sábado, 22 de agosto de 2009

White House Reveals Obama Is Bipolar, Has Entered Depressive Phase

Schoking Annoucement!

Lula y su muy cuestionable política exterior.


Un amable lector me envía un cuestionario que con mucho gusto le respondo:


1. Qué liderazgo puede ejercer Lula en la actual crisis entre Colombia, Ecuador y Venezuela?
Uno vital. Brasil es indiscutiblemente el indiscutible líder regional en momentos en que los otros dos gigantes latinoamericanos, México y Argentina, han renunciado a cualquier tipo de protagonismo o relevancia internacional. Brasil por sus elevadas perspectivas de crecimiento económico y cada vez mayor solidez institucional de su democracia ya no tiene rival. Posee una autoridad moral irrebatible.

2. Relacionado con el primer punto, ¿cuál es el rol que juega Lula en la UNASUR en la crisis que se vive actualmente, generada por la próxima presencia estadounidense en territorio colombiano?
Brasil dice que trata de mantenerse equidistante entre Estados Unidos y el liderazgo que pretende tener Hugo Chávez con sus aliados del ALBA. Sin embargo, en la última cumbre de UNASUR tal imparcialidad quedó en entredicho al denunciar el presidente brasileño la presencia norteamericana en Colombia y no decir nada sobre el evidente apoyo que brindan a la guerrilla colombiana Ecuador y Venezuela en una grave intromisión en los asuntos internos colombianos de estos dos vecinos.

3. ¿Considera que el presidente brasileño se está convirtiendo en una especie de freno al liderazgo del presidente Hugo Chávez?
Creo que Lula se está quedando corto frente a las pretensiones chavistas. Es demasiado condescendiente con las estridencias y arbitrariedades del gobierno venezolano. Lula debería ser el portaestandarte de la democracia en América Latina y como tal debería mostrar mayor preocupación por los atentados contra la democracia que se perpetran cotidianamente en Venezuela y no limitarse a denunciar lo que pasa en Honduras.

4. ¿Qué papel puede jugar el biocombustible brasileño ante el petróleo venezolano?
Desde luego que el desarrollo e los biocombistibloes será fundamental en el desarrollo económico de Brasil y el replanteamiento geoestratégico futuro de la región, pero aún más que ello destaca el descubrimiento de importantes pozos submarinos dentro de la zona marítima exclusiva brasileña que pronto harán de este afortunado país una potencia exportadora petrolera que competirá con Venezuela y con lo que queda de la capacidad exportadora de México.

5. ¿Lula se podría convertir en un tipo de mediador para las tensas relaciones que se manejan entre Latinoamérica y el gobierno estadounidense de Barack Obama?
Debería, pero para ello debe abandonar su postura tan condescendiente con Chávez.

6. ¿Cómo evalúa, hasta este momento, el papel regional que ha realizado el presidente Lula?

No me gusta su excesivo y anquilosado “antiyanquismo”, su postura en la crisis colombiana me parece parcial, me preocupa que haya declarado su intención de no reconocer al gobierno hondureño que resulte electo en las elecciones de noviembre (que serán supervisadas por la OEA) y no entiendo su silencio sobre la intención manifiesta de Chávez de instaurar una dictadura en Venezuela.

viernes, 21 de agosto de 2009

La Hora de "Juanito"

Esta en las manos de Rafael Acosta Ángeles “Juanito” hacerle un gran servicio a la incipiente democracia mexicana negándose a renunciar al gobierno de esa filial del averno que es la Delegación Iztapalapa, poniendo así en el mayor de los ridículos a Andrés Manuel López Obrador, retorcido politiquillo demagógico y vulgar cuya presencia tanto perjuicio hace a la izquierda.

Fíjense que Juanito y yo casi tenemos algo en común: ser extras en una película de ficheras y encueratrices del productor Guillermo Calderón Steel quien, siendo amigo de mis padres, me invitó a participar como cliente de cabaret en una de sus joyas cinematográficas cuando yo no cumplía aún ni los 18 años. Yo me rajé a la mera hora, pero Juanito sí que le entró a eso de la actuada ficheril y podemos verlo en Perfumadas al lado ni más ni menos que de El Caballo, Lyn May, El Güero Castro y Rafael Inclán. La película cuanta la muy original historia de un atraco que comete una banda de malhechores que comanda Rafael Inclán mientras el hoy celebérrimo Juanito está en un cabaret chupando con sus cuates y bailando con “las chicas del tacón dorado”. El punto culminante en la carrera cinematográfica del delegado electo ocurre cuando los maleantes irrumpen en el cabaret y el heroico Juanito le da un botellazo al hijo de Alfonso Zayas.

