Polonia y Hungría son
dos de los países más beneficiados por las políticas de subvenciones y fondos
de cohesión de la Unión Europea. Sin
embargo, ello no ha impedido a los gobiernos de estas naciones actuar de forma crecientemente
autoritaria, en detrimento del espíritu democrático de la integración
europeísta. Tanto el húngaro Viktor Orban como el polaco Jaroslaw Kaczynski, hombres fuertes de
sus respectivos países, han logrado consolidar sus carreras políticas utilizando
un discurso antieuropeísta y xenófobo, aderezado con absurdas teorías de
conspiración.
El Tribunal de
Justicia de la Unión Europea ha arbitrado contra Polonia y Hungría en varias ocasiones
durante los últimos meses a causa de su notable deterioro institucional. A
Europa le preocupa cuestiones como la llamada “Ley Habilitante”, la cual otorga
al primer ministro húngaro poderes absolutos para gobernar por decreto mientras
dure la pandemia del Covid-19, y la reforma judicial en Polonia, diseñada para otorgar
al ministro de Justicia la capacidad de decidir a discreción la prolongación de
los mandatos de los magistrados.
La semana pasada, Polonia
se retiró de la Convención de Estambul, el primer instrumento jurídicamente
vinculante diseñado para combatir la violencia contra las mujeres. Establece como
actos punibles la violencia física y psicológica, el acoso, el matrimonio
forzado, la mutilación genital femenina, el aborto, la esterilización forzada y
los llamados “los crímenes de honor”.
No solo eso,
además de este retiro, propiciado por los ultraconservadores polacos, el
Convenio recibió el rechazo del
Parlamento húngaro. Les molesta la definición, contenida en el documento, del
término "género" como: “las funciones, comportamientos, actividades y
atributos socialmente construidos que una sociedad determinada considera
apropiados para las mujeres y los hombres”. La consideran “demasiado amplia” y
susceptible a interpretarse para dar paso al reconocimiento de un “tercer
género”. Sin embargo, según el propio Convenio, el género y el sexo son dos
conceptos separados y la definición no tiene por objeto sustituir los términos
"mujeres" y "hombres".
Los ultraconservadores
acusan al Convenio de propalar una supuesta “ideología de género”. Pero no se
trata de ideología. No es de derecha o izquierda, progresista o conservador
defender la integridad de las mujeres.
La Unión Europea
acaba de anunciar un colosal paquete de beneficios a sus miembros para superar
la crisis del coronavirus. En el caso de Hungría y Polonia no quedó suficientemente
clara una vinculación entre el otorgamiento de las ayudas y la preservación de los
valores democráticos. El comunicado final de la cumbre contiene frases susceptibles
a ser interpretadas por las partes a su conveniencia, pero el Parlamento Europeo
lamentó esta grave omisión, y aprobó una
resolución critica a las medidas tomadas por los gobiernos de Hungría y Polonia
durante la crisis del coronavirus describiéndolas como "totalmente
incompatibles con los valores europeos".
Pedro Arturo Aguirre Ramírez
Publicado en la columna Hombres Fuertes
5 de agosto de 2020
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