viernes, 23 de abril de 2010

Argentina desaparece del mundo


Comantábamos en pasadas entradas la forma en que México ha renunciado a cualquier pretensión de cobrar algún peso o protagonismo en política exterior. Pues bien, lo mismo sucede con Argentina, lo que deja el camino libre a Brasil para que reclame, con toda la legitimidad que se deriva del default, el liderazgo indiscutido de América Latina. Lamentable presenciamos, otra vez, el drama argentino: la tragedia de un gran país condenado al ostracismo y al subdesarollo, qué desde que padece el desgobierno kirchnerista ha extraviado la brújula y se ha visto imposibilitado de presentar una estrategia coherente de política exterior.

Argentina está aislada. Su única relación sólida parece ser la que mantiene con el gorila Chávez y eso le ayuda muy poco en su necesidad de recuperar el interés de los grandes centros de decisión internacional de incluirla como un interlocutor de privilegio. Muchos opinan que la actitud internacional de los K responde fielmente a la miope y anquilosada concepción scmitteriana que tiene la pareja presidencial de la política como una constante lucha de todos contra todos, cada día, todo el tiempo y sin descanso. El resultado es una nación importante aislada y sin voz en el mundo, que ha descuidado el fortalecimiento del Mercosur, debilitado sus lazos con la Unión Europa, mantiene un inexplicable distanciamiento de Washington, pierde constantemente peso en los foros internacionales, se ha embarcado en absurdas disputas con países fronterizos, (como fue el caso de Uruguay en torno a la famosa papelera) y al que muy pocos estadistas internacionales están interesados en visitar.
Así, pese a estar incluida en la ensalada esa que es el G 20, el otrora gigante del Sur da a trompicones de improvisación una falsa sensación de actividad, pero nada que sea suficiente como para definir una política exterior genuinamente plausible.

miércoles, 21 de abril de 2010

Las estupideces del buen Evo




Oye tú, Evo, estúpido, escucha: nada más masculino que echarse un buen "pollito"

martes, 20 de abril de 2010

El mundo y sus pretenciosas potencias emergentes


Comentamos en el pasado post la cumbre del BRIC que tuvo lugar la semana pasada en Brasil y la cumbre del IBSA, organismo inventado por Lula para darle su lugar a Sudáfrica, nación que miembro del G5 pero no de los BRIC, al que el presidente brasileño quiso, sin embargo, darle su lugar, marginando de pasada -pero de forma conspicua, hay que insistir- al único miembro del G5 que no tuvo presencia en estos fastos brasileños: México.

Cabe preguntarse si este mundo multilateral lleno de nuevos acrónimos y de grupos a 7, 8, 5, 2, 20 y hasta 77 bandas tendrá alguna viabilidad. Por ejemplo, tenemos a este BRIC, el cual, en principio impresiona por tratarse de las potencias emergentes, que juntas ocupan el 22% de la superficie continental, amasan el 27% del PIB mundial y reúnen el 41.6% de la población mundial. Pero más allá del tamaño de sus economías y de sus tasas de crecimiento anual, los BRIC tienen poco en común. Cabe hacerse la pregunta de qué tan efectiva será la reunión de potencias tan disímiles entre sí en lo que a las perspectivas culturales, políticas e ideológicas concierne. Se dice que buscan formas para materializar su potencial y concretas posiciones conjuntas en la política mundial, pero los resultados, hasta el momento, han sido solo retóricos, y prevalecen los indicios de que lo seguirán siendo.

