miércoles, 29 de diciembre de 2010

Libros de Pedro Aguirre: Consolidación Democrática y Gobernabilidad en América Latina


Consolidación Democrática y Gobernabilidad en América Latina

Fundación por la Socialdemocracia de las América

2004


El tedioso texto del prefacio dice:

"El cambio democrático que ha vivido América Latina durante la última década ha resuelto una buena cantidad de interrogantes pero ha abierto a la vez un abanico de desafíos.

Los sistemas democráticos en América Latina afrontan serios problemas de funcionamiento con sus instituciones. No son capaces de entregar los servicios que la ciudadanía reclama y ello afecta su legitimidad y genera una insatisfacción con la democracia. Se trata de una debilidad estructural del Estado y de sus burocracias que, implica, entre otras cosas, una escasa capacidad para democratizar sociedades con una historia de desigualdad que demandaría un Estado fuerte para combatirla y no un Estado ausente para tolerarla.

Al mismo tiempo, los gobiernos democráticamente electos han descubierto en la última década que el poder real que detentan es cada vez mas limitado frente a los desafíos de la gobernabilidad democrática. Y por paradójico que suene, algunos han querido atribuirle con ligereza dichas limitaciones a los procesos propios de la consolidación democrática. La nostalgia de poderes ejecutivos omnipotentes propios del autoritarismo, es una página que por fortuna ha quedado atrás por cuenta de la independencia de las otras ramas del poder, organismos de control autónomos, sociedad civil que ocupa nuevos espacios, etc. Media docena de presidentes se han ido por la acción de poderes institucionales de la democracia sin golpe de estado de por medio.

En los noventas, el hecho de haberle quitado la prioridad a la reforma política en la agenda de desarrollo llevó a que los intentos reformistas en la región fueran superficiales en su mayoría, de corto plazo y al servicio de intereses políticos particulares. La misma reforma del Estado que se anunció hace una década con bombos y platillos, muchas veces terminó también como ejercicio “técnico” ajeno a lo político, incapaz de descubrir los intereses políticos detrás de la estrategia reformista; de evaluar las implicaciones políticas de la reforma; o de anticipar la repercusión sobre la distribución del poder en la sociedad. En suma, se ha querido hacer reforma económica, reforma social e incluso reforma del Estado, sin valorar la incidencia gigantesca de la variable política.

La globalización reclama instituciones públicas que permitan ser el punto de partida de resultados económicos y sociales que la hagan inclusiva. La ola democratizadora en un mundo globalizado coincidió en mala hora con las reformas económicas orientadas a la liberalización de los mercados. Ello ha sido una infeliz coincidencia porque ha implicado que la cuenta de cobro de los débiles resultados del modelo económico en materia de crecimiento y lucha contra la pobreza, se la han pasado a la democracia. En parte se debe también a que la consolidación de la democracia ha pasado de una concepción minimalista y procedimental –elecciones periódicas y libres- a otra que sin ser maximalista pueda garantizar resultados económicos y sociales. Lo único claro es que mantener la política aislada de la economía y de la sociedad es un ejercicio suicida.

Desde otro aspecto, académicos como Pzreworsky sostienen que la posibilidad de que la democracia se mantenga crece con la mejora del nivel de vida de los ciudadanos, al punto que nunca ha caído un régimen democrático con una renta per cápita de más de US $ 6.000. La riqueza es pues uno de los factores que mantiene la democracia. Desde la otra cara, la pobreza que era antes sólo ausencia de ingreso hoy es parte del déficit de participación, de voz y, por supuesto, de democracia. En consecuencia, la pobreza tiene hoy causas y consecuencias legales y políticas que sitúan la exclusión en el marco de la negación de los derechos civiles y políticos tanto como económicos y sociales. La exigibilidad de estos últimos derechos es el mayor desafío que viene para la globalización y su respuesta es de nuevo eminentemente política.

El pecado de la década pasada fue relegar las conquistas de la democracia a lo estrictamente político, sin sincronización alguna con la agenda económica. Lo social quedó al margen de la agenda de la democracia, para no hablar de la agenda económica que -como lo ha reconocido recientemente el padre putativo de la receta mal llamada “Consenso de Washington”, John Williamson-, excluyó deliberadamente los temas de la distribución del ingreso del decálogo neoliberal porque “no había unanimidad respecto de su deseabilidad”. Esta fórmula pensó que la economía podía andar suelta de la política y que lo social podía esperar.

El desarrollo del “capital político” y las acciones para evitar que este se esfume como el capital financiero dependen de la capacidad de amarrarlo a partidos políticos fuertes, modernos y legítimos. La realidad de hoy es que los partidos siguen distanciados del interés general, entre otras cosas porque la agenda de desarrollo de la última década subestimó el rol de los partidos.

Dicha agenda al achicar los márgenes de acción política contribuyó al debilitamiento de la capacidad representativa de los partidos. Para acabar de complicar el asunto, el modelo Collor- Salinas-Fujimori-Menem fue la “vieja política” al servicio de la supuesta “nueva economía”. Sin embargo, la esperada modernización económica no trajo la modernización política y la vieja política continuó siendo inelástica frente a la reforma económica. Por ello, la mala y la vieja política siguió haciendo de las suyas frente a un modelo económico que subestimó y que finalmente no produjo los resultados deseados.

En síntesis, la reforma política en América Latina tiene que hacer parte de la agenda de desarrollo porque la democracia es una condición indispensable para lograr el crecimiento y luchar contra la pobreza. El menosprecio por la política debe enterrarse en el mismo sitio con la ortodoxia del modelo neoliberal hoy en crisis.

En su texto, Aguirre plantea la necesidad de establecer fórmulas constitucionales y electorales que procuren un mejor funcionamiento del régimen democrático y las cuales no se aprobarán por si mismas y además no ofrecerán todas las soluciones. Establece la necesidad de una clase política profesional y sensata que anteponga los intereses del país a los caprichos individuales, y de una sociedad que sea capaz de educarse en la democracia, que conciba al gobierno no como panacea o fin en sí misma, sino como un medio para conseguir los fines sociales deseados. Finalmente, plantea la necesidad de arribar a una reforma del Estado que incluya la adopción de diferentes fórmulas constitucionales y electorales que podrían funcionar en México dentro de las nuevas condiciones de competitividad. De nuevo llega la hora de analizar la viabilidad de mecanismos constitucionales que coadyuven una relación más fluida entre los poderes de la Unión".

Libros de Pedro Aguirre: La Alternativa Socialdemócrata


La Alternativa Socialdemócrata
Fundación por la Socialdemocracia de las Américas
Primera edición 2002; segunda edición, 2004

Texto de la introducción:

"Debemos renunciar al sueño de una sociedad futura que sea “completamente” distinta y en la cual los hombres sean “completamente” diferentes a como han sido hasta ahora y son aún hoy. Tenemos que aprender a vivir en la duda, pues es productivo dudar. Tenemos que dejar de buscar una única verdad y aprender a vivir con las diversas verdades que forman nuestra vida."
Willy Brandt

"La Fundación por la Socialdemocracia de las Américas publica la segunda edición, corregida y actualizada, de este libro, el cual pretende, como en su primera edición, ofrecer al lector un panorama general del desarrollo de la socialdemocracia en el mundo, así como una reflexión sobre su situación actual y un análisis sobre su viabilidad en México y América Latina. La importancia de la socialdemocracia como una de las grandes tendencias del pensamiento político universal es incuestionable. Su presencia en Europa ha sido fundamental y, a pesar de sus vaivenes electorales, nadie duda de su viabilidad hacia el siglo XXI tanto a nivel de los gobiernos nacionales como en la construcción de la unidad económica y política europea, la cual no podría concebirse sin la poderosa influencia que en ella han tenido las ideas de la socialdemocracia. México y el resto de América Latina han sido testigos de la eclosión de numerosas organizaciones y corrientes de orientación socialdemócrata las cuales, al igual que otras corrientes ideológicas y políticas que han surgido en las incipientes democracias latinoamericanas, en la mayor parte de los casos han conocido grados muy cuestionables de aceptación popular y éxito político.

