miércoles, 13 de enero de 2010

El triste consuelo de no ser haitiano


Haití es uno de esos lugares que medio lo reconcilian a uno con eso de ser mexicano. "Es el destino del pueblo haitiano es sufrir", comentó celebremente en alguna ocasión Jean Claude Papa Doc Duvalier que algo supo del tema habiendo sido precisamente él el principal instigador del sufrimiento haitiano durante su larga y sanguinaria dictadura. Por eso la próxima vez que reciban una mala noticia del país (dentro de los próximos 15 minutos como promedio, calculo yo) sólo piensen "bueno, podríamos ser haitianos". O "Sí, bueno, pero jodidos, jodidos, lo que se dice jodidos, los haitianos"

Edwige Danticat, escritora de origen haitiano radicada en Estados Unidos, alguna vez hizo notar que Haití es uno de esos lugares que sólo interesan al mundo y a los medios cuando le ocurre alguna desgracia, lo cual no es poco frecuente. México, en cambio, hasta se da el lujo de dar buenas noticas....a veces....sí...a veces. Claro, mal de muchos, consueo de tontos dián algunos. Pero ¡qué diablos! demos las gracias de que no somos haitianos.

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