jueves, 19 de noviembre de 2009

Ya que tanto nos cuestan, obliguemos a los partidos a abrirse.


La Cámara de Diputados argentina acaba de aprobar una reforma para hacer obligatorias, abiertas y simultáneas las elecciones primarias para elegir a los candidatos presidenciales en todos los partidos que gocen de personería jurídica, tal y como sucede en Uruguay desde la reforma constitucional de 1997. En general es una buena idea esa de celebrar primarias abiertas. Es cierto que en México PRD y PRI, con las sucias prácticas a las que son tan afectos, nos han dado ejemplos muy claros de lo como no deben realizarse elecciones primarias, y el PAN –por antonomasia un partido “cerrado”- se obstina en celebrar sus procesos de forma cerrada, es decir, en la que participan exclusivamente los militantes del partido, y no como debería de ser, extendiendo ese derecho a cualquier ciudadano interesado bajo la lógica de que se trata de entidades de “interés público” que viven a expensas del erario nacional. Los vicios que hemos presenciado en lo concerniente a los comicios internos mexicanos muy bien podrían corregirse si responsabilizamos al IFE (libre ya de la incompetencia de “maguitoUgalde) de la organización, supervisión y sanción de estos comicios y si los convertimos en mecanismos abiertos y simultáneos, es decir, en elecciones que se celebrarían obligatoriamente en todos los partidos que disfrutan (¡y vaya que lo disfrutan!) de registro, abiertos a cualquier ciudadano que quiera participar en ellos (con la limitante de que sólo podría sufragar en la elección primaria de un único partido político) y celebradas simultáneamente en una única fecha electoral. Eso ayudaría a democratizar a instituciones tan cuestionadas por sus malas prácticas, derroches y crisis de representatividad.

La crisis de los partidos es uno de los sucesos políticos cardinales del fin de siglo. Rebasados por el vertiginoso desarrollo que experimentan las sociedades democráticas contemporáneas, los partidos han sido relativamente lentos en adaptarse a tantos y tan profundos cambios. Sin embargo, ni de lejos han aparecido, instituciones que logren sustituirlos eficazmente. Incluso para los más escépticos, los partidos son “males necesarios” cuya supervivencia está garantizada aún por mucho tiempo, sobre todo si es que logran responder a las demandas de nuestra época y superan el dilema de representatividad por el que atraviesan al establecer vínculos más plausibles con la sociedad.

En efecto, el principal problema de los partidos se refiere a la representatividad. Los nuevos electores y grupos sociales no se sienten necesariamente identificados con los partidos tradicionales, de ahí que defeccionen hacia opciones de la llamada “antipolítica” (ecologistas, chauvinistas, humanistas, milenaristas etc.), se dejen engañar por “el canto de las sirenas” del personalismo demagógico o autoritario (desgraciadamente tan socorrido aún en América Latina) o, simplemente, se abstengan de cualquier participación política, como sucedió en México con nuestros castos anuladores del voto, que vimos actuar con motivo de las elecciones de este año. Es por ello que en la actualidad presenciamos en todo el mundo, en mayor o menor medida, una tendencia a la democratización de las estructuras internas de los partidos políticos, los cuales pretenden perfeccionar su relación con la sociedad y reducir la casi siempre desproporcionada influencia de las burocracias partidistas, señalada por muchos como la principal responsable de esta crisis de representatividad. Por décadas se estimó que los partidos eran una especie de “ejércitos” para los cuales era imprescindible una estructura férrea y una incuestionable disciplina si es que querían salir victoriosos de la “guerra democrática”. Recuérdese, por ejemplo, la célebre ley de hierro de la oligarquía enunciada por Robert Michels: “quien dice organización dice tendencia a la oligarquía” y la descripción de Max Weber de los partidos, a los que definió como “cuerpos que luchan por el poder marcados por la tendencia a dotarse de una estructura marcadamente dominante”. Ahora bien, uno de los efectos más trascendentes que experimentan, o deberán experimentar, los partidos como parte fundamental de su proceso de adaptación a las circunstancias sociales contemporáneas es el progresivo declive del “aparato”. Para sobrevivir, tarde o temprano los partidos deberán transformarse para dejar de ser los andamiajes rígidos y burocratizados descritos por Michels, Ostrogorski y Weber y convertirse en organismos dinámicos marcados por la desideologización y la descentralización de las decisiones. Los partidos del futuro necesariamente serán menos rígidos y estructurados, pero muy probablemente sean más eficientes en su relación con la sociedad. Desde luego, esta flexibilización no deja de tener sus riesgos. Partidos más laxos podrían caer ante los embates del personalismo, ser más dóciles frente a la excesiva influencia de los medios de comunicación, más proclives a vender la imagen de candidatos como si se tratara de detergente, y más dispuestos a caer en la tentación de convertirse en organizaciones “atrapa todo” dedicadas al oportunismo electoral o a cubrir únicamente necesidades coyunturales. No obstante los riesgos, los partidos están en transición y los cambios se refieren fundamentalmente al reordenamiento de sus estructuras organizativas.

