Jorge Castañeda señala atinadamente en su artículo de ayer en Reforma el muy probable triunfo de Barack Obama: "un país conservador -todavía con algunos tintes racistas, antiintelectual como pocos y dotado de una proclividad recurrente por el simplismo- está próximo a elegir Presidente a un intelectual negro progresista y de historia personal compleja". Tiene razón este intelectual tan mal comprendido por la mayor parte de sus supuestos colegas cuando encabezó un movimiento determinado a abrir más y mejores cauces ciudadanos a la política en México. aunque este Oso nunca ha sido fan de Obama, no deja de darnos gusto que, a fin de cuentas, un negro intelectual y exquisito sea presidente de Estados Unidos. Eso sí, tuvo que suceder una debacle financiera para lograrlo. Hasta hace todavía tres o cuatro semanas todo apuntaba a una victoria del viejo Mac, pero, a fin de cuentas, el milagro está sucediendo. Festejemos (aunque un poco por adelantado, a ver que pasa) lo positivo de un triunfo de Obama, que no es poco.
jueves, 9 de octubre de 2008
miércoles, 8 de octubre de 2008
¡Ya no Hay Líderes!
El debate de ayer lo ganó Obama. Ante la debacle fianciera, la estrategia de McCain de hacer de las elecciones un referéndum sobre la poca confiabilidad y falta deperiencia de Obama fracasa ante la monumental ineptitud de la administración de Bush Jr. (después de todo, de catadura republicana) y, sobre todo, a la poca energía y decisión que transmite la personalidad de McCain frente al inegable carisma del candidato demócrata. Esta diferencia se ppercibió de manera clara en el segundo debate. Ahora a los republicanos sólo queda jugar la carta de la campaña negattiva. "Obama es peligroso para Estados Unidos". "Obama es peligroso para la economía: propone aumentar los impuestos, gastos históricos y un enorme incremento de regulaciones que obstaculizarán la actividad empresarial". "Obama es una apuesta riesgosa en un mundo hostil". Pero ante las dimensoiones de la catástyrofe financiera, quiza las táticas de enlodamiento ahora no funcionen e, incluso, sean contraproducentes.
Sin embargo, a un mes de las elecciones, lo cierto es que aún no ha surgido un líder capaz de llenar, de alguna manera, el vacío de poder que ha dejado Bush Jr. tras su incompetente manejo ante la actual crisis. Desde los más lejanos rincones se siguieron las primarias, las convenciones partidarias y ahora la lucha entre los candidatos John McCain y Barack Obama, republicano y demócrata respectivamente, con el condimento que surgió con la aparición pública de los aspirantes a la vicepresidencia: Sarah Palin, una joven de fuerte personalidad, gobernadora de Alaska, y uno de los más valorados senadores, Joe Biden. Todos son factores que desde hace un año suman para aumentar el interés en la vida política (es tradicional la indiferencia y la abstención electoral promedia el 40%), especialmente alimentado por las polémicas guerras de Afganistán e Irak y las tensiones con Corea del Norte, Irán, Pakistán, Venezuela y Bolivia. Pero hoy el tema central radica en la grave crisis económica que afecta a los estadounidenses. El contribuyente sufre la situación que se refleja en todos los terrenos de la vida diaria. Las tiendas exhiben una baja alarmante en ventas. Hoy los cada vez menos frecuentes clientes son atendidos con comodidad y sin esperas. Dicen que ya no es necesario hacer reservas de entradas o mesas en restaurantes, cines o teatros.
El consumo ha descendido a cifras que nadie imagina. Se iniciaron los despidos masivos (cerca de 250 mil en semanas recientes), se cortaron los créditos y existe un verdadero "default" general. Grandes empresas de crédito para vivienda cerraron, cayeron los grandes bancos de inversión, tiemblan y buscan ayuda las más gigantescas aseguradoras y algún banco comercial intenta alianzas, mientras la gente ve la "espada de Damocles" de la desocupación sobre sus cabezas o la baja de sus ingresos. Pocas cosas marchan bien. El ciudadano estadounidense se vuelca ante el actual panorama hacia el poder político. Pero las soluciones no llegan y aumenta la desesperanza y el descreimiento.
