jueves, 17 de abril de 2008

...mientras tanto, en Brasil



Mientras que en México un puñado de hooligans secuestra nuestro Congreso a nombre de la "patriótica" lucha por "nuestro" petróleo....


...en Brasil, el presidente Lula Da Silva, un estadista que representa como pocos una izquierda moderna e inteligente (muy remota a la salvaje, estólida e irracional que padecemos en México), se dedica a gobernar sin ser esclavo de clichés ni encerrándose en obsoletas trincheras ideológicas con el propósito de afianzar a su país como uno de los miembros prominentes del grupo de países que parecen destinados a ser potencias del siglo XXI, los llamados Brics (Brasil, Rusia India China y Sudáfrica). Esta semana se informó que un enorme yacimiento petrolífero se ha descubierto en el océano Atlántico. Este decubrimiento fue posible gracias a una inversión conjunta entre la estatal PETROBRAS (con participación del 45%) con las "perversas" compañías trasnacionales Repsol (25%) y British Gas (30%) El yacimiento podría tener reservas hasta por 33,000 millones de barriles y sería el mayor hallazgo en 30 años, lo que convertiría a Brasil en la octava potencia petrolera del mundo.

Brasil ya ha logrado la autosuficiencia petrolera, se ha convertido en una potencia en materia de biocombustibles y, si estas prospecciones se confirman, puede llegar a ser una Arabia Saudí de América Latina, con enormes consecuencias no sólo para el propio país sino para toda la región, cuyo interés global aumentaría sobremanera, mientras México está viendo caer su producción al ir agotando sus reservas (pero con mucho orgullo patrio, ¡Faltaba más!) , y Venezuela sufre la desastrosa gestión del régimen de Chávez (la estulticia no es exclusiva de nuestra izquierda, que conste.)

Brasil, Rusia, India, China y Suráfrica como nuevas potencias. Un grupo en el que bien pudiera estar México si no fuera por la vocación de derrota y de fracaso que tenemos en este país, carajo. ¡Qué vergüenza y qué lastima!

martes, 15 de abril de 2008

Italia. El Payasito, ¡¡¡¡OOOOtra vez!!!


Ya he comentado antes en este blog la pasión que tengo con de la política italiana, una de las más anarquizantes, corrompidas, sucias e ineficientes del mundo que jamás podrá ser un ejemplo a seguir para nadie, pero que a nivel de show es sumamente entretenido, sobre todo desde la irrupción de ese grotesco arlequín que es Silvio Berlusconi, farsante, cínico, histrión sin concesiones, tramposo, falso, en fin, el italiano en quintaescencia. Eso es una de las obligaciones que deberían observar algunos politólogos y opinadores. No confundir los que nos gusta como espectáculo a como debieran funcionar la democracia. Pero esa es otra historia. Hoy el show italiano se intensifica Se acentúa el escándalo y el desorden político. La basura inunda Nápoles, ciudad mito del turismo, la belleza y la alegría mientras se difunden estadísticas económicas cada vez más desalentadoras. El bienestar social y la capacidad productiva están por los suelos. Veintisiete gobiernos ha tenido Italia en los últimos 31 años. La economía carga con un gasto público que ronda el 40% del PIB y con el fardo de una inclemente deuda pública. Las mafias se hacen presentes en el control de amplios sectores económicos. Apenas un 59% de los ciudadanos tienen empleo. El país padece la tasa de impuestos más alta de Europa y un nivel salarial apenas por encima de Portugal. Esta es, en buena medida, la herencia que dejó Berlusconi en 2006 tras cinco años de gobierno y que hoy recoge el propio "caimán". ¿Qué pasa en Italia? Parecería que un tsunami hubiera embestido a la península. El tema merece alguna reflexión que vaya más allá de los resultados electorales del pasado fin de semana.
La llamada I República se fundaba en que el importante Partido Comunista Italiano, a pesar de su significativa representatividad parlamentaria, no debía participar del gobierno, pero tampoco debía hacer la revolución. Frente a la mayoría democristiana de entonces, el PCI aceptó, de alguna manera, dejar gobernar. Fue un pacto no escrito, cuyas carencias -que terminaron en el famoso Mani Pulite , no impidieron la consolidación del sistema democrático, ni un extraordinario crecimiento económico y una transformación de país campesino en potencia industrial, entre las primeras seis o siete naciones del mundo. Es cierto que se trató siempre de un modelo político que tenía sus límites, a partir de la Constitución de 1948, que puso en pie un complejo sistema de decisiones, con espacios quizá demasiado acotados para el Poder Ejecutivo. Este fue el costo que los constituyentes pagaron, en la inmediata posguerra, para afirmar un justificado "nunca más" al autoritarismo de la dictadura fascista. Italia devino en país fundador de la Unión Europea, miembro de la OTAN y socio del G-8, afirmándose, además, como ejemplo de desarrollo social e industrial y dejando atrás la triste característica de país de emigración. Las dificultades y los desbandes vinieron después. Empezaron con el llamado paso de la Primera a la Segunda República, en la década del 90. Se pensaba, entonces, que a un corrompido sistema político lo relevaría un nuevo movimiento ciudadano dirigida por líderes que jamás se habían manchado las manos qon el quehacer poltico. Pero sucedió todo lo contrario, a una clase política corrompida y desgastada la sustituyo una caterva de ineficientes aún más venales que los políticos tradicionales.

