¡Qué desilusionado me tiene Alonso Lujambio! Este Oso saludó con entusiasmo el nombramiento de Lujambio como secretario de Educación Pública hace poco menos de un año por que pensaba de buena fe que un intelectual de su pretendida talla emprendería políticas agresivas y eficaces para combatir los graves rezagos educativos que aquejan al país, además que veía en él la posibilidad de una candidatura presidencial panista de corte más liberal e ilustrada de lo que pueden ofrecer el resto de los mediocres aspirantes albiazules (¡Qué impresionante páramo de liderazgos tiene el PAN!) Sin embargo, hoy me queda claro que Alsonso es un funcionario mediocre, conservador e indeciso que se ha limitado a bailar la música que le toca la maira Elba Esther y cuyo perfil como presidenciable se desdibuja cada vez más. El colmo de la displicencia de Lujambio como secretario la vimos a principios de año cuando el gobierno mexicano decidió cerrar la misión diplomática de México ante la Unesco y este señorito no dijo ni pío. ¿Conocía Alsonso la trascendencia del papel de México ante esta organización? ¿Conocerá este distinguido intelectual, de tan pedantes formas, cosas como que Torres Bodet fue el segundo Director de la UNESCO, del destacado rol de la Dra. Lourdes Arizpe como Subdirectora General para la Cultura de la organización, de que nuestro país tiene con 25 sitios declarados Patrimonio Cultural de la Humanidad, 4 declarados Patrimonio Natural de la Humanidad, 30 sitios declarados Reserva de la Bioésfera y 39 sitios están inscritos en la Lista Tentativa de Patrimonio Cultural o Natural de la Humanidad? . Quizá, y si no lo sabía seguro ya se lo memorizó con el alud de protestas que se han verificado a raíz de esta lamentable decisión.
Lujambio debió haber defendido a capa y espada la presencia de México ante la UNESCO, pero no lo hizo porque es un burócrata pusilánime. Hay quienes quieren ver en Lujambio, sobre todo en los círculos académicos afines a él, la posibilidad de construir una candidatura dizque ciudadana que procure impedir el regreso del PRI a Los Pinos. En ese sentido van muchas de las opiniones que hemos criticado aquí, como aquella de “la idea es que pierda el PRI” de la inefable Dresser. Sugieren que sí el PRI pierde elecciones estatales con “ciudadanos” de la laya de Moreno Valle o Miguel Ángel Yunes se le hará más difícil a este partido organizar su impresionante maquinaria electoral en el 2012 y lograremos el milagro de impedir que el dinosaurio vuelva a ocupar la presidencia. La pregunta, hoy más que nunca es ¿Para qué? ¿Para que los conservadores ineficaces y corruptos del PAN tenga otra oportunidad de perjudicar al país? No basta con enarbolar la bandera de una presunta “política ciudadana” y tratar de inventar en el pusilánime de Lujambio una “genuina opción ciudadana” que, como el todo el mundo sabe, basará sus aspiraciones en la enorme influencia de esa ciudadana ejemplar que es Elba Esther Gordillo. Alonso Lujambio es un político conservador de limitadas miras y muy magros resultados. No representa ni una opción ciudadana ni una mejora sustancial frente a lo que puede ofrecer el PRI. No hay que dejarse engañar.
Lujambio debió haber defendido a capa y espada la presencia de México ante la UNESCO, pero no lo hizo porque es un burócrata pusilánime. Hay quienes quieren ver en Lujambio, sobre todo en los círculos académicos afines a él, la posibilidad de construir una candidatura dizque ciudadana que procure impedir el regreso del PRI a Los Pinos. En ese sentido van muchas de las opiniones que hemos criticado aquí, como aquella de “la idea es que pierda el PRI” de la inefable Dresser. Sugieren que sí el PRI pierde elecciones estatales con “ciudadanos” de la laya de Moreno Valle o Miguel Ángel Yunes se le hará más difícil a este partido organizar su impresionante maquinaria electoral en el 2012 y lograremos el milagro de impedir que el dinosaurio vuelva a ocupar la presidencia. La pregunta, hoy más que nunca es ¿Para qué? ¿Para que los conservadores ineficaces y corruptos del PAN tenga otra oportunidad de perjudicar al país? No basta con enarbolar la bandera de una presunta “política ciudadana” y tratar de inventar en el pusilánime de Lujambio una “genuina opción ciudadana” que, como el todo el mundo sabe, basará sus aspiraciones en la enorme influencia de esa ciudadana ejemplar que es Elba Esther Gordillo. Alonso Lujambio es un político conservador de limitadas miras y muy magros resultados. No representa ni una opción ciudadana ni una mejora sustancial frente a lo que puede ofrecer el PRI. No hay que dejarse engañar.