Uno de los aspectos fundamentales de la modernización de los partidos se refiere a la selección de candidatos. Precisamente es en este rubro donde las tendencias oligárquicas mencionadas por los estudiosos se han hecho presentes en la vida de los partidos con mayor evidencia. La selección de candidatos a puestos de elección popular en la inmensa mayoría de los partidos ha estado muy lejos de satisfacer plenamente los principios democráticos, al atender la necesidad de mantener la unidad de acción y criterio de la organización frente al reto que supone la competencia en las urnas. Sin embargo, en la actualidad las fórmulas tradicionales de selección de candidatos son poderosamente impugnadas, incrementándose las voces de quienes opinan deben instituirse mecanismos más democráticos. Las elecciones primarias abiertas son un instrumento indispensable para fortalecer los vínculos de los partidos con la sociedad. Y cada vez son consideradas por más gente como la fórmula del futuro para partidos de todas las latitudes, aunque, reitero, el mecanismo no ha estado exento de problemas, errores y otros obstáculos. No todos lo defienden, y es cierto que en algunos casos los resultados han sido francamente contraproducentes. Lo hemos visto en México, pero eso se debe a que no se ha responsabilizado al IFE de su organización y supervisión.

Pugnemos por hacer obligatorias, abiertas y simultáneas las elecciones primarias o internas de los partidos mexicanos como una forma de hacer efectivo aquello de que se trata de instituciones dizque de interés público, digo, ya que le cuestan tanto a nuestros vapuleados bolsillos.

lunes, 16 de noviembre de 2009

El PRI es lo que siempre ha sido: un tugurio repugnante


Extraordinario el artículo de Jesús Silva Herzog (padrino de este blog) en el Reforma de hoy. Lo reproduzco íntegro en vista a que los cavernícolas de ese períodico tienen la mala costumbre de cobrar para poder entrar a muy deficiente versión en línea. Lo que más indigna de la actitud del PRI en el caso del aborto no es tanto el pedestre oportunismo de los gobiernos y dirigencias estatales priístas, sino el hecho de que dentro de un partido que, se supone, tiene la consecución de un Estado laico como una de sus prioridades programáticas nadie, pero absolutamente nadie haya alzado la voz para protestar contra esta indigna y obvia complicidad de su partido con la extrema derecha. Y ni que decir de la gorda Paredes, mujer, dirigente nacional de ese sucio bodrio, quien siempre ha presumido ser muy "de avanzada". La verdad es que los militantes del garito priísta mantienen incólume como su código perpetuo de conducta las aberrantes bases de la "cultura política" que engendró su partido y que ha arraigado tan profundamente en la sociedad mexicana: el servilismo, el agandalle, la lambisconería, la disciplina a ultranza, la exaltación de la mediocridad y el más vulgar de los arribismos.


