Las efectividad elecciones primarias en Estados Unidos, así como la del resto del obsoleto sistema electoral de este país, ha sido cuestionada por muchos académicos y por una buena cantidad de políticos profesionales en Estados Unidos. Se afirma que se trata de un proceso demasiado largo y desgastante. De hecho, la temporada electoral en los Estados Unidos dura más de un año, iniciándose desde el momento en que los aspirantes a la nominación de ambos partidos dan a conocer sus intenciones. Prácticamente todo el año previo se dedica a que los candidatos den a conocer sus intenciones de participar. De ahí comienzan las largas caravanas nacionales, incontables viajes a New Hampshire y Iowa y cientos de eventos con el propósito de recaudar fondos para poder sufragar las costosas tarifas que cobran las cadenas para difundir los spots de los aspirantes (suspiros de Salinas Pliego y Azcarraga). Las primarias, en concreto, inician en enero del año electoral y terminan en junio, pasando después a la celebración de las convenciones nacionales. De ahí da principio la campaña directa entre los dos "finalistas", hasta terminar en la elección presidencial, que se celebra el primer martes de noviembre de todos los años bisiestos.
Es verdad que durante todo el tiempo que duran las primarias, los candidatos están expuestos a un desgaste considerable. Las cosas empeoran cuando uno de los aspirantes es el presidente en funciones en busca de la reelección, ya que entonces buena parte del quehacer gubernamental se ve determinado por las necesidades electorales. Hacia el 2008 este proceso de primarias ha sido particularmente desgastante, en virtud que, por primera vez desde 1924, no está involucrado en la carrera ni el presidente ni el vicepresidente en funciones, lo que hace de esta competencia una de las más abiertas y reñidas de la historia, tanto en el campo republicano como en el demócrata.
El problema central en el sistema electoral norteamericano es que legalmente no existe un "electorado nacional", como sucede en el resto del mundo. Todas las diposiciones electorales dependen exclusivamnte de la voluntad de las legislaturas de cada uno de los 50 estados, lo que ha dado lugar al enorme desorden y las grandes irregularidades que caracterizan a las elecciones de la que presume mser la democracia más importante del mundo (remember el desastre del 2000 en Florida).
Es verdad que durante todo el tiempo que duran las primarias, los candidatos están expuestos a un desgaste considerable. Las cosas empeoran cuando uno de los aspirantes es el presidente en funciones en busca de la reelección, ya que entonces buena parte del quehacer gubernamental se ve determinado por las necesidades electorales. Hacia el 2008 este proceso de primarias ha sido particularmente desgastante, en virtud que, por primera vez desde 1924, no está involucrado en la carrera ni el presidente ni el vicepresidente en funciones, lo que hace de esta competencia una de las más abiertas y reñidas de la historia, tanto en el campo republicano como en el demócrata.
El problema central en el sistema electoral norteamericano es que legalmente no existe un "electorado nacional", como sucede en el resto del mundo. Todas las diposiciones electorales dependen exclusivamnte de la voluntad de las legislaturas de cada uno de los 50 estados, lo que ha dado lugar al enorme desorden y las grandes irregularidades que caracterizan a las elecciones de la que presume mser la democracia más importante del mundo (remember el desastre del 2000 en Florida).
Para este año el calendario de primarias se ha simplificado. Varios de los estados más importantes de la Unión Americana han adelantado la celebración de sus primarias , lo que permitirá a los candidatos concentrar todos sus esfuerzos y recursos a la primera parte del año. Antes, las primarias estaban más desperdigadas, destacando la celebración de la elección en California casi siempre hasta junio, a finales del calendario, lo que obligaba (aún más) a los aspirantes a un ritmo devastador tanto en obtención de recursos como en desgaste de imagen.
