viernes, 26 de octubre de 2007

Citas de Octubre

PARA LOS FANS DEL PARLAMENTARISMO Que los que proponen (por pereza mental, cliché, snobismo, moda o de plano por que no tienen nada mejor que decir) la adopción en México de un sistema parlamentario, va esta de Walter Bagehot “Un parlamento es una gran reunión de personas cuya mayor parte se compone de inútiles, ignorantes o incompetentes”. O, ¡Qué tal la definición de parlamento de Ambrose Bierce en su celebérrimo Diccionario del Diablo “Parlamento: Un cuerpo legislativo dedicado a defender la libertad, y garantizar el bienestar general. Sin embargo, no existe evidencia histórica alguna de que tal cosa haya existido jamás”. También puede servirles la de Karl Kraus: “El parlamentarismo es el acuartelamiento de la prostitución política”.
AUTÉNTICA SABIDURÍA MARXISTA “La política es el arte de buscar problemas, encontrarlos, hacer un diagnóstico falso y aplicar después los remedios equivocados."
Groucho Marx
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EL ESCRITOR SATÍRICO OTALIANO DARIO FO, cuando se enteró de que le habían concedido el Nobel de Literatura, en 1997, exclamó que deberían haberle dado el Nobel a los que le dieron el Nobel, por habérselo concedido a él. En su discurso de entrada en la Academia sueca, para recoger el galardón, rompió todas las reglas establecidas y sustituyó su discurso por 25 páginas con dibujos y algunas anotaciones en italiano. En su discurso, el escritor atacó las investigaciones científicas sin control (en especial la manipulación genética) y el pensamiento indiferente, este último con una alegoría poética que aquí reproducimos:
“Los fabuladores del lago me enseñaron la técnica y el oficio de contar historias, a mí y a otros niños, que nos sentábamos para escucharlos. Entre sus historias, de las que nos burlábamos, a veces surgían alegorías de una crueldad y ferocidad increíbles. Por ejemplo, la historia de la roca de Caldé, un pueblo enrocado sobre una especie de torre de piedra, que sobresalía de un lago, en el siglo XV. Después desapareció, y los fabuladores nos contaban la historia de esa desaparición.
Decían: Hace muchos años había un pueblo enrocado en una cresta, hermoso, con su campanario, torres, casas, campos y jardines. Se reflejaba en el lago, que en ese lugar mide 300 metros de profundidad, como un mar. Tenía un gran defecto ese pueblo: Que, día a día, se deslizaba lentamente hacia el abismo. Y abajo, en el valle, los campesinos, los pescadores gritaban: "¡Cuidado, que os hundís! ¡Salid de vuestras casas, marchaos de ahí!". Pero los de arriba gritaban: "¡Que listos, quereis que nos vayamos para quedaros con nuestras casas, con nuestros campos!". Y se quedaban siempre en sus casas, sembraban, recolectaban, hacían el amor, tenían hijos, iban a misa, no les importaba nada, aunque de noche se sentían unos temblores terribles, en toda la roca, que vibraba, al bajar. Por el contrario, decían: "Tranquilos, son temblores de asentamiento". Y bajaba, bajaba esa roca tremenda hacia el lago. "¡Marchaos, que ya tenéis los pies en el agua!". "No, qué va, es un poco de humedad, no es nada..." y poco a poco se escurrían, ya estaban bajo el agua, hombres y mujeres y los caballos, y los burros, glub glub, y el cura seguía confesando, y una monja cantaba, glub, glub, las campanas tocaban al bajar, ding dong, glub, glub. Silencio inmenso. El pueblo ya no existía. Pero los fabuladores nos contaban que, si uno quería, los días en que había un poco de tormenta en el aire, si se subía hasta la punta de roca que aún sobresalía, si brillaba un relámpago, un destello, todo se iluminaba de blanco, y en el fondo del lago se veían asomar casas, campanarios, torres, hombres y mujeres que caminaban, como un belén bajo el agua. Charlaban, y pasaban peces ante sus ojos, se les metían en los oídos, y decían: "No es nada, son peces que han aprendido a volar". Uno estornudaba: "Hoy hay mucha humedad, más que ayer, pero todo va bien, no ha pasado nada".
Nunca ha pasado nada, esta alegoría nos hacía temblar, y aún hoy hay mujeres y hombres que prefieren hundirse en el abismo, ahogarse, antes de aceptar la verdad.

“— ¿Sabes qué es lo más irónico de todo esto?
— No ¿qué?
— Todo.”

1 comentario:

Anónimo dijo...

Bienquerido Pedro:
me adelanto asiduo de lasatiradedios.blogspot
Un abrazo

ch