Parto o Cárcel

por JSHM

Con velocidad inaudita, prácticamente en silencio se han reformado un buen número de constituciones de los estados. Una curiosa sintonía ha puesto de acuerdo a las más diversas legislaturas. El matrimonio del PRI y del PAN ha acelerado los cambios. No se trata de reformas constitucionales para que los estados hagan frente a la crisis económica; no son transformaciones institucionales para rendir cuentas a la ciudadanía; no son cambios para agilizar los procesos penales, para transparentar el uso de recursos públicos o para profesionalizar los órganos representativos. Son cambios que an forma de ley al dogma religioso. PAN y PRI aliados en la demolición del Estado laico. 17 constituciones locales han seguido el dictado de la Iglesia católica para incorporar a su texto la consigna eclesiástica de que la vida humana empieza desde el instante mismo de la concepción y considerar al cigoto—antes inclusive de su implantación en el endometrio—como un ser humano con plenos derechos.
Las apresuradas reformas tratan evidentemente de cerrarle al paso a la despenalización del aborto como se hizo en el Distrito Federal. Se trata de impedir que una simple mayoría pudiera eliminar el castigo a quien termina voluntariamente un embarazo. Resguardar la vida desde el momento de la concepción hasta la muerte tiene también por efecto cancelar la posibilidad de legislar en materia de eutanasia, asunto igualmente herético para los clérigos. Sacralizar la vida desde la fecundación hasta la muerte natural para arrancarle a los hombres el derecho de disponer de su cuerpo. No cuestiono que una agrupación religiosa considere que la vida no nos pertenece. Los hombres de fe pueden creer que nuestra vida es un préstamo de Dios y que no somos nadie para abreviar nuestro paso por el mundo. Pero un estado laico no puede asumir esa interpretación del mundo para imponer a las mujeres el deber de aceptar los hijos que le caigan o para impedir que se auxilie a los sufrientes a bien morir.
El efecto de estas reformas en materia de aborto es gravísimo. No se trata solamente de impedir la despenalización sino de contrarreformas de consecuencias insospechadas. En los estados que han aprobado estos cambios, una mujer violada que resulte embarazada por la violenta invasión de su cuerpo no tendrá la opción de elegir si continúa o termina con el embarazo. Una mujer tampoco podrá decidir si sigue adelante con un embarazo que ponga en peligro su propia vida. El piadoso Estado le impone la obligación de parir. La irreflexión con la que se legisló es tal que México puede haberse convertido en el país donde existe las penas más cruenta contra quienes practican el aborto. Diego Valadés ha detectado el absurdo jurídico que se desprende de la conversión automática de una prédica religiosa en regla de derecho. Identificar la unión de dos células con la vida humana plena y equiparar el régimen de sus derechos es un absurdo monumental. Una mujer que por descuido ingiriera alimentos que provoquen la muerte del embrión deberá ser considerada homicida imprudencial. Si se provocara voluntariamente el aborto estaría cometiendo un homicidio con todos los agravantes imaginables y podría pasar 50 años en la cárcel. Pensemos, como sugiere Valadés, en los médicos que participan en procesos de fecundación in vitro. En el caso de que el manejo del material fecundado condujera a la muerte del cigoto, estaríamos igualmente en presencia de un asesinato, posiblemente de un asesinato múltiple. Se trata pues, de monstruosas reformas apresuradas e irreflexivas que tienen como propósito congraciar a la clase política con la jerarquía católica.
Es entendible que las entidades de la república regulen de manera distinta el aborto. Esa es una de las bondades del régimen federal: legislaciones a tono con el clima de la opinión local. No sería por eso extraño que un país tan diverso existieran regulaciones distintas en esta materia tan polémica y tan compleja. Ese es precisamente el espacio que la Suprema Corte de Justicia abrió en esta materia: sean los estados quienes normen asunto tan delicado. Pero lo que hemos visto en semanas recientes no es el despliegue de la legítima autonomía local sino la imposición del dogma religioso sobre una clase política conservadora y oportunista. El conservadurismo religioso del PAN no es ninguna sorpresa. Lo es tal vez su incapacidad de vestir su fe con trajes seculares para redactar normas que no sean sólo compatibles con sus creencias sino propias de un Estado secular que no impone a todos el prejuicio de unos. Lo que resulta más aberrante es el oportunismo del PRI que difícilmente puede seguirse presentando como defensor del Estado laico después de esta abdicación. Con esta cascada de reformas, el PRI se ha convertido en la bisagra de la ultraderecha mexicana.

viernes, 13 de noviembre de 2009

Unas pinches fichitas priístas


Es un genio al que se le ocurrió hacer este dominó estampado con el logotipo del PRI, ya que describe perfectamente bien la naturaleza de los dirigentes y militantes de tan mugroso partido: son unas pinches fichistas, ¿O no?

jueves, 12 de noviembre de 2009

Al francotirador de Washington, in memoriam


Ejecutaron al francotirador de Washington. Hay un cierto placer en eso de ser francotirador....
En recuerdo a John Allen Muhammed, el Oso Bruno publica esta foto.

