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lunes, 14 de julio de 2014

Y 24 AÑOS MÁS TARDE, LOS DIOSES VUELVEN A ENTRAR AL VALHALLA

 
 
El alemán es, quizá, el único pueblo del mundo que tiene  prohibido cantar determinadas estrofas del himno nacional. El Deutschland Lied, escrito en 1841 por August Heinrich Hoffmann von Fallersleben, tiene estrofas consideradas expansionistas y demasiado agresivas por la sensibilidad de la posguerra, un mundo que había sufrido los ingentes horrores del nazismo. Desde luego, Fallersleben jamás se imaginó que la idealista letra de su poema, consagrado a exaltar la necesidad de unidad y fraternidad entre todos los alemanes que a la sazón divididos y mal gobernados por una cantidad de déspotas y despotillas de toda laya, sería algún día utilizado por un régimen racista criminal como lo fue el Tercer Reich. Eso de Deutschland, Deutschland über alles no se refería a ninguna ambición imperialista, sino al anhelo de erigir una Alemania unificada y democrática para superar los retrógradas regímenes antiliberales de los Kleinstaaterei (pequeños Estados) que prevalecían por todo el territorio alemán antes de la unificación. Este poema fue, junto con la bandera tricolor negro-rojo-oro, uno de los símbolos de la muy liberal Revolución de Marzo de 1848, aplastada de forma cruenta precisamente por el que sería uno de los gérmenes del nacional socialismo: el militarismo prusiano.

“Alemania, Alemania, sobre todo”, frase después de los avatares históricos puede resultar chocante, pero que resume muy bien la ilustre historia del equipo nacional de fútbol, la entrañable Mannschaft, que ayer se coronó campeona en la final del campeonato mundial de Brasil. El palmarés de esta institución es más que brillante: cuatro títulos de campeones del mundo, ocho finales disputadas y seis presencias más en las semifinales, una ronda que han alcanzado en 13 de los 20 Mundiales que se han celebrado, contando el de Brasil. Además tres eurocopas y otras tres finales en el mismo torneo apuntalan la famosa sentencia del inglés Lineker: "El fútbol es un deporte que inventaron los ingleses, en el que juegan11 contra 11 y donde siempre gana Alemania".

La vocación triunfadora y la voracidad germana no entienden de sensiblerías. En los dos primeros Mundiales que se proclamaron campeones derrotaron a dos de las selecciones más recordadas de la historia. Los magiares mágicos, la Hungría de Puskas, Czibor y Kocsis, había llegado como favorita al Mundial de Suiza 54. Durante el torneo deslumbró a todos, incluidos los propios alemanes, a los que arrollaron en la fase de grupos con un contudenten 8-3. Sin embargo,en la final sufriría lo que se conoció como "el milagro de Berna". A los 10 minutos Hungría mandaba 2-0 en el marcador y el propietario del trofeo parecía escrito. Pero Alemania se rebeló. En menos tiempo, apenas ocho minutos, consiguió poner las tablas. En el minuto 84, Helmut Rhan completaba el milagro, ante la estupefacción de los húngaros. Primer Mundial de Alemania, arrancaba la historia victoriosa.
 

La siguiente víctima ilustre de la Mannschaft fue La Naranja Mecánica. El alumbramiento del equipo que inventó el "fútbol total" tuvo lugar en Alemania 74. Con ellos nació un estilo que ha perdurado en la mente del aficionado como el paradigma del buen juego. Sin embargo, el anfitrión volvió a hacer oídos sordos a los elogios hacia su rival. El tempranero gol de Neeskens, en el minuto dos, fue el preámbulo de una nueva remontada alemana, que acabó imponiéndose 1-2 al equipo liderado por Cruyff.

Más tarde, en de Italia 90, los alemanes cambiaron el traje de mata-gigantes por el de obreros. El torneo, considerado como uno de peores que se han celebrado, ostenta el récord de menos goles por partido (2,21) y el de más expulsiones (16). En la final, igualmente recordada por su bajo nivel, Alemania se impuso a Argentina 1-0 con un solitario gol de penalti en el minuto 85 de Brehme. La Mannschaft volvía a estar por encima de todos, menos de Italia y Brasil, que cuentan con cuatro y cinco entorchados, respectivamente.


