócratas en una contienda acre y sin cuartel, y después con el conflicto caníbal entre los “buros” y los “rosas”, caracterizada por un pasmoso nivel de rencor y encono. ¡Un espectáculo infamante!

Evidentemente, entretenidos con tanto pleito de los socialdemócratas mexicanos han aportado muy poco a la vida política del país. Claro, han apoyado las iniciativas para despenalizar el aborto y la marihuana en la Cámara Legislativa del DF, así como la creación de las sociedades de convivencia y el derecho a una muerte digna, entre otras cosas. También cabe apuntar que el sector “progre” se enamoró de la idea, que empezó a promover, del ingreso básico ciudadano. Una idea muy discutible, pero idea a fin de cuentas. Todo eso está muy bien, pero son iniciativas que ya se venían impulsando desde la creación de Democracia Social y México Posible. En el partido brillan por su ausencia las nuevas ideas. Sus documentos básicos son sumamente superficiales, los trabajos de las Fundación y el Instituto casi se han reducido a cero, así como los trabajos editoriales que -por ley- están obligados a imprimir, sus posicionamientos públicos no han tenido eco y, para colmo, acabaron por presentar un amparo contra la ley de espacios libres de humo que demuestra su poco sentido de solidaridad social, su desconocimiento de los nuevos temas que se imponen a nivel internacional para la protección de la salud ciudadana, su desprecio por la discusión interna, su ausencia de sentido de responsabilidad, su oportunismo barato y su desdén por acatar las decisiones democráticas de la mayoría.

Eso sí, las que han dado de hablar, y mucho, son sus horrorosas pugnas, que ha tenido escenarios tan surrealistas como aquella asamblea en Ciudad Valles, tan frívolos como el programa de tele de Katia D’Artigues y escenas tan vergonzosas como la de ver a Luis Tamés, un hombre que por su pinta bien podría haber pasado como el más bravo guerrero de Atila o de Gengis Khan, correr como conejo asustado ante las huestes de El Nana.

Pero dentro de toda esta porquería ha destacado la labor satírica de la “Moska Trotska”, pseudónimo de un muy buen satirista que se ha dedicado a fustigar con cultura, buen estilo y mejor humor los desatinos y mezquindades de los socialdemócratas de todos los bandos. La Moska sabe muy bien poner en evidencia las mezquinas vanidades de los dirigentes del partido, critica con tino los deleznables métodos como resuelven sus problemas y se ríe de las ridículas pretensiones de esta gente que juega a la política. Porque eso es en el fondo el problema de los dirigentes socialdemócratas. Se toman demasiado en serio y no han sabido ver que lo que tienen es una responsabilidad mayúscula con los ciudadanos de este país. Desperdician la oportunidad (más bien, la obligación) que tienen de construir una genuina opción ciudadana para pelearse como mecapaleros el control de un mini partido. Si los dirigentes de rosas y buros fueran más sabios sabrían tomarse las cosas con más calma y, sobre todo, con mayor realismo y así entenderían que con mayor generosidad y ánimo constructivo podrían armar algo interesante, aunque las procedencias de los grupos sean distintas, así como muchos de los objetivos.

Seguido nuestra amiga alada y rebelde envía su estupendo material satírico a los principales militantes del revoltijo socialdemócrata, convirtiendo su ingenio en la principal aportación del partido desde que se fundó. Ahora bien, esta diminuta émula de León Trotski se había cuidado muy bien de conservar su anonimato, indispensable para poder hacer una labor de satírica en la que se burle de todos sin ser acusada de parcialidad o de trabajar para alguno de los bandos. Sin embargo, cometió un error que le permitió a un servidor descubrir su identidad, les cuento:

Resulta que el Oso Bruno hace un envió semanal todos los lunes a una lista de muy distinguidas personalidades masculinas que consiste en un paquete, digamos, de información sobre las mujeres, con la esperanza de que estos señores aprecien más el importante papel del sexo femenino en el desarrollo de la civilización occidental. El Oso, consciente de la incontestable vocación feminista de los dirigentes socialdemócratas, había venido incluyendo a varios de los dirigentes del partido desde que inició el servicio de encue… digo, la entrega de este material concientizador, hace cosa de ya un año. Pero hace quince días dicho plantígrado se dio cuenta de que faltaban en su lista cuatro de los más destacados líderes socialdemócratas y decidió incluirlos ipso facto en la lista de receptor de los lunes.

Pues bien, resulta que su última entrega, la Moska incluyó a varias personalidades receptoras del material de los lunes, cuyas direcciones electrónicas sólo podía conocer alguien que estuviera incluido en esa lista, y como daba la casualidad de que teníamos a alternativos (o ex alternativos, como gustéis) recién integrados, pues por lógica se saca la conclusión de que la famosa Moska Trotska era uno de estos cuatro nuevos subscriptores.

¡Caramba!, mucho respeto el trabajo satírico de doña Moska, y sé que revelando su identidad con tan contundente prueba podría quitar al PSP la única valiosa aportación que ha hecho hasta la fecha, pero el Oso es un envidioso odioso y baboso al que no le gusta la competencia así que…

Decía que son cuatro los sospechosos, de los cuales fue muy fácil eliminar a tres: uno de ellos es Rafael Piñeiro, hombre demasiado amargado como para tener el sentido del humor que demanda escribir buenos textos satíricos. El otro es David Razú, quien aunque no carece de sentido del humor tiene un carácter demasiado “institucional” (whatever that means) y no se pondría a escribir sátiras. El tercero es Antonio Mondragón, quien no puede ser en virtud a que posee la cultura de una teibolera de un antro del Eje Central (o peor, de alguno de sus clientes), así que descartados estos tres personajes pues sólo nos que usted….

don Enrique Villarreal Ramos

2 comentarios:

JHT dijo...

Bien Pedro, no voy a defender ni a criticar a nadie (a estas alturas, ¿ya para qué?), pero sí voy a hacer una precisión: Alternativa ha metido hasta el momento dos iniciativas de ley para la marihuana, ambas a nivel federal: una para proteger a sus consumidores, y otra para regular sus usos médicos. Falta una tercera, que tratará de permitir sus usos industriales. Por lo demás, el alboroto que han armado los asambleistas del DF con el asunto no es más que una llamarada de petate que, muy suavemente, podría ser caracaterizada como oportunista: la legislación en la materia tiene un carácter federal, y ellos mismos no entienden ni lo que proponen. Sirva esta aclaración para, al menos, invitar a que se conozcan las dos iniciativas que están ya en la Caámara de Diputados: están muy bien hechas y fundamentadas, y son realistas. Un abrazo

Pedro Aguirre dijo...

Jorge Hernández Tinajero, el autor de esta pertinente aclaración,es quien más sabe del tema de las drogas en México y sus iniciativas son verdaderamente inteligentes y sumamente viables. Agradezco esta puntualización. El problema es que más allá de los temas que han sido tradicionales desde Democacia social -y que sin duda son importantes, porque buscan ampliar nuestras libertades- -, como los de sexo, droga y Rock and Roll, en cuanto a ideas se están quedando cortos los socialdemócratas. Se concentraron en sus pleitos ridículos. No es tu caso, dese luego, porque tú te dedicaste a chambear, pero como tú hay muy pocos en el partido, desgraciadamente.