Pues bien, este surrealista y magnígfico personaje que también le hizo al luchador, al comercio ambulante y a la deleznable grilla perredista, gracias a un torcido y ya histórico enjuague que se le ocurrió al Peje, va a encabezar una zona urbana de más de tres millones de habitantes. Últimamente se le ve tentado a incumplir la palabra que le dio a AMLO de renunciar para abrirle camino a una de esas "finas" damas de las que abundan en el PRD. Como ex actor, por muy de reparto que haya sido, a Juanito le gusta los reflectores y añora la fama. Tuvo sus warholianos 15 minutos, pero quiere más, evidentemente azuzado por los medios de comunicación y por los no escasos enemigos del Peje. Incluso si Ebrard es inteligente un poco maquiavélico debe estar animando al ex compañero de créditos de la inolvidable Lyn May a quedarse con chico huesesote que le cayó al suelo gracias al merolico de Macuspana. Es obvio que si Juanito decide quedarse, lo que queda de prestigio (no mucho) del Peje se vendría abajo. ¡Un grotesco papelito! ¡Qué oso (y no Bruno, conste)! ¡A reírse de AMLO hasta el extenuación tanto tirios como troyanos hermoso espectáculo que devaluaría el vil liderazgo de este señor….

¡Juanito, haz Patria: quédate de delegado!

jueves, 20 de agosto de 2009

¡Chin' su madre la gripe porcina!

Estupendo documental. No tiene pierde.

Uribe debe resistir la tentación


Avanza incontenible en Colombia la reforma constuitucional que abriría la puerta al Presidente Álvaro Uribe a un tercer mandato presidencial consecutivo. Aunque los logros de sus gobiernos, sobre todo en el tema del combate al terrorismo, son innegables y el balance general de su gestión es positivo, sin carecer de algunos graves yerros (y muy muy a pesar de lo que diga la progresía vernácula), el señor debe irse. Uribe debe tener la sabiduría que en su oportunidad tuvo como Cardoso y hoy exhibe Lula al negarse a buscar un tercer mandato. A estos dos estadistas brasileños les preocupa más el urgente fortalecimiento institucional de sus países que la engañosa y fugaz gloria personal. Lula, pronto a finalizar su segundo y último período el primer día de 2011, descarta un tercero con sólidos argumentos: "No creo en la palabra insustituible. No existe nadie que sea imprescindible. Cuando un dirigente político piensa que es imprescindible, que es insustituible, comienza a nacer un dictadorzinho ". Esto lo dice muy apesar de la cohorte de aduladores que invariablemente rodea a los presidentes de cualquier parte. A Lula le zumban en el oído los sicofantes : Pero señor presidente, ¿Es oportuno que deje el Palacio del Planalto después de haber colocado a Brasil entre los grandes del mundo? Hasta el momento el mandatario brasileño ha resistido Álvaro Uribe debe hacer lo mismo por el bien de Colombia y para evitar estropear irremediablemente su legado político.

La hybris del poder cala muy hondo en una región de cultura autoritaria como lo es la latinoamericana. Hoy se multiplican los casos de mandatarios que ambicionan pepetuarse en el gobierno. El caso de Chávez es el más dramático, pero tenemos tambien al pelagatos infame de Ortega intentándolo en Nicaragua, a Evo y Correa que se apresuraron a imitar a su mentor venezolano, a Zelaya le salio mal la intentona. Por ahí varios están tentados. Los Kirchner recurrieron al curioso expediente de la "reeleción matrimonial", con catastróficos resultados. Ojalá Uribe haya entendido el mensaje que le dio Obama en la Casa Blanca al día siguiente del golpe en Honduras cuando, tras no despejar dudas sobre una nueva reforma de la Constitución colombiana para ser candidato a una segunda reelección, le preguntó al presidente norteamericano por qué no sucedía eso en los Estados Unidos. "Porque, después de dos períodos de cuatro años la gente tiende a hartarse, obtuvo como puntiual espuesta. César, Napoleón, Alejandro y Carlo Magno, de todos ellos sólo hubo uno. Y eso ya fue demasiado...

martes, 18 de agosto de 2009

El lapsus freudiano de Heriberto Yépez









¡Qué equivocados están aquellos quienes, como Heriberto Yépez en el Mileño semanal, se amparan en un sicologismo trasnochado para confundir la grandeza de saber burlarse de sí mismo con la obsesión por autodenigrarse!