Ahora que los mexicanos debemos consagrarnos a la labor de consolidar nuestro aún equívoco régimen democrático, la construcción de opciones políticas viables, responsables y modernas se hace condición imprescindible. Sin duda alguna la socialdemocracia, entendida como una alternativa progresista empeñada en conciliar la necesidad de respetar la libertad individual con el imperativo de implantar equilibrio social y bienestar compartido, será una de estas opciones.

Las primeras partes del libro se dedican a estudiar a la socialdemocracia como tendencia de pensamiento político fundamental en la historia contemporánea. El primer capítulo hace un breve recorrido por la historia y desarrollo de la socialdemocracia en Europa desde el histórico Congreso de Gotha de 1875 hasta el inicio de la Segunda Guerra Mundial. En el segundo se aborda el tema del Estado bienestar, desde su auge una vez terminada la Segunda Guerra Mundial hasta su crisis, evidenciada por la recesión internacional de los años setenta. El tercer capítulo analiza los vaivenes electorales socialdemócratas que se ha verificado en Europa en el transcurso de las dos últimas décadas. El cuarto trata sobre la polémica que se ha generado en torno a la renovación de la socialdemocracia, la aparición de la tercera vía y el estilo de gobernar de los actuales dirigentes socialdemócratas europeos. Los dos últimos capítulos están consagrados a reflexionar sobre la viabilidad de la socialdemocracia en América Latina y México.

Características muy distintas en los renglones económico, social, político y cultural presenta nuestra región en relación a las sociedades europeas. Las desigualdades sociales (muchas veces abismales), la inexistencia de cultura y de tradiciones democráticas arraigadas, la debilidad de los sistemas de partidos, las palmarias imperfecciones constitucionales, el personalismo, el cuadillismo y la concepción patrimonialista del poder son, entre otros, factores que obstruyen al desarrollo de la democracia en América Latina. En este contexto, pensar en la construcción de una alternativa de centro izquierda viable debe, como premisa fundamental, tener en cuenta el ominoso peso de nuestras realidades.

A pesar de los grandes obstáculos que la democracia debe enfrentar en América Latina, esta región ha sido testigo del surgimiento de opciones inspiradas en la socialdemocracia europea. Sin embargo, estas opciones han contado con poca fortuna en el momento de ocupar el gobierno, ya sea por que caen en la tentación populista o por que se ven compelidas a aplicar las recetas neoliberales.

Por otra parte, se ha afirmado que en México el PRI, durante las décadas que ha gobernado al país, ha adoptado algunas de las políticas propias de la socialdemocracia. Sin embargo, el PRI gobernó al país, fundamentalmente, bajo una lógica autoritaria y clientelista por completo ajena a la socialdemocracia.

Sin embargo, a pesar de los obstáculos y de los fracasos, pensar en la construcción de alternativas socialdemócratas en América Latina tiene sentido, precisamente por las profundas desigualdades sociales que nos afectan y por la necesidad que tenemos de arraigar auténticos regímenes democráticos. La socialdemocracia tiene como fundamental premisa la instauración de un estado social democrático y de derecho que no renuncie bajo ninguna circunstancia a su compromiso como garante de parámetros mínimos de derechos y bienestar para la población. Ese es él al que los socialdemócratas latinoamericanos deben dedicar su actividad política, frente a la palmaria realidad que presenta una derecha incapaz de presentar propuestas verdaderamente integrales y de largo alcance en lo concerniente a la política social, y que no esta interesada en respetar y tolerar de manera irrestricta las decisiones que los ciudadanos toman respecto a su vida personal.

La socialdemocracia latinoamericana deberá adaptarse a las realidades que cada país de la región presenta en los terrenos económicos, políticos y sociales. Una socialdemocracia mexicana que pretenda tener éxito ajustarse a estos imperativos, Constituir una alternativa incluyente y flexible que sepa alejarse lo más posible de ataduras ideológicas. Sin embargo, inmersos, como estamos, en una etapa de transformaciones históricas, en el contexto de un mundo globalizante en constante y vertiginosa evolución, deberá defender valores que se mantienen imperturbables: tiene la obligación de aspirar a una sociedad en la que el hombre, como individuo, alcance plena dignidad en la cultura, en el trabajo, en la seguridad y en la salud; y, como integrante de la sociedad, afirme los sentimientos de solidaridad, tolerancia y de búsqueda del bienestar colectivo.

En lo político, la socialdemocracia deberá ser patrocinadora de la democratización, pero en el entendido de que esta labor requiere de ritmos adecuados para garantizar su éxito. En México, es vital para nuestro futuro democrático el saber acompasar los cambios. Lo que está en juego es la construcción de una nueva cultura política basada en la tolerancia y en la pluralidad. Se trata, sin duda, de un proceso largo y complejo que demanda la participación activa y constante de toda la sociedad. Se debe insistir en que la tarea de la transformación nacional es un ejercicio de corresponsabilidad, que a todos involucra y a todos compromete.

Por eso es que se deberá procurar impulsar reformas que no descuiden el problema de la gobernabilidad. La búsqueda de la gobernabilidad democrática es una de las prioridades esenciales hacia el siglo XXI de nuestro país. La democratización necesitará de una etapa de maduración para garantizar su arraigo y estabilidad. Para ello, se deberá trabajar en la construcción de un régimen de partidos verdaderamente fuerte y representativo, en el desarrollo de diseños constitucionales capaces de asegurar en la mayor medida posible el buen desempeño de la actividad gubernamental, en fortalecer nuestro federalismo y en fomentar la responsabilidad política de los principales actores sociales. Si no somos capaces de lograr esta gobernabilidad democrática, México será susceptible de caer, nuevamente en la tentación autoritaria.

En lo económico, la propuesta socialdemócrata tiene que ver, sobre todo con el papel que desempeña el Estado en la economía. La crisis del denominado “Estado bienestar” nos ha obligado a repensar sobre los alcances y límites de la actividad gubernamental. Resulta claro que el Estado propietario y omnímodo que en todo pretende intervenir e influir ya no corresponde a las necesidades impuestas por las realidades del fin de siglo. La revolución científica y tecnológica, la intensificación de los vínculos comerciales y económicos entre las naciones, y la necesidad de incrementar nuestra capacidad competitiva con el exterior son algunos de los factores que nos han obligado a emprender una redimensionamiento del aparato estatal. En nuestros días, ya es inconcebible un Estado obeso, despilfarrador y propietario. Se imponen criterios de racionalidad en la distribución de los recursos, eficiencia administrativa e impulso al sector privado.

Sin embargo, esto no significa que el Estado deba abandonar por completo su injerencia en el desarrollo económico y social de un país en un país en vías de desarrollo, como es el nuestro. El Estado moderno debe efectuar sus funciones de forma eficaz, para disminuir costos y maximizar beneficios para la sociedad. Necesita saber impulsar al sector privado, para convertirlo en el motor principal de la actividad económica, pero también es indispensable que se preocupe en propiciar igualdad de oportunidades a través de una justa distribución del ingreso. No es posible concebir una nación justa sin un Estado que dedique buena parte de sus energías y recursos a atender las demandas sociales más elementales, como son salud, educación y vivienda. En México, la lucha contra la pobreza y la inequidad es, y seguirá siendo, una de las misiones estatales fundamentales.

Finalmente, una alternativa de socialdemocracia renovada en México deberá siempre actuar con aquella altura intelectual de los partidos que no asumen un “credo de cruzada”, sino una actitud profundamente crítica del entorno real, y, como lo propuso Crossman, utilizando una filosofía “escéptica pero no cínica; independiente, pero no neutral; racional, pero no dogmáticamente racionalista”.

Libros de Pedro Aguirre: Ocho en la Cumbre


Ocho en la Cumbre

Nuevo Horizonte Editores
1998
La segunda edición, actualizada, verá la luz en 2011
Texto del Prefacio:

"Inaugurado en 1975 como un mecanismo sui generis de alto nivel para propiciar la reunión periódica de los líderes de las principales democracias industrializadas del mundo, el Grupo de los Siete (hoy, de los Ocho) se ha convertido en una institución axial en el desarrollo político y económico internacional, por lo que su estudio es fundamental para la comprensión del mundo contemporáneo.

