jueves, 1 de mayo de 2008

¡Me Vale Madre!


No descubro ningún secreto diciendo que la mexicana es una sociedad sumamente insolidaria y egoista. Sencillamente nos vale madre el prójimo, sólo nos interesa lo que nos conviene como individualidades y jamás (o muy poco) pensamos en términos de sociedad, y miren que su servidor es un furibundo individualista, pero no por ello dejo de reconocer que un mínimo de solidaridad con nuestro entorno y nuestros semejantes es indispensable para afinar la conveniencia social a la que no podemos renunciar, querámoslo o no. Aplicar la máxima"tus derechos terminan donde empiezan los míos" es primordial incluso para el auténtico desarrollo de la personalidad inteligentemente egoista. Pero en México todo es Me Vale Madre y, para empezar, nosostros mismos. Por que ese es, en el fondo, la tragedia del valemadrismo nacional: los principales perdedores somos nosotros mismos como individualidades. Nuestro propio bienestar Vale Madre antes que ceder a la solidaridad con el entorno.

Le vale madre lo mismo al gobernador soez e iletrado que a políticos jóvenes que se dicen de "izquierda moderna". Le vale madre lo mismo a la venal dirigente sindical que tiene echa un desastre la educación que la periodista frívola y mal educada que enciende cigarros durante conferencias para que la gente se de cuenta de que ella si es "muy libre".

El Diccionario de la Lengua Española define egoísmo como el "inmoderado y excesivo amor a sí mismo, que hace tender desmedidamente al propio interés, sin cuidarse del de los demás". En su segunda acepción, el diccionario nos dice que también es "el acto sugerido por esta condición personal". Me parecen dos definiciones extraordinarias, profundamente teleológicas, nacidas de la pura reflexión acerca de las causas finales.

De entre los vicios humanos, el egoísmo excesivo está en la raíz de todas las radicalidades. Muchos han dicho que de ahí deriva todo mal social. Es incompatible con la justicia, con el perdón, con la magnanimdad , con la solidaridad y -por supuesto- con el amor. De todas las imperfecciones, ésta es la más difícil de desenraizar, porque el egoísta suele camuflar su perversión con avalanchas de razonamientos y actitudes engañosas. Hay, ciertamente, un egoísmo cinico y grosero el cual ama la obviedad (como el de Tere Vale Castilla). Pero, en el mayor de los casos, es solapado e hipócrita. Se disfraza con frecuencia debajo de causas nobles y de loables ideales.

El nacionalismo y la religiosidad fanática son fruto del egoísmo de un sector social, y eso es paradójico, puesto que el egoísmo está estrechamente ligado al individualismo. Tanto el nacionalismo como la religiosidad fanática son tendencias radicales de las personas que se fugan a un aislamiento voluntario dentro del territorio de sus propios intereses. Alexis Carrel, con su aguda y profunda intuición, definine egoísmo: "El egoísmo aísla al individuo de todos los demás; rompe la sociedad en fragmentos; esteriliza toda tentativa de trabajo en común; desintegra a la familia, al pueblo, a la ciudad y a la nación". ¡Qué gran verdad! Lo estamos viendo. El reciente alarde de estupidez del gobernadorzuelo de Jalisco o la prepotencia maniqueista y estólida de los perredista "defensores de la patria" -que no buscaba sino la rstauración de la desaliñada imagen de su deleznable líder-no son otra cosa que el fruto del egoísmo que sólo busca el propio interés, con exclusión del de los demás. Verdaderamente, estos actos entrañan aislamiento, ruptura, esterilidad y desintegración. Todo es lo inmediato, lo del corto plazo, que a nosostros como partido o facción nos conviene.

Lo que uno desea va a veces acompañado de un gran apasionamiento. Ahí los intereses personales juegan un papel decisivo, pero también, con frecuencia distorsionador. Porque la verdad radica en el conocimiento y no en la afirmación de lo que se desea. Permítaseme, para terminar, otra cita al respecto, ésta del filósofo Beltrand Russell: "Muchos hombres cometen el error de sustituir el conocimiento real de los hechos por la afirmación de que es verdad lo que ellos desean". Otra contundente verdad. Pasa, sobre todo, con los fanáticos, pero también con los excesivamente egoistas que sólo aceptan ver las cosas desde su limitada óptica y renuncian a cualquier ejercicio de objetividad.

"El petróleo es nuestro, así tengamos que comer hierba, por que YO asói lo veo y los demás son unos pendejos todos ¡y que vengan los especialistas del extramjero a demostrarme lo contrario, ¡me la pelan!"
"Cristo Rey manda, por que YO soy muy católico y somos mayoría, y el resto me vale madre" "YO soy una líder sindical que hace todos los días historia por que es la más inteligente y astuta, y todo me lo merezco y lo puedo porque ¡Ayyy como sufrí para llegar al poder!, pero ahora, todos a la chingada"
"YO soy el líder de todas las izquierdas unificadas de México"
"O Yo ganó las elecciones, o es que hubo fraude, por que a mí nadie me puede ganar y a bloquear Reforma, chingado, que para eso me vale madre"
"YO pongo a mi güerito en Bucareli y ahí lo dejo hasta que me de la gana, me vale madre que no sirva pa´nada, porque esta bien guapote el condenado, faltaba más"
"Socialdemocracia es lo que to diga y lo que me convenga, lo demás me vale madre"
"Yo prendo mi cigarrote donde me de la gana, y me valen madre todos los argumentos científicos de los no fumadores a los que prejudico por que nicierto, YO opinino que nicierto"


Todo es extrapolar nustros deseos y pasiones personales al ámbito de lo público, sin importar la opinión de los demás o los hechos objetivos que presenta la realidad. Por que la realidad, ¡Me Vale Madre! lo que importa es lo que YO veo y Yo pienso de acuerdo a mis necesidades y a lo que me da la gana y si la realidad no se acopla a mi capricho...

...Tan pis pour la realité.


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