Nadie como el estupendo escritor español Javier Marías para describir y lamentarse de esa clase de palurdos lamentables que son los solemnes sin remedio, los poseídos de su rectitud, los tontos de rigor que este blog desprecia tanto. Esos personajes que viven de tomarse las cosas demasiado en serio (sobre todo a si mismos) abundan, desgraciadamente, en los ambientes políticos y pseudointelectuales de México, país con escaso sentido del humor, así como en el submundillo ese de los opinadores profesionales. Dice Marías en su última colaboración para el EPS (Suplemento semanal de El País):
Es sorprendente, así pues, que en esta época mucho más afortunada y menos sombría esté proliferando un tipo de español solemne, envarado, ceñudo, poseído de su rectitud, que no sólo no tolera una chanza ni una exageración, sino que parece incapaz de detectarlas. Un individuo que se toma todo a pecho y al pie de la letra, dificultando así, cada vez más, la aparición de la sal de la lengua, su chispa y su gracia. Los columnistas lo sabemos bien: ojo con la ironía, no digamos con el sarcasmo y la hipérbole, porque abundan los lectores que no captan esos tonos, que todo lo entienden en su más estricta literalidad, y que, para nuestro pasmo, pueden acusarnos de defender lo que atacábamos o de atacar lo que defendíamos, si para hacerlo no hemos sido puerilmente frontales y hemos hecho uso de ese viejísimo recurso de la ironía.
3 comentarios:
Lo que me sorprende es que ilustre con una foto del buen Fernando Devorat... Digo, Dvorak. ¿Por qué no mejor con Qwerty? Por qué se burla de lo alterno, señor Oso??
Y si quiere análisis serio, pero chacotero, no se pierda esta liga: http://5.gp/gzx. Salu2
G.
El "bueno" de Dworak no toleró una serie de cuestionamientos que hice, en buen plan, a su fijación reeleccionista y se dedicó a escribir, como anónimo, una serie de insultos y bajezas en mi contra en este blog, al grado que por eso opté por ya no admitir anónimos insultantes. Sé que se trata de él por el estilo de escritura y por que la referencia bibliográfica que ofrece es su popio libro. Admás, gente que lo conoce lo describe como un perfecto freaky.
Jajaja!! Mi estimado Oso, si el tal Qwerty (o Dvorak) se citó a si mismo con todo rigor pero desde el anonimato, su caso en contra de los analistas bizarros ha sido totalmente demostrado...
Yo lo conozco, me gusta su trabajo, tengo mis asegunes... y coincido contigo en que no puede ni contar un chiste sin sentir que traiciona el rigor que se espera de un académico.
Abrazo, plantígrado.
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