La historia del G8 no ha estado exenta de crisis y altibajos: recesión, la creciente saturación de su agenda y el inusitado impacto que tuvo el fin de la guerra fría propiciaron graves problemas estructurales y formales a las Cumbres, particularmente a las celebradas entre 1988 y 1994, pero la institución, paulatinamente, ha recuperado presencia y viabilidad en un mundo necesitado de contar con un instrumento de consulta directa que ayude a arribar a decisiones rápidas para enfrentar los cada vez más complejos de la sociedad contemporánea. El G8 ha comprobado ser un foro de útil en la tarea de estrechar los vínculos de cooperación intergubernamental, en la promoción del entendimiento mutuo y en fomentar la conciliación de esfuerzos para enfrentar los retos de nuestros tiempos, sobre todo los relativos al mantenimiento de la paz y seguridad internacionales. Asimismo, la reciente inclusión de Rusia lo ha fortalecido como órgano idóneo de interlocución entre los países más poderosos del mundo.

Aunque la recesión y los problemas derivados del fin de la guerra fría cuestionaron su existencia, la fortaleza del G8 radica en su naturaleza relativamente informal, la cual, paradójicamente, lo convierte en un eficaz mecanismo de consenso entre las grandes potencias, que pueden deliberar y eventualmente decidir de manera directa y sin mayores trámites o intermediarios sobre cuestiones trascendentales.

Ahora que la reforma a las Naciones Unidas está empantanada, sobre todo en lo concerniente a la conformación del Consejo de Seguridad, el G8 asume un nueva dimensión en problemas de seguridad y política internacional, lo cual, aunado a su renovado protagonismo en los temas de la sociedad posindustrial (defensa del medio ambiente, combate al narcotráfico, prevención de enfermedades contagiosas, etc.) lo convierte en un prominente instrumento global en el escenario del fin de siglo, muchas veces por encima de otras instancias y organizaciones formales, y sin considerar mecanismos económicos que involucran a los grandes consorcios multinacionales. De hecho, muchos piensan que con la eventual incorporación de China al denominado “Club del Poder”, éste desplegará todas sus potencialidades.

Claro, desde el principio la integración de un club tan “exclusivo” provocó protestas del resto de la comunidad internacional. Por un lado, de las potencias económicas medias (como los Países Bajos, Bélgica o Suecia) y de los países en vías de desarrollo más habitados (India, Indonesia y China), que se sentían con suficiente derecho y representatividad para ser considerados miembros del grupo; por otra parte, del mundo en desarrollo, que reprocha al G8 su supuesta pretensión de hablar y decidir en nombre de la humanidad; y, por último, de aquellos que consideran que se está relegando a la ONU y al resto de los organismos internacionales a un segundo plano en beneficio de los países más ricos.

Es por esta razón que prácticamente desde la primera cumbre, el tema de las relaciones entre los países desarrollados y el tercer mundo fue incluido en la agenda de conversaciones. Grandes ideas y proyectos de asistencia se han discutido cumbre tras cumbre, pero lo cierto es que los resultados han dejado mucho que desear. En lo que respecta a la cooperación internacional con las naciones en vías de desarrollo es donde el grupo de los poderosos entrega los resultados más magros.

Por otra parte, es importante subrayar que el G7/8 nunca ha tenido la pretensión de tomar decisiones excluyendo al resto de la humanidad, ni de constituir un organismo hegemónico que suplante la tarea de Naciones Unidas y sus órganos especializados. El grupo nació por la necesidad que existe en el mundo de contar con un mecanismo de deliberación y consulta que involucre a las principales potencias mundiales con capacidad de ejercer un liderazgo global o regional, del cual no emanan directrices terminantes o categóricas y cuyas conclusiones no son necesariamente ni obligatorias ni vinculantes.

Concebida inicialmente como un evento consagrado a tratar temas exclusivamente económicos, la agenda del G78 ha variado considerablemente con el tiempo. Respondiendo a las demandas de los tiempos, muy pronto cobraron preeminencia los temas de política y seguridad internacional, y más recientemente los asuntos derivados de la globalización

Este libro constituye un esfuerzo por publicar un estudio que explique y analice a fondo el origen, historia, características, naturaleza, evolución y perspectivas del Grupo de los Siete, enfatizando su papel en lo concerniente a los temas de política internacional. Se trata de un trabajo realizado en México ante la necesidad que tenemos en nuestro país de actualizar el estudio de las tendencias mundiales a la luz de los grandes acontecimientos que la humanidad ha vivido durante la última década."

Libros de Pedro Aguirre: Una reforma electoral para la democracia.


Una reforma electoral para la democracia. Argumentos para el
Consenso


Pedro Aguirre, Ricardo Becerra, Lorenzo Córdova y José Woldenberg (no me merecían estos coautores, pero ya ni modo)

1995
Instituto de Estudios para la Transición Demorática, IETD


Dice en la página del IETD:


"La pluralidad política que cruza al país no puede ni debe ser exorcizada. Hay una diversidad que reclama un marco normativo e institucional para expresarse, convivir y competir de un modo más civilizado. Es necesario edificar los acuerdos para una reforma electoral que sea capaz de ofrecer cauces a dicha pluralidad.

Convencidos de lo anterior, y a partir de la Propuesta de Agenda para una nueva Reforma Electoral, presentada en noviembre de 1994 por los consejeros ciudadanos del Instituto Federal Electoral, los autores de este documento, conocedores del problema, reflexionan en torno a dicho cambio.

A diferencia de otros trabajos que se han escrito sobre el tema, Una reforma electoral para la democracia, más allá de ser sólo un catálogo de reformas a emprender, apuntala cada propuesta en la experiencia reciente, así como en la idea de que a la democracia se le construye en la acción política y con proyectos. Se trata, así, de ofrecer argumentos para el consenso."

Libros de Pedro Aguirre: Asia Oriental, Desarrollo y Democracia


Asia Oriental, Desarrollo y Democracia
Editorial Diana
1995

Texto del Prefacio:
"Sin duda alguna, uno de los acontecimientos más impactantes del fin de siglo es el dramático desarrollo económico que han experimentado una buena parte de las naciones de la región Asia-Pacífico. A partir del principio de los años sesentas, dos países (Corea del Sur y Taiwan) y dos ciudades Estado (Hong Kong y Singapur) han experimentado un progreso material asombroso gracias a la aplicación de estrategias de industrialización orientadas a la exportación, que ya habían sido adoptadas con singular éxito por otro país de la región: Japón. Estas políticas permitieron a estos Estados, conocidos desde entonces como los "tigres" o los Nic's (Newly Industrialized Nations)- transitar del subdesarrollo, del aislamiento y de la destrucción heredada de la guerra a ser potencias económicas y comerciales reconocidas a nivel mundial. Un par de décadas después del despegue de los "tigres", el fenómeno empezó a reproducirse en una nueva generación de países que había elegido la industrialización orientada a la exportación como su estrategia general de desarrollo, los denominados "jaguares" del sudeste asiático: Indonesia, Malasia, Tailandia y (más recientemente) Vietnam, entidades que están logrando acelerados niveles de desarrollo económico en la actualidad.

Si al impacto internacional que ha provocado el auge de esta fauna de "tigres y jaguares", sumamos el restablecimiento de China como una potencia económica mundial, gracias a las reformas iniciados por Deng Xiaoping desde principios de los años ochenta, tenemos entonces que la zona Asia-Pacífico tiene un excelente potencial hacia el ya inminente siglo XXI, y que, aparentemente, no se equivocan aquellos analistas que pronostican el cambio de la balanza del poder mundial en favor de esta región. Con China, la nación más poblada del orbe, alcanzando fantásticas tasas de crecimiento económico; con Japón aún a la vanguardia del mundo industrializado; y con la imbatible pujanza de naciones como Taiwan, Corea, Indonesia y Malasia, ¿quien detendrá a Asia oriental?

Sin embargo, en el análisis de la evolución económica y política de estos países, no deben perderse de vista algunas importantes fallas estructurales que se han manifestado en los últimos años, y que podrían condenar a este modelo oriental de desarrollo a padecer en el futuro severas crisis, a pesar de que, a primera vista, la fórmula se presenta como indiscutiblemente exitosa. Asimismo, en todos los casos (con la excepción de Japón), la estrategia ha sido posible gracias al prevalecimiento de regímenes profundamente autoritarios; dictaduras arbitrarias y violadoras de los derechos humanos que han provocado aversión a las conciencias liberales y democráticas de occidente. Desde luego, como efecto del desarrollo económico, los procesos de democratización se han acelerado en algunos de estos países, pero no en todos los casos se han reportado los mismos resultados, ni la democracia esta arribando a un mismo ritmo.

Este libro hace un esbozo general de cuales han sido las características del fenómeno de los Nic's y del modelo de desarrollo económico (industrialización orientada a la exportación), causa de la revolución económica asiática. Al mismo tiempo, analiza los orígenes y consecuencias del surgimiento de Asia oriental como una región axial en los renglones económico y comercial, así como de su éxito en dos campos claves en nuestro tiempo: competitividad y tecnología. Sin embargo, no se soslayan las dificultades estructurales inherentes al modelo exportador, los cuales acechan a Asia oriental con la posibilidad de aniquilar la prosperidad si no son corregidos oportunamente. En cuanto a China, sin dejar de reconocer sus espléndidos avances en materia económica, se pone el acento en algunas deficiencias, tales como el exceso de regionalización del esquema de desarrollo y la ausencia de una infraestructura eficiente capaz de ser el vehículo del progreso.

También nos detenemos en el estudio de las nuevas naciones en Asia Oriental que experimentan una rápida expansión económica; de la naturaleza y espectativas de la ASEAN, el APEC y otros organismos regionales; de las posibilidades que tiene Asia Oriental de convertirse ya sea en un bloque comercial homogéneo o en un escenario de enconadas pugnas internas, sin perder de vista, por un lado, la formación de alianzas comerciales dentro de la región, ni, por el otro, la existencia de una feroz competencia entre algunas de las naciones del área; de las principales tendencias y de los posibles escenarios que definirán el futuro asiático hacia el siglo XXI; y de la relación entre esta región con otras zonas influyentes en el mundo (Europa y Norteamérica). Asimismo, se presenta un estudio de las conexiones económicas y comerciales entre Asia Oriental y México, enfatizando las posibilidades de desarrollo tanto en las relaciones de tipo multilateral como bilateral con las principales naciones del área.

Por lo que corresponde al tema estrictamente político, se efectúa un examen comparativo sobre el impacto que ha tenido dentro del sistema político de las naciones de Asia Oriental el desarrollo económico acelerado consecuencia de la estrategia de industrialización orientada a la exportación, destacando las principales peculiaridades que han caracterizado a la política de la región: sistemas de partido único, hegemónico pragmático y dominante; democratización impuesta desde el exterior; autoritarismo militar y/o personal; fundamentalismo musulmán; y dictadura comunista. También se realiza una descripción del proceso de transición democrática iniciado en los últimos años como resultado de la eclosión de nuevas clases sociales relacionadas a la industrialización y del fin de la Guerra Fría, así como de la determinante influencia que los regímenes autoritarios han desempeñado en la imposición del modelo económico, al cual difícilmente hubiese conocido tanta gloria si no es mediante un severo dirigismo estatal.

Para la exposición del estudio sobre el desarrollo político de las naciones de Asia oriental, hemos establecido cuatro categorías:

1.- Japón, hoy por hoy, una de las principales potencias del mundo capitalista, inobjetable líder regional, cuyo sistema político ha presentado graves deficiencias, que contrastan pobremente con su poderío económico y comercial.

2- Los "tigres" (Corea del Sur, Taiwan, Singapur y Hong Kong), naciones acosadas durante décadas por los vaivenes de la Guerra Fría, las cuales han logrado un desarrollo acelerado desde los años sesentas, y cuyos sistemas de gobierno han sido dominados la mayor parte de este período por dictaduras o regímenes coloniales.

3.- Los "jaguares del Sudeste", cuatro estados (Indonesia, Malasia, Tailandia y Vietnam) que han iniciado, a partir de finales de los años setenta, un proceso de industrialización acelerada orientada a la exportación, y en donde también han prevalecido gobiernos autoritarios.

4.- China, supernación que en la actualidad repunta espectacularmente en los campos económicos y comerciales, perfilándose para ser una potencia de primer orden en el siglo XXI, pero que aún no ha podido saldar efectivamente el reto de su modernización política.

Este es un libro escrito por mexicanos para ser leído por mexicanos. Es decir, se trata de un trabajo que, a pesar de tratar un tema extranjero, ha sido escrito con una "óptica mexicana", sobre todo con la idea de exponer al público nacional cuales son las realidades y los mitos del denominado "fenómeno de los Nic's", tanto desde el punto de vista político como del económico, y de ensayar algunas explicaciones sobre cuales son las perspectivas más viables para la región Asia-Pacífico rumbo al siglo XXI. Nuestra intención es coadyuvar de manera modesta a divulgar el conocimiento una región cada vez más importante, cuyas vicisitudes afectan no solo a sus protagonistas directos, sino a toda la humanidad. Además, la transición política de países que han evolucionado económicamente de forma acelerada en poco tiempo implica una valiosa lección para naciones que, como las latinoamericanas, han optado por estrategias de apertura comercial y liberalización económica como receta para lograr el progreso.

Entender a fondo la naturaleza y evolución de las transformaciones internacionales es comprender también la dinámica en la que estamos inmersos los mexicanos como miembros de una nación que ha decidió enfrentar los desafíos de la globalización. Es vital para nuestro país el entender de una vez que no constituye un "planeta aparte" dentro de un mundo que por sus grados cada vez más profundos de interrelación e interdependencia ha sido bautizado como "la aldea global".

Libros de Pedro Aguirre: La Unión Europea, Evolución y Perspectivas


La Unión Europea: Evolución y Perspectivas

Editorial Diana
1994

Texto del prefacio:

"Europa, al cerrar el convulsionado siglo XX, pretende volver por sus fueros y convertirse en una potencia política de primer orden en la próxima centuria. Después de la pavorosa destrucción de la que el continente fue víctima en la Segunda Guerra Mundial, que condenó a los europeos a ser actores de reparto en el drama de la Guerra Fría, se emprendió un profundo proceso de integración comercial, económica y política, que hasta la fecha evoluciona como la única forma en la que esta región del mundo puede conformar una entidad poderosa capaz de incidir en el rumbo de la historia.
La Unión Europea es una institución singular. Se trata de la expresión más completa del deseo de un grupo de naciones soberanas de colaborar estrechamente entre sí, abandonando recelos nacionales a favor de la convivencia pacífica y del desarrollo compartido. Por ya más de dos décadas, los Estados miembros han aprendido a llevar adelante al proceso de integración, a pesar de las desventajas y contratiempos que en todo momento han surgido en el camino. Desde la fundación de la Comunidad Europea del Carbón y del Acero, en el año de 1952, Europa ha logrado gradualmente imprimir dimensión continental a sus estructuras nacionales en comercio, economía y, más recientemente, política. Los principales beneficiados de este fenómeno, a pesar de aquellos que pretenden presentar a las estructuras supranacionales europeas como armazones burocráticos ajenos a los anhelos de la "sociedad civil", han sido los 350 millones de europeos, que en la actualidad disfrutan de las ventajas que les ofrece un mercado interno único (el más grande del mundo) donde prevalecen plenas libertades de movimiento, trabajo y consumo.

Lo más notable de la integración europea en que ha sido posible en el respeto a las culturas e identidades nacionales. Lejos de ser destruidas o suplantadas, las viejas estructuras nacionales han servido de base para la construcción de la unión. Asimismo, la integración se ha logrado en medio de la libertad, la paz y la democracia. El fantasma de la guerra ha sido desterrado. La Unión Europea es hoy factor central en el progreso y la estabilidad de la comunidad internacional.

Sin embargo, en la actualidad la Unión Europea vive una encrucijada. A pesar de que en el transcurso de los últimos años han ocurrido sucesos que pudieron haber fortalecido notablemente la presencia política internacional de Europa, tales como el fin de la Guerra Fría, la caída del Muro de Berlín, la Reunificación Alemana y la fundación del Mercado Interior Europeo, una serie de contratiempos han demostrado que la unificación política y monetaria del viejo continente podría verse obligada a esperar más tiempo del previsto para concretarse. El creciente desprestigio de las instituciones políticas tradicionales, el prevalecimiento de intereses nacionales contrapuestos, el resurgimiento del chauvinismo y la recesión económica han creado un ambiente de "euroesceptisismo" que está debilitando a la posibilidad de ver a la Europa unida instalada como una de las principales potencias políticas del orbe.

El Tratado de Maastricht que dio lugar a la Unión Europea, fue ratificado después de una dura batalla. Todavía no cesan los cuestionamientos por parte de importantes sectores de la opinión pública acerca de la poca claridad que existe en el proceso de toma de decisiones comunitario. El Reino Unido, el gran rebelde europeo, no cesa en presentar obstáculos contra el fortalecimiento de los vínculos políticos intracomunitarios. Asimismo, hay dudas en cuanto a la capacidad de los órganos de la Unión Europea para recibir en su seno a las naciones del sector oriental, recientemente liberadas del yugo totalitario. En el terreno comercial, Estados Unidos y Japón temen que el Mercado Interior Europeo se convierta eventualmente en una sólida fortaleza preparada para emprender guerras comerciales.

Europa vive un momento coyuntural de su historia, del que bien podría surgir como la principal potencia económica y política, o volver a ser centro de pugnas y tensiones.
Este libro presenta un panorama general del desarrollo político e institucional de la Unión Europea y de cuales son los principales retos que deberá enfrentar en el futuro cercano en el marco del denominado "nuevo orden internacional". También presenta un estudio sobre las relaciones económicas y comerciales entre México y el bloque europeo. Se trata de un trabajo que, a pesar de tratar un tema extranjero, ha sido escrito con una "óptica mexicana", sobre todo con la idea de exponer al público nacional cuales fueron y son las principales características de la integración europea, considerando que nuestro propio país ha empezado a vivir un fenómeno, si no idéntico, si bastante similar en varios aspectos. Entender a fondo la naturaleza y evolución de las transformaciones internacionales es comprender también la dinámica en la que estamos inmersos como miembros de una nación que ha decidió enfrentar los desafíos de la globalización"

Libros de Pedro Aguirre: Elecciones y Política en Francia



Elecciones y Política en Francia:De Charles de Gaulle a Jacques Chirac

Fecha de publicación: 1996

Editorial: Nuevo Horizonte


Texto del Prólogo:

"La historia de las naciones democráticas contemporáneas ha sido, en buena medida, la historia de sus elecciones. En cada proceso electoral se determina el rumbo que cada país habrá de tomar durante los años venideros tanto en el terreno económico y político como en el social e internacional. Las elecciones son las coyunturas neurálgicas de nuestro tiempo, por lo que su estudio y comprensión ofrecen una visión a fondo del sistema de gobierno que aparece en los albores del siglo XXI como la opción política más plausible: la democracia, ya que (y no olvidarlo) es precisamente la competencia electoral el principal factor (aunque si bien, no el único) que determina el carácter democrático de un régimen.

Esta es una breve historia electoral de Francia, una de las democracias más importantes del mundo, desde la fundación de la V República hasta la elección de Jacques Chirac en los comicios presidenciales de 1995. El trabajo contiene una parte introductoria en donde se explica, de forma sucinta, las características generales del sistema político francés. La sección medular se refiere a los partidos y a las elecciones. Se presenta el panorama partidista francés, describiendo los antecedentes históricos, las características programáticas, las formas organizativas y el origen de la fuerza electoral de los partidos que han jugado un papel significativo durante el período que se estudia. Asimismo, se hace un análisis -elección por elección- de cuales fueron los factores económicos, políticos, sociales y diplomáticos que influyeron en los resultados finales que arrojaron cada una de las contiendas electorales a nivel nacional celebradas desde 1958 en Francia, ya fuera que se tratase de elecciones presidenciales, legislativas, referéndums o elecciones para el Parlamento Europeo.

Francia es una república democrática y unitaria que combina características del régimen parlamentario con algunas de las particularidades del sistema presidencial. En 1958, como resultado de la conflictiva situación política creada en el país a causa de la crisis de Argelia, el presidente René Coty nombró como primer ministro con plenos poderes al general Charles De Gaulle, quién de inmediato ordenó la redacción de una nueva Constitución, la cual otorgaría mayores facultades al jefe del Estado como una garantía de gobernabilidad. La nueva Ley Fundamental fue aprobada en el referéndum del 28 de septiembre de 1958 por el 79.2% de los electores, y promulgada el 4 de octubre de ese mismo año, dando así lugar a la fundación de la V República.

Aunque la nueva Constitución prescribía mayores poderes para el presidente, Francia mantenía, en el fondo, un régimen parlamentario tradicional, y se esperaba que tras el eventual retiro de De Gaulle las cosas se parecerían bastante ha como habían sido durante las III (1875-1940) y IV (1946-58) Repúblicas. Es decir, prevalecería una aguda fragilidad gubernamental frente a un parlamento omnipotente, aunque quizá con un grado relativamente mayor de estabilidad, como efecto del fortalecimiento de las facultades del jefe de Estado. Sin embargo, el sistema político adoptó una cariz distinto en 1962, cuando a iniciativa de De Gaulle se efectuó una importante reforma a la Constitución al establecer la elección universal y directa del presidente de la República, que hasta ese momento era designado por un Colegio Electoral. De esta forma, se proveía al jefe de Estado de una indiscutible legitimidad y de una poderosa autoridad política, lo que le permitiría llevar efectivamente las riendas del Estado por encima de los caprichos del Parlamento.

Sin embargo, el régimen francés dista mucho de ser un sistema presidencialista al estilo americano. Aunque el presidente es elegido por sufragio universal y posee un importante poder e influencia, la jefatura del gobierno sigue estando en manos de un primer ministro y de su gabinete, todos ellos responsables ante el parlamento. De hecho, Para muchos constitucionalistas el sistema francés no es más que una variante del parlamentarismo, negándose a reconocer en el una forma original de gobierno y designándolo como un régimen parlamentario "híbrido" o con "correctivo presidencial". No obstante, el destacado politólogo Maurice Duverger a sostenido que se trata de un sistema distinto tanto al presidencialismo como al parlamentarismo, y lo ha bautizado como "semipresidencialismo", vigente hasta finales de los años ochenta (con diversos matices) apenas en un puñado de naciones europeas, pero cuya presencia se ha extendido considerablemente en el transcurso de los últimos años, al haber sido adoptado por un buen número de las ex repúblicas socialistas del Este de Europa tras la caída del comunismo.

El fenómeno electoral merece de atención y estudio, sobre todo en naciones en vías de arribar a la democracia. México, país que aspira con cada vez más fuerza a ingresar de lleno al terreno de la competitividad electoral no es, de ninguna manera, la excepción. La principal intención de este libro es contribuir a la divulgación en el medio mexicano del conocimiento de formas de gobierno que, como la francesa, son claves para la comprensión del mundo contemporáneo."

Libros de Pedro Aguirre: Sistemas Políticos, Partidos y Elecciones


Fechas de publicación: primera edición 1993, segunda edición 1997.
Editorial: Nuevo Horizonte

Sistemas Políticos, Partidos y Elecciones: estudios comparados, es un libro dirigido a estudiantes universitarios de ciencia política y relaciones internacionales. Se publicaron dos ediciones. Incluye análisis comparados en torno a la evolución político-electoral de España, Alemania, Reino Unido, Estados Unidos y México desde el fin de la segunda guerra mundial hasta 1997 (segunda edición). Su principal propósito fue divulgar en México el conocimiento de sistemas políticos cuya influencia en el mundo contemporáneo es evidente.

martes, 28 de diciembre de 2010

El desafío de la India


Este año 2010 que termina fue uno muy importante para la India, ya que se consolidó como indiscutible potencia emergente, halagada tanto por el presidente Obama como por casi todos los mandatarios europeos, así como por Rusia, su tradicional aliado, e incluso por su adversario más significativo: China. Parece inminente que India pronto ocupará un asiento permanente en el Consejo de Seguridad de la ONU. No está de más recordar que este prominente lugar en el mundo la India se lo ha ganado gracias a que en los años 90 cambio de forma radical su mentalidad económica. Abandonó un paradigma estatista donde el gobierno concentraba todo el poder económico y adoptó una estrategia en la que se dieron nuevos impulsos al sector privado y se abrieron nuevas y numerosas oportunidades para las empresas y las inversiones extranjeras, proceso que corrió en paralelo con la apertura comercial y la globalización.

Fundamental en esta transformación histórica fue un cambio de mentalidad en muchos indios. Una nueva cultura empresarial ha logrado arraigarse en los sectores más modernos de la población y hoy es una nueva generación de emprendedores la que lidera el crecimiento de la India. Los jóvenes progresaron, en buena medida, a partir de Internet y la industria del software. La web brindó muchas oportunidades a esta generación, y fueron aprovechadas, gracias a lo cual pudieron superar los problemas de infraestructura que todavía tiene este enorme subcontinente. Ahora, el pujante sector privado indio está condiciones de competir y colaborar con cualquier otro país del mundo.

Evidentemente, muchos y muy ingentes son los retos que debe enfrentar la India para reafirmar su condición de gran potencia en el siglo XXI. Ya mencionábamos el problema de las infraestructuras. También es cierto que la burocracia sigue siendo enorme y, en muchos casos, obstructiva. La corrupción gubernamental es rampante. Hay grandes desafíos en torno a los temas de integración religiosa y regional, fin del sistema de castas y superación de la discriminación de la mujer, asuntos que ponen en peligro la continuación del desarrollo económico de este gigante. Más grave es la pobreza. El desarrollo económico ha logrado hacer crecer a la clase media de este país en una escala impresionante. Se calcula que unas 300 millones de personas pertenecen a los estratos medios. Sin embargo, el 28% de la población vive bajo la línea de pobreza (otras mediciones aseguran que esta cifra supera el 35%). Hay muchos programas sociales destinados a cambiar esta situación, pero más importante es que el gobierno está conciente de que no lo puede hacer todo y que es menester abrir nuevas oportunidades a las empresas para que éstas produzcan más riqueza y más empleo.
Con un ritmo de crecimiento demográfico que triplica al de China, India para el 2025 se convertirá en el país más poblado del mundo. Si pretende lograr que toda este potencial humano se desarrolle de forma equilibrada clave será enfatizar la necesidad de que las nuevas generaciones acentúen el arraigo de una mentalidad emprendedora que supere de forma definitiva ideas fatalistas y mentalidades conformistas que esperen a que el gobierno todo les resuelva. Y esto es bueno tanto para la India como para el resto del mundo, sea desarrollado o no.


viernes, 17 de diciembre de 2010

El nuevo mesías de los "progres"


¡A embelesarse, progres! ¡He aquí su nuevo mesías!

miércoles, 15 de diciembre de 2010

¿Algún día se irá Berlusconi?


Nada ni nadie puede con el payasito Berlusconi, ni siquiera sus antiguos aliados de derecha que intentaron, sin éxito, aprobar ayer un voto de censura en el Parlamnto italiano. Italia en plena bancarrota económica y moral, con una deuda pública que representa el 120% del PIB y un gobierno impresentable cuya única ventaja consiste en la inexistencia de alternativas creíbles. La centroizquierda es una verguenza atosigada por personalismos y divisiones. Giafranco Fino y sus aliados de centroderecha demostraron con el desaguisado de esta semana que están lejos de representar una verdadera amenaza. Unas elecciones anticipadas serían, muy probablemente ganadas por Berlusconi, a pesar de toda la avalancha de escándalos que se han destapado en los pasados dos años. Muchos analistas describen como "pírrica" la victoria de Berlusconi, que no sabe resolver los problemas de una crisis política que arrastra desde su ruptura con Fini y el gobierno entró en una virtual parálisis. Desempleo creciente, estudiantes en pie de guerra, enorme tensión social, pavoroso desprestigio del gobierno ante el exterior, pero Berlusconi sigue. Italia se regodea en su ridículo.Fini cometió un grave error al pensar que podría desbancar fácil al líder máximo. Mucha falta de imaginación debe padecer el líder del grupo Futuro y Libertad (FLI) al no imaginar que algunos de sus seguidores podrían caer en la red de seducción del Cavaliere. ¿Si el voto de confianza hubiera sido hace un mes, después de que Fini le exigiera la dimisión a Berlusconi, en ese momento bajo presión por el denominado Rubygate -cuando abusó de su poder para que la policía liberara a una menor que había participado de una de sus fiestas-, el éxito habría sido el mismo? Quizá ahí sí, pero se necesita mucho, muchísimo colmillo para derrotar al colmilludo Berlusconi. Es así como con el naufragio de su proyecto de derrocar al premier, Fini también quemó la posibilidad de presentarse en el futuro próximo como el eventual líder del denominado Tercer Polo, formado junto con Casini y Francesco Rutelli.
Flotará Berlusconi al frente de su malhadado e ineficaz gobierno hasta las próximas elecciones generales, mismas que este señor podría ganar. Italia a la deriva, ¡Qué duda cabe!

viernes, 10 de diciembre de 2010

México: insatisfacción democrática


A diez años de gobiernos panistas, la satisfacción en México con el sistema democrático se mantiene prácticamente igual que en el año 2000 con un vergonzoso 27%, según la encuesta anual de Latinobarómetro reflejada en esta tabla publicada por The Economist. Como puede verse, la insatisfacción con la democracia es la más grave en los países incluidos en este ejercicio, lo cual mucho dice de las magras aportaciones de los gobiernos del dizque cambio de Fox y Calderón en la labor de arraigar en México una verdadera vocación democrática. Por algo será.

miércoles, 8 de diciembre de 2010

La verdad sobre la CIA


Hace unos días comentábamos sobre la ineficiencia de los organismos de inteligencia yankis en relación al "descubrimiento" por parte de un científico estadounidense de la forma como se incrementa el poder nuclear norcoreano. Ello, aunado al incidente de los wikileaks, patente que no existen las tales maquinaciones del "malvado imperialismo" para seguir eslcavizando a los pueblos y hacen patente el ocaso de la supremacía yanki en un mundo que controla cada vez menos. No hace mucho apareció un interesantísimo libro, Legado de Cenizas, en el que se da buena cuenta de los crasos errores de la CIA en los años de la Guerra Fría hasta el 11-S e Irak. Errores antológicos. La Agencia Central de Inteligencia, los servicios de espionaje estadounidenses, han fallado en su principal objetivo: defender a su país. La cuenta incluye traspiés como que el 20 de septiembre de 1949, la CIA, informaba a Truman que la URSS tardaría al menos cuatro años en hacerse con armamento nuclear. Tres días más tarde, el presidente anunciaba al mundo que Stalin tenía la bomba. El 30 de octubre de 1950, la CIA transmitía a la Casa Blanca que era "inverosímil" que China entrase en la guerra de Corea. Dos días más tarde, 300,000 soldados chinos cruzaron la frontera y casi echan a los estadounidenses al mar. En noviembre de 1956, el entonces director de la CIA, Allen Dulles, informaba al presidente Eisenhower que "el 80% del ejército húngaro se había pasado a los rebeldes" que encabezaban la primera revuelta contra el poder soviético en Europa oriental. Los tanques de la URSS demostraron en pocos días hasta qué punto estaba equivocado: 2.500 húngaros murieron en la represión, 200.000 abandonaron el país, y se instaló en Budapest una dictadura de corte estalinista. Bahía Cochinos y todos los intentos para acabar con Fidel Castro, la invasión soviética de Checoslovaquia, la revolución iraní de Jomeini o el auge del terrorismo islámico tras la guerra de Afganistán, la caída del muro y la desaparición de la URSS; por no hablar del mayor fallo de todos, el 11-S, ni de las inexistentes armas de destrucción masiva de Saddam Hussein

El autor de Legado de Cenizas, Tim Weiner afirma, con razón, que "La mala información destruye naciones. Por qué los troyanos aceptaron el caballo de los griegos? Por falta de información. La buena inteligencia salva vidas, la mala inteligencia mata a la gente. ¿Qué hacemos en Irak? Llevamos más tiempo en ese conflicto que lo que estuvimos en la II Guerra Mundial. Si la CIA hubiese dicho: Saddam no tiene armas de destrucción masiva, las eliminó en los noventa , Estados Unidos difícilmente hubiese ido a la guerra".

Es decir, los gobiernos actuales tienen la obligación de estar bien informados. Ternura me producen todas esas almas cándidas que se espantan con los wikileaks y con el hecho de que los diplomáticos gringos, en estricto cumplimiento de sus obligaciones, le ofrezcan a su gobierno análisis e informaciones sustantivas sobre los países en los que están acreditados. Ahora veremos al mundo de la diplomacia ser aún más críptio, eso es todo lo que Assangue nos dejará de legado. Dice Weiner en una entrevista a El País concedida hace un par de años en ocasión de la publicación de su libro en español: "El espionaje es amoral y no se puede juzgar desde criterios morales. Es la segunda profesión más antigua del mundo. Todo el mundo espía a todo el mundo, enemigos, amigos, aliados Es lo que hacen todos los gobiernos, y es ingenuo escandalizarse porque es algo que necesitamos. Sin una buena inteligencia no existe la defensa ni la política exterior".

Más que escandalizarme por los wikileaks, a mi me preocupa la ingente ineficiencia de la CIA. Como señalaba The Economist comentando Legado de Cenizas , "muchos libros se han empeñado en mostrar lo mal que se comporta la Agencia Central de Inteligencia. En este apasionante y persuasivo ensayo, Tim Weiner demuestra lo mal que hace su trabajo". La mala inteligencia gringa ha costado muchísimas vidas, muchas más de lo que ha significado sus actividades ilegales o soterradas (las ha habido, desde luego, muchas de ellas lamentables) en los países en donde la agencia ha estado presente.



Así concluye la entrevista-r´portaje de El país publñicada en 2008 en torno a Legado de Cenizas:
"La Compañía también ha dejado una profunda huella cultural, y no sólo con los grandes clásicos del espionaje, como John Le Carré o Graham Greene, sino a través de muchísimos autores, desde El inocente , de Ian McEwan, que transcurre en el Berlín de la Guerra Fría con otro de los fracasos de la CIA como telón de fondo (un gigantesco túnel excavado bajo el este para tratar de interceptar las comunicaciones soviéticas), hasta la monumental El fantasma de Harlot , una saga sobre la agencia, de la que Norman Mailer sólo escribió el primer tomo y en la que el genial narrador concentró todo su conocimiento sobre el siglo XX. Películas como Los tres días del Cóndor ; las de la serie Bourne, sobre un asesino de la agencia cazado por sus antiguos jefes y a su vez convertido en cazador; El buen pastor , el filme dirigido por Robert de Niro en el que retrata los primeros años de la Compañía, o el último título de los hermanos Coen, Quemar después de leer , una comedia sobre las memorias de un agente, también han mantenido vivo el mito del espionaje.

La otra gran novela sobre la CIA, La Compañía , de Robert Littell, está a punto de publicarse en castellano después de un lustro de espera. Littell es uno de los más inteligentes autores de novelas de espionaje del panorama anglosajón. Sobre Legends , su último relato de espionaje, escribió John Updike en The New Yorker que reflejaba con maestría el mundo ruso postsoviético. "La CIA hizo algunas cosas bien y algunas realmente mal: nunca fue capaz de prever la bomba nuclear india, la caída de la URSS o que un grupo de terroristas iba a secuestrar aviones y estrellarlos contra las Torres Gemelas y el Pentágono", explica Robert Littell en una entrevista por correo electrónico. "Tras la caída de la URSS, la CIA perdió su principal enemigo y, en cierta medida, su razón de ser. La moral se hundió y se cerraron estaciones en todo el mundo. El número de expertos en terrorismo islámico y el número de lingüistas capaces de leer el Corán en árabe podía contarse con los dedos de una mano antes del 11-S".

"Sí, ha sido un gran fracaso", corrobora Robert Baer, ex miembro de la CIA, veterano de mil batallas, experto en Oriente Próximo y el agente en el que se inspira el personaje de George Clooney en Syriana , la película de Stephen Gaghan que también se sumerge en la fontanería de la agencia, concretamente en sus operaciones en Oriente Próximo. "Basta con mirar la información que se utilizó para justificar la invasión de Irak: nunca debió convertirse en un informe, era un panfleto para que la Casa Blanca pudiese vender su guerra", prosigue Baer. Su volumen de memorias, Soldado de la CIA (Crítica), es un gran libro de aventuras, quizá demasiado acrítico con los agentes de la Compañía; pero también representa un apasionante reflejo del mundo del espionaje en los años anteriores al 11-S.

Entre las muchas historias que cuenta Baer está que, tras la guerra de los Seis Días, a un analista de la CIA se le ocurrió capturar un avión soviético, llenarlo de cerdos y soltarlos en La Meca, la ciudad más sagrada del Islam, para arruinar las relaciones de la URSS con el mundo árabe. En su novela, que mezcla la realidad y la ficción, Robert Littell también recupera otra historia de la Guerra Fría que no tiene desperdicio: a alguien en la Compañía se le ocurrió la feliz idea de bombardear varias ciudades soviéticas con preservativos descomunales, pero en los que estuviese la letra M (de tamaño medio) para deprimir a las amantes esposas comunistas con las comparaciones. Afortunadamente no cuajaron. Pero la Guerra Fría era así: un combate silencioso y peligrosísimo en todos los frentes, incluso en el del surrealismo.

Preguntado sobre cómo es posible que, con unos servicios de información tan desastrosos, EE.UU. pudiese ganar la Guerra Fría, Weiner responde: "Los soviéticos la perdieron. El sistema soviético era terrible desde el punto de vista social y económico. El Estado soviético se suicidó".

Prevenir otro Pearl Harbour
La CIA fue creada por el presidente Harry S. Truman en 1947, como heredera de los servicios de inteligencia que EE.UU. puso en marcha durante la II Guerra Mundial, la Oficina de Servicios Estratégicos (OSS en sus siglas en inglés). El principal objetivo era prevenir otro Pearl Harbour: evitar un ataque sorpresa como el que, el 7 de diciembre de 1941, permitió a Japón destruir una parte importante de la flota estadounidense en el Pacífico. Aunque, como rápidamente apunta Weiner, "el 11-S fue un segundo Pearl Harbour; esperemos que no haya un tercero".

Sin embargo, desde el momento mismo de su creación, otros vieron algo más que una red para conseguir buena información sobre enemigos y amigos. Uno de los congresistas que votaron el acta inaugural de la CIA, el futuro presidente Richard Nixon, que tuvo que dimitir por su afición a escuchar a los demás, afirmó entusiasmado ante la nueva criatura del Leviatán: "Es legal, es secreto". Un documento del Consejo de Seguridad Nacional desclasificado en 2003 revelaba los principales objetivos de la CIA: "Pagar sobornos; abrir frentes anticomunistas; subvencionar movimientos guerrilleros, ejércitos clandestinos, sabotajes, asesinatos ".