Caídos los grandes partidos, el sistema político aún no ha podido encontrar un nuevo equilibrio. Se multiplican irracionalmente las formaciones. Llegó a haber 39 partidos con presencia parlamentaria, que complican todo proceso de decisiones. Precisamente, una de las pocas buenas noticias que traen los resultados electorales del fin de semana es que se simplifica, por fin, el sistema. Se prefigura un bipartidismo definitivo al ddesaparecer una buena cantidad de partidillos personalistas, radicales y pendencieros. ¡Adiós a los Dantes Delgado locales!

Pero más allá de la disgregación política, se acentúa en Italia el desorden administrativo, con costosas autonomías locales (24 parlamentos regionales, además del Congreso Nacional, con casi mil parlamentarios) que exasperan el gasto público, llevan al tope la presión fiscal y alimentan la sospecha de que la dirigencia se va transformando peligrosamente en casta. Todo esto en un proceso difícil de manejar, con coaliciones políticas -de derecha o de izquierda- excesivamente infladas a menudo y sin la imprescindible amalgama de ideas y propósitos compartidos. Para enmendar los desaciertos no bastará con el simple cambio de una coalición por otra. Será inevitable volver al espíritu de la epopeya reconstructiva de posguerra: moderar en lo posible los enconos de la riña política y buscar denominadores comunes que permitan encarar las reformas profundas que el sistema requiere con urgencia.


Los políticos italianos deben comenzar, pero ahora sí, ya, un proceso de reforma profunda. La simplificación del sistema de partidos en un buen síntoma, pero nada hace suponer que Berlusconi dejará de gobernar como lo hizo en su pasada y larguísima administración. El caimeán solo sabe ver por sus intereses particulares mientras pospone reformas tan urgentes como impopulares a la reforma de pensiones, al pavoroso sistema fiscal, al Estado Bienestar y al gigantesco, ineficiente y oneroso sector público.


Ya son muchos los observadores que en todo el mundo se preguntan cómo es posible que en el país de Maquiavelo no se encuentren las soluciones políticas más atinadas. De verdad, ¿Cómo es posible? Maquiavelo revolcándose en su tumba mientras el payasito Berlusconi se hace, otra vez, del poder.

domingo, 13 de abril de 2008

¿Quiéres Ganar Elecciones? No Digas la Verdad


Que los políticos se metan en graves problemas y sean susceptibles a perder gran cantidad de votos en la urnas por decir la verdad es algo que debería movernos a meditar sobre el carácter de nuestras democracias. Hace poco, Obama dijo una verdad tan contundente e irrefutable como las montañas rocallosas: "Mi incapacidad para atraer al electorado obrero se debe a que muchos de ellos se sienten frustrados por las condiciones económicas. No es sorprendente que por padecer restricciones económicas la gente esté amargada y resentida, se refugie en las armas o la religión o la antipatía hacia quienes no son como ellos o en un sentimiento contra la inmigración o contra el comercio internacional como forma de explicar sus frustraciones". Bueno, pues este comentario que es tan cierto como el sol que nos alumbra todas las mañanas se le va a revertir al senador por Illinois. La deseperada Hillary no tardó nada en saltar con avidez de leona hambrienta sobre la presa y ya describió a su contrincante como "el típico abogado de Harvard arrogante, elitista y con aires de superioridad".