Las diferencias son mayores que las coincidencias dentro de los BRIC, e incluso aún prevalecen varios temas que podrían convertirse en serias desavenencias entre los integrantes, Desavenencias de tipo territorial (disputas fronterizas), económicas, ideológicas y migratorias, por ejemplo. Estos BRIC no impresionan tanto si atendemos el Índice de Desarrollo Humano que realiza el Programa de las Naciones Unidas para el Desarrollo que mide variables como la educación, la esperanza de vida, la tasa de alfabetización y la calidad de vida en 179 países. Ahí Brasil ocupa el 70 lugar, seguido de Rusia (73), China (94) y la India (123). Es decir, se trata de naciones con profundas disparidades sociales y regionales internas. En términos de Producto Bruto Interno, los cuatro en cuestión están bien posicionados: China actualmente es el quinto del mundo, seguido por Brasil (10), Rusia (11), y la India (12). Sin embargo, en un análisis de PIB per cápita, Rusia actualmente ocupa el 53 lugar, seguido por Brasil (80), China (101) y la India (129), en el ranking de los 181 países que lleva el FMI. En materia de defensa, clave para las aspiraciones de toda verdadera gran potencia, los BRIC están aún lejos de disputarle el liderazgo militar a Estados Unidos, hoy responsable del 46% del gasto militar mundial, seguido por el Reino Unido (5%), Francia (5%), China (4%), Japón (4%), Alemania (3%), Rusia (3%), Italia (3%), Arabia Saudita (3%) y la India (2%).

¿Dónde radica el potencial de estos BRIC? Existe consenso entre los estudiosos de la geopolítica en el sentido de que son tres los elementos fundamentales para considerar a una nación una superpotencia: poseer un poderío militar de largo alcance, gozar de un margen aceptable de estabilidad política que sirva de base al desenvolvimiento de una política exterior vigorosa, y mantener fuertes intereses económicos y estratégicos extraterritoriales.

Para que una fuerza militar pueda ser considerada “de largo alcance”, evidentemente deberá contar con un considerable arsenal nuclear y capacidad misilística intercontinental. Dicho arsenal deberá ser lo suficientemente grande como para poder sobrevivir a un ataque sorpresa del enemigo. Asimismo, una superpotencia debe tener la posibilidad de desplazar divisiones de infantería y tanques a cualquier parte del mundo y poder aprovisionarlas durante todo el tiempo que sea necesario. Es decir, la posesión de un arsenal nuclear no basta por sí misma para hacer una superpotencia.

Estabilidad política y coherencia nacional es también indispensable para cualquier nación que aspire al rango de superpotencia. Nada debilita más a un país que los escenarios de descomposición nacional y los cismas. Una nación en estado de anarquía no es capaz de desarrollar una política exterior vigorosa o agresiva. Muchos han argumentado que es por esta razón que una dictadura puede ser más eficaz que una democracia para la consecución de objetivos geopolíticos o de conquista, pero lo cierto es que una buena dosis de sobreconfianza sobre sus posibilidades como regímenes dictatoriales fue lo que inició la decadencia de la URSS, lo que provocó la derrota en Chipre de la dictadura de los coroneles en Grecia y la principal razón de la caída del gorilato argentino.

El tercer aspecto es la existencia de intereses globales. Una superpotencia que se precie de serlo debe tener la necesidad material de dejar sentir su presencia en diversas regiones del planeta, ya sea para garantizar sus suministros de energéticos o la obligación garantizar abastecimiento alimentario a una población creciente, o el aprovisionamiento de materias primas. Es obvio que a una nación con intereses globales concierne todo lo que está sucediendo en el mundo, mantiene un ojo vigilante y está dispuesta a actuar enérgicamente para cambiar el rumbo de los acontecimientos, si tal cosa le es indispensable.