Se autodenigra quien se toma a la vida y a sí mismo demasiado en serio. Para quien va por la vida prodigando solemnidades todo es melodrama. Sólo se sabe burlar de sí mismo quien por madurez e inteligencia está seguro de sí mismo. Hay un abismo de diferencia entre una cosa y la otra. Pueblos exitosos como el británico, el norteamericano y el francés saben reírse de sí mismos. Pueblos atosigados por sus complejos, como el mexicano, son los que se autodenigran con toda solemnidad. No se confunda. Ah, y señor Yépez, deje descansar de una buena vez al maestro Freud en Paz.

Lean lo que le dijo Yépez al Mileño Semanal:

Educar significa reiterar nociones hasta que queden aprendidas. Del desastre educativo hay dos grandes responsables hoy: el catolicismo y la televisión. La forma en que ambas educan diariamente al mexicano lo vuelven impotente, alguien que se burla de sí mismo, un medio-ser incapaz de tener sexo placentero o de pensar por sí mismo, un idiota emocional, orientado al pasado, es decir, atemorizado(¡¡¡¡¡¿¿¿¿????!!!!). El mexicano tiene miedo de su fuerza; la condena. En el pasado fue castigado por intentar usarla; hoy se castiga él mismo. Y cuando alguien o algo llama a hacer un cambio drástico todos lo sofocamos para evitar el “castigo”, el cambio es visto como una amenaza. Queremos “seguridad”, es decir, que todo nos resulte “familiar”. Eso es lo que el PRI nos da: lo ya conocido. Si algo cambia, el mexicano siente que su mundo se va a acabar. Por eso es conservador.

Y su noción de “ironía" es sencillamente ridícula:

Lo irónico niega algo, afirma lo que niega y reitera lo que critica; es una obediencia a regañadientes. “Uy, qué gobierno tan eficiente” significa “qué gobierno tan corrupto”, pero no se dice abiertamente, sino entre líneas, con amargura.

lunes, 17 de agosto de 2009

La gazmoña y torpe derecha española


Hablábamos en el post anterior de lo anodinos que son los políticos alemanes. Pues bien, los españoles son pedestres. De quinto patio se ha convertido la política española. En las últimas semanas se ha establecido un duelo ridículo de descalificaciones y ofensas que sonrojaría al más pedestre de los mecapaleros. ¿Dónde quedaron políticos de altura del tipo de Adolfo Suárez y Felipe González? Vamos, tan grave es la cosa que hasta el antipático de Aznar se hace extrañar. Hoy se escuchan cosas como que el gobierno de José Luis Rodríguez Zapatero es una "dictadura" del tipo del orangután Chávez y que Mariano Rajoy es el "padrino" de una mafia política. Ambas afirmaciones provienen de legisladores y funcionarios españoles ávidos de hallar los términos más vejatorios, con el solo fin de lastimar la imagen de unos adversarios que a poco se encuentran ya de transformarse en enemigos.

Los cruces verbales son ya una rutina diaria en España. Al calor de la crisis económica más profunda desde el retorno de la democracia a este país y de los escándalos de corrupción que golpean indistintamente a sus dos principales partidos, el intercambio de ideas, propuestas y críticas entre socialistas y populares parece haber dado lugar a un ida y vuelta de insultos, amenazas y caricaturas agraviantes. Y si bien no existe una fecha precisa del inicio de este intercambio, sí se puede hablar de un "epicentro" capaz de explicar y resumir la gravedad de los actuales temblores: las denuncias de la secretaria del PP, Dolores de Cospedal, acerca de presuntas escuchas telefónicas del gobierno a funcionarios de su partido, no investigados por corrupción. Ese es el punto alrededor de cual circulan todas las controversias.

Quizá animada por la exoneración judicial parcial de su correligionario Francisco Camps, cara visible del que es conocido como “el caso Gürtel”, la dirigente popular arremetió contra el gobierno de Rodríguez Zapatero. Lo acusó de haber instaurado en España un "Estado policial" cuya meta sería "utilizar a las instituciones, a la fiscalía general, a la policía judicial, a los servicios del Ministerio del Interior y al Centro Nacional de Inteligencia" a la merced de los más elevados funcionarios del Partido Socialista Obrero Español (PSOE). El problema es que esta chaparrita no presentó prueba alguna de sus graves afirmaciones. Eso sí, el victimismo de los populares ha llegado al extremo de que sus dirigentes amenazan con apelar a las mayores instancias europeas para denunciar la “persecución “de la que son objeto.