¡Qué lástima que el éxito electoral siempre este reñido con la verdad! ¡Qué pena que para ganar elecciones se tengan que seguir las tácticas de políticos profesionales como, digamos, Hillary Clinton, quien se dedica a decir cosas únicamente con el propósito de complacer al auditorio al que se dirije! ¡Y qué paradojico resulta que decir verdades tan dramáticas e irrevocables como la que dijo Obama sea considerado un gaffe en la democracia!

sábado, 12 de abril de 2008

La Verdadera Cara del Populismo


Hasta no hace mucho tiempo, un sector de la progresía latinoamericana pretendió poner de moda defender al populismo (¿verdad Hernán Gómez?) a la luz de los “indiscutibles” éxitos económicos de los gobiernos kirchnerista en Argentina y chavista en Venezuela y de los triunfos electorales de Evo, Ortega y Correa. Hoy que la engañosa burbuja de la recuperación populista está llegando a sus límites, tanto en Argentina como en Venezuela, y que el prestigio de tanto de Evo como de Correa se desmorona volvemos ver el verdadero rostro del populismo: el de la violencia, el autoritarismo y el odio. En México, López Obrador y su secta de violentos y retardatarios procura aprovechar la necesidad ingente que tiene el país de reformar su política petrolera para recuperar las posiciones políticas perdidas en el transcurso de los últimos años con su acostumbrado discurso demagógico de reacción y odio. El agraviante espectáculo ofrecido por los diputados del FAP en el Congreso de la Unión pinta como nada la realidad del populismo como un fenómeno violento y despótico del que México, desgraciadamente, no está exento.

Los populistas como López Obrador y sus compañeros de viaje sólo conocen el lenguaje del agravio y únicamente se centran en identificar a sus enemigos. Siempre el odio, siempre el rechazo frontal, siempre dos bandos separados y enfrentados por el veneno del rencor. Esta violencia impulsada por los perredistas en México, como la de D’Elia en Argentina y Chávez en Venezuela en una tradición que suele no respetar las reglas institucionales del Estado de derecho: a grandes rasgos, ésta es la recreación latinoamericana del populismo.
El populismo creció sobre teorías irracionales como el Volkgeist de Herder, que luego encantó a los nazis. También sobre el Narod, palabra equivalente en ruso, tomada por la derecha paneslavista. El fenómeno de las masas -potente manifestación del pueblo- fue desmenuzado críticamente, desde distíntos ángulos, por Gabriel Tarde y Gustave Le Bon y luego por Sigmund Freud y Elias Caneti. El populismo no sólo pretende estirar al máximo la cuerda de la hegemonía en el ejercicio del poder, sino que también busca impulsar una política económica que sea al mismo tiempo distributiva y nacionalista. Ningún populista suele pensar de entrada en los prerrequisitos del crecimiento, en el temple equitativo de la ciudadanía fiscal y en la fortaleza de las instituciones. Aun cuando establezcan constituciones a la medida del designio que los anima, la premisa básica de los populistas es que mandan los hombres por sobre el gobierno de la ley. El populismo es el espejo desfigurado de la democracia representativa y pluralista. Pero el problema que trae el populismo a nuestra circunstancia, más allá de juzgarlo como un hecho lamentable, deriva de los antecedentes que lo producen. ¿Por qué estos registros de pretendida ira popular que rechaza con saña a quienes se ubican en la vereda opuesta? El pueblo en la calle puede expresar la salud cívica de una democracia o bien puede dar testimonio de una honda división política y social. Ahora parece predominar esta última característica con sociedades polarizadas, que parece cortada de un tajo, dominada por instintos y pasiones. En una palabra, la violencia de las palabras, que se confunde con la violencia de las municiones.

El problema del populismo permanece abierto sin que por ahora se atisbe una solución inmediata. Este fracaso, menester es reconocerlo, obedece a que, salvo contadas excepciones, en América Latina la democracia representativa no ha cumplido con las promesas de la estabilidad, reformismo y lucha contra la desigualdad. Cuando estos atributos fallan, la representación política de los partidos también caduca y entonces la condición pública de la ciudadanía se desenvuelve entre la inseguridad, la cuasi anarquía o las fracturas que genera el populismo. Se ha dicho, con razón, que la democracia es un régimen que, por propia definición, no elimina de su trama histórica la incertidumbre y el riesgo de la libertad. Pero una cosa es la incertidumbre que nace de una competencia abierta entre partidos responsables, titulares alternativos del gobierno y de la oposición, y otra cosa muy diferente es la situación semicaótica en que está sumida, en uno y otro de sus vértices, América Latina, debido a la incapacidad de las dirigencias para actuar con responsabilidad. El populismo es lacelebración extrema de la irresponsabilidad. El populismo es una tentación sólo superable con la disciplina que impone la democracia férreamente unida al Estado de derecho. Lo demás es pereza, ineptitud y, al cabo, desolación