Si atendemos a los criterios tradicionales, nos daremos cuenta que ninguno de los BRIC cubre a cabalidad las tres grandes condiciones de las súper potencias y que sus carencias más graves se presentan en lo relativo a la estabilidad política y cohesión nacional. De ahí que estas pretendidas potencias emergentes basen sus aspiraciones casi exclusivamente en los criterios económicos y demográficos, aunque no del todo, desde luego, pensando en el inconmensurable potencial militar Ruso y el muy importante chino. En términos económicos, se estima que China, primera población mundial, sobrepasará el PIB de los Estados Unidos para el 2050. Hecho que cobra mayor relevancia con la actual crisis financiera, que relativiza cada vez más el liderazgo de Estados Unidos como polo indiscutido de la economía mundial. Rusia es el mayor país en términos territoriales, lleno de recursos energéticos y materias primas, además de su incuestionable poderío militar. La India es la segunda nación en población mundial y no sólo cuenta con tecnología nuclear sino que, además, apostó por formar y radicar mano de obra calificada llevándola a ser hoy el principal exportador de tecnología en el mundo. Brasil es el quinto país más poblado del mundo y ocupa el mismo puesto en términos territoriales, pero, a diferencia de sus tres pares, no tiene la bomba atómica. Es justo el gobierno de Lula da Silva el más interesado en consolidar al BRIC, más que el G5 o el G20, como el ámbito elegido para posicionar a Brasil se como protagonista jugador global. El canciller brasileño, Celso Amorim, anunció con bombo y platillo la muerte del G8. Junto a la Cancillería, la política del BRIC se planifica dentro de la Secretaría de Asuntos Estratégicos, un organismo creado durante el segundo mandato de Lula da Silva y que depende directamente de la presidencia. El hombre quien la conduce es Mangabeira Unger, un intelectual brasileño que fue profesor de Barack Obama en sus años de Harvard, y hoy tiene a su cargo la coordinación de Brasil en el ámbito de los BRIC, siendo naturalmente su mayor entusiasta y quien permanentemente aboga por su institucionalización. El sólo hecho, ha dicho Mangabeira, de que las potencias emergentes se sienten a discutir los temas más importantes de la agenda mundial al margen de los Estados Unidos y del grupo de países que conforma el G8 (sin Rusia) es un dato de gran significado político. Nadie duda de la vocación de poder de los BRIC, pero si es de cuestionarse su capacidad de coordinarse dentro de la enorme heterogeneidad política, social y cultural que presentan.

Volvamos a las características tan disímiles de este BRIC. Brasil y Rusia dependen principalmente de los recursos naturales y en la última década se han beneficiado del alza de los precios. Por su parte, China e India tienen poblaciones gigantescas que les dan relevancia mundial como productores de bienes y consumidores de recursos, siempre y cuando sus economías sigan creciendo rápidamente. Los cuatro países son actualmente los más importantes de los mercados emergentes, pero puede que este dominio no dure para siempre. Hay por ahí una buena cantidad de naciones aspirantes a ser potencias emergentes. China padece la opresión de un régimen totalitario y varias tendencias secesionistas en algunas regiones. India es una democracia consolidada, pero padece un desastroso sistema educativo, profundas diferencias sociales y regionales, y aspiraciones secesionistas en varios de sus estados. Otros serios peligros son la fragmentación constante de la de por sí ineficiente estructura administrativa del país y su tasa de endeudamiento, que supera el 80% del PIB.

Paradójicamente Rusia, con asiento permanente en el consejo de seguridad de la ONU y único BRIC miembro del G8, es el eslabón más débil de la cadena. Enfrenta enormes dilemas: depende demasiado de las materias primas, su población decrece y está plagada de serias tendencias centrífugas. En cuanto a Brasil son indiscutibles su consolidación democrática y su ascenso económico, pero aún depende demasiado de las materias primas y su presencia en el comercio internacional aún es relativamente pobr. Padece de graves distorsiones en la distribución del ingreso.