Dubya sigue en una pendiente que marca los índices más bajos de popularidad en el historial presidencial. Las guerras, las reiteradas violaciones de los derechos humanos -escuchas clandestinas, torturas a prisioneros, falsos informes de los servicios de espionaje-, la notoria soberbia para oír recomendaciones de mandatarios de países amigos o de asesores del propio gobierno, han sumado sólo piedras para el final de su mandato. En los últimos días, Bush mantuvo reuniones con jefes partidarios y jerarcas económicos. Pidió, casi rogó, a los legisladores que dieran aprobación al proyecto de "rescate" para la crisis económica que colocaba en plaza 700 mil millones de dólares. La Cámara de Diputados desoyó en principio esos ruegos y el lunes votó negativamente la iniciativa. Recién ayer, tras largas negociaciones, dio el sí al rescate. Gallup le dio un 68% de opiniones negativas a su actuación durante la crisis. Pero la impopularidad no afecta únicamente a la rama ejecutiva, se extiende también desde hace largo tiempo hacia el Congreso de mayoría demócrata -que tiene solamente un 16% de respaldo- sobre todo tras el desastroso discurso de Nancy Pelosy cuando "defendió" el plan de salvamento ante la Cámara de Representantes, calificado por mucho como "verdaderamente idiota".
Pero lo inquietante y que más alarma frente a la actual situación general, es la falta de liderazgo en todo el espectro de las actividades. Las palabras de los "hombres fuertes" de las finanzas, el presidente de la Reserva Federal, Ben Bernanke, y el jefe del Departamento del Tesoro, Henry Paulson, cayeron en saco roto. Nadie pensó en apoyar su iniciativa de salvataje tal como venía y así fue rechazada el lunes. Muchos congresistas no querían verse involucrados en una ley que aparecía como pensada más en salvar a grandes bancos que en los contribuyentes, y más con las elecciones a poco más de un mes. Esta iniciativa constaba de unas tres carillas con las medidas aconsejadas y ayer se aprobó una ley con unas 450 páginas con agregados inverosímiles.
También los candidatos presidenciales, McCain y Obama, hicieron en su momento una aparición pública para demandar el voto de sus correligionarios en el Congreso. Ambos suspendieron sus campañas políticas para trasladarse al capitolio e interponer su "influencia" para que sus colegas votaran. El carismático discurso de Obama chocó contra la pared legislativa como todos; McCain, héroe de guerra y político experiente, también vio frustradas sus aspiraciones. Y el "No" fue la primer respuesta de Diputados. Sin duda, esto representó una categórica demostración de la falta de influencia de los líderes económicos y políticos en la actualidad en el país.
También los candidatos presidenciales, McCain y Obama, hicieron en su momento una aparición pública para demandar el voto de sus correligionarios en el Congreso. Ambos suspendieron sus campañas políticas para trasladarse al capitolio e interponer su "influencia" para que sus colegas votaran. El carismático discurso de Obama chocó contra la pared legislativa como todos; McCain, héroe de guerra y político experiente, también vio frustradas sus aspiraciones. Y el "No" fue la primer respuesta de Diputados. Sin duda, esto representó una categórica demostración de la falta de influencia de los líderes económicos y políticos en la actualidad en el país.
Para un extranjero, acostumbrado a la palabra fácil y el "estilete" afilado en los debates de muchos países sudamericanos y europeos, la esquemática presentación pública de los políticos y de los candidatos estadounidenses, causa un natural contraste. No hay duda que suelen tener gran preparación intelectual y brillantes carreras universitarias, pero no salen en la tribuna pública de la programación previa con sus asesores, no surge la "chispa" o la frase aguda que provoca el aplauso espontáneo de la gente. Todo llega "encapsulado", como dicen ellos mismos, no hay lugar a la improvisación de lujo o al dardo que agite al rival. Y se trata de una crisis global. En posts subsiguientes hablaremos de la maltrecha Europa, de China y de las naciones emergentes.
martes, 7 de octubre de 2008
La Decadencia del Imperio Americano
Un señor que conozco, de quien sólo diré que es el señor "Nanches" -en virtud a que su nulo sentido del humor e insondable inseguridad personal le impiden saber reírse de si mismo- hombre, sin embargo, de gran imaginación (mitómano), me comentaba hace poco que "sus múltiples viajes de negocios" le habían demostrado que el final de Estados Unidos estaba cerca ("Estados Unidos ya mamó", fueron sus palabras textuales) y que la nueva "verga del mundo" (sic) era Dubai, porque Europa y Japón ya habían también "mamado", mientras que China basaba sus éxitos "en puro puto esclavo" y que por eso pasaba ahora la mayor parte de su valioso tiempo en Dubai haciendo "negociotes" y dándole consejos políticos y económicos al "Cheik". "El Cheik ha construido unos edificiotes muy vergas en lo que antes era puro puto desierto, cabrón", me dijo. Bueno, independientemente de las versiones del señor "Nanches" (cuyas increíbles aventuras describiremos más adelante en este blog), a nivel global parece confirmarse el pronóstico de quienes piensan de que el mundo asiste al fin de la hegemonía de Estados Unidos. Cada vez más líderes políticos e intelectuales anuncian la desaparición de un planeta liderado por una única superpotencia y su reemplazo por un sistema multipolar. Otros, sin embargo, rechazan esta idea y hablan de la crisis actual como un hecho coyuntural. El debate parece abierto.
"A medida que Estados Unidos pierde su posición de superpotencia, asistimos nada menos que al derrumbe de un imperio", afirmó el mes pasado el ministro alemán de Finanzas, el socialdemócrata Peer Steinbrück en una importante sesión del Bundestag. Después de calificar al gobierno norteamericano de "irresponsable" por defender el " laissez-faire capitalista", el ministro sentenció: "El mundo nunca más será el mismo". Esa percepción no es nueva. Ya en 1918, el filósofo alemán Oswald Spengler advertía sobre el inexorable ocaso de la civilización occidental en La decadencia de Occidente . En 1987, Paul Kennedy, prestigioso historiador de la Universidad de Yale, pronosticó el fin del imperio norteamericano en Ascenso y caída de los grandes poderes .En la última mitad del siglo XX, la pretensión estadounidense de imponer su concepción de la democracia y el libre mercado como las mejores garantías de seguridad y prosperidad fue cada vez más cuestionada. Los países del entonces llamado Tercer Mundo denuncian desde entonces las promesas incumplidas de ayuda al desarrollo, mientras que China -aunque se benefició con la globalización en la cual pretendía insertarse- se asoció a la Rusia de Vladimir Putin para denunciar la voluntad occidental de fijar las reglas de juego.
Un estudio titulado "Malestar global", realizado en junio por el Instituto Pew en 47 países, destaca que "desde hace cinco años la imagen de Estados Unidos se ha degradado en gran parte del mundo", y "particularmente entre sus aliados tradicionales, como en América y en Medio Oriente". En Francia, el 76 % de los encuestados desaprobó "las ideas estadounidenses de democracia". Resultados similares se obtuvieron en Alemania, España y Paquistán.La impotencia de las autoridades norteamericanas para controlar la crisis, la información de que China ha invertido masivamente en bancos estadounidenses y el colapso en cadena de instituciones financieras en Wall Street aceleraron la convicción de que el mundo se encuentra en un momento de cambio definitivo. "La era de liderazgo estadounidense, que comenzó en la Segunda Guerra Mundial, se terminó. El omnipotente libre mercado se autodestruyó, mientras que aquellos países que conservaron el control de sus mercados se están viendo vengados", opina el filósofo John Gray, profesor en la London School of Economics.
Rusia es el gran ejemplo de esa revancha. "La dominación de una economía y de una divisa ha quedado para siempre en el pasado", declaró hace poco el presidente ruso, Dimitri Medvedev. El primer ministro Putin, por su parte, acusó a Estados Unidos de "irresponsabilidad" en el manejo del terremoto financiero y advirtió que esa irresponsabilidad va mucho más allá del papel de ciertos individuos. "Se trata de todo un sistema que, como sabemos, tuvo pretensiones de liderazgo mundial", afirmó. Pero no todos comparten la idea de que ha llegado el apocalipsis para Estados Unidos. Para muchos expertos, el actual eclipse es meramente coyuntural. El gigante americano ha pasado por otros momentos difíciles. En 1987, el índice Dow Jones cayó más de 20% en un día. En 2000, estalló la burbuja de Internet. En ambos casos, Estados Unidos se recuperó, como lo hizo después de la derrota en Vietnam. Tal vez sea necesario separar coyuntura de estructura. "No hay dudas de que George W. Bush ha creado cada uno de los problemas que padece su país en este momento. Los reveses militares y la crisis económica son exclusivamente su responsabilidad", advierte Robin Niblett, miembro del instituto británico de análisis Chatham House. Y es que Estados Unidos ha ejecutado con Bush Jr. una política exterior tan arrogante que los únicos aliados que nos quedan son los que quieren hacernos cambiar de opinión o los que nos temen", reconoce en forma anónima un diplomático.
"Estados Unidos perdió su estatus de superpotencia cuando comenzó a depender del exterior para financiar el consumo interno de productos importados, deslocalizó la producción de bienes y servicios, y se sometió al gigantesco déficit presupuestario provocado por la guerra en Irak", precisa el escritor Paul Craig Roberts. No obstante, sería difícil negarle a Estados Unidos una enorme capacidad de recuperación y de creatividad en los momentos difíciles. Esa es la lección de la historia, y aun cuando hasta los neoconservadores norteamericanos admiten que ya está emergiendo un mundo multipolar, quizás habría que preguntarse sobre el eclipse estadounidense en relación con qué. China, hemos insistido en este blog, se encuentra sumergida en una carrera desesperada para alimentar a sus 1,370 millones de habitantes y evitar eventuales agitaciones sociales en los próximos 20 años. Rusia no es exactamente un tigre de papel, pero su futuro es todavía extremadamente incierto. La India padece gigantescas contradicciones internas. A causa de sus divisiones, Europa se ha mostrado hasta ahora incapaz de transformarse en líder global. Y lo del "Cheik" como "la nueva gran verga del mundo", pues no deja de ser un pronóstico digno de Doña Cuca.
Si bien Estados Unidos ejerce cada vez menos control, tampoco los demás controlan", resume Jon Alterman, experto del Centro de Estudios Estratégicos Internacionales (CSIS). Y no será
hasta que surjan esos nuevos equilibrios de una manera mucho más tangible de lo que aparcen ahora que podremos hablar verdaderamente de multipolarismo.
lunes, 6 de octubre de 2008
Requiem por la Moska Troska
La Moska Troska, otrora uno de los mejores ejemplos de sátira política en México y azote de los aburridos dirigentes del Partido/Alternativa Socialdemócrata -tanto de tirios como de troyanos- decaído de manera vertiginosa. Su última colaboración es la cosa más anodina e inofensiva que he leído últimamente. Por ningún lado puede verse en ella ni rastro de la ácida crítica de antaño. Ahora sólo se limita a comentar superficialmente los ires y venires de una organizción que, a decir verdad, da para carcajadas de lo absurdos y surrelistas que son sus avatares. Pero en vez de hacernos reir como antes, la Moska nomás tira la baba. Hasta termina su comunicación haciendo un muy priísta llamado"A la unidad partidaria". ¿Qué te pasó Moska Troska? ¿Te cooptó Jorge Carlos Díaz Cuervo o ya estás en la nómina del equipo de la campaña "Alberto Begne para Diputado? En cualquiera de los dos casos, bienvenido al club que preside El Oso Bruno.
PD: Te aclaro que antes de que bautizaras a la "Hueva Mayoría" hubo una "Hueva Alianza", no te corresponde, por lo tanto, ningún copyright.
sábado, 4 de octubre de 2008
La Comprobada Falacia de las Bombas Líquidas
Hace algunas semanas terminó un juicio de cinco meses en el que sólo tres de los tres de los ocho musulmanes británicos acusados de tratar de perpetrar un famoso complot para derribar con explosivos líquidos aviones transatlánticos en pleno vuelo fueron declarados este lunes culpables. Pero, tras más de 50 horas de deliberación, el jurado no halló pruebas de que los acusados estuviesen implicados en un complot específico para derribar aviones, como afirmaba la acusación. Fue gracias a la supuesta desarticulación de esta supuesta trama conspirativa -en agosto del 2006- que se impusieron en los aeropuertos de todo el mundo nuevas y absurdas medidas de seguridad, como esa se impedir que los sufridos viajeros suban al habián con cualquier tipo de líquido, haciendo la de por si insufrible expereincia de subirse a un avió todavía más intolerable.
Tal y como lo comentamos en su oportunidad, ahora tenemos que tal complot no tenía, ni de lejos, las dimensiones que pretendieron achacarle en un principio. El jurado, formado no logró emitir veredictos en el caso de otros cuatro imputados y absolvió a un octavo. Se supone que los ocho hombres planeaban introducir explosivos líquidos en los aviones para eludir los controles de seguridad de los aeropuertos. Una vez en los aviones, los acusados completarían de alguna manera "mágica" todos los "componentes" de la bomba líquida-ya que nunca se pudo determinar una forma racional en la que pudiera ser hecho- y las detonarían tras el despegue. Según la acusación, el supuesto complot podría haber causado un número de bajas sin precedentes y un impacto similar a los atentados del 11 de septiembre del 2001 contra Estados Unidos. Pero en su defensa, los hombres -que habían grabado vídeos denunciando la política exterior de Occidente- aseguraron que lo único que planeaban era causar un espectáculo político y no asesinar a nadie.