El populismo anhela una comunidad sin contradicciones, sin pluralidad. No sólo hace regalos a los pobres, sino también a las demás franjas sociales. Los empresarios -como ha sido evidente en muchos casos- dejan de ser competitivos; en lugar de apostar a la imaginación y la excelencia, se instalan a la sombra del caudillo (o del Estado que él comanda), para obtener privilegios y ganancias fáciles. Los beneficios son el resultado de la obsecuencia, la corrupción y la mentira, no de méritos ejemplares. El sector productivo languidece, porque no recibe estímulos como los que se dedican a acariciar desvergonzadamente los dedos del poder. Asimismo, el populismo simula ser revolucionario, y lo simula muy bien. De ese modo atrapa la pasión de jóvenes, intelectuales y gente solidaria, que cae bajo sus malabarismos ideológicos. Utiliza el concepto pueblo como si fuese una esencia supraindividual, una unidad perfecta. El líder, su partido y la nación constituyen un todo sin fisuras. La lealtad se debe ejercer de abajo hacia arriba, nunca en forma recíproca. El pueblo se debe al líder y el líder "dice" (sólo dice) que se debe al pueblo. En el populismo molesta la división de poderes, la alternancia política, la independencia de la justicia, aunque las simulen respetar (violándola sin escrúpulo ni respiro). Agreguemos que el populismo infunde pereza en el pensamiento. La culpa de todo está siempre en otra parte (la derecha, los gringos, los complots, los enemigos del pueblo, los innombrables). Lo único que cabe hacer es quejarse, protestar. Inhibe la crítica racional y de fondo como condición sine qua non de su modus operandi y, en consecuencia, aleja la posibilidad de hacer buenos diagnósticos y aplicar tratamientos eficientes. El problema son los otros. Por lo tanto, de los otros vendrá la solución. Hay que pedir, exigir, denunciar, odiar y extorsionar.

Como el pueblo y su líder son la misma cosa para el populismo y sus derivaciones, el líder hace lo que el pueblo quiere (dice) y el pueblo se lo cree a pies juntillas. No hay más ley que la del pueblo (dice) y, por lo tanto, puede cambiarla o violarla cuantas veces se le ocurra, porque lo hace por deseo o pedido del pueblo (dice). En verdad, la ajusta a sus egoístas intereses. Esto es calamitoso, porque genera una terrible inestabilidad jurídica que, sin embargo, no se percibe ni repudia como tal. La inestabilidad jurídica perturba la inversión y afecta al aparato productivo. Los países con inestabilidad jurídica son invariablemente pobres. Pero el populismo se las arregla para construir sofismas a partir de una curiosa hipótesis: que la estabilidad beneficia a unos más que a otros. Lo cual es cierto en el corto plazo, pero a la larga rinde altos dividendos a la sociedad en su conjunto.
Ha llegado la de combatir de rente al populismo con las armas de la razón y con la suficiente determinación política. ¿Podrá el tímido Felipe Calderón hacerlo, asesorado por Mourniño, su estadista de cabecera? Lo dudo. Por eso las respuestas deben venir de parte de la sociedad. Urge superar definitivamente los exabruptos y violencias que envilecen y rebajan el nivel de nuestra vida cívica. Ha llegado la hora de que sustituyamos el lenguaje del agravio y encausemos el debate político hacia la vía del respeto y la dignificación del adversario. Que el futuro sea cada vez más el fruto de una convivencia fundada en la aceptación del "otro" como base y fundamento de una sociedad auténticamente pluralista basada inequívocamente en el respeto irrestricto a la dignidad ajena sin subestimarnos e insultarnos.

martes, 8 de abril de 2008

AMLO es el Verdadero Jefe de la Reacción


López Obrador y el PRD están demostrando de manera cabal lo que muchos pensadores del mundo actual han señalado en reiteradas ocasiones y con muy buenos argumentos: desde hace tiempo que la izquierda es reaccionaria y conservadora. La campaña “en defensa del petróleo” que el pejelagarto ha iniciado se sostiene con argumentos esencialmente conservadores, conceptos económicos más que caducos y en las ideas de “soberanía” y “nación” que han quedado rebasadas por la realidad mundial. Alguién debería advertir a los reaccionarios de izquierda -por que sólo los reccionarios insisten obsesivamente en ver y vivir el pasado- que ya no vivimos en 1938.

En el caso de PEMEX, la izquierda mexicana defiende un ineficaz modelo estatizante que sólo ha beneficiado a la burocracia política y sindical, pero que ha hecho poco por distribuir la riqueza entre los mexicanos. Es completamente falso que el petróleo “sea nuestro”. Décadas y décadas de mala administración, corrupción y despilfarro en la paraestatal así lo demuestran. La vedad es que Pemex es una de las empresas más ineficientes del mundo, que México es una de las naciones con peor distribución del ingreso a pesar de ser rico en petróleo y que nuestras infraestructuras dejan mucho que desear a pesar del ingreso petrolero. ¿Por qué? Por la corrupción, el despilfarro y la mala administración de una de las empresas que, comprobadamente, es una de las más ineficientes del mundo: PEMEX.