Por todas estas razones es que nos atreveos a pensar que el BRIC es una asociación artificial de países que tienen poco en común, impulsadas por un político, Lula, que tiene un interés político muy concreto a corto plazo: lograr la victoria de su candidata en las elecciones presidenciales de fin del año 2010. Eso sí, la crisis de 2008 y la recesión pusieron de manifiesto que los intereses como colectivo de los emergentes a veces pueden diferir considerablemente de los de los países desarrollados occidentales que dominan actualmente la producción mundial. Las economías de los BRIC se vieron muy afectadas por la crisis financiera cuando disminuyeron los créditos comerciales y, pese a ello, su recuperación ha sido más sólida que la de la mayoría y ha causado un rápido aumento de los precios mundiales de los productos básicos y la energía. Pero todo esto no deja de ser sumamente circunstancial. Los líderes de los BRIC probablemente querrán seguir reuniéndose con regularidad. Quizá bajo determinadas circunstancias les convenga tomar algunas decisiones juntos. Pero no más allá de eso.

Ningún grupo de naciones grandes o pequeñas, poderosas o modestas podrá tener éxito o alcanzar relevancia si no cuentan con una coherencia básica en las visiones que sus integrantes tienen del mundo y si no existe un piso mínimo de comunidad de intereses. El G7 tuvo sus referentes esenciales en el enfrentamiento contra un enemigo común (la URSS), la decisión compartida de defender la democracia y los derechos humanos, y su fe inquebrantable en el libre mercado. De ahí su indiscutible viabilidad durante la guerra fría. Estas ópticos comunes, estos pisos referenciales básicos no existen aún para jugadores emergentes deficientes aún en su pretendida condición de “potencias” y cuyos elementos integradores son sumamente circunstanciales y vagos.

jueves, 15 de abril de 2010

México cuenta cada vez menos en el mundo gracias a Calderón y su raquítica cancillería.


Una de las muy escasas conquistas que los gobiernos panistas habían logrado en materia de política exterior está a punto de caducar. En el año 2005, México fue incluido en el G5 junto con China, Brasil, Sudáfrica y la India. El propósito del G5 era consolidar un bloque de países emergentes que fuera capaz de hablarle al tú por tú a las naciones ricas del G8. Ahora que el G8 está a punto de desaparecer para dar lugar de manera definitiva al G20 como el foro internacional privilegiado para el intercambio de posiciones y puntos de vista entre naciones desarrolladas y países emergentes México esta siendo marginado de cualquier posibilidad de tener una presencia efectiva en la nueva organización. Hoy, cuando faltan sólo ocho meses para el fin de su mandato, el presidente brasileño, Luiz Inacio Lula da Silva, redobla sus esfuerzos por crear un nuevo polo de poder mundial conformado por países emergentes. Se reunirán hoy y mañana en Brasilia los gobernantes de India, Sudáfrica, Rusia y China para exigir un mayor peso en las instituciones financieras internacionales, discutir acciones de cooperación para el desarrollo y dar opiniones sobre los temas de la paz y seguridad internacionales. México está excluido de estas reuniones y bien valdría la pena que nustra enclenque cancillería nos explicara por qué.

Primero se efectuará una cumbre de jefes de gobierno y de Estado del grupo IBSA (compuesto por Brasil, la India y Sudáfrica) y mañana de una del BRIC (Brasil, Rusia, la India y China), en la que más allá de los temas de cooperación dentro de cada bloque, habrá también una intensa agenda política centrada en Medio Oriente y el controvertido programa nuclear de Irán, entre otros puntos relativos a la paz y seguridad internacionales. La importancia de impulsar y pertenecer a este subgrupo dentro del G 20 es obvia. Veinte naciones representanun grupo demasiado grande y heterogéneo como para poder constituir una institución eficaz para la toma de decisiones globales. Es por o que los especialistas preven la formación de bloques al interior, y uno de los más impirtantes será el que conformen los países emergenstes Hasta hoy el G5, al cual pertenece México, cuamplia esas funciones, pero las cumbres que se efectúan hoy y mañana demuestran que eso pronto será historia. Apúntese este nuevo dislate a la larguísima lista de fracasos calderonianos

