lunes, 29 de diciembre de 2008

Falso Profeta

Samuel P. Huntington, fallecido a los 81 años, era un falso gurú antipático y sabelotodo. Profesor de Harvard, autor de 17 obras y 90 artículos científicos, fue piedra de escándalo por algunas de sus predicciones, algunas por demás absurdas. Por ejemplo, auguraba una división de Estados Unidos dos naciones hacia la segunda mitad del siglo XXI. Según Huntington, el empuje demográfico, lingüístico y social de los hispanos puede suponer la separación de los Estados del Sur y el Oeste que Washington arrebató a México en 1848. La teoría, desarrollada en el ensayo The hispanic challenge, (publicada en Foreign Policy) motivó duras polémicas y su autor fue tachado de racista y "falso profeta", sobre todo en México.

No menos polémica ha sido su famosa teoría del "choque de las civilizaciones" que se fusiló del experto en islam Bernard H. Lewis, la cual implica una redefinición de los conceptos tradicionales de guerra y paz. Las guerras han sido hasta el siglo XIX entre Estados; en el XX, entre ideologías; y en el XXI serán entre civilizaciones. ¿Cuáles son estas civilizaciones? Huntington habla de la occidental, la latinoamericana, la ortodoxa, la africana, la musulmana, la china, la budista y la japonesa, y las asocia a culturas y religiones. Y advierte que en el futuro terminarán rozando algunas de ellas. Por ejemplo, la china con la occidental. Sostiene que es posible, más allá de las sinergias económicas, debido al pretendido "abismo" cultural que las separa. Primero en forma de artículo (aparecido en la revista Foreign Affairs, en 1993), y luego, como libro, titulado El choque de civilizaciones y la reconfiguración del orden mundial , Huntington se refería al viejo pulso que habían echado desde la Edad Media, dos colosos culturales (la civilización judeo-cristiana y la musulmana). Durante centurias, la segunda le habían llegado a comer terreno a la cristiana: barrió el Norte de Africa, se zampó Oriente Próximo y Bizancio, entró en España y amenazó Viena. De hecho, el Imperio Turco ha sido una gran potencia capaz de medirse con Occidente hasta el siglo XIX. Pero en el Ochocientos, cambian las cosas y la civilización cristiana colonizó Oriente Próximo. Esto genera un profundo resentimiento en los musulmanes (y singularmente en los árabes), que se han sentido humillados y explotados por Occidente. Lo que unido al rencor por el apoyo de Estados Unidos a Israel, y la pujanza demográfica del mundo islámico, que ha generado una juventud desempleada y dispuesta a ir a la guerra, da como resultado un nuevo intento de la civilización musulmana de devolver el golpe a la cristiana. El odio se extiende a los valores que vertebran el tejido cultural de Occidente: liberalismo, constitucionalismo, derechos humanos, igualdad de derechos entre hombres y mujeres, y por supuesto democracia.
Algunas ya están aquí: Chechenia, Azerbaiyán, Cachemira, Sudán… y otras penden sobre Europa y América, enforma de atentados terroristas (11-S, 11-M, el metro de Londres…).
Lo malo, según este autor, es que Occidente carece de "resortes morales y convicciones culturales" para enfrentarse a quienes no temen a la muerte. Por ello, este inspirador de los fallidos neocons aseguraba que "nuestro principal enemigo, en el fondo, no lleva turbante. Somos nosotros mismos, el escepticismo autodestructivo de una sociedad que reniega de sus raíces".
Evidentemente, el gtrueso de las afirmaciones de este señor son discutibles y exageradas. Soslayó oliímpicamente el hecho de que el mundo musulmán, el africano, el ortodoxo, etc. de ninguna manera se comportan como bloques homogéneos. Se trata civilizaciones sumamente heterogéneas y divididas que incluso presentan graves antagonismos desntro de sí. También omitió estudiar a fondo la manra en que logran convivir de manera armónica las civilizaciones de occidente y oriente en importantes zonas como el sudeste asiático y Japón, las desigualdades en el desarrollo económico y social de países como China y la India (que también rompe con la idea de "bloque civilizatorio") e incluso las divergencias a veces profundas dentro del propio mundo cristiano.
La de Huntington es una tesis superficial y falaz de alguien que jamás se preocupó por estudiar a fondo la historia de las civilizaciones ni la forma en la que éstas han interactuado a lo largo de los siglos. Pensadores como Hungtinton son los que llevaron a los Neocons de la fracasada administración Bush a cometer las ingentes pifías que perpetraron en Oriente Medio. Descansa en paz, pequeño farsantillo.

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