La execrable hipocresia de los "pro-vida"











El debate sobre la reforma al sistema sanitario en Estados Unidos está sacando a flote, una vez más, la execrable hipocresía de los que se dicen "Pro Vida", aquellas buenas conciencias que se sienten tan santas y generosas porque defienden la vida de los nonatos, pero desprecian con intolerancia y fanatismo singulares las miles de vidas que se pierden de mujeres que fallecen en abortos clandestinos.

lunes, 9 de noviembre de 2009

20 años sin muro y la Europa excomunista exporta ¡Putas!


20 años de la caída del muro de Berlín. Fiestonon en la que es la ciudad consentida del Oso Bruno, pero no dejo de pensar que una de las consecuencias más ingratas del fin del bloque soviético ha sido la exportación masiva de putas a Occidente. Sí, la situación social de muchas de las repúblicas de la URSS y de las naciones otrora integrantes del pacto de Varsovia no ha logrado alcanzar niveles satisfactorios y aunque algunos (los menos) de los países ex comunistas habían sido relativamente más afortunados que sus vecinos en términos del crecimiento económico en las años noventa y en la primera mitad de la actual década, la crisis económica internacional ha tenido efectos devastadores en lugares como Letonia, Lituania, Hungría y otros que parecían repuntar e incluso son ya miembros de la Unión Europea, lo que –evidentemente- ha coadyuvado al empeoramiento generalizado de las condiciones de vida y, entre otros trágicos efectos, ha provocado la emigración de putas. Sí, de putas.

Según cálculos de la Organización Internacional de Migraciones (OIM) Cada año, alrededor de medio millón de mujeres de la región son literalmente exportadas hacia Europa occidental, lo que sumado a la cantidad de hombres que también hacen el viaje está provocando el despoblamiento de ciertos países. Por ejemplo, en Ucrania, la población ha disminuido en 1,2 millones desde 1991 y Rusia ha pedido aproximadamente 5,7 millones en el mismo período, lo que quiere decir que hay 3,500 rusos menos por día. De hecho, la ONU estima que de no invertirse la tendencia la población de los países del Este europeo se podría reducir hasta en un 20% para el 2050. Incluso el Ministerio del Interior ucraniano ha llegado a reconocer que 400,000 menores de 30 años dejaron el país durante la última década para formar parte del mercado del sexo

Tenemos entonces que estas millones de mujeres procedentes de la Europa del Este que llegan a Occidente a prostituirse conforman toda una “avalancha migratoria” sin precedentes en tiempo de paz. Desde luego, muchísimas de estas mujeres son explotados inicuamente por mafias que las engañan prometiéndoles “trabajos muy bonitos” como modelos, edecanes, azafatas, secretarias y váyase a saber que más, pero a la mera hora el contrato de “exportación” incluye "letras pequeñas" ciertamente peculiares. Una vez que llegan a sus destinos, estas mujeres son violadas, secuestradas y obligadas a vivir en condiciones infrahumanas, son privadas de libertad, de medios económicos y de los derechos más elementales en beneficio del negocio del sexo. La mismo OIM calcula que cada año son unas 100,000 las chicas víctimas de este truquito sucio. Y lo más trágico, quizá, es que en muchos casos mujeres que son rescatadas y vuelven a su país terminan por repetir el viaje, ahora por su cuenta, ante la pavorosa falta de oportunidades en sus naciones de origen.