Por otra parte, no deja de ser lamentable la política exterior de Lula. Aunque el presidente brasileño se ha desempeñado bien en lo concerniente a los temas económicos y de política interior (siguiendo, debe decirse y reiterarse, los pasos marcados por su antecesor, Fernando Henrique Cardoso) en política exterior al presidente brasileño le han traicionado sus instintos de izquirdista sesentero. Aunque hizo buen en denunciar el golpe de Estado en Honduras, sus credenciales como defensor de la democracia global quedaron en entredicho con su apoyo irrestricto al régimen chavista, su infame visita a los hermanos Castro (poco después de la ominosa muerte de Orlando Zapata) y su cuestionable relación con Ahmedineyad, a quien Lula recibió en Brasilia con toda pompa y circunstancia poco tiempo después de que el dictador iraní se reeligiera mediante un sonado fraude electoral. ¿Pos en qué quedamos, Lula?

De ninguna manera se puede censurar al presidente brasileño por pretender marcar diferencias con Washington y convertir a Brasil en un interlocutor importante en el escenario internacional, con derecho incluso a un asiento permanente en el Consejo de Seguridad de las Naciones Unidas, en caso de que sea ampliado. Pero un mayor protagonismo exigirá a Brasil y al resto de las potencias emergentes mayores compromisos reales y no solo parciales y/o retóricos con el prevalecimiento de la democracia y el respeto a los derechos humanos en todo el mundo. Ahí es donde Lula ha fallado. Pr otra parte, es obvio que aunque el presidente brasileño no se reeligirá, sí que está interesado en promover la candidatura de su protegida Dilma Rouseff (una especie de reelección embozada) y para ello Lula hace uso de su estridente y equivoca política exterior.

Por el bien de Brasil y de su cada vez más importante posición internacional, ojalá el próximo presidente sea el socialdemócrata Serra

lunes, 12 de abril de 2010

Lech Kaczynski, in memoriam



El Oso Bruno recuerda al inefable presidente fallecido con el respeto que dicho sujeto se merece.

Dignidad Gitana



Todo chauvinismo es detestable, pero el húngaro es uno de los más insoportables. Ayer se celebraron elecciones en Húngría y la extrema derecha obtuvo el tercer lugar. Lástima por Húngría, un país tan merecedor de estima pero a la vez rehén de un nacionalismo radical despreciable. Muchos agumentarán que Hungría, como Polonia, ha sido vícitima de las viscisitudes de la historia, vecino de potencias ambiciosas y sanguinarias, esclava de imperios durante siglos, pero eso a estas alturas del siglo XXI me dice poco. Estos dementes del partido Jobbik (en húngaro "los mejores") sencillamente me sacan ronchas: antisemitas, antigitanos, anti eslovacos, anti euopeos, antiliberales y anti cualquier cosa que suene o huela a racionalidad. Sus feudos son los empobrecidos pueblos del nordeste rural del país. Su guardia de hierro la Magiar Garda, ridícula caricatura de las camisas pardas hitlerianas, integrada por ancianos y desempleaqdos famélicos que lucen, eso sí, boinas y camisas negras adornadas con el dibujo de un león y esgrimen porras de madera. Sus líderes repiten hasta la nausea el discurso facilillo que los demagogos de todas partes no se cansan de repetir: contra empresas multinacionales, banqueros, inmobiliarias judías que "expolian nuestra tierra" y políticos corruptos, tanto los socialistas gobernantes que salieron claramente drrotados como la centro derecha victoriosa.

