viernes, 26 de abril de 2013

Realidades y mitos de la Bundesliga


Tras las goleadas de Bayern Munich y Borussia Dortmund a Barcelona y Real Madrid en las semifinales de la Champions League, la liga alemana de Futbol, conocida como Bundesliga, se puede empezar a poner de moda. Eclipsado durante mucho tiempo campeonatos más populares como la Premier League de Inglaterra o la Primera División española, el torneo alemán -que este año cumple 50 años de existencia- conoce actualmente un asombroso auge, sobre todo en el renglón económico. La Bundesliga fue fundada allá por el año 1963 y hoy es un modelo de negocio en cuanto a su gestión y rentabilidad. La DFL (Liga Alemana de Fútbol) publicó recientemente un informe con algunos detalles de los resultados de la temporada 2011/12: se vendieron 44,293 entradas promedio por partido (un crecimiento de más del 5% respecto del año anterior). Los estadios, seguros y modernos, estuvieron siempre a más del 90% de sus capacidades. Cada club vende abonos anuales, pero reservan buena parte de su aforo para la venta del día del partido (más del 40% de los tickets). El precio de las entradas (22 euros, promedio), está muy por debajo del de España e Inglaterra. Los clubes mayormente funcionan como sociedades mixtas, mezcla de capitales privados y socios. Ninguna empresa puede retener más de la mitad del capital, salvo que haya probado por más de 20 años su responsabilidad en esa institución.

Cada año una auditoría independiente examina el estado financiero de los clubes. La deuda conjunta del fútbol alemán es una risa comparado con la que presentan varios equipos en Inglaterra, España, Portugal o España (por no hablar de América Latina).  Todo esto ha provocado que la germana sea la liga más rentable del mundo, la que más crece y en la que los clubes invierten más recursos para la formación de nuevos jugadores (canteras): más de 40 millones de euros anuales.

Sin embargo, a la liga alemana le sigue faltando el glamour que se ve en otros torneos, esa es la verdad. Una de las razones es, desde luego, la falta de grandes figuras. Para la temporada que está por terminar los clubes han invertido 215 millones en contrataciones, muy por debajo de las cifras que presentan los equipos ingleses, italianos o españoles. Asimismo, aunque la liga es muy rentable y los equipos presentan condiciones financieras sanas, persiste un considerable (y se podría decir que “oprobioso”) dominio del equipo más rico: el Bayern Munich, el cual ha ganado ya 21 títulos de liga y posee, con distancia, la  plantilla más cara. El factor que oscurece a la Bundesliga es esta gran diferencia que prevalece entre el gigante bávaro y sus contendientes, al grado que no falta quienes afirman que si bien la Primera División española es una liga “bipartidista” con el duopolio Barcelona-Real Madrid, en Alemania lo que se tiene es el despotismo de un solo equipo. Cierto que el Borussia Dortmund logró hilvanar dos campeonatos seguidos en 20011 y 2012, pero este equipo acaba de concretarla venta al Munich de sus dos principales estrellas, Robert Lewandowski y Mario Götze, con lo que el futuro no parece ser muy prometedor para los del Ruhr. Así es en la Bundesliga desde hace ya mucho tiempo: jugador que empieza a destacar en los otros equipos, jugador que lo ficha el Bayern. Así no se puede.

Otro problema es la relativa falta de competitividad de los equipos alemanes tanto en Champions como en la Europa League. La verdad es que más allá del Bayern es raro que los germanos destaquen en las competiciones europeas. De hecho, desde 2001 no se corona un once de Alemania en un torneo continental, y las actuaciones de los equipos de la Bundesliga han dejado mucho que desear. ¿Qué pasa con los alemanes más allá del Bayern? Cierto que los “canarios cerveceros” de Dortmund sorprendieron este año al mundo, pero si repasamos sus actuaciones en los campeonatos más recientes veremos una historia no precisamente gloriosa. Y eso que es el equipo que mayor afición tiene en Alemania, el cual semana tras semana llena hasta los topes de aficionados  su estadio, el Signal Iduna Park (antes Westphalen Stadion), el de mayor capacidad en el país.  Y del resto, ni hablar. Equipos históricos como el Borussia Mönchengladbach, el Hamburgo, el Eintracht Frankfurt, el Werder Bremen o el Stuttgart son, todos, desesperantemente irregulares. Otro histórico, el Schalke 04, ha sido un poco más regular últimamente, pero no ha sido capaz de hacerse de un título. Equipos más nuevos” como el Bayer Leverkusen, el Hannover 96 o el Wolfsburgo son demasiado fluctuantes, cuando llegan a hacer algo importante terminan por vender a lo mejor de su plantilla y caen en la mediocridad.
La Bundesliga vive un interesante auge, pero lo cierto es que aún le falta la presencia, glamour y competitividad de otras ligas.

No hay comentarios: