Acaba de salir a la luz pública el informe semestral de la Organización de la ONU para la Agricultura y la Alimentación (FAO) en el que aborda ampliamente el tema del encarecimiento de la comida a nivel mundial y demanda a los líderes políticos mundiales llegar a un compromiso amplio y a fondo para afrontar esta crisis alimentaria. Se trata de un reto de futuro y de proporciones colosales, según los datos aportados por la FAO sobre la situación alimentaria mundial, que alertan sobre la posibilidad de que se registren hambrunas en algunos países pobres, debido a una continua subida de los precios de los alimentos, a pesar del aumento de la producción mundial, debido a una creciente demanda. FAO declara que "la situación es preocupante" a causa del incremento del gasto en importaciones de alimentos por parte de los países pobres. Según el organismo, para fines de 2008, "el gasto anual en alimentos importados podría suponer cuatro veces más que en 2000". Asimismo, agrega que "el costo total de la compra de alimentos en los países pobres podría alcanzar 40% más que en 2007".
El informe sale a la luz pública a dos semanas de la reunión internacional que se celebrará en Roma para afrontar la crisis anual alimenticia. En él se subraya que los precios internacionales de la mayoría de los productos básicos agrícolas han empezado a disminuir, pero es poco probable que vuelvan a los bajos niveles de años precedentes. "Los precios al alza de los alimentos están destinados a empeorar el nivel actual inaceptable de su carencia para 854 millones de personas", explica l el informe que advirtió que el mundo se está enfrentando "al riesgo de que el número de personas que padecen hambre aumente en muchos millones". "La producción mundial de cereal necesita aumentar en un 50% para el año 2030 y la producción de carne un 85%", pero asienta que se podrían alcanzar esas cifras si "el mundo invierte en agricultura y aumenta la productividad".
La inversión en el sector en los países pobres ha sido descuidada en el último decenio por los países industrializados, ya que si en 1996 dedicaban a la agricultura un 10% de su ayuda al desarrollo, en 2006 sólo se destinaba el 3%. En cuanto a la productividad, en África podría mejorarse con la inversión en regadío, ya que sólo un 4% de las tierras cultivables de ese continente tienen acceso regular al agua. La FAO afirma que si se invierte en agricultura, puede incluso darse vuelta a la crisis y "convertirla en una oportunidad", ya que "después de todo los campesinos en el mundo en desarrollo representan el 75% de los pobres". "Deseamos un compromiso de los líderes mundiales para actuar y para apoyar más la agricultura. Sólo en los tres primeros meses de este año, el precio de los alimentos subió un 53% y seguirá en aumento, según indica el documento de la FAO, aunque los precios se estabilizaron en abril y se espera que la producción de cereales - el trigo tendría un incremento del 9% en las cosechas- y arroz en América Latina, Asia y África alcance una cifra récord, concluye la FAO.
Otro dato muy relevante presentado por la FAO es el hecho de que "sólo el 3% de las tierras cultivables en el mundo se dedican a los carburantes obtenidos a partir de la caña de azúcar o el cereal". Lo que ataja las críticas de quienes responsabilizan a la moda de los biocombustibles de la crisis, misma que se debe a diversos factores que interactúan entre sí. Mucha más incidencia tiene en el problema el imparable crecimiento de la población y, por tanto, de la demanda mundial, el aumento del precio del petróleo, el cambio climático y la especulación en los mercados de materias primas.
Políticos de izquierda ya han reclamado que se establezca una prohibición en la comercialización de aquellos bienes vinculados a los productos agrícolas. Sin embargo, académicos especializados en seguridad alimentaria no le echan toda la culpa de la crisis alimentaria mundial a los mercados. Hay quienes sostienen, como el experto David Barling del Centro para Políticas Alimentarias de la City University en Londres, que gran parte de la especulación en los mercados alimenticios sobrevino luego de que los precios de los granos y otros bienes escalaran rápidamente hace un año y medio, según informa el portal de la BBC. Barling explica, además, que los "especuladores de comida" seguirán siendo criticados por los políticos que intentan por todos los medios demostrar que están tomando medidas ante la escalada de precios.
La influencia de China en los mercados agrícolas internacionales y en la oferta o demanda de productos alimentarios es imparable y "solamente podrá ser más acentuada", según un informe de la Comisión Europea (CE).
En el estudio, se destaca la expansión de la economía China, que va a continuar en los próximos años aunque a un ritmo más lento. Además, se resalta el aumento en los ingresos y en la urbanización, que provocará cambios en las dietas y elevará el consumo de carne de la población.
Hasta ahora, según el informe, el objetivo de China ha sido sólo el autoabastecimiento de cereales y potenciar la ganadería, pero sus importaciones de piensos aumentarán notablemente en los próximos diez años.
La CE alude al encarecimiento de los alimentos, que está provocando la inflación en China, donde los hogares gastan una mayor parte de su presupuesto en comida.
El Gobierno chino ha respondido con un incremento de los incentivos para la producción de materias primas "clave", y con la imposición de controles en los precios y restricciones comerciales.
China es en la actualidad el mayor importador de soja del mundo, con el 43% de las compras mundiales, y este porcentaje podría convertirse en 57% en una década. EFE
Algunas cifras de la FAO
854 millones de personas carecen hoy de alimentos en todo el mundo y la cifra podría empeorar si aumentan más los precios.
Se requiere un 50% de aumento en la producción mundial de cereal para 2030. Y 85% la producción de carne.
40% es el porcentaje de aumento que tendría este año el costo total de la importación de alimentos en países pobres, respecto a 2007.
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