Pero este repugnante club de imbéciles que es Jobbik dirige con especial ahínco sus baterías en contra de un blanco vulnerable y visible: los 600,000 gitanos de Hungría –el 6% de la población– que, con tasas de desempleo de hasta el 80% jamás han logrado adaptarse a la economía de mercado y al colapso de la demanda de mano de obra manual que abundaba con el comunismo. "Hay gente en este país que quiere tenerlo todo gratis; se excluyen del trabajo y se excluyen de la ley y el orden", dijo un tal Vona, máximo dirigente de este adefesio, "Y no me da miedo decir que son gitanos", alñadió con singular "gallardía" este sujeto en el cierre de su infame campaña.
Pero en ese momento sucedió algo histórico, dramático, que deberá pasar a los anales de la historia de la dignidad humana. Se puso de pie Radics Hajnalka, una madre gitana de 47 años, jornalera de la recogida de la uva y la única rom entre unos 200 asistentes al mitin. "¿Qué te pasa? preguntó ella al enardecido demagogo, "Yo nací aquí y trabajo tan duro o más que el resto de los húngaros, y te puedo asegurar que trabajo más por Hungría que un politiquete vividor y cínico como tú". Fue una intervención de extraordinaria valentía, en virtud al ambiente de intimidación y el odio sembrado por Jobbik en pueblos agrícolas. La mujer estaba rodeada de los fantoches de la dizque guardia húngara que han producido cobardemente una decena de ataques racistas contra gitanos en el último año y medio.
Acabado el mitin, algunos periodistas interrogaron a la gitana "Tuve que decir algo porque nadie en Hungría tiene la sangre pura; somos una mezcla". Y eso es, todos somos una mezcla, una implacable verdad que la estupidez racista de todos lados se niega a ver.

Lamentable el avance de estos sujetos en Hungría. Mal augurio para el este de Europa.

martes, 6 de abril de 2010

Los PIGS


Mucha razón tuvo Angela Merkel en denunciar la irresponsabilidad del gobierno griego y obligar a los países de la zona euro a acordadar que sea el Fondo Monetario Internacional (FMI) quien, en último de los casos, salga al rescate del gobierno heleno para evitar su bancarrota. De plano no entiendo a los euroentusiastas que denuncian la actitud firme de Merkel y se desgarran las vetiduras hablando de una "traición" a las tradiciones europeístas de Adenauer y Kohl. Es hora de la la UE se quite la venda de los ojos y vea claramente la ineptitud con la que suelen manejarse los países del grupo denominado despectivamente como los PIGS (acrónimo anglosajón para las iniciales de Portugal, Italy, Grece y Spain), que a diferencia de los BRIC (Brasil, Rusia, India, China) no se caracterizan por su potencial de crecimiento sino todo lo contrario: sus denominadores comunes son déficits fiscales elevados, bajas tasas de crecimiento, niveles de endeudamiento altos en relación con el PIB, tasas de inflación en constante incremento y costos laborales superiores al promedio de la eurozona.

¿Cuál fue el pecado de Merkel que tanto le reprochan ahora los euroingenuos? impuso numerosas y justificadas objeciones a cualquier operación que se asemejase a un rescate que fuese pagado mayoritariamente por los contribuyentes germanos. Bien hizo la anodina (pero firme cuando se lo propone) gobenante germana en dejarclaro ante el Bundestag que Grecia es la única responsable del castigo que ha sufrido de parte de los mercados financieros por sus políticas presupuestarias insanas y por haber falsificado reiteradamente las cuentas públicas y engañado a Bruselas. Y es que los PIGS tampoco se caracterizan por la claridad de sus manejos públicos. Italia y Grecia tienen los niveles de endeudamiento más altos de Europa 86% y 97% del PIB, respectivamente), mientras que este último país y España tienen los déficits fiscales más elevados (12.7% y 9.6% del también del PIB, respectivamente). Portugal se encuentra en una posición intermedia. Otro país que comparte algunas de estas características y a veces se incluye entre los PIGS es Irlanda (Hasta hay uien habla de los PIIGS), con un déficit fiscal alcanzó el 12.2% del PBI en 2009 aunque su nivel de endeudamiento es mucho menor.

