sábado, 29 de enero de 2011
El Momento Sputnik de Barack Obama
Cincuenta años han pasado desde aquel famoso discurso de toma posesión de John F. Kennedy donde el malogrado primer presidente católico de Estados Unidos pronunciói aquel mantra de "no te preguntes que puede hacer tu país por ti...etc" y ahora, en un discurso que muy probablemente también pase a la historia, Obama el su State of the Union habló de un nuevo "momento Sputnik” haciendo referencia a la pérdida relativa de poder e influencia de los Estados Unidos frente a las potencias emergentes, sobre todo China. El discurso de JFK se liga al de Obama por la angustia de Estados Unidos ante el reto que supone el exterior. El Sputnik, como se sabe, fue primer satélite artificial lanzado por la humanidad al espacio, más concretamente por una parte "roja" de la humanidad: la URSS. Estados Unidos vio peligrar su liderazgo mundial por primera desde el fin de la Segunda Guerra Mundial. Acababa de empezar la carrera espacial y los estadounidenses miraban con desconfianza al cielo. El joven Kennedy hizo campaña acusando a los republicanos de permitir que los soviéticos se pusieran en la delantera. Habló de una "nueva frontera" llena de riesgos pero también de oportunidades, de una nueva generación llena de los bríos suficientes para superar cualquier desafío, sobre todo el que presentaban los soviéticos, y así consiguió encabezar, de forma efímera, la presidencia de Estados Unidos, país que, a final de cuantas, pudo derrotar a sus adversarios soviéticos en una época de expansión económica donde la primera potencia económica y comercial tenía muchos, pero muchos recursos de los cuales disponer.
Obama recordó toda esta historia en su discurso. Hoy, dijo, se repite un momento en que la tecnología y el mundo están en una permanente revolución, un momento de cambio, un momento Sputnik: “Las reglas han cambiado. En una sola generación, las revoluciones tecnológicas han transformado nuestra forma de vivir, trabajar y hacer negocios”, … “prácticamente cualquier empresa puede establecerse, contratar trabajadores y vender sus productos en cualquier sitio que tenga conexión de Internet”. Ahora bien, las relaciones con la Unión Soviética tenían que ver sobre todo con la supremacía militar. Ahora la pugna tiene que ver más con la competitividad económica, algo mucho más complejo que demanda de otro tipo de habilidades que las meramente bélicas. “Países como China e India se dieron cuenta de que, con algunos cambios por su parte, podían competir en este nuevo mundo. De modo que empezaron a dar educación a sus niños desde más pronto y durante más tiempo y a hacer más hincapié en las matemáticas y las ciencias. Hoy invierten en investigación y nuevas tecnologías. Desde hace poco, China alberga la mayor instalación privada de investigación solar y el ordenador más rápido del mundo”.
Ahora bien, ¿Cómo superar el reto? Obama aseguró que su Gobierno está reinventando Estados Unidos asumiendo como puntales “la innovación y la educación”. Señaló que su proyecto futuro planea fomentar los trenes de alta velocidad, las infraestructuras aeroportuarias y las telecomunicaciones. En cada punto que desgranaba, recordaba lo que estaba haciendo China, aunque nunca en una actitud negativa ni hostil. A diferencias de los tiempos de la Guerra Fría, Obama aseguró que ahora “no hay muros que separen el Este del Oeste”. “No hay ningún rival alineado contra nosotros”, sentenció. Pero lo cierto es que el discurso dio muy pocas pstas concretas de como piensa Estados Unidos Enfrentar el Nuevo esafío cuando atraviesa ua situación económica tan delicada y cuando la principal meta es recudir el ingente déficit pública. Si en los años sesenta Estados Unidos contaba con un imbatible potencial económico, hoy las arcas están vacías. Asimismo, y como lo señaló Robert Reicih en un interesante artículo publicado al día siguiente del State if the Union en The Financial Times, Obama ignoró todo el tiempo “el elefante en la habitación”, es decir, “el alto desempleo que muestra pocas señales de disminuir en el corto plazo.” Y añadió “Una cosa es desafiar a la nación a volver a embarcarse en el equivalente de una carrera a la Luna cuando la mayoría de la gente siente confianza en su economía familiar, y otra muy distinta cuando la seguridad económica es tan endémica como ahora.”
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