Sin embargo, el hecho de que Iowa y Nueva Hampshire, dos estados pequeños y políticamente "atipicos" sean los que abrán el proceso de primarias, provoca que los candidatos dediquen esfuerzos excesivos para captar la atención en estos lugares por miedo a que malos resultados iniciales influyan en el resto del país. Este es el pánico que tiene Hillary respecto a que las posibilidades de Obama en Iowa, y la preocupación de Romney y Gilliani respecto a ese curioso personajillo, Huckabee.
Lo cierto es que en las primarias rara vez sale nominado el mejor candidato, ya que se ven beneficiados considerablemente por dicho procedimiento políticos "populistas" capaces de atraer el voto de los ciudadanos "comunes" con promesas vanas y con campañas superficiales, pero efectivas; mientras que políticos experimentados se ven expuestos a los fáciles ataques de demagogos. Fue con campañas de este tipo como personajes radicales, populistas o inexpertos como Barry Goldwater, George Mc Govern y James Carter pudieron salir victoriosos sobre personalidades de mucha mayor experiencia y capacidad como Nelson Rockefeller, Edmund Muskie y Frank Church. Esto podría suceder en el 2008 si el predicador Huckabee y/o el popular Obama se hacen de las candidaturas de sus partidos pese a la enorme inexperiencia que padecen.
Lo cierto es que en las primarias rara vez sale nominado el mejor candidato, ya que se ven beneficiados considerablemente por dicho procedimiento políticos "populistas" capaces de atraer el voto de los ciudadanos "comunes" con promesas vanas y con campañas superficiales, pero efectivas; mientras que políticos experimentados se ven expuestos a los fáciles ataques de demagogos. Fue con campañas de este tipo como personajes radicales, populistas o inexpertos como Barry Goldwater, George Mc Govern y James Carter pudieron salir victoriosos sobre personalidades de mucha mayor experiencia y capacidad como Nelson Rockefeller, Edmund Muskie y Frank Church. Esto podría suceder en el 2008 si el predicador Huckabee y/o el popular Obama se hacen de las candidaturas de sus partidos pese a la enorme inexperiencia que padecen.
Hay quienes proponen la desaparición de las primarias y su sustitución por un procedimiento donde sólo intervengan los "notables" de los partidos. Sin embargo, dada la popularidad actual de las primarias, esta idea ha sido rechazada contundentemente, sobre todo considerando que el enorme nivel de descentralización de los partidos estadounidenses haría poco viable una decisión vertical. Otros opinan que debería de celebrarse una única elección primaria a nivel nacional en una sola jornada electoral, o por lo menos disminuir al máximo el período en el que estos comicios se celebran, con el propósito de evitar el desgaste de los aspirantes, pero eso sólo sucedería el día que se establezca en Estados Unidos el concepto de "Electorado Nacional" y los estados no lo peemitirán nunca.
En 1984, buscando impedir en la medida de lo posible la designación de un candidato demasiado inexperto o radical, los demócratas cambiaron sus disposiciones internas. Desde entonces, sí ningún candidato logra ganar en las primarias el número necesario para garantizar su nominación en la convención (ambos partidos exigen que el candidato presidencial cuente con la mayoría absoluta de los delegados), la decisión final recaerá en unos "superdelegados", que representan aproximadamente el 14% de los votos en la convención. Estos "superdelegados" por lo general son "notables" del partido (senadores, representantes, gobernadores, etc.) que no están sujetos a ninguna forma de elección frente al electorado. Fueron estos superdelegados los que otorgaron la nominación presidencial a Walter Mondale sobre Gary Hart en la convención de 1984.
Por otra parte, los defensores de las primarias en Estados Unidos señalan que dadas las características tan sui generis que presenta el sistema de partidos de ese país, las elecciones primarias no sólo son el mecanismo más conveniente, sino en realidad el único viable para determinar las candidaturas presidenciales. Los dos grandes partidos de Estados Unidos, a diferencia de lo que sucede con la mayor parte de los partidos en el mundo, son instituciones sumamente descentralizadas y completamente desideologizadas, que cuentan con una estructura horizontal, donde son las instancias locales, y no la dirigencia nacional, las que tienen mayor influencia en el proceso de toma de decisiones. Además, los partidos no son capaces de imponer a sus legisladores una disciplina de voto rígida ni en la Cámara de Senadores, ni en la de Cámara de Representantes.