Como se puede apreciar Grecia destaca y no precisamente por hacer las cosas bien, con un déficit fiscal insostenible y una deuda externa impagable con recursos corrientes y que, además, está denominada en una moneda que no puede emitir, al usar el euro como moneda, sus autoridades monetarias o pueden seguir políticas expansivas o devaluar. Entonces lo que hacen es extender las manitas y pdir dinero a los hermanos mayores. Eso no es justo, ya que Grecia ha maquillado sus cifras desde que solicitó su ingreso al Euro. Eso sí, se necesitan dos partes para que una mentira sea exitosa: quien la dice y el tonto que la crea. Nicht Wahr, arme Dummkopf?

lunes, 5 de abril de 2010

¿José Luis Rodríguez Zapatero llegará a fin de año?


¿José Luis Rodríguez Zapatero llegará a fin de año? Es la gran pregunta que se hacen los españoles, mientras persisten los rumores de posibles elecciones anticipadas. Desde su elección en 2008 la situación se complica constantemente para el líder socialista. Mientras el resto de Europa se encamina tímidamente hacia la reactivación económica España -como Grecia o Portugal- no consigue ver la salida del túnel: la tasa de desempleo ronda el 20%, el déficit público supera el 11% del PIB y el crecimiento seguirá siendo negativo en 2010, según el FMI. Ya hasta se habla en Europa (con toda la sorna del mundo, desde luego) de los PIGS, los remolones y acomodaticios y fiscalmente irresponsables países del sur de Europa: Portugal, Italy, Greece and Spain, verdaderos lastres para el desarrollo de la Unión Europea, esa es la verdad.

El gran problema del jefe del gobierno español reside en que adolece de los arrestos suficientes para iniciar las indispensables medidas de austeridad que urge aplicar a la economía española para evitar un eventual desastre a la griega. Recortar presupuestos podría costarle apoyo popular, sobre todo de los sindicatos, que ya lo tienen amenazado. Pobre España, tan huérfana de estadistas.

Los tontos de rigor de Javier Marías


Nadie como el estupendo escritor español Javier Marías para describir y lamentarse de esa clase de palurdos lamentables que son los solemnes sin remedio, los poseídos de su rectitud, los tontos de rigor que este blog desprecia tanto. Esos personajes que viven de tomarse las cosas demasiado en serio (sobre todo a si mismos) abundan, desgraciadamente, en los ambientes políticos y pseudointelectuales de México, país con escaso sentido del humor, así como en el submundillo ese de los opinadores profesionales. Dice Marías en su última colaboración para el EPS (Suplemento semanal de El País):

Es sorprendente, así pues, que en esta época mucho más afortunada y menos sombría esté proliferando un tipo de español solemne, envarado, ceñudo, poseído de su rectitud, que no sólo no tolera una chanza ni una exageración, sino que parece incapaz de detectarlas. Un individuo que se toma todo a pecho y al pie de la letra, dificultando así, cada vez más, la aparición de la sal de la lengua, su chispa y su gracia. Los columnistas lo sabemos bien: ojo con la ironía, no digamos con el sarcasmo y la hipérbole, porque abundan los lectores que no captan esos tonos, que todo lo entienden en su más estricta literalidad, y que, para nuestro pasmo, pueden acusarnos de defender lo que atacábamos o de atacar lo que defendíamos, si para hacerlo no hemos sido puerilmente frontales y hemos hecho uso de ese viejísimo recurso de la ironía.

lunes, 29 de marzo de 2010

Pobreza y compra de votos, los temas de fondo de una genuina reforma electoral democrática