Lo que quedó probado, entonces, es la versión de los muchos analistas serios que calficaron como "inverosimil" este complot desde un principio. Y es que desde el principio, las autoridades británicas y estadounidenses afirmaron que el artefacto explosivo era "una bomba líquida", aunque no se encontró bomba alguna –ni líquida ni sólida– en ninguno de los lugares inspeccionados ni en poder de ninguno de los sospechosos. "Líquidas tienen las nalgas", clamó El Oso Bruno. Tampoco se demostró que ninguno de los sospechosos esté capacitado para fabricar, transportar ni hacer estallar la supuesta "bomba líquida" que, de haber existido, se compondría de una mezcla extremadamente inestable e imposible de manipular por personas no expertas No se ha presentado prueba alguna en cuanto a la naturaleza de la bomba líquida mencionada que pueda hacer establecer la implicación de alguno de los sospechosos. Además, no se ha encontrado ninguno de los elementos indispensables para la confección de una "bomba líquida". Tampoco existe la menor señal de alguna prueba de la procedencia del líquido explosivo (la fuente) ni en cuanto a saber si el líquido fue comprado en Gran Bretaña o en otra parte.
Incluso después que el cuento de la bomba líquida se hundiera en el ridículo y casi en el olvido, el viceasistente del fiscal general británico Peter Clark afirmó que "el equipamiento necesario para la fabricación de una bomba, como productos químicos y componentes electrónicos, nunca fueron encontrados"
Sin embargo, pese a todas estas evidencias en contra de la estúpida versión conspirativa, y a que las líneas aereas han exigido ya, los gobiernos sin sin relajar su tan estricta como ridícula polótica de restricciones a los viajeros.
¡Bajenle ya a su paranoia, carajo, y háganos la vida un poquito menos pesada!
viernes, 3 de octubre de 2008
jueves, 2 de octubre de 2008
sábado, 27 de septiembre de 2008
Más que el debate, el viejío perdió el pre-debate
"Tie goes to Obama", tutula hoy the Slate, y tiene razón. El debate de ayer fue un "nada para nadie" en téminos de que dijeron y de cómo lo dijeron los candidatos. El problema para el viejo Mac vino de su errático comportamiento previo al debate, que lo llevó a proponer la cancelación del mismo para que ambos candidatos pudieran "concentrarse en ayudar a sacar adelante el plan de rescate". A estas alturas, todo Washington está de acuerdo en que la presencia y los movimientos del candidato republicano sólo contribuyeron a hacer más grande la confusión. A fin de cuentas, Mac tuvo que presentarse al debate y con la colita entre las patas. A ver cuanto le cuesta este dislate en terminos electorales al viejío.
jueves, 25 de septiembre de 2008
Fobaproa a la Gringa.
¿Se acuerdan los mexicanos del Fobaproa? ¡Pero cómo olvidarlo, si lo seguimos pagando! Bueno, pues algo parecido ha tenido que inventar el declinante gobierno de Bush Jr. para salvar al sistema financiero. Fobaproa, pero a los bestia, eso sí. Se trata de una masiva y perentoria intervención del Gobierno norteamericano que pomne en duda las concepciones fundamentalista de los neoliberales más radicales. Avanzar en la desregulación de un mercado como fórmula exclusiva de asegurar su liberalización está en el origen de esta crisis confirma lo que ya se sabía pero se había decidido olvidar: el mercado, por sí solo, no asigna adecuadamente los recursos ni corrige de forma automática los ciclos de expansión y depresión. Está idea es central en la socialdemocracia moderna.
La experiencia de la crisis del 29 demostró que el experimento de desregular el mercado financiero -mientras que, por cierto, no se mantenía un discurso parecido respecto del comercio internacional- acaba invariablemente en desastre. Hay un patrón que lleva al colapso del mercado que sólo se rige por sus propias reglas sin intervención estatal, Así lo han postulado socialdemócratas.
Para los neoliberales a ultranza esta debe ser una medida que vendría a completar el credo de la desregulación, no a ponerlo en tela de juicio: prescindir de reglas ajenas al mercado, opinan, sigue siendo lo correcto, sólo que este principio debe completarse con la asignación de una nueva función al Estado como garante último de la solvencia del sistema. Para los socialdemócratas insisten en que el rescate del sistema se trata de un intento de salvar la crisis a la desesperada, cuya eficacia está aún por demostrar.
Lo cierto es que las cifras que el Gobierno de Bush está obligado a manejar para evitar el colapso financiero no salen de la nada, y está por ver en qué se traduce un endeudamiento de estas proporciones. Más allá de cómo evolucionen las cosas en términos económicos, la intervención del Gobierno de Estados Unidos tiene un valor político: tras identificar una prioridad para hacer frente a la crisis, el Tesoro norteamericano ha adoptado una estrategia pragmática y de gran calado para abordarla, con una inédita inyección de 700,000 millones de dólares, el gobierno se propone estabilizar su tambaleante sistema financiero. Los críticos no dan por seguro el éxito de la operación, ya que gran parte de sus métodos nunca han sido aplicados.
Los próximos días serán decisivos para la mayor economía del mundo, y por lo tanto también para el resto del planeta. Estos son algunos de los puntos más controvertidos del paquete:
-Los elevados costos: el gobierno de Bush ya destinó más de 300,000 millones de dólares para apagar incendios puntuales en el marco de la crisis, como la intervención de los gigantes hipotecarios Fannie Mae y Freddie Mac. El precio de la nueva medida eleva la factura en 700.,000 millones de dólares, y se auguran nuevas cargas para los contribuyentes. El déficit fiscal podría alcanzar los 11.3 billones de dólares. A pesar de todo, los expertos creen que se trata de un "mal menor". Y el propio Bush subrayó: "El riesgo de no hacer nada es mucho mayor". Veamos que dice the Financial Times:
-La campaña electoral: el paquete de rescate restringirá sensiblemente el margen de acción del próximo presidente de Estados Unidos. Por eso, a pesar de su apoyo, demócratas y republicanos reclaman conocer los detalles del plan. "Las consecuencias serán más impuestos, menos gastos o una mezcla de ambos", advirtió la experta Carmen Reinhart, de la Universidad de Maryland. La economía se ha transformado ahora en el principal tema de la campaña. El candidato demócrata, Barack Obama, exige ayudas "para el ciudadano común y el pequeño propietario", y no sólo para Wall Street. Los diarios, en tanto, rebosan de cartas de lectores que preguntan cómo es posible que no haya dinero para seguridad social, infraestructura y educación, pero de repente se destinen ingentes sumas para salvar a los bancos.
-Sistema financiero: durante un buen tiempo habrá más movimientos en el mundo financiero, según los expertos, que esperan nuevas quiebras, fusiones y adquisiciones, aunque quizá menos espectaculares que en las últimas semanas. La crisis crediticia está lejos de terminar: el plan del gobierno quitará a las entidades estadounidenses sus deudas "tóxicas", pero es probable que para hacer la transferencia efectiva se necesiten más correcciones contables millonarias.
-Economía real: la crisis financiera es, para el historiador económico Robert Aliber, totalmente nueva. A diferencia de lo que ocurrió durante la Gran Depresión de 1930, la crisis actual, hasta el momento, forzó una desaceleración en la economía real, pero sin hundirla. "El tren de la recesión ya partió, pero su viaje durará 18 meses en lugar de cinco años", estima el profesor de economía Nouriel Roubini.
-Controles : las voces a favor de una regulación más estricta de los mercados financieros se oyen cada vez más fuerte también en Estados Unidos. La tradicional resistencia de Washington y Londres a los mayores controles propuestos por muchos países de la UE parece declinar. Las perspectivas de una mejor supervisión son buenas: la creencia en el libre mercado se tambalea en el mismo bastión del capitalismo. "La gente dice ahora: «El mercado es el problema, el gobierno es la solución»", resumió el historiador financiero Richard Sylla.
-Bolsas : el riesgo de colapso de muchas entidades financieras obligó al secretario del Tesoro estadounidense, Henry Paulson, y al presidente de la Reserva Federal, Ben Bernanke, a dar un espectacular giro de 180 grados. Los mercados celebraron el viernes la solución propuesta, pero esta semana se verá si se trata sólo de fuegos artificiales. "Si los mercados vuelven a caer, la cosa se verá muy mal."
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