miércoles, 22 de junio de 2011
Schade, Frau Merkel!
Alemania, la locomotora de Europa, tiene un serio problema de liderazgo. A pesar de estar en un momento económico interesante, con la economía hacia arriba gracias al aumento de las exportaciones y el desempleo a bajos niveles no vistos desde principios de los ochentas, el gobierno de Angela Merkel es impopular y se siente al país sin guía ni rumbo.
La canciller gobierna a golpe de encuesta, pensando solo en aquelo que, ella calcula, le dará votos a su partido, carente de visión de largo plazo y sin importarle un pepino lo que le conviene a Europa y a las futuras generaciones. Lo peor, para ella, es que la opinión pública percibe su oportunismo electorero barato y tiene a su gobierno en mínimo de popularidad. Todas las encuestas dan como ganadora a una eventual coalición Verde-Socialdemócrata. Su lamentable política europea tienen al Euro al borde del colapso por haber alimentado la especulación contra estados europeos al exigir la participación de los bancos en las operaciones de rescate. Tal posición es popular, pero Merkel y Schäuble deberían saber que ahora no es aplicable. Se trata de un simple recurso de política interna alemana. Que incluso en las cuestiones europeas y mundiales más difíciles Merkel se orienta por su provecho partidista es algo que hasta los gringos perciben, como se ve en los documentos de wikileaks. Nunca ha habido tanta miopía en Berlín. Schade.
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