Mucho me llama la atención que dentro de todo el alud de popuestas, contrapropuestas, opiniones, desplegados, análisis y reclamos que ha habido últimamente en los medios respecto a la reforma electoral se olvide que México es un país con profundas desigualdades sociales donde el fenómeno de la extendidísima pobreza es un distorsionante muy grave para cualquier democracia que quiera consolidarse en el país. La relaidad nacional es que aquí se compran los votos. Bajo esas condiciones, ningún mecanismo electoral o constitucional podrá garantizar comicios justos y democracia efectiva. Es por eso que en la propuesta que presentamos al Senado un grupo de, digamos, patriotas, incluimos la necesidad de corregir las distorsiones legislativas e institucionales que, si bien no son materia propia del ámbito electoral, lo afectan directamente y, en los hechos, anulan las condiciones imprescindibles para el desarrollo de contiendas equitativas, sobre todo por la intervención abierta o encubierta de recursos públicos provenientes de los gobiernos federal, estatales y municipales, así como por la persistente participación de los llamados poderes fácticos en las campañas políticas que, en la práctica, han adquirido cada vez mayor peso en la formación y en el ejercicio del poder público, en contra de los principios más elementales de la representación política democrática, situando por encima de los intereses generales la representación y promoción de intereses particulares.


Proponemos, en concreto, poner fin a la intervención apenas simulada de recursos ilícitos, provenientes de empresas, sindicatos y crimen organizado, para la promoción de candidaturas y, en efecto, para la formación y el ejercicio de los órganos del poder público, violando con ello la legislación electoral y los principios básicos para contiendas electorales transparentes y equitativas. Es fundamental si queremos que la democracia funcione en México maizar en la mayor medida posible el vicio clientelar. Y por democracia me refiero a cualquier democracia: presidencial, palamentaria, a dos vueltas, con reelección, bipartidista, multipartidista, etc. Nuestros más cándidos opinadores, anulistas, adalides ciudadanos y enamorados del sistema políticos suelen perderlo de vista, pero lo cierto es que es más importante para el fortalecimiento de un sistema verdaderamente competitivo fortalecer los mecanismos de revisión de las cuentas de los partidos, limitar de manera más eficaz los financiamientos privados, establecer topes de campaña más estrictos y castigar con mayor severidad los casos de flagrante o simulada compra de votos que decidir si reelegimos o no a los diputados, quitamos la representación proporcional o nos vamos a una segunda vuelta en los comicios presidenciales.


Desde luego, algo se ha avanzado en México en estos renglones, pero de ninguna manera basta. Con demasiada facilidad son burlados los topes de campaña. Es muy fácil simular y disfrazar la utiilización de recursos públicos con propósitos electorales. En México cambiar favores por votos es una prática masiva. El problema no es en absoluto baladí. El clientelismo es, ni más ni menos, una forma antidemocratica de dominación, basada en el control social que tiene lugar gracias a la pobreza y marginalidad. Y es en el interés de este clientelismo que lo beneficiarios de programas sociales no desarrollen una capacidad de autogestión ni que tengan éxito sus emprendimientos y proyectos, ya que la relación real con los beneficiarios se basa en la recepción pasiva de prebendas por parte de éstos. Estas prebendas son a su vez la base de la reciprocidad en el cumplimiento de instrucciones a los clientes de otorgar votos a sus benefactores.
La principal vinculación entre la exclusión social, la pobreza y clientelismo es el poder, el cual se da como coacción, es decir, como control de un grupo sobre otro expresado en la exclusión a favor de la inclusión de un grupo que ostenta el poder. Esto, bien lo sabemos, es moneda corriente en México y, obviamente, no es democracia. Entonces, ¿Por qué lo olvidamos con tanta facilidad?


Varias son las naciones que han procurado reformas y esfuerzos por lograr mayor transparencia en la gestión pública y mejor control sobre el financiamiento a las campañas y los topes a los gatos electorales para contribuir a disminuir el grave impacto distorsionador que tiene el clientelismo sobre la democracia. Sin embargo, para lograr un cambio real los ciudadanos deben orientar sus acciones hacia una distribución equitativa del poder, pensando en un empoderamiento ciudadano amplio y en la redefinición en un sistema de partidos anquilosado y obsoleto como el mexicano en uno mucho más abierto y genuinamente competitivo.