lunes, 13 de octubre de 2008

Se van las remesas y sólo nos quedan las Re-mensas (y de re mensos, ¡Ni hablar! Todo el gobierno y toda la oposición)


Como otro eco de la crisis norteamericana, el envío de remesas desde los Estados Unidos hacia diferentes países de América latina sufrió una fuerte disminución en los últimos meses. El caso quizá más grave es el de México, en donde la recepción de fondos procedentes de nuestro país vecino se considera la segunda mayor fuente de ingresos nacional. Sólo en agosto, la cantidad de dinero que los mexicanos radicados en los Estados Unidos enviaron a sus familias disminuyó un 12 por ciento. Y se estima que ciudades como Michoacán, Guanajuato, Hidalgo, Jalisco, Puebla, Oaxaca, Guerrero y Veracruz se contarían entre las más afectadas. Pero además de la preocupación que genera este inesperado corte de fondos (algunos especialistas hablan de entre un 7 y un 8 por ciento menos -algo así como 2,500 millones de dólares- del ingreso anual), lo que también ha comenzado a inquietar es la posibilidad de que muchos mexicanos deban regresar a su país de origen empujados por la recesión norteamericana. ¿Y qué diablos vamos a hacer con ello? ¿Ponerlos a votar por el PRI? Se calcula que en nuestro país una de cada cuatro familias recibe entre 150 y 300 dólares procedentes de los Estados Unidos.
Esta imparable y brusca caída sucede justo cuando el fenómeno de las remesas parecía imparable. Constiuía un enorme aliciente para las naciones latinoamericanas receptoras y su disminución no puede sino significar graves problemas. En los últimos tres años, el volumen de dinero enviado por los emigrantes latinoamericanos a sus familias casi se duplicó, de 23,000 millones de dólares en 2001 pasó a cerca de 38.000 millones de dólares en 2003.

Un estudio del BID en 19 países de la región muestra que, en la mayoría de los países receptores, las remesas superan con creces el total de la inversión extranjera directa, los ingresos oficiales de ayuda al desarrollo y el pago de intereses de la deuda externa. El BID calculaba que un total de 450,000 millones dólares en remesas llegarían a la región en la próxima década. ¿Y hora que Filemón?

No hay comentarios: