jueves, 5 de febrero de 2009

Televisoras prepotentes y berrinchudas vs. nuestro impotente IFE


El oligopolio que maneja la televisión abierta mexicana y sus palafraneros opinólogos (Sirviento, Reyes Heroles Jr., Paco Calderón y demás fauna) no fueron capaces de encajar la reforma electoral que les quitó un jugoso negocio al prohibir en México la compra de espacios comerciales en la tele y han montado un megaberrinche que dio lugar a una vergonzosa actitud el domingo pasado, cuando estos caballeros decidieron arbitrariamente interrumpir el Súper Bowl para transmitir los spotsde los partidos políticos. Tal actitud provocó un diferendo entre el Instituto Federal Electoral y nuestras patrióticas televisoras sobre la forma de transmisión de los spots electorales no parece cercano a una solución. El asunto parece enredarse más. Las televisoras están dispuestas a tensar la cuerda todo lo necesario hasta conseguir una negociación favorable a sus interses, lo único que verdaderamente importa a estos engendros, reviviendo el amargo revanchismo con el que procesaron la reforma electoral.

Debemnos decir que en nada sorprende la actitud egoista y mezquina de quienes controlan los medios masivos en este país, lo que preocupa más es la actitud tibia y tardía con la que reacciona el organismo electoral, que está abordando el diferendo como si se tratase de un problema técnico. Mal para Leo Valdés, mejor conocio como "Tizoc" en los mentideros políticos. El Gobierno Federal se ha desentendido del asunto (como de todos los demás que aquejan al país) y los partidos hacen declaraciones exhortando al IFE a actuar, pero sin confrontarse directamente con las televisoras. El PRI, fiel a su tradicional congruencia, de plano se puso del lado de estas empresas al declarar que cumplieron con su obligación y señaló al IFE por exagerar la nota.
Más allá de la validez de su coartada técnica o jurídica, las televisoras están actuando con pavorosa irresponsabilidad política que puede perjudicar al proceso electoral de este año. Su forma de protestar, al margen de las instituciones democráticas, en nada se diferencia, por ejemplo, al berrinche anti-institucional y vesánico de Andrés Manuel López Obrador cuando secuestró Reforma para protestar por su pérdida electoral. ¡Cuándo maduraremos en este país, carajo!

Es urgente que el IFE obligue a los medios de comunicación a asumir su responsabilidad de fomentar la democracia, lo cual implica evitar caer en acciones que pretenden desincentivar el ejercicio del voto y fomentar el desprecio de la ciudadanía hacia los partidos políticos, sin siquiera conocer sus propuestas y candidaturas. Es necesario que se comprenda que los problemas del país sólo podrán resolverse en la medida que la ciudadanía comience a participar de manera más activa en cuestiones políticas, conociendo a sus representantes en los diferentes espacios de toma de decisión y demandándoles acciones a favor de sus comunidades.

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