Ahora que Yemen está en la mira de la inútil guerra acontra el terrorismo me viene a la memoria el soberbio documental realizado por Pasolini durante el rodaje de Las Mil y Una Noches sobre Sana'a (la Real Academia quiere que escribamos "Saná", pero eso le resta encanto) como un llamamiento a la UNESCO frente a la demolición de sus murallas históricas. Sana’a, la capital del Yemen, es una de las ciudades más deslumbrantes y arcanas del mundo. Se trata de un lugar fuera del tiempo y la historia. Una leyenda narra que Saná fue fundada por Sem, hijo mayor de Noé, quien tras abandonar el país de origen se trasladó al sur, donde encontró un territorio formado por montañas avasallantes y lujuriosos valles. Se estableció aquí y gracias a él la ciudad fue considerada una especie de refugio y oasis de paz, ya que en el lugar los combates estaban absolutamente prohibidos. Sana’a tiene una fantástica arquitectura, en buena medida inspiradora de escuelas contemporáneas, con sus casas de varios pisos (hasta 7-8) construidas con ladrillos de arcilla cocida al sol y enriquecidas con ventanitas de alabastro, fachadas de creta blanca y pequeños balcones tallados que recuerdan encajes. El inmortal pasolini se enammoró del lugar y gracias a él la ciudad fuera reconocida por la UNESCO como patrimonio de la humanidad. El gran maestro dijo “Me dirijo a la UNESCO, en nombre de la verdadera, si bien todavía no expresada, voluntad del pueblo yemenita.En nombre de los hombres simples que la pobreza ha mantenido puros. En nombre de la gracia de los siglos oscuros. En nombre de la escandalosa fuerza revolucionaria del pasado, porque aún estamos a tiempo para convencer a una todavía ingenua clase dirigente, que la única riqueza de Yemen es su belleza y conservar tal belleza significa, entre otras