viernes, 16 de noviembre de 2007

¡¡El Zeeeeeeeeepp!!


Sí señores, aunque les pese a muchos cursis estirados amigos míos*, yo adoro a Led Zeppelin. Ahora que se volverán a reunir (con el hijo de Jon Bonham a la batería,) vale la pena que este blog del Oso Bruno le hga un modetísimo homenaje. La banda, que bautizada por Keith Moon (baterista de los Who) en 1968 porque su música era "pesada como un Zeppelin", fue fundada por uno de los tres grandes guitarristas que tuvo Yardbirds, Jimmy Page (otro fue Claptón), que convocó a su amigo John Paul Jones (bajo y teclados), al baterista Bonham y a un tal Robert Plant, cantante recomendado por Terry Reid, quien rechazó la oferta de hacerse cargo de la voz porque tenía otros proyectos. Desde entonces, el grupo desarrolló un rock pesado alimentado por lo mejor del blues del Delta del Mississipi, el folk británico y otros ritmos que hoy llamamos world music (sobre todo norafricanas), con características únicas: la guitarra feroz, indómita y desprolija de Page, la voz desgarrada de Plant, las líneas de bajo siempre mediadoras de Jones y el golpe desmesurado de Bonham.

Sus compañeros tenían razón: Bonham era irreemplazable. Amante de la velocidad y del alcohol (la noche anterior a su muerte había tomado tres botellas de vodka en algo parecido al "reto Jeroles" que describiera Muñoz ledo), su poderoso estilo no sólo resulta único entre otros grandes instrumentistas contemporáneos, sino que no tuvo un claro continuador, aunque uno de sus hijos siguió sus pasos detrás de los tambores e incluso tocó con Page y Plant. Aún hoy, las rítmicas que generó con sus compañeros sorprenden a las nuevas generaciones. Es que los cuatro músicos juntos lograban una química que, para ellos, mucho tenía que ver con la mística que profesaban, con muchos elementos de magia negra y símbolos misteriosos que aparecen en sus discos.

Hoy, a unos días de su reunión, Led Zeppelin es un faro que expone claramente de qué se trata el rock and roll.

Cómo elamor, Beethoven, el vino, la lectura de algún libro trascendente o el primer viaje, nada es igual en la vida después de escuchar a Led Zeppelin. Nada es igual después de dejarse atravesar por el filo de una música que rompe con los esquemas previstos. Nada es igual después de dejarse llevar por una canción que se desarma y, con sus propias aristas, inaugura nuevas conmociones.

*No es el caso de Antonio Mondragón, ni del pandita, ni del Neza. Teria que al menos tiene el buen gusto de amar esta maravilla mundial.

7 comentarios:

Anónimo dijo...

En primer lugar, habrá que declarar que es un honor entrar a hacer un modesto comentario-por primera vez- a esta página que es algo así como el lado "b" del oso bruno.
El autor del blog no necesita de pretextos para ofrecernos su singular talento para el escándalo intelectual:está claro que no necesita quedar bien con nadie, lo cual es tan saludable en este mar de inmunda corrección en todos los órdenes donde todavía hay santones que no se pueden tocar - a ver si el oso se avienta una pieza sobre la sucesión de la rectoría de la UNAM-, pero ahora se autor se avienta con un tema del corazón y de las entrañas mismas. Así siente el autor a Led Zeppelin. Dioses profanos que hicieron del volumen y de la provocación machista y el misticismo celta un arte accesible para todos los aquellos que no soportábamos traer tantas hormonas y energía encima. Bendita sexualidad reprimida que Black Dog o Whole lotta Love nos permitía transmitir - o sublimar-.
Y, ¿quién no recuerda el primer faje con la versión en vivo de "Stairway to Heaven"?
En fin, quiero invitar a los chavos actuales a ver lo que era un abanda de verdad que no necesita de promover hipocresías como el ecologismo, o la ayuda a Tabasco para darse a desear.
Salud al viejo brujo de Page; al dionisíaco Plant y al sólido y musical Jones quienes juntos a la "Bestia" nos mostraron lo que podía ser un campo de batalla versión sonora.

Pedro Aguirre dijo...

Muchas gracias por tu estupendo comentario, Toño

Anónimo dijo...

Vaya mamada de artículo. Se deja ver que cualquier pendejazo se siente con derecho a escribir estupideces, con total impunidad. ¿Por qué no eres más pudoroso y cierras este absurdo y tedioso espacio?

Pedro Aguirre dijo...

¿Y tú por que no te vas a la verga, Pla? ¿Yo que chingada culpa tengo de que estés amargado por tener un apellido tan feo, como ese de"Pla"? ¿Qué es eso? Tu incompleto apellido sólo puede significar que tienes una dudosa paternidad.

Anónimo dijo...

Creo que te equivocas con la referencia a Keith Moon. Según entiendo,Led Zeppelin fue bautizado como tal por un ejecutivo de traje apretado de la disquera Atlantic. Al presentarse Bonham, James, Page y Plant para comercializar su música, fueron bateados bajo esta consigna: "your music is gonna plummet like a lead zeppelin".
Saludos,
David

Pedro Aguirre dijo...

La verdad, David, hay muchas versiones de esa historia. Yo tomo la que da el autor de "The Hammer of the Gods" Un especie de "biografía no autorizada" que tuvo mucho éxito comercial y fue muy polémica. Toño Mondragón debe saber algo más. Ojalá nos de su versión

Saludos y muchas gracias

Pedro

Pedro Aguirre dijo...

El apellido de este señor "Pla" es en realidad "Ojeda". Se trata de un acomplejado con crisis de identidad, hijo de un académico más o menos conocido. Ojeda no puede superar el trauma de ser aún más mediocre que el padre. "Pla", está bien que quieras renegar de tu apellido paterno, Ojeda, pero al menos deberías tener mejor gusto. Pla es catalán, como Begné, ¿Qué obsesión tienes, muchacho!"