La tiranía de la Mannschaft se ha extendido a las Eurocopas. Tras no participar en las dos primeras ediciones (60 y 64) y no clasificarse para la tercera (68), logró ganar la primera vez que pisó la fase final del campeonato, en Bélgica 72, deshaciéndose con facilidad (3-0) de la extinta Unión Soviética en el partido por el título. Repitió triunfo en las Eurocopas de 1980 y 1996, demostrando que el relevo generacional no afecta a una selección que ha sido finalista de un Mundial en todas las décadas desde 1950.

Después de eso inició una larga sequía. El fútbol había evolucionado y la poderosa Alemania también debía hacerlo. Inició  un camino espinoso, un cambio contracultural que iba a poner punto y final al glorioso pasado del combinado alemán. Ya no se podía seguir jugando como en los 70, los 80 o los 90. Klinsmann asumió el cargo de entrenador y dejó claro que su objetivo no se centraba exclusivamente actuar como “bombero” en el Mundial en Alemania 2006. Quería cambiar la mentalidad y la identidad del fútbol alemán. Prefería abandonar el poderío físico y el contragolpe que tantos buenos resultados le habían dado a la Mannschaft y apostar por un nuevo estilo, más técnico, más habilidoso. Acabó con la fórmula de tres centrales más un líbero y los pelotazos buscando al tanque de turno. Su idea era encontrar un sistema más dinámico, con presión en el campo rival, con la profundidad de los laterales, cuidando el balón desde atrás. Con la derrota en semifinales de 2006 ante Italia, Klinsmann se marchó a Estados Unidos, donde ahora ejerce de seleccionador, y le sustituyó Löw. En las categorías inferiores de Alemania ya había germinado la idea y comenzaban a aflorar los éxitos. El cambio contracultural estaba en pleno auge pero requería una victoria a nivel absoluto que lo confirmara.

Ayer se coronaron campeones por cuarta vez en su brillante historia con un grupo que combinó el excepcional talento de algunas individualidades (Müller, Ozil, Götze, Neuer, Schweinsteigeretc) con una asombrosa capacidad de trabajar en equipo. Y, por favor, ¡nada de nazis! Esta Mannschaft es el equipo de la diversidad: un ghanés, un turco, un tunecino, dos polacos, un albanés, dos gays y un perfecto dandy como entrenador. Hitler se debe estar revolcando en su sucia tumba*.
Low erigió de nuevo a Alemania en potencia. En el amo del fútbol mundial. La gran generación de talento, sostenida por el potencial de Bayern, plasmó su dominio en Brasil. En plena madurez, aún con futuro, Alemania dejó el lastre en el Mundial 2014. Advierte ahora nuevos tiempos, mismos que seran de hegemonía y conquista.
*Sí literalistas, ya sé que Hitler no tiene tumba. Esta expresión se utiliza como metáfora únicamente y es muy común. ¡Un poco de sentido de la ironía, bitte!


 

jueves, 23 de febrero de 2012

Wulff Rücktritt. Der Nächste, bitte!





Por razónes que todavía no me explico del todo, el cuarto post más visitado de este delirante blog es uno donde comento la renuncia de cierto político finlandés  y en el cual comento las enormes diferencias que prevalecen entre los políticos de países europeos que renuncian por pecadillos que en México serían considerados "nimiedades" y nuestros próceres nacionales que por mas que se equivoquen, roben, mientan e incluso maten primero dejan que el infierno se congele antes de abandonar el hueso. Recordábamos entonces los ominosos casos de personajetes como Molinar Horcasitas, El Gober Precioso, Uli Ruiz y tantos más a los que habría que sumar ahora, por ejemplo al inepto alcalde de Monterrey tras la tragedia del Casino Royal y el escandalillo de los quesos, quien pese a ser conminado a dejar el puesto por su propio partido, el PAN, se mantiene contra viento y marea para mayor bochorno local y nacional.




Pero como les decía, no me explico el caso del tan visitado post. ¿Será que para ilustrarlo puse la foto de una ilustre encuerada finlandesa? Whatever, ahora que renunció Chistian Wulff a la presidencia de Alemania por motivos que sin dejar de ser censurables aquí no pasarían de ser meros detalles vale la pena retomar la sabia reflexión que hizo el oso en el caso del político finlandés: un abismo de diferencia entre el caso de los políticos europeos y las vergüenzas que pasamos como nustros ilustres líderes. Y para ilustrar la dimisión del jefe de Estado Germano, y como una cínica estrategia para captar más visitas,  ¿Qué mejor que una bonita encueradita de por aquellos entrañable lares?  Treffen Sie Bild Girl des Jahres 2011, Miss Dezember Mandy, aus Röthenbach (Bayern) wie überzeugte die Jury um PlayboyChef Florian Boitin mit ihrer Natürlichkeit und einem Hammer-Körper!


miércoles, 22 de junio de 2011

Schade, Frau Merkel!



