viernes, 27 de septiembre de 2019

Netanyahu, el Gran Provocador




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Los hombres fuertes de hoy son provocadores y lenguaraces. Han hecho de la guerra contra a corrección política una de sus banderas esenciales. Incitar al odio, insultar a los adversarios, descalificar a los críticos, proclamar su pretendida “superioridad moral” y estigmatizar todo forma de oposición son ingredientes esenciales en sus estrategias de llegar al poder y eternizarse en él

Benjamin Netanyahu es uno de estos maestros en el arte de la provocación y el agravio. En abril pasado ganó por los pelos las elecciones generales, gracias a lo cual se convirtió en el jefe del gobierno más longevo en la historia de Israel, pero fracasó en la tarea de formar un gobierno de coalición y ayer debieron repetirse los comicios.

La nueva campaña de Netanyahu se basó, como siempre, en la provocación, con el aliciente adicional de un rijoso primer ministro desesperado ante la perspectiva, de ahora sí, perder las elecciones y verse sometido a juicos por corrupción, los cuales podrían llevarlo a la cárcel.

Las invectivas de Netanyahu llegaron al grado de preocupar a dirigentes importantes de su propio partido, el Likud.  En una grabación de una reunión privada emitida por una emisora israelí se puede escuchar al presidente de la Knéset (nombre del Parlamento unicameral israelí), Yuli Edelstein, criticar duramente los canallescos insultos del primer ministro contra la oposición y los medios de comunicación críticos.

Por su parte, la red social Facebook suspendió temporalmente el perfil de Netanyahu por violar sus normas sobre discursos de odio, al publicar una aviesa advertencia: “los árabes  nos quieren aniquilar a todos, a nuestras mujeres, hombres y niños”.

Otras osadas iniciativas del primer ministro fueron también repudiadas en días pasados. La Knéset rechazó un proyecto de ley para autorizar la grabación con cámaras de los votantes en los colegios electorales y se multiplicaron las denuncias de quienes reprueban los intentos de Netanyahu de aprobar leyes para garantizar su inmunidad ante la ley y limitar el poder del Tribunal Supremo.

En el plano internacional, Netanyahu anunció la anexión del Valle del Jordán si conseguía ganar, iniciativa inmediatamente rechazada por la mayor parte de las naciones europeas y por el mundo árabe por suponer una violación grave al derecho internacional.

La oposición israelí se presentó a las elecciones una heterodoxa coalición unida únicamente por la figura su candidato, el centrista Benny Gantz, exjefe militar con buena imagen como garante de la seguridad del país, pero sin el carisma de un populista como Netanyahu: es demasiado “serio”

Los resultados fueron, otra vez, muy reñidos. Serán los partidos pequeños quienes definan el resultado definitivo, sobre todo el dirigido por el exministro de Defensa Avigdor Lieberman -por cierto, otro fiero populista-, aunque también puede resultar decisivo el ascenso electoral de los partidos árabes.
Pedro Arturo Aguirre
Publicada en la columna Hombres Fuertes
18 de septiembre de 2019

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