martes, 22 de julio de 2008

En Defensa de la Sátira del New Yorker (y contra los juniors higadazos)


Llegan a ser molestas tantas estupideces que se han dicho en torno al escandalillo de la portadoa satírica del New Yorker ¡A defender la satira de los pasguatos y de los petardos! Este Oso recomienda ampliamente los artóiculos al respecto publicados en El País y en Slate.

En México hasta el hijo de Enrique Krauze da su opinión. Más allá de sus profundos conocimientos futboleros, el señor Krauze Jr. no demuestra sino la más supina ignorancia cada vez que emite alguna opinión de política internacional (lo que, desgraciadamente, es muy frecuente) Desde luego, su falta de pertinencia no es óbice para que sus puntos de vista sean ampliamente difundidos en los medios de comunicación gracias no al muy discutible talento del señor Krauze Jr., sino a sus evidentes conexiones familiares. La manifiesta superficialidad de los conocimientos de este opinador son de dar pena ajena. Sólo en un país con los bajos niveles educativos que tenemos en México este Jr. puede pasar por informado. Es uno esos "caballeros del lugar común", para citar una de las expresiones favoritas del verdadero adalid intelectual este Jr: don Fernando Marcos.

¿Hasta cuando tendremos que tolerar la impertinencia de la juniorcracia mexicana tambén en la vida cultural? ¿Cuándo nos desharemos de estos petardos sin sentido del humor y con ínfulas de sabios futboleros? ¿Qué sería de León si se apellidara Pérez? ¿Le iría al Atlas?

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