Alemania, la locomotora de Europa, tiene un serio problema de liderazgo. A pesar de estar en un momento económico interesante, con la economía hacia arriba gracias al aumento de las exportaciones y el desempleo a bajos niveles no vistos desde principios de los ochentas, el gobierno de Angela Merkel es impopular y se siente al país sin guía ni rumbo.

La canciller gobierna a golpe de encuesta, pensando solo en aquelo que, ella calcula, le dará votos a su partido, carente de visión de largo plazo y sin importarle un pepino lo que le conviene a Europa y a las futuras generaciones. Lo peor, para ella, es que la opinión pública percibe su oportunismo electorero barato y tiene a su gobierno en mínimo de popularidad. Todas las encuestas dan como ganadora a una eventual coalición Verde-Socialdemócrata.  Su lamentable política europea tienen al Euro al borde del colapso por haber alimentado la especulación contra estados europeos al exigir la participación de los bancos en las operaciones de rescate. Tal posición es popular, pero Merkel y Schäuble deberían saber que ahora no es aplicable. Se trata de un simple recurso de política interna alemana. Que incluso en las cuestiones europeas y mundiales más difíciles Merkel se orienta por su provecho partidista es algo que hasta los gringos perciben, como se ve en los documentos de wikileaks. Nunca ha habido tanta miopía en Berlín. Schade.

sábado, 10 de julio de 2010

Alemania multicultural y triunfadora




Este oso declara ser hincha del equipo nacional de Alemania desde su más tierna infancia, y ahora que ha terminado el feo mundial de Sudáfrica reconoce estar henchido de alegría y orgullo al ver que la Mannschaft se ha reafirmado con su tercer ligar como uno de los mejores planteles del mundo, confirmando una vez más las vocaciones que desde siempre han hecho a Alemania grande en este deporte: tenacidad, fuerza, irreductible mentalidad ganadora, efectividad, pundonor y constancia. En esta ocasión, Alemania mandó un equipo joven que en mucho supo animar un campeonato que fue bastante anodino en líneas generales y, lo más importante, que fue un fiel reflejo dela multiculturalidad que prevalece en este país centrouropeo. El plantel no se conformó exclusivamente con representantes de la Alemania profunda y "aria", sino con nacionalizados e hijos de extranjeros residentes. Se acentúa el rasgo multicultural que ya se insinuaba a principios de este siglo, en otro de los tantos síntomas sociales transformadores que sucedieron a la caída del Muro de Berlín. Entre los 23 hay decendientes de africanos (Dennos Aogo, hijo de padre nigeriano y madre alemana; Jerome Boateng, de padre ghanés, y Cacau, brasileño de Santo André); dos de ascendencia turca (Tasci y el genial Özil); Marin, nacido en Bosnia-Herzegovina; Khedira, de padre tunecino y madre alemana; y los descendientes de polacos Podolski, Klose, y Trochowski, sin olvidar al delantero Mario Gómez, de madre española.

Esta estupenda selección es una fehaciente prueba más de que las inmigraciones tienden a fortalecer más que a debilitar a las sociedades receptoras. ¡Qué así sea, siempre!