Así que, vale preguntarse ¿Para esto derruyeron el muro de Berlín?



sábado, 7 de noviembre de 2009

El padrote que engañó a occidente





Hamid Karzai tiene una pinta de padrotón que no puede con ella, gracias a la cual se hizo del poder en Afganistán. Se acaba de reelegir en una elección fraudulenta, confirmando su jerarquía como uno de los gobernantes más corruptos e ineficaces del mundo. Para mantener su deleznable gobierno, Estados Unidos y sus aliados de la OTAN se gastan millones y millones de dólares, por no hablar del creciente número de vidas humanas que pierden las fuerzas de la coalición en una guerra que se complica día a día. Estas son ironías y no bromas: los campeones de la democracia y la libertad enfangados en una atroz guerra para sostener a un inepto que se roba elecciones. ¡Vaya con este Karzai, gran defraudador de occidente! El hombre de las elegantes capas de seda y de esos preciosos gorritos llamados "karakul". Me encanaría tener un karakul y ponérmelo para salir a la calle y que la gente diga "Karakules, que bien se ve ese tipo". A Karzai le funcionó en Estados Unidos. Causó gran admiración en esta frívola sociedad en la que se impone aún eso de "Cómo t ven, te tratan" e incluso hoy sigue siendo considerado por las revistas del corazón como uno de los hombres mejor vestidos del mundo.

Sus elegantes vestimentas, su inglés exquisito y sus perfectos modales hacían que Karzai comparara muy bien frente a los pedestres y malolientes talibanes, de eso ni hablar. Pero tras cinco años de pésimo gobierno, cortesía de las grandes democracias occidentales, el pueblo afgano sigue igual o más jodido que nunca. La corrupción se multiplica, el comercio del opio está más boyante que nunca e inclusive la situación de la mujer no ha mejorado casi nada, como lo denuncian una buena cantidad de ONGs feministas. Esta guerra, que parecía ganada hace apenas unos años ante el beneplácito de la misma comunidad internacional que rechazó de tan vehemente forma la intervención militar en Afganistan, ahora resulta que se está perdiendo frente a esos burdos horrorosos fanáticos de barba desalineada y sucios turbantes. Todo para mantener en el poder a un inepto que se reeligió con un escandaloso fraude producto de su alianza con los llamados "señores de la guerra" quienes, entre otras cosas, controlan el lucrativo mercado de Opio.

Occidente creyó que llevaba la democracia a las montañas de Afganistan, pero el padrotín que los enamoró y convenció para que lo pusieran en el poder resultó ser un desastre. Hace poco, Karzai mandó aprobar una ley que contentaba a los chiíes hazaras más conservadores, en la que la mujer podía ser privada de alimento en caso de negar el favor sexual a su marido. Para eso están perdiendo la vida las fuerzas de la OTAN.

jueves, 5 de noviembre de 2009

La moralina de Tony Blair


Una vez que el pesado ese de Vaclav Klaus ha ratificado el Tratado de Lisboa, procede ahora que los líderes Europeos elijan a las dos autoridades principales de la UE contempladas en dicho acuerdo: un Presidente del Consejo y un nuevo Alto Comisionado para la Política Exterior, los cuales procurarán (se supone) que Europa se deje de añoranzas y ridiculeces y proceda a tener una política exterior y de seguridad común que le devuelva relevancia de genuina superpotencia mundial. Mucho se ha hablado de Tony Blair como posible “presidente de Europa”. No lo va a ser. Procede de la euroescéptica Gran Bretaña, su incondicional lianza con Bush cayó muy mal a la mayoría de los europeos y, lo más importante, es una figura demasiado fuerte como para ser del gusto de los gobernantes europeos, siempre tan celosos de su “soberanía”.
Como mucha gente, tengo sentimientos encontrados con este Tony Blair. Admiro al líder capaz que hizo renacer al Partido Laboristas de las cenizas en la que lo dejo la loony left en los años ochenta, de llevar a buen puerto la compleja negociación de paz en Irlanda del Norte, de haber entendido que las reformas de Thatcher eran irreversibles (sólo dizque trató de dales un rostro, digamos, más “humano”) y de manejar de forma tan magistral su figura mediática. Pero de este mismo señor me repugna el tufillo de su moralina, su ridículo espíritu de cruzado, la “seguridad sacerdotal de la que hace gala constantemente, sobre todo cuando se equivoca (Norman Birbaum Dixit)”. Es un hombre sin sentido el sentido del humor, inteligencia profunda y abismal cultura de otros verdaderos estadistas británicos como Disraeli, Churchill, Pitt, Palmerston o Salisbury. Es heredero de la estricta moralidad del aburrido Gladstone. Esta gente tan gazmoña es muy peligrosa. Para acabarla, hace poco se convirtió al catolicismo, en medio de gran parafernalia. ¡Quién carajo, a estas alturas, se convierte al catolicismo, con un demonio!