El amplio espectro y calibre de este ataque, sin precedente desde la restauración democrática, que Cospedal cree hoy "en grave riesgo", motivó la reacción visceral del oficialismo, que, sin poder ignorar el tenor de estas declaraciones, optó, a través de sus voceros, por pedirle el retiro de la vida política a la enconada dirigente, por su parte, y muy a pesar de las potenciales heridas judiciales y políticas que las declaraciones de Cospedal pueden provocar, los representantes más encumbrados del PP prefirieron hacer caso omiso de los tibios llamados a la cordura que se escucharon por estos días. Y decidieron redoblar la embestida contra el PSOE con el visto bueno de su resistido líder, Mariano Rajoy.

Así, cuando las declaraciones de Cospedal aún recalentaban la atmósfera nada vacacional de este atípico agosto, otro funcionario popular, el ignoto vicesecretario nacional para Asuntos Territoriales, el siempre rijoso Javier Arenas, calificó públicamente de "dictadura" al gobierno de Rodríguez Zapatero por "perseguir a la oposición" y "crear un clima político irrespirable" en el país.

Este segundo agravio encontró en el PSOE otra respuesta instintiva que volvió a colocar a esa fuerza política a la rasante altura de lo que alguna vez había sido un debate. Por su parte Fátima Aburto, diputada socialista por Huelva, llamó "loro" a Arenas mientras otros de compañeros de partido no dudaron en llamarlo "canalla" y en señalar a Cospedal como una mujer que sobresale por su "altanería, gallardía y prepotencia".

Sobre todo, extraña que los populares, quienes deberían de gozar de una abrumadora ventaja en las encuestas dada la mala gestión de Zapatero ante la crisis, se abracen de estas nimiedades para crear polémicas tan rijosas como improductivas. ¡Qué cierto es aquello de que la derecha española es una opción política gazmoña, atada a un conservadurismo aldeano! Mi compadre el tigrío, destacado ideólogo panista (el único, quizá), me comentaba hace poco de un libro que está leyendo en donde ponen como cuero de cochino a la derecha española “La Derecha contra el Estado”, me dijo que se llama, por excesivamente conservadora, aldeana e insustancial, adjetivos por cierto que le quedan como anillo al dedo a nuestro PAN. Los socialistas españoles podrán ser un desastre por su frivolidad y señalada incompetencia, pero la oposición está hundida en el fango.

Sehr Laaaaaangweilig....


Empezó una tediosa campaña electoral en Alemania, con candidatos de los más pazguatos, proliferación de clichés en todos los partidos contendientes y apatía generalizada del electorado. Aunque los alemanes nunca se han distinguido por su colorido ni por ser precisamente de los más divertido (Katoffeln), en esta ocasión se están pasando de la raya. Las cosas están más de güeva que de costumbre. Tanto la actual canciller Merkel como el petardo candidato de los socialdemócratas están para llorar.

Antes al menos había personalidades de mayor talla intelectual y política. Pienso en Adenauer, Brandt, Schmidt, Strauss, Heuss, Scheel, todos ellos eran otra cosa, algunos intelectuales, otros carismáticos, todos estupendos políticos. Más tarde vino el dueto Kohl- Genscher, más de flojerita, pero que fueron capaces de reunificar al país. Más recientemente hubo otra pareja interesante, la de Schroeder-Fischer. Pero hoy tenemos a una regordeta de personalidad simplona, muy “bauerin” ella, Angela Merkel, que me recuerda a mi germanota ex mujer (y no es un halago, créanme). Esta señora gobierna al país por casualidad. Quien debería ser el actual gobernante germano, el ese sí destacado político Wolfgang Schäuble, cayó víctima de las travesuras del gigantón Kohl. Y no es que bauerin Merkel sea del todo una mala gobernante, de hecho ahí la ido llevando, pero la mujer tiene menos carisma que un ostión. No me gusta, que quieren.