Defender este esquema de ineficacia y corrupción en nombre del “nacionalismo revolucionario” o de los pobres es ofensivo y profundamente reaccionario. El discurso destructivo y ausente de propuesta de la izquierda mexicana es reflejo de la orfandad de ideas que padece la izquierda mundial. Claro, nuestros progres piensan que el Ingreso Básico Ciudadano, que consiste en regalar dinero a ricos y pobres por el simple hecho de existir, es una idea novedosa y de avanzada. Ya hemos tratado esta idea en el blog y a la que volveremos a tocar pronto, insistiendo en sus muchas desventajas. Pero, más allá de estas sandeces irrisorias, la izquierda sólo maneja ya un discurso negativo. Eso sí, han adoptado, en hora buena, ideas de ampliación de libertades individuales que, en su origen, fueron impulsados por los liberales que tanto odian. Es el caso del derechos de los homosexuales, la legalización de las drogas y el aborto y todas esas iniciativas que ahora nuestros progres se apresuran en presumir como propias. Baste un breve análisis de la historia del socialismo para darse cuenta que sólo hasta los años setentas empezaron a ser adoptadas por la izquierda. La izquierda es reaccionaria, se ha convertido en algo más que una enfermedad: es un reflejo irracional, un prejuicio, un capricho".

Desgañítense todo lo que quieran los progres mexicanos y del resto del mundo, pero el liberalismo (al que los progres llaman, pomposamente, pensamiento único), ha desmontado uno a uno todos los mitos de la izquierda. Y desde el principio. Cuando Marx publicó El capital, otro economista alemán, Eugen Böhm-Bawerk, refutó la teoría de la plusvalía. Desde entonces, nadie ha podido revivir a un cadáver prematuro. Un siglo después, Ludwig von Mises y Friedrich Hayek explicaban cómo una economía regida bajo el comunismo estaba abocada a la miseria y la escasez. Ejemplos como éstos vienen a probar que la libertad sí que funciona, y que todo intento sistemático de coacción estatal inspirado por el socialismo conduce a la pobreza.

El liberalismo ha padecido muy “mala prensa” sobre todo en América Latina. De ahí que haya tan pocos partidos que se confiesen liberales. Es anatema de los populistas y progres, pero debo decir que gracias a internet se expande progresivamente echen un día un vistazo a la gran cantidad de blogs y periódicos digitales liberales y verán que lo que digo es cierto. Creo que en algún momento del siglo XXI se dejará a un lado la mitología izquierdista y retorne al liberalismo, que hizo de Occidente una civilización sin igual en derechos y libertades.

En la Europa actual, los gobiernos de izquierda o de derecha, reivindicando casi todos el "centro", apenas si se diferencian salvo en cuestiones de matiz que pueden, desde luego, ser importantes: más o menos impuestos, más o menos reglamentos en el mundo económico y laboral, más o menos privatizaciones, más o menos Estado, más o menos Europa, etc. Pero, en esencia, los paridos socialdemócratas han entrado al aro del liberalismo y lo hacen como única medida para poder sobrevivir electoralmente. Ni siquiera la “fabulosa” idea del ingreso básico ciudadano ha sido plenamente adoptada por los socialdemócratas europeos. De hecho, ha sido relegada por partidos como el PSOE y el socialista francés sólo para ser recogida del basurero por Izquierda Unida el ERC y La Izquierda” de Alemania. Los que se van a los extremos están condenados a la eterna oposición. El liberalismo gana espacios. Los gobiernos del centro derecha, casi siempre, más progresistas que los de centroizquierda, entendiendo por progresista más progreso, más libertad individual, mayor bienestar y, desde luego, menos Estado.

La izquierda tradicional, convertida en social-burocracia, retiene importantes feudos electorales, sindicales, en las burocracias estatales, los servicios públicos y la enseñanza (remember el patético caso de Elba Esther). Se han convertido en fortalezas conservadoras que se resisten con uñas y dientes a toda evolución, a toda reforma por esencial que sea, por temor a perder sus privilegios frente a los desempleados, los pobres y los marginados. Su sacralización del Estado todopoderoso constituye el freno más conservador bajo sus oropeles históricos a la autonomía de los individuos y al desarrollo económico y cultural de las sociedades tan desprovistos de libertad. Y en cuanto a la ultraizquierda, no hablemos, se ha convertido en una vociferante minoría ultra reaccionaria, con sus exponentes milenarios y su odio tanto al progreso científico como industrial, en una palabra a la modernidad.

