lunes, 17 de enero de 2011

¿Por qué los mexicanos no apoyan la lucha antinarco?

Inició convocada por el caricturista Rius, (que tantas veces a metido la pata aclamando dictadores y diciendo barrabasadas) una campaña que, en general, creo vale la pena: que los ciudadanos coloquen en un lugar visible de su espacio vital o ciberespacio una leyenda que diga No Más Sangre. No sé que tanta repercusión tenga dicha iniciativa, pero creo que sus motivos son legítimos. Los mexicanos estamos cansados de la guerra contra el narco tal y como la esta efectuando el gobierno de Calderón y ha llegado el momento de que los ciudadanos demos una llamada severa llamada de atención. Claro, de forma muy justificada muchos cuestionarán la campañita con preguntas como ¿Entonces ustedes pretenden que se pacte con criminales? No. Desde m punto de vista no es que se invite al gobierno a dejar de perseguir criminales y a pactar con ellos. Eso es falso, aunque no culpo a quien esto deduzca a falta de explicaciones más convincentes de parte de los organizadores de la campañita antisangre. Yo creo que se debe exigir al gobierno a cambiar de estrategia, sustituyendo la actual tan sesgada, opaca, errática y sangrienta por una que le ofrezca a los ciudadanos mayor transparencia en cuanto a las formas y los fondos de la guerra antinarco, que sepa convencernos como afecta el narcotráfico a la gente común y por qué debe combatirse con toda energía, que explique las repercusiones internacionales del problema y las razones por las que en Estados Unidos (principal destino de las drogas) no se hacen campañas de esta envergadura y que, además, conduzca a un debate serio sobre la posibilidad de legalizar las drogas.

Faltan transparencia, honestidad intelectual, claridad de propósitos y fines. Se anuncia una guerra cruenta contra un enemigo invencible que ha demostrado una y mil veces ser una hidra de mil cabezas. Bueno, pues que el gobierno me explique y me demuestre de forma convincente que es posible derrotar al narco, que el sacrificio vale la pena, que la opción de legalizar es peor. No lo hace. Sólo sabemos de muertos y violencia y nadie está convencido de que sea por algo que lo merezca. Ese es el punto. Increíblemente (porque, efectivamente, es increíble) el gobierno mexicano no tiene legitimidad en su lucha contra el narco. Carece de ella porque no ha sabido explicar, convencer, iluminar sobre las razones que hacen a este "flagelo" tan perjudicial para los mexicanos y que la opción de legalizar es ilusoria o inviable, por lo menos por el momento. ¿Eso de quien es culpa?

El problema de la campaña antinarco es su opacidad de tácticas, su errática ejecución, su carencia de fines y medios inteligibles. No es que se convoque, repito, a pactar con los narcos, sino a cambiar la estrategia de forma radical por una que cuente con un auténtico consenso nacional gracias, sobre todo, a su transparencia. Claro, el Oso Bruno desconfía profundamnte de los grupos que convocan a esta campaña (no sólo es el tal Rius), cuyo origen es la izquierda rabiosa. Hablo como el simple ciudadano de a píe que soy. Ahora bien, aunque los convocantes y sus intenciones son cuestionables, lo cierto es que todo esto puede servir como una severa llamada de atención, una jaladita de orejas a la errática e inepta campaña gubernamental antidroga. Y lo bueno, de donde venga.

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