Y de los socialdemócratas, ni hablar. Agonizan. Sólo en México un grupo de juniorcillos snobs se le ocurre llamarse Partido Social Demócrata. La cosa esta depasse, entiéndalo. ¿Existe aún una razón para votar al SPD?, se pregunta esta semana Der Spiegel. Ich glaube nicht.

Los que tienen un poco más de má chiste son, como siempre, los verdes y los demagogazos de Die Linke (la Izquierda), los primeros desde su aparición en la escena política alemana se han encargado de ponerle la sal y pimienta, pero ya sin el gran Joschka Fischer empiezan a declinar; los segundos tienen a Oskar Lafontaine, apodado por este Oso el “Muñoz Ledo alemán" por se un sujeto tan megalómano, oportunista, demagogo y mentiroso que su par mexicano (no sé si tan alcohólico). Eso sí, al menos tiene personalidad.¿Esperanza para el futuro? ¡Sí la hay! Y es simpático, inteligente y gay alcalde de Berlín Klaus Wowereit, mi “gallo rosa” para el 2013

sábado, 15 de agosto de 2009

Obama abre la caja de Pandora




El del bienestar público es un tema imposible en el debate político gringo. Hoy el New York Times presenta un interesante resumen de la infortunada historia de los fracasados intentos por emprender una reforma a fonde de uno de los sistemas de salud más ineficientes del mundo. Hay que reconocer en Obama la valentía de abordar un asunto que sólo le dará dolores de cabeza e, indefectiblemente, le restará popularidad. El problema cardinal: el exceso de grupos de interés que pululan en torno a la salud pública en un país que dice aborrecer las intromisiones gubernamentales y la burocracia, pero que tolera de bien grado las onerosas y constantes intromisiones burocráticas de las aseguradoras privadas.

Según el repaso del NYT, la campaña del presidente Obama para reformar y mejorar el sistema de salud es un vigoroso episodio de una historia que se remonta a Theodore Roosevelt y al año 1912. No salió bien un siglo atrás, como no salió bien en todos los intentos sucesivos de reforma y, seguramente, no saldrá bien ahora. TR convirtió al sistema de salud en un tema importante de su última campaña electoral, que jugó como independiente a los dos grandes partidos, y perdió. No ha cambiado el problema básico: lograr un sistema de salud asequible para todos los estadounidenses.

La amplia propuesta de Obama, que le deja todos los detalles al Congreso, tiene poco en común con el proyecto de 1,300 páginas que el presidente Bill Clinton ni siquiera consiguió que se votara en 1993 en un Senado demócrata y que fue responsabilidad de elaborar de la enonces primara dama Hullaey Clinton. La estrategia de Obama se articula con la idea de evitar los errores que Clinton cometió al enfrentar al Congreso con una ley mastodóntica y esencialmente al decirles a la Cámara de Representantes y al Senado que la aprobaran o la rechazaran sin más. Clinton amenazó con vetar cualquier ley que no garantizara asistencia médica universal. Y no le ofrecieron nada para vetar. El equipo de Obama ignoró parte de esa lección cuando el presidente presionó para que la Cámara baja y el Senado aprobaran una ley antes de que el Congreso entrara en el receso de verano, para que de ese modo pudieran negociar una versión final cuando reanudaran su actividad en septiembre. La presión creó una meta que los demócratas no pudieron cumplir y que engendraba el riesgo de un revés psicológico innecesario. Ahora dice que no era tan importante, y que en realidad lo que quiere es una ley de reforma para fin de año, que dé seguro médico a todos los estadounidenses y reduzca los costos médicos.

Se trata de un tema que implica un ingente riesgo político. Franklin D. Roosevelt quería un seguro nacional, pero, incluso con el poder que tenía en el Congreso de la era del New Deal, no se atrevió a hacerlo depender del Programa de Seguridad Social en 1935, por temor a perder el programa completo. Harry S. Truman impulsó la propuesta en un Congreso que la rechazó. Aunque Dwight D. Eisenhower era reacio a la idea de un sistema de salud nacional, intentó que el Congreso respaldara un programa de seguros médicos para apuntalar a las aseguradoras privadas y conseguir cobertura para los pacientes de alto riesgo y para los necesitados. El Congreso le dijo que no, dos veces. John F. Kennedy empleó el sistema de salud como tema principal de su campaña de 1960. Se concentró en lo que se denominaba asistencia médica para los ancianos (Medicare). No logró la aprobación del Congreso. Lyndon B. Johnson lo consiguió, pero aun con su legendaria pericia legislativa y la arrasadora mayoría demócrata en el Congreso después de las elecciones de 1964, le insumió más de un año de duras pulseadas conseguir la aprobación del sistema Medicare. Tuvo una dura confrontación con los demócratas conservadores, un problema semejante hoy al de Obama.