Desde luego, es importante subrayar que no toda la derecha es progresista. La tradicional derecha conservadora sigue tan reaccionaria como siempre, y buena muestra de ello nos lo da nuestro sacrosanto Partido Acción Nacional. Por eso es bueno que los liberales simpre recuerden aquello que dijo el tory inglés Michael Portillo: "Si eres un liberal en lo económico también deberías serlo en lo social. No corresponde al Gobierno decir a la gente cómo debe vivir su vida".

De este modo, podremos decir a nuestros pejelagarto y a su caterva de reaccionarios de izquierda y, de pasada, a los intelectuales progres: la revolución será liberal o no será...

viernes, 4 de abril de 2008

Coincidencias

Qué Tienen En Común


From: beaconsfield, 14 hours ago





Vean lo que tiene en común nuestro alcalde con el legendario Aníbal.


SlideShare Link


miércoles, 2 de abril de 2008

Argentina: Tropezar con la Misma Piedra


Dice The Economist en su edición de esta semana que pocas naciones han sido tan afortunadas como Argentina en lo que se refiere a recursos naturales pero que a su vez pocas naciones han sido tan mal gobernadas. Evidentemente, al leer esto me acordé de México como otro de los paradigmas de nación bendecida por la naturaleza por condenada por la atroz y perenne incompetencia de sus políticos. En cuanto al mal gobierno argentino, lo cierto es que la fortuna kirchnerista está llegando, precipitadamente a su fin. Muchos pensaron que con Cristina en la presidencia habría un cambio hacia la moderación frente al talante confrontacioncita de su marido y antecesor. Sin embargo, ya de entrada -recordemos cómo increpó al Presidente uruguayo ante todo el mundo el día de su asunción-, rápidamente empezó a dar señales preocupantes y de cualidades de estadista, poco y nada.
Para un país agrícola como la Argentina resulta vital que el gobierno procure la manera de ayudar y proteger al sector rural, pero el gobierno de Cristina ha puesto en el lugar del enemigo al sector agropecuario, y se ha mostrado decidida a fomentar el despoblamiento de la campiña, al tiempo que empuja al pequeño y mediano productor en brazos de los más poderosos, los únicos que pueden tener las espaldas lo suficientemente grandes como para aguantar el embate fiscal proveniente del gobierno, el cual, no contento con aplicarle retenciones del 30% o el 35% a las exportaciones de granos, prohibir las exportaciones de carne o interferir en la producción láctea, ahora se descerrajó con otro aumento que supone hasta el 45%, lo que representa un aumento del 17% en los tres meses que lleva Cristina en la Casa Rosada. El gobierno pretende llevarse la mitad de lo que produce un productor Soyero (o sojero, como se dice allá). Un camión va para él y el otro para el Estado.

Con lo que le queda debe afrontar el pago de semillas, agroquímicos, alquileres, fertilizantes, contratistas, siembra, fumigación, cosecha, seguros, combustibles, repuestos, maquinarias, etc. Y con el saldo, debe pagar también el impuesto a las ganancias. Encima, si subiera el precio internacional, el gobierno ya previó una escala móvil para aumentar la retención.
Y las famosas retenciones, cuyo último empuje fue a través de un decreto anunciado por el nuevo Ministro de Economía, con una energía digna de mejor causa, son impuestos encubiertos. Su elaboración esquiva lo que manda la Constitución; que los impuestos deben ser votados en el Parlamento. Por lo que se trata de una constante desviación de las normas constitucionales, gracias a los poderes especiales de los que dispone el gobierno.
Esto hace que las provincias no reciban nada de estos dineros, lo cual tiene molestos a los gobernadores, los cuales empezaron a mirar con simpatía la espontánea y masiva movilización de la gente del campo, a la que se sumaron miles de otros ciudadanos, en rechazo a tanta arbitrariedad y prepotencia gubernativa.