lunes, 5 de julio de 2010

Die Linke y sus rencores


Los ex comunistas alemanes demostraron con la pasada elección presidencial lo rencorosos que son y lo irreformados que están. Los herederos del partido único que gobernó con mano de hierro a la ex RDA sobreviven políticamente en la Alemania unificada asociados a disidentes de la socialdemocracia en una cosa que se llama Die Linke y que ha cobrado relativa fuerza gracias a su discurso poipulista y a los temores que genera en una parte del electorado germano la necesidad que tiene la economía alemana de reofrmar al excesivamente generoso Estado bienestar germano. Pues bien, por culpa de estos excomunistas y sus populistas aliados se desperdició una estupenda oportunidad para que Alemania contara en la presidencia con un independiente de izquierdas. Le negaron su voto en la Asamblea Electoral a Joachim Gauck, propuesto por la oposición socialdemócrata y verde, quien se distinguó como abogado defensor de los derechos humanos en la época de régimen comunista. Le abrieron así las puertas al gris ex gobernador del estado de la Baja Sajonia, un político democristano tradicional llamado Christian Wulff, quien fue popuesto por la coalición que dirige la canciller Angela Merkel, y que había fallado estrepitosamente en las dos primeras votaciones a causa de las manifiestas disidencias en las filas de los partidos en el gobierno, que contaban teóricamente con una mayoría de 21 votos para imponer a Wulff desde la primera vuelta. Pero un total de 44 representantes de los partidos de la coalición de Merkel de cristianodemócratas , socialcristianos bávaros y liberales negaron su respaldo a Wulff en la primera votación, 29 en la segunda y 19 en la tercera, pese a que esas formaciones contaban desde el comienzo con una teórica mayoría de 21 votos para imponer a su candidato desde el principio.
Estas disidencias son una prueba patente de la crisis interna que padece la coalición alemana, sumida en polémicas sobre el programa de gobierno en aspectos que van de las finanzas a la reforma sanitaria, desde su formación tras las elecciones legislativas del pasado septiembre y, por lo tanto, patentizan la debilidad creciente del gobierno de la canciller, quien se vio obligada a hacer un llamamiento a la unidad advirtiendo sobre las catastróficas consecuencias para la coalición de gobierno de un fracaso de Wulff. La tercera vuelta de la elección presidencial fue un duelo entre Wulff y Gauck, tras la retirada de los candidatos por parte del partido de La Izquierda, que presentaba a la periodista Lukretia Jochimsen, y el ultraderechista Partido Nacionaldemócrata Alemán, que concurría con el cantautor neonazi Frank Rennikke. Socialdemócratas y verdes hicieron, con vistas a la tercera votación, un llamamiento a Die Linke y para que dieran su voto a Gauck quien, por cierto, contaba según todas las encuestas con mayor respaldo popular. De haberse sumado los excomunistas a la candidatura de Gauck, éste hubise salido elector, pero pesaron más los odios de estos autoritarios, que no le perdonaron a este distinguido jurista su npñasado como defensoir de los ciudadanos frnte a las arbitrariedades de la dictadura comunista.
Die Linke demostró de manera fehaciente que no está capacitada para gobernar o cogobernar a un país con la pujanza democrática y la fortaleza institucional que tiene Alemania.

martes, 1 de septiembre de 2009

Prometer lo imposible


La demagogia es tan vieja como las organizaciones sociales humanas, de hecho es hermana gemela de la mentira y únicamente desparecerá el día que los humanos fenezcan. Comentamos en la pasada entrada como el fenómeno populista de ninguna manera se constriñe a las llamadas “naciones en vías de desarrollo”, sino que también goza de cabal salud en las democracias consolidadas de lugares tan desarrollados como Japón. La vieja fórmula de prometer lo imposible sigue siendo sumamente eficaz para ganar elecciones en cualquier lugar del mundo. Alemania, otra potencia económica con altos niveles de educación y de “politización”, también nos dio el fin de semana pasado prueba de que a la gente le encanta que le mientan. Se celebraron elecciones locales en tres estados de la federación germana, preámbulo de lo que serán los comicios federales, a celebrarse a finales del mes de septiembre que hoy comienza. En ellos destacó la buena actuación del partido denominado como La Izquierda (Die Linke), el cual nació hace algunos años como resultado de la fusión entre los ex comunistas que gobernaron con mano de hierro la extinta RDA con un sector de disidente de los socialdemócratas liderado por el estentóreo demagogo Oskar Lafontaine. Particularmente destacado fue el desempeño en las urnas de Die Linke en el pequeño estado federado alemán de El Sarre, donde el mentado Lafontaine tiene su "elegante" residencia (Ver foto) y el cual ya fue gobernado por este curioso político - gran vividor, por otro lado- en los años ochenta y noventa cuando aún era uno de los más destacados dirigentes del hoy tan devaluado SPD. Mucha ha sido siempre la preocupación social de Lafontaine, ¡qué duda cabe!, por eso los irónicos alemanes han bautizado el bodrio donde Oskar vive como el “El Palacio de la Justicia Social” (Palast de Sozialen Gerechtigkeit).