Esa única victoria importante del sistema de salud fue una excepción en la pauta de empezar cada intento desde cero en vez de desarrollar las propuestas anteriores. Proporcionaba un seguro de salud gubernamental a los 65 años, dependiente del área de Seguridad Social. Una cobertura más amplia, algo que tanto Franklin D. Roosevelt, Truman y Johnson hubieran deseado lograr, estaba fuera de su alcance en el terreno político. Y también fuera del alcance del republicano Richard Nixon, que propuso un seguro de salud universal en 1974. La iniciativa gozó de apoyo bipartidario, pero luego explotó el caso Watergate y...

jueves, 13 de agosto de 2009

Hugorila y sus "vientos de guerra"


¡Ya le urgía a Hugorila reactivar el mito del peligro imperialista! Tras la asunción de Obama, instrumentador de una política exterior más abierta e inteligente que la de su zafio predecesor, al presidente venezolano se le agotaban los argumentos para reforzar el pretexto de "la amenza imperial", principal sostén "ideológico" de las arbitrariedades tanto de la decadente dictadura castrista como de régimen su estridente y demagógico. Ahora salió con la vaina de que "percibe vientos de guerra" derivados de la decisión del gobierno de Colombia de permitir el uso de siete de sus bases a militares de los Estados Unidos para reforzar el combate al narcotráfico.
El presidente Alvaro Uribe, ausente de la cumbre de Unasur, emprendió en forma previa una gira por varios países para aclarar que nada debían temer. No pareció convencerlos, pero al menos rebajo en algo eventuales tensiones. Por su parte, la Unasur hizo evidente que cada vez son más marcadas las diferencias entre los presidentes cercanos al liderazgo prudente de Brasil y quienes se adhieren a los excesos habituales en el vozarrón de Chávez. En el documento final no hubo una condena al acuerdo de Colombia con los Estados Unidos, razón por la cual quedan esperanzas de que todo vuelva a la normalidad o, en realidad, a aquello que en América latina puede llamarse normalidad: confrontaciones verbales.
Quienes hoy reprochan la "intervención" gringa en Colombia y la denuncian como una nueva y flagrante intervención imperial en los asuntos internos de este país sudamericano olvidan que en los últimos meses se ha hecho obvia la complicidad de los gobiernos de Ecuador y Venezuela en el devenir político interno colombiano. ¿Por qué la progresía no denuncia nada al respecto? ¿Dónde quedó el sacrosanto respeto a la soberanía por parte de Hugorila y su palafranero Correa?
Tampoco deja de llamar la atención que Chávez aviente bravatas justo cuando crece en forma notoria el narcotráfico Venezuela con el uso de aeropuertos clandestinos para trasladar la droga proveniente de Colombia. A ningún "progre" se le ocurre preguntarse qué haría Hugorila para combatir el narco si Colombia no recibiera ayuda norteamericana.

Mientras tanto en México, tras su minicumbre norteamericana de Guadalajara en la que se reunió con su lamentable anfitrión y el primer ministro de Canadá, Obama daba señales de empezar a entender las actitudes de algunos presidentes de la región: "Los mismos críticos que dicen que los Estados Unidos no han intervenido lo suficiente en Honduras dicen que nosotros siempre estamos interviniendo y que los «yanquis» tienen que salir de América latina. Eso indica cierta hipocresía". Es cierto. La región debería ser más madura para resolver sus problemas y no esperar, como después del golpe en Honduras, que aquel al cual no dejan de mirar con desconfianza traiga la solución. Esta es una de las muchas cosas que el retrógrado socialismo del siglo XXI, no entiende.
Debemos preocuparnos no sólo por las intervenciones de Estados Unidos en los asuntos del subcontinente, sino también por las groseras intromisiones de los dictadorzuelos de la región y sus simpatizantes. Bueno es preocuparse por las bases norteamericanas en Colombia, pero también lo es hacerlo por lo poco que hacen algunos gobiernos dentro de sus propios territorios para evitarlas. Es decir, por combatir el narcotráfico. En ese aspecto y otros, siempre es más fácil ver "la viga en el ojo ajeno".