Las operaciones secretas fueron innumerables: unas veces, los presidentes de Estados Unidos estuvieron al tanto; en otras ocasiones, los grandes jerifaltes de la CIA ocultaron información esencial y sólo mostraron una pequeña parte del cuadro global a sus superiores. Algunas han sido reflejadas en decenas de libros y películas, como la de Bahía Cochinos, o el golpe de Estado que llevó al poder a Pinochet en Chile, o el que permitió recuperar el trono a Mohammad Reza Pahlevi, el último sha de Persia; otras, en cambio, han logrado permanecer fuera de los radares de la memoria colectiva durante décadas, como los bombardeos contra Indonesia en 1958 para apoyar una guerrilla contra Sukarno. El resultado fue un completo desastre, tanto por el costo en vidas como porque no consiguieron su principal objetivo, ni siquiera lo rozaron. Aunque no todos estaban de acuerdo. Al Pope, uno de los agentes que participaron en la operación, y que se salvó de milagro de ser ejecutado tras haber sido capturado por el ejército indonesio, afirmó: "Dijeron que Indonesia fue un fracaso. Pero les dimos bien. Matamos a cientos de comunistas, aunque seguramente la mitad de ellos ni siquiera sabían lo que significaba el comunismo".

"Las operaciones encubiertas de la CIA -tratar de cambiar el mundo en secreto- han solapado su misión más importante: tratar de conocer el mundo y sus secretos", explica Tim Weiner. "La agencia nunca fue la fuerza omnipresente que muchos imaginaron que era. Nunca tuvo una edad de oro, y su historia está llena de pequeños éxitos y fracasos de largo alcance. Es verdad que sus éxitos fueron importantes: por ejemplo, tratar de convencer a los presidentes Johnson y Nixon de que la guerra de Vietnam era un conflicto político que no se podía ganar por medios militares. Los triunfos de la agencia han salvado algunas vidas americanas, pero sus fracasos se han demostrado fatales. Primero, para los cientos de agentes de la CIA, para los miles de soldados y espías extranjeros, en cierta medida para las 3000 personas que murieron el 11-S y para los cerca de 5000 militares que han muerto en Irak y Afganistán. El crimen de consecuencias más duraderas ha sido la incapacidad de la CIA para llevar a cabo su misión más importante: informar al presidente de lo que ocurre en el mundo".

Una de las operaciones encubiertas más famosas fue la de bahía Cochinos, la frustrada invasión de Cuba, uno de los momentos cumbres de la Guerra Fría. La historia es conocida: el 12 de abril de 1961 unos 1200 cubanos y estadounidenses, entrenados por la CIA, desembarcaron en una bahía pantanosa para acabar con la revolución castrista. En apenas tres días fueron borrados del mapa. No hubo sobrevivientes. El presidente en aquellos momentos era uno de los grandes mitos de la política mundial, y su papel en la invasión es todavía controvertido. ¿Qué sabía John Fitzgerald Kennedy (JFK) de lo que se preparaba? ¿Hasta qué punto estaba informado de que era imposible que el puñado de tipos mal entrenados por la CIA acabase con Castro?

La imagen de Camelot -el nombre con el que se conocía a la Administración de Kennedy por su aura casi mágica- que aparece tanto en el libro de Weiner como en el de Littell está muy lejos del mito de la Casa Blanca que cambió para siempre un país y el mundo. Ambos describen una cara oculta; una enorme obsesión de los hermanos por el secretismo, el control del espionaje y las operaciones encubiertas. Quizá si JFK no hubiese sido asesinado en Dallas el 22 de noviembre de 1963 y Robert F. Kennedy en Los Ángeles el 6 de junio de 1968, el rostro menos amable de los hermanos sería mucho más conocido.

"Fue un terrible error de cálculo, en el que JFK tuvo una gran responsabilidad", explica Robert Littell sobre la Operación Bahía Cochinos. "El plan de invadir Cuba con un grupo guerrillero apoyado por Estados Unidos fue trazado por el general Eisenhower y fue heredado por Kennedy. Cuando se lo contaron por primera vez no tenía ni la experiencia ni la seguridad en sí mismo para anular una invasión ideada por el gran héroe de la II Guerra Mundial. Defendió que el plan original era demasiado ruidoso y lo cambió por un ataque en una zona pantanosa llamada Bahía Cochinos. Pero, incluso sobre el papel, la idea de que un grupo de guerrilleros podía invadir Cuba y derrotar al ejército de Castro era totalmente absurda", prosigue Littell.

Tim Weiner es todavía más duro: "Los Kennedy pensaban que la política exterior funcionaba como los enfrentamientos a puñetazos en las habitaciones inundadas de humo del Partido Demócrata: retorciendo brazos, haciendo pactos y tomando decisiones a sangre fría. Utilizaron la CIA como una especie de policía. Y los resultados no fueron buenos". En Legado de cenizas , basándose en documentos desclasificados, Weiner revela que "mucho antes de que Nixon crease su unidad de fontaneros con veteranos de la CIA, Kennedy utilizó la agencia para espiar a los estadounidenses". La afición de los Kennedy hacia las operaciones encubiertas se tradujo en cifras: Eisenhower ordenó 170 en ocho años de mandato, los Kennedy ordenaron 163 en apenas tres.

¿Y el presente? Tras el 11-S, dentro de la guerra contra el terrorismo de la Administración de Bush, la CIA recuperó su licencia para matar o, en palabras de un veterano de la organización, "se quitó los guantes". Eso se ha convertido en los vuelos secretos, en la tortura de sospechosos, en los secuestros de ciudadanos en terceros países y, en general, en uno de los mayores escándalos en los que se ha visto envuelta la agencia en toda su existencia. No es que la implicación de la CIA en malos tratos sea algo nuevo, como demuestra Gordon Thomas en su último libro, Las armas secretas de la CIA , pero nunca había alcanzado esta escala.

La incapacidad para prever el 11-S demostró que EE.UU. carecía de fuentes y de información fiable en el núcleo duro del terrorismo islámico y de Al-Qaeda. Un antiguo miembro de la división para Oriente Próximo dijo: "La CIA probablemente no tiene ni un solo agente que pueda hacerse pasar por un musulmán fundamentalista y que esté dispuesto a pasar varios años de su vida con comida de mierda y sin mujeres en las montañas de Afganistán. Por Dios, si la mayoría vive en Virginia".

Un oficial, todavía en actividad, afirmó: "Las operaciones que incluyen la diarrea como forma de vida no existen". Siete años después, la situación no parece haber mejorado, y, de hecho, Osama ben Laden seguía en libertad en el séptimo aniversario del 11-S. "Rusia, China e incluso Irán son nuevas superpotencias, que cada día son más poderosas. Y no sólo eso: la CIA no sabe casi nada sobre los talibanes o incluso sobre los narcóticos que fluyen desde Afganistán", afirma el veterano Robert Baer, que se muestra tajante sobre la tortura: "No vale para nada, sólo sirve para destruir las leyes internacionales".

"Bush y Cheney han debilitado a la CIA y a Estados Unidos", señala Robert Littell. "Y se tardarán muchos años antes de que una nueva Administración sea capaz de deshacer el daño que han infligido". El legado de cenizas sigue vivo.

Six more years, Elba!




Se dieron a conocer los resultados de la prueba PISA 2009. México obtuvo el lugar 48 de 65 casos analizados por la OCDE, colocándose en el último lugar de los 33 países miembros de dicha organización y bajando 6 lugares respecto al resultado PISA de 2000, lo cual no fue óbice para que mi cuate Alonso Lujambio se felicitara y hasta asegurara, con el cantiflesco estilo que le caracteriza, que los datos referentes a México del Informe PISA 'no son para iniciar una especie de fiesta que nos saque del contexto de exigencia, sino un acicate para continuar mejorando'.


Y es que México registró un avance de tres puntos en comprensión lectora y de 32 en matemáticas, de acuerdo con los resultados de la prueba PISA 2009 de la OCDE. Sin embargo, se registró una baja de seis puntos en ciencias. Estos son los magros resultados de 10 años de gobiernos "del cambio"

Sí, una década de mediocres gobiernos panistas muy poco han logrado en el vital terreno educativo, en el que el dichoso "cambio" ha consistido en agrandar el poder del nefasto SNTE. Con el PAN y Alonso Lujambio, ¡Seis años más para Elba!