Tal como sucedió con Yukio Hatoyama en Japón, las propuestas electorales de Lafontaine se pueden reducir a una sola idea: repartir dinero, pero a manos llenar, sin escrúpulo alguno faltaba más, que para eso somos de izquierda. Y así podemos ver en las plataformas electorales de Die Linke maravillas tales como salario mínimo de 1,400 euros, ingreso ciudadano garantizado para todos de 750 euros para solteros y 1,900 euros para familias con hijos, mensualidad extra de 800 euros para pensionistas y jubilados, garantía a todo egresado de educación media un lugar de capacitación para realizar una carrera corta con costo pagado por el Estado, marcha atrás a las reformas liberalizadoras introducidas por el pasado canciller socialdemócrata, -el odiado por Lafontaine- Gerhard Schröder- aumento sustancial a las ayudas para desempleados, y así un mar de ocurrencias maravillosas.

Cuando Lafontaine es cuestionado sobre la viabilidad financiera de tan quiméricos programas responde necedades tales como “si tan sólo la rica Alemania gravara a sus ciudadanos como lo hace Estados Unidos (¿¿¿!!!¡¡¡???), el Estado germano tendría 50 mil millones de euros más en sus arcas". Según este demagogo, los nuevos gastos de su programa electoral serían financiados a través de un nuevo sistema fiscal, basado en las originalísimas ideas de imponer más impuestos a los ricos y a las corporaciones y un mayor gravamen a la herencia. Porque, eso sí, cree que su programa basado en el despilfarro ilimitado y en la irresponsabilidad fiscal es un compendio de ideas novedosísimas muy al estilo del Socialismo del Siglo XXI de Chávez. Declara, prosopopéyico, "Nada tiene mayor efecto que una idea a la que le ha llegado su hora", también asegura que quiere convertir su visión en "violencia material", lo que sucede según Marx, cuando la idea es asumida por las masas.

Hay quien lo defiende, pero la mayor parte de los políticos de la coalición gobernante CDU-SPD lo tratan como a un "leproso innombrable". El “Napoleón del Sarre”, es otro de sus apelativos, que se debe al inconmensurable ego de este señor tan desmesurado y falaz que no soportó enfrentarse a la realidad de que su momento había pasado y decidió seguir en la arena política a costa de todo y en base a propalar la demagogia más atroz y aliarse con los personajes más indignos. Igualito le pasa en México a un tal Porfirio Muñoz Ledo, un calamitoso megalómano que hoy arrastra su prestigio por el fango y da espectáculos irrisorios al lado de fulanos como Gerardo Noroña y el Pejelagarto (y, próximamente, de su ahora correligionario en el PT “Juanito”).

lunes, 17 de agosto de 2009

Sehr Laaaaaangweilig....


Empezó una tediosa campaña electoral en Alemania, con candidatos de los más pazguatos, proliferación de clichés en todos los partidos contendientes y apatía generalizada del electorado. Aunque los alemanes nunca se han distinguido por su colorido ni por ser precisamente de los más divertido (Katoffeln), en esta ocasión se están pasando de la raya. Las cosas están más de güeva que de costumbre. Tanto la actual canciller Merkel como el petardo candidato de los socialdemócratas están para llorar.

Antes al menos había personalidades de mayor talla intelectual y política. Pienso en Adenauer, Brandt, Schmidt, Strauss, Heuss, Scheel, todos ellos eran otra cosa, algunos intelectuales, otros carismáticos, todos estupendos políticos. Más tarde vino el dueto Kohl- Genscher, más de flojerita, pero que fueron capaces de reunificar al país. Más recientemente hubo otra pareja interesante, la de Schroeder-Fischer. Pero hoy tenemos a una regordeta de personalidad simplona, muy “bauerin” ella, Angela Merkel, que me recuerda a mi germanota ex mujer (y no es un halago, créanme). Esta señora gobierna al país por casualidad. Quien debería ser el actual gobernante germano, el ese sí destacado político Wolfgang Schäuble, cayó víctima de las travesuras del gigantón Kohl. Y no es que bauerin Merkel sea del todo una mala gobernante, de hecho ahí la ido llevando, pero la mujer tiene menos carisma que un ostión. No me gusta, que quieren.

Y de los socialdemócratas, ni hablar. Agonizan. Sólo en México un grupo de juniorcillos snobs se le ocurre llamarse Partido Social Demócrata. La cosa esta depasse, entiéndalo. ¿Existe aún una razón para votar al SPD?, se pregunta esta semana Der Spiegel. Ich glaube nicht.