Ante ello el gobierno respondió de la peor manera, haciendo un indisimulado uso de los matones piqueteros para asustar y golpear a los manifestantes, como un tal sr. D’elía, recordado por la toma de una comisaría con muerto incluido, entre otros vergonzosos y criminales antecedentes.
Pero, sobre todo, lo que ha llamado la atención de la opinión pública argentina es el agresivo primer discurso de la Presidenta, que no sólo fue revelador de su ignorancia sobre mucho de lo que hace al trabajo en el campo, sino que tuvo una retórica que instaba a la división entre el campo y la ciudad. Sin tener en cuenta que si al sector le va bien, mejor así, porque el productor invierte el 80% de lo que gana, en alambrados, camionetas, maquinaria, silos, galpones, etc. El mecanismo de las retenciones distorsiona los mercados y violenta el acuerdo en la materia que rige al Mercosur. Y mientras se mantiene a ultranza una cotización del dólar artificialmente alta, (en realidad para los productores no es tal, debido a las retenciones), los daños provocados por estas políticas ya se hacen notar. Además perjudican en mayor medida, justamente a las zonas de tierras más pobres del Norte argentino, que hasta hace poco habían mejorado gracias a los precios compensatorios. Al mismo tiempo, muchos de los grandes buques han enfilado hacia otros rumbos, como Estados Unidos.

La desmesura fiscal que ha llevado a la Argentina a la crisis que padece es un síntoma (uno más) del agotamiento de las recetas populistas. Es país Austral se debate ahora entre una elevada inflación real (muy por encima del 9% reconocido oficialmente y, ahora, con claros y graves síntomas de rupturas sociales.

¿Cuántas veces estamos condenados los latinoamericanos a tropezarnos con las mismas piedras?

Finlandia y México, ¡Qué Diferencia...


...pero, de verdad, que diferencia hay todavía -y en general-entre las porquerías de políticos que tenemos aquí y los de países del llamado primer mundo! En nuestros entrañables lares los políticos primero permiten que el infierno se congele antes que renunciar a un buen hueso, por muy ineptos, corruptos o moral y políticamente incapacitados que estén para desempeñar su cargo. Ahí tenemos, sólo por citar los ejemplos más connotados y lamentables del pasado reciente, al inefable gober pecioso, que no dejó de malgobernar Puebla pese a protagonizar uno de los escándalos públicos más bochosrnosos en la historia de México; Ulises Ruiz quien, como Nerón, se dedicaba a la contemplación mística mientras Oaxaca se incendiaba; y ahora son los panistas los que nos dan buena muestra de que ellos no se quedan atrás en materia de cinismo y desvergüenza con el muchachito que ocupa la Secretaría de Gobernación, que se aferra tenazmente al cargo seguramente por órdenes de nuestro medroso presidente, que prefiere lanzar por la borda la reforma energética y el desarrollo político del país antes que prescindir del Mourniño de sus ojos.

En cambio ya ven lo que acaba de suceder en Finlandia, donde por sicalíptico tuvo que renunciar el ministro de Relaciones Exteriores. Resulta que el canciller finlandés le mandaba sugestivos correos electrónicos a la señorita de la foto, una famosa stripper de esas (todavía) gélidas regiones. El hombre le mandaba por el internet mensajitos que decían cosas como: "Ándale mamacita, vente a cotorriar", "Traite la papayasiar", "Tengo un amiguito que te quiero presentar", "Vente a brincar la riata, mamacita" ó "¿Cuándo vienes a aventarte unos capiruchos con Miguel?" (todo esto en sus versiones finlandesas, claro está) . Pues tanta inocente calentura bastó para poner en ridículo al ministro y obligarlo a presentar su renuncia ¡Vaya abismo de difefencia! ¿No creen?

lunes, 31 de marzo de 2008

El Oso Bruno se Ríe de...



...del infumable gobernador de Jalisco, que tuvo a bien "donar" (de fondos estatales, claro está)una carretada de millones de pesos para que el ominipotente cardenal Sandoval Íñiguez se saliera con la suya y pudiera levantar un templo para "venerar" a los santos mártires cristeros, la mayoría de los cuales no fueron sino una caterva de de abijeos, fanáticos, malandrines, violadores y asesinos. ¡Qué pena da, a veces, ser mexicano! ¡Y que pena da comprobar que el PAN en el fondo no es sino un partido cerril de la derecha más retrógrada! Ni para donde voltear en materia de partidos en México.



...¡Ayyy, Ledo, Ledo!

...de la hilarante Hilaria, que con sus fantasiosos cuentos y mentiras está terminando de cavar su tumba.


...de otra dama en apuros, Patricia Mercado. El pasado domingo apareció en la columna de Ricardo Alemán en el periódico El Universal el texto de una carta que le dirigió a Alberto Begne poco después de la elección de 2006 que la pinta de cuerpo entro como la autoritaria, egocentrica y sectaria que, en realidad, es. ¡Ya basta de las hipocresías de políticos que explotan sin escrúpulos la bandera ciudadana!



viernes, 28 de marzo de 2008

¡Al Diablo con lo que Ocurra en el PRD!


