viernes, 26 de octubre de 2007
Titanes de la Sátira: HL Mencken
Henry Louis Mencken (1880 - 1956)
Padre intelectual del escepticismo militante, nació en 1880 en Baltimore. A edad temprana descubrió el placer de la lectura a través de la lectura de “Huckcleberry Finn”, “un magnífico libro libertario”, opinaba de esta novela de Twain . Inició su carrera periodística en 1906 como editor del Baltimore Herald formando parte del equipo hasta su muerte. Desde 1914 a 1923 fue coeditor de la revista The Smart Set , asociado con otro gran satírico, George Jean Nathan, con quien luego lanzó el American Mercury (1923-1933). En 1916 publicó “A Mencken Chrestomathy”, cuyo éxito de ventas -pese a las dudas editoriales- exigió reediciones prácticamente anuales hasta 1949. Ésta, curiosamente, es una de las pocas obras de Mencken disponibles en español: la traducción se tituló “Prontuario de la estupidez y los prejuicios humanos" (Granica Editor, 1971).
El estilo crítico, picante e iconoclasta de sus trabajos fue su signo distintivo. No dudaba, por ejemplo, en juzgar a las mayorías (“porque las masas, libradas a sí mismas, reincidían en la elección de gobernantes ineptos”), ó de atreverse a tratar de “charlatán sin dignidad” a un ex candidato a la presidencia de los Estados Unidos en una nota necrológica. Al menos eso fue lo que hizo con William Jennings Bryan, el fiscal durante un célebre juicio en contra del maestro de educación elemental John Scopes, que transgredió las “leyes antibíblicas” del estado de de Tennesse cuando decidió enseñar la teoría de la evolución de Darwin. La “incorrección política” como operación dialéctica, su absoluto desprecio a todo lugar común, entusiasmó a los intelectuales de la época y, acaso a su pesar, se convirtió en una figura respetada e influyente.
Sin embargo, el pesimismo crónico de sus reflexiones no le impedía luchar por sus convicciones. “Opino que los mayores problemas humanos -le escribió a Burton Roscoe- son insolubles y que la vida está totalmente desprovista de significado. Es un espectáculo sin intención ni moraleja. Detesto todos los esfuerzos por atribuirle una moraleja”. Si se la pone en contexto a su frase más citada (“Una carcajada vale por diez mil silogismos”, popularizada por uno de sus más indiscutidos sucesores, el periodista científico Martin Gardner), se advierte que utilizaba su sentido del humor -ácido, cínico y punzante- para sembrar luz sobre falacias lógicas, desafiando convenciones sociales y creencias populares. “Quienes más hicieron por la liberación del intelecto humano -escribió- fueron aquellos pícaros que arrojaron gatos muertos en los santuarios y luego salieron a trajinar por los caminos, demostrando a todos los hombres que el escepticismo, al fin y al cabo, no entraña riesgos: que el dios montado sobre el altar es un fraude. Una carcajada vale por diez mil silogismos”.
Sus ensayos fueron reunidos en seis volúmenes titulados Prejudices (“Prejuicios”, 1919–27). En el campo de la filología compiló una obra monumental: The American Language (El idioma norteamericano). Entre otros trabajos suyos, figuran En Defensa de las Mujeres (1917), Tratado de los Dioses (1930), la obra autobiográfica Días Felices, 1880–1892 (1940), Días del Diario, 1899–1906 (1941), y Días Irreligiosos, 1890–1936 (1943), reunidos en un volumen publicado en 1947. "Hasta donde me alcanza el entendimiento, y llevo años estudiando este hecho con profundidad y empleando a gente para que me ayude en la investigación, jamás nadie en este mundo ha perdido dinero al subestimar la inteligencia de las grandes masas. Tampoco nadie ha perdido por eso su cargo público", escribió Mencken en 1926. Recientemente apareció en las librerías -españolas y argentinas, en México, ni pensarlo- “En defensa de las mujeres” (La Fábrica Editorial, 2003), prologado por Gore Vidal, y Alcor publicó en 1992 el imprescindible “Prontuario de la Estupidez Humana”, una selección de sus mejores textos presentada por el filósofo Fernando Savater.
Dice Savater en el prólogo del “Prontuario” que, a pesar de los defectos propios de "su condición autodidacta" (Mencken fue, como buen outsider, un gran autodidacta) Mencken destaca por "su enorme coraje intelectual y su contundencia expresiva". Vivió en una época que consideramos más corita que la nuestra, aunque tal juicio resulte cuestionable en los tiempos de lo “políticamente correcto”, cuando casi nadie se atreve a llamar a las cosas por su nombre con la claridad con que lo hizo el periodista de Baltimore. Mencken era un escritor inteligente para lectores inteligentes; ahora, lo que impera es todo lo contrario, tanto a un lado como a otro del libro.
Henry Louis Mencken murió en 1956, convencido de que su cuerpo se disolvería en la nada. “Si después de que abandone este valle os acordáis alguna vez de mí y deseáis complacer mi espíritu -hizo acuñar en su epitafio-, perdonad a un pecador y hacedle un guiño a una mujer fea”.
El Oso Bruno se pregunta si sería concebible en este país México un H. L. Mencken, un hombre dueño de tan ácido sentido del humor y tan radical iconoclasta sin respeto por nada ni nadie y que, además aborrecía al nacionalismo. Pensamos que no. El patriotismo mexicano es una pobre cosa que está a merced de cualquier vacilada. Una broma, un inocente olvido, un penalti mal tirado nos duelen. Nuestra política tan mezquina, solemne y carente de imaginación, sencillamente nunca lo entendería, lo mismo que nuestra pacata “inteligencia”, tan amiga de los convencionalismos y el lugar común.
Algunas Citas de H.L. Mencken
•La Democracia una excéntrica teoría que sostiene que la gente común sabe lo que quiere y, además, merece obtenerlo.
•Cada elección es una suerte de subasta por adelantado de bienes robados.
•La naturaleza aborrece a los bellacos.
•Un periódico es un objeto que hace a los ignorantes más ignorantes y a los tontos, más tontos.
•La conciencia es una voz interna que nos advierte que alguien puede estar mirándonos.
•Los puritanos viven con el pavor de pensar que alguien, en algún lugar, puede ser feliz.
•La injusticia es relativamente fácil de sobrellevar. Lo que verdaderamente es intolerable es la justicia.
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1 comentario:
¿has visto la serie que le ha dedicado Christopher Domínguez a Mencken? Han aparecido 6 o 7 entregas.
ch
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