Pero no será el presidente. En todo caso, ojalá. Pese a sus ingentes defectos, lo menos tiene una incuestionable capacidad de liderazgo. Este cargo tiene la talla sólo para un ex jefe de Estado o de gobierno de ran estatura, como Schröder (le vendió el alma a Gasprom), Amato, Villepin (quemado y a punto de ir al bote), Staruss-Kahn o Felipe González. Pero los “líderes” europeos van a querer un ratón. No extrañaría que se decidieran por un luxemburgués. ¡Vaya mediocridad esa de que Europa fuera presidida por un luxemburgués por culpa de los temores y pruritos de siempre de sus pusilánimes mandatarios! Más probable es que sea el bobito primer ministro de Holanda, Balkende, cuyo principal mérito es parecerse a Harry Potter, o alguna figurilla menor procedente de cierto país pequeño y relativamente poco influyente. ¡Qué lástima de oportunidad perdida!

miércoles, 4 de noviembre de 2009

domingo, 1 de noviembre de 2009

Las ridículas añoranzas de la "Vieja Europa"


Después de leer en el Times Literary Supplement la reseña sobre la aparición del VII volumen del DOCUMENTS ON BRITISH POLICY OVERSEAS : German Reunification 1989–1990, y también el artículo sobre el tema de ese extraordinario cronista de los grandes acontecimientos que supusieron el fin del bloque soviético que fue Tim Garton Ash, se me ocurre pensar en lo enternecedor que es en el fondo esa nostalgia imperial tanto de Británicos y Franceses, que tanto entonces como ahora en muy buena medida manejan su política exterior suponiendo que son grandes potencias que por sí mismas cuentan en el mundo y no quieren entender plenamente que en realidad son naciones que asiladas sirven para muy poco en la balanza del poder mundial contemporáneo. Los documentos desclasificados que se incluyen en esta obra nos confirman lo que era un secreto a voces: Thatcher se oponía vehementemente a la reunificación alemana y Mitterrand, en alguna medida, también, aunque este viejo zorro siempre ostento en este asunto, como en tantos otros, una calculada ambivalencia. Margaret Thatcher dijo a Gorbachev : "A Gran Bretaña y a Europa Occidental no les interesa la unificación de Alemania. Lo que dice el comunicado de la OTAN puede parecer distinto, pero no lo tenga en cuenta. No queremos la unificación de Alemania". Y a continuación se aventó a decir, sin base alguna la canija vieja neoliberal esta: "Le puedo asegurar que ésa es también la postura del presidente de Estados Unidos".

Garton Ash se indigna ante la gran deslealtad que supuso esta actitud de Maggie y Mitterrand para con quienes son firmes aliados de la Gran Bretaña y Francia en el ámbito de la OTAN. ¿Qué pensarían ambos dirigentes?, me imagino: ¿Alemania unida otra vez? ¡No! ¡Es una amenaza para nuestros imperios! ¡La inminente Tercera Guerra Mundial”” Ganas de engañarse a sí mismos, insólita si consideramos que se trataba de dos estadistas que bien deberían haber sabido que esas añoranzas del siglo XIX estaban completamente fuera de lugar entonces y mucho más hoy, 20 años después de la reunificación, donde tenemos como grandes protagonistas militares y geopolíticos a Estados Unidos, China y Rusia, en espera a ver la hora en que Europa asuma el peso de las grandes realidades actuales y entienda que sólo participará con fuerza en el procesos de toma de las grandes decisiones mundiales cuando sea capaz de abandonar remembranzas y adopte una verdadera política exterior común que le de forma y pleno sentido estratégico a la gran potencia europea.