¡Al diablo con lo que ocurra con el PRD! Honestamente, ¿Alguien, de verdad, pensaba que el proceso de selección del nuevo dirigente de esta "cosa" iba a ser honesta y transparente? ¡Por favor! Lo que debemos hacer quienes pensamos que el sistema de partidos mexicanos es un fiasco es enfocar nuestros esfuerzos y atención no en la inútil tarea de tratar de limpiar al bodrio irreformable ese del PRD, o a la porquería esa que se sigue llamando el PRI, o a la casa de santurrones hipócritas, señoritos y párvulos semiidiotas que es el PAN, sino en cómo recomponer de raíz a nuestro podrido sistema de representación política. Debemos iniciar una lucha para que la ley electoral sea reformada y permita la actuación de partidos verdaderamente ciudadanos en los que el proyecto importe más que las personalidades o la lana. Me parece indispensable que quienes estamos defraudados de los partidos iniciemos, de inmediato, un Movimiento Nacional por la Ciudadanización de los Partidos, para exigir un registro "escalonado" de los partidos políticos en México, donde imperen tres criterios básicos:

1.- Apertura total a la posibilidad de participar en las elecciones.

La ley impondría condiciones relativamente fáciles de cubrir a aquellas organizaciones y ciudadanos interesados en participar en las elecciones. Estas condiciones asequibles incluirían la recolección de un número determinado de firmas de ciudadanas (¡al diablo con la celebración de asambleas!) que apoyen una determinada expresión política. Dichas firmas estarían amparadas por el padrón y por las respectivas credenciales de elector y el ciudadano tendría derecho únicamente a firmar a favor de un sólo partido. Se me ocurre, por ejemplo, que un partido pueda participar en elecciones si, además de presentar los consabidos documentos básicos (declaración de principios estatutos ó “tesis estatutuarias” y programa de acción) presentara la firma de, al menos, el 0.5% del padrón electoral a nivel nacional. Para candidaturas ciudadanas, podría exigirse las firmas de al menos el 1% de los ciudadanos en la circunscripción respectiva.

2.- Nada de dinero a los partidos antes de las elecciones.

Como se hace en el mundo civilizado, se dará dinero público ÚNICAMENTE a los partidos y candidatos que hayan rebasado un mínimo de la votación a nivel nacional (digamos, un 2%) para reembolsar sus gastos de campaña, pagar las actividades de las fundaciones y mantener una estructura burocrática MÍNIMA en el período trianual inmediato posterior a la elección que se trate. A los partidos que no alcances el tamiz del 2% se les dará las cumplidas gracias, nada más.

3.- Implantar un porcentaje mínimo del 3% a nivel nacional para que los partidos alcancen representación parlamentaria

Para garantizar una mayor gobernabilidad en las cámaras legislativas y evitar la prolifración de minipartidos que compliquen la acción gubernamental y la eventual formación de coaliciones.


Aplíquese estas ideas y verán como desaparecen, como por arte de magia, los partidos negocio, los agandalles, la presencia de acarreadores profesionales, los chantajes y las groseras disputas internas. Asimismo, esto facilitaría que corrientes minoritarias que actúan en el presente dentro de los grandes partidos por no tener en la actualidad otra alternativa presentaran al electorado sus propias expresiones partidistas e ideológicas. Así podríamos ver, entre otras posibilidades, un partido de centro izquierda con la parte menos radical del PRD y una organización liberal de centro derecha que hoy está presente en el panismo pero que no está vinculado a la extrema derecha y a la iglesia católica. Asimismo, esto ayudaría a enterrar al PRI forever and ever.

Obviamente, los tres partidos que hoy en día controlan el oligopolio del poder en México se opondrán tenazmente a estas ideas, pero se trata de crear un gran movimiento ciudadano capaz de rebasarlos. Creo que dar esta lucha sería mucho más productivo para nuestras vocaciones políticas ciudadanas que estar preocupándonos por las cochinadas internas del PRD, o de tratar de desbancar a sátrapas como Dante Delgado desde dentro de sus propios garitos o de andar liando con porros.

Hagámoslo todos nosotros: los disidentes del Partido Verde, los purgados de Convergencia, los intelectuales que participaron en Democracia Social, l@s “jóvenes turcos” de Alternativa, los millones de ciudadanos independientes que, elección tras elección, no saben por quién diablos votar. Los enemigos en esta lucha son el clientelismo, el corporativismo y el oportunismo vulgar. Las diferencias que podamos tener entre nosotros son mínimas si en verdad el tema central de nuestra propuesta es, antes que nada, recuperar a los partidos como espacos públicos de participación ciudadana.