La experiencia del resto del mundo habla mucho de la singularidad de este sistema de primarias. Por un tiempo (los años noventa) se puso de moda que los partidos europeos y latinoamericanos celebraran primarias al estilo gringo para designar a sus candidatos, pero la experiencia no funcionó, en la mayoría de los casos. Europa la ha abandonado casi del todo. En Argentina fue suprimida, recientemente, la obligación legal que tenían los partidos de celebrar pimarias.
Claro, esto no quiere decir que las primarias hayan fracasado del todo fuera de Estados Unidos. En varias naciones la costumbre llegó para quedarse. En México, hay que reconocer que las primarias fueron clave para evitar un desastre nacional al impedir que Santi Creel se convirtiera en candidato presidencial del PAN gracias a que los electores panistas tuvieron el buen gusto de elegir a Calderón en las urnas. Y no es que yo sea fan de Felipillo, ¡pero Creel!....
1 comentario:
ELECCIONES 2008
PRIMARIAS
Rafael del Barco Carreras
Hilary Climpton contra Obama, Rajoy y Zapatero. El detalle, que los americanos sean del mismo Partido, convierte su DEMOCRACIA en el menos malo de todos los sistemas políticos. La lucha por la nominación dentro de un Partido, que encima no obligará a sus elegidos al “voto cautivo” más allá de su propia conciencia y filosofía, crea un sistema ABIERTO y regulador de trepas, sinvergüenzas y mafias. De alguien elegido entre conciliábulos y a dedo del JEFE, modelo fascista, a quien surge de la lucha democrática hacia la simple nominación. A Obama le encontraron su rico del pueblo, en España las viejas amistades de sus políticos se diluirán con prensa entregada, y si son el mismo en un u otro partido, los negocios del RICO, financiero o “amigo”, se consolidarán hasta la mayor de las fortunas y fundirse con el GOBIERNO. Me refiero a no más de cuatro grandes nombres tabú, innombrables, inmunes e impunes hasta para la Justicia. Incluso las titulaciones académicas de los que rellenan las listas pasan desapercibidas. Sin primarias no se limpia la Política, y varios partidos actúan como UNO SOLO, parecido a aquellas “agrupaciones” que se inventó el último Franquismo, inutilizando la gran conquista de la Democracia, la división de poderes entre el Ejecutivo, Legislativo y Judicial.
Tenemos un RÉGIMEN que permitió a la banda De la Rosa-Piqué Vidal-Pascual Estevill, coordinados con Hacienda, Generalitat, Magistratura, Policía, y Finanzas, estrujar Barcelona durante décadas, y a unas docenas de los coordinados enriquecerse, además de limpiar sus cuantiosas quiebras a cargo del Erario Público. Precisamente en el único conato de PRIMARIAS EN ESPAÑA, del PSOE, con Joseph Borrell y Joaquín Almunia de candidatos, se removió tanto la Gran Corrupción de Hacienda en Barcelona (otro juicio eterno y caso “aislado”) que hasta la Oposición se silenció y el PSOE retornó a la “cordura” del nombramiento a dedo. Ver www.lagrancorrupcion.com. Y ahora, que la crisis de nuevo asoma, es decir, han acabado con la LIQUIDEZ DEL SECTOR FINANCIERO, vaciado la “caja”, surgen otros parecidos cuyos grandes ENGENDROS financiero-inmobiliarios son imposibles de no coordinar POLÍTICA con “FINANZAS O MAFIAS”, en este caso puros saqueos a las CAJAS DE AHORROS, donde se manifiesta la perversidad de la llamada DEMOCRACIA ESPAÑOLA, y ya asomando varias “soluciones de grandes quiebras” en definitiva a cargo del ESTADO.
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