Los que tienen un poco más de má chiste son, como siempre, los verdes y los demagogazos de Die Linke (la Izquierda), los primeros desde su aparición en la escena política alemana se han encargado de ponerle la sal y pimienta, pero ya sin el gran Joschka Fischer empiezan a declinar; los segundos tienen a Oskar Lafontaine, apodado por este Oso el “Muñoz Ledo alemán" por se un sujeto tan megalómano, oportunista, demagogo y mentiroso que su par mexicano (no sé si tan alcohólico). Eso sí, al menos tiene personalidad.¿Esperanza para el futuro? ¡Sí la hay! Y es simpático, inteligente y gay alcalde de Berlín Klaus Wowereit, mi “gallo rosa” para el 2013

martes, 26 de mayo de 2009

Sesenta años de la RFA



"Niemals Mehr" (Nunca más) Bajo este imperativo categórico, pronunciado por Carlo Schmid, nacía hacía 60 años la Grundgesetz, la Constitución que fundaba la República Federal Alemana. Y les pido no confundir a Carlo Schmid con Carl Schmitt, el idólogo del Estado totalitario, no sean tarugos. La RFA era entonces n nuevo Estado democrático destinado a convertirse en una gran potencia se levantaba sobre las cenizas de un país destrozado por la Segunda Guerra Mundial, dividido en dos bloques por los aliados y bajo las sombras de uno de os peores dramas del siglo XX: el nazismo. Sesenta años después, los alemanes han vuelto a descubrir su orgullo nacional la semana pasada al conmemorar el 60 maniversario de la promulgación de su Constitución y para reiterar su vocaiócin democrática. Nunca más un presidente tendría la posibilidad unilateral de nombrar un canciller. Nunca más el Parlamento podría derogar los derechos fundamentales, como sucedió bajo el régimen de horror impuesto por Adolf Hitler.
Nunca más un partido contrario a la Constitución llegaría al poder. Después de largos debates, el 23 mayo de 1949 el Senado ratificó el texto que ya había aprobado el Parlamento y la Grundgesetz entró en vigor en la Alemania Occidental. Este nuevo país, sin embargo, no estaría completo hasta 1989, con la caída del muro de Berlín y la anexión de la parte Este. No confundirse: la reunificación no dio paso a un nuvo estado, sino que el sector oriental ingresó a la ya existente República Federal de Alemania.


Y por eso es que 2009 será un año de celebraciones, porque coinciden los 60 años de la República Federal con los 20 de la reunificación (cuyo aniversario será en noviembre). La Burgerfest, la fiesta de los ciudadanos en honor a la Constitución, se realizó frente al escenario de las grandes ocasiones: la Puerta de Brandeburgo, donde fue instalado un gran escenario en el que la Staatskapelle (la orquesta de Berlín), dirigida por el argentino-israelí Daniel Baremboim, entonó la Novena sinfonía, de Beethoven. A lo largo de toda la tarde, varios conciertos callejeros de rock se alternaron bajo un agradable sol de primavera. ". El tránsito en el centro de la ciudad fue restringido para dejar espacio a las casitas de madera tan típicas de los mercados navideños (Weinahtmarkt) ¡Que nostalgia me da! Los berlineses se mezclaron con los turistas, que en esta época del año recorren cada rincón de la ciudad, cuyas cicatrices históricas siguen siendo visibles. El Berliner Post calcula que medio millón de personas participaron de los festejos.



Mientras la ciudad festejaba, los diputados del Bundestag (el Parlamento) y los representantes de los Länder (las regiones) se reunieron en el edificio Reichstag (sede legislativa) para elegir al presidente. El actual mandatario, el conservador Horst Köhler, fue reelegido en primera vuelta por 613 de los 1224 miembros de la Asamblea Federal, formada por los 612 diputados del Bundestag y otros tantos representantes de los 16 estados federados. Poco chiste, la candidata de la oposición roji-verde era una loquita de nombre "cisne" (Schwan).



Durante las últimas semanas, la prensa trajo a la memoria las figuras clave de estos 60 años. Además de Carlo Schmid, uno de los padres de la Constitución, recordó a Konrad Adenauer, el primer canciller y responsable del milagro económico; a Willy Brandt, quien pidió perdón de rodillas por el Holocausto, y al polémico Helmut Kohl, canciller de la reunificación. El Spiegel publicó una interesante colección de fotos, algunas de las cuales adornan esta entrada.