jueves, 10 de julio de 2008

Yoko Ono ¡¡¡¿¿¿CURSI!!!???

Yoko Ono es escencialmente una cursi Sí, sé que muchos de ustedes brincarán de indignación con esta afirmación. ¡Pero si ésta "artista conceptual", transgresora como no ha habido otra, New Yorker Character es todo, todo, menos cursi! Y de ella, efectivamente, se ha dicho todo: bruja, perra, puta, fea, fodonga, manipuladora, abusiva, dominante, mala mujer, separadora de los Beatles, etc., pero jamás cursi. Pues bien, yo sostengo que es una cursi, porque su "legado" al mundo no será, de ninguna manera, ni su olvidable poesía ni su poco original "arte conceptual" (con todo y su cursilérrimo "Arbol de los Deseos"), sino ese Lennon cursi y castrado que ella construyó para beneficio personal. Un idolillo de plástico, un cantantillo comercial que dedicó los últimos años de su vida a escribir cancionzuelas que hablaban del amor, la familia y la paz, pero la paz como una mercancía en venta.

Yoko tiene un indiscutible talento comercial, heredado de su familia de banqueros. Ella amasó una fortuna explotando a su bobales e hipercursi marido. Desde luego, no le reprocho que le guste el dinero, pero si que para vender su producto lo haya convertido en un fetiche tan sentimentaloide y, a fin de cuentas, tan convencional. Un día escuchen las canciones el album Doble Fantasy con cuidado. Es la coronación de un proyecto que consistió en aburguesar al pretendido ídolo rebelde de los sesentas.Y lo mismo fue desde las campañas por la paz. El encerrón en Amsterdam empezó siendo un monumento al sentimentalismo más ramplón y terminó en algo peor: en una exhibición de intolenrancia "progre", maniqueísmo y, sí, violencia de los dos dizque "no violentos".

La ridícula boda con Lennon (pretendida sátira de la boda de McCarney) fue pionera de la comecialización de las bodas de famosos (¡¡décadas antes de la aparición de Thalia!!) Ahhh, ¡y sus sombreros! todo ello está contaminado por un irremediable tufo de cursilería, de la que ella es la única culpable, ya que su "hijo" John siempre hizo lo que ella quiso.

Yoko Ono prohijó al último John Lennon, aburguesado, confomista, cursi y mediatizado. Ella es, ante todo, una mercanchifle. Su "arte conceptual" no peca precisamente de original. Ideas que se inventaron mucho tiempo atrás (desde el Dadaísmo) y que ella sólo repitió. Será olvidada rápidamente, pero la cursilería que engendró perdurará por siempre

Imagine!

1 comentario:

Anónimo dijo...

Pocas cosas mejores que la cursilería. Dos personas dándole la espalda al mundo, observando la batalla compartida; y ésa es la mejor parte de la rebeldía de Lennon. Contrahegemónico, por cierto, porque poca gente está dispuesta a dejar a la mejor banda - y hasta entonces más lucrativa- de la historia, por una mujer (u hombre).
Estos dos se juntan - al menos- desde '69. Supongo que no habrá que decir que todo Abbey Road y Let it Be los hace junto a Yoko.
John Lennon es excepcional y la mejor etapa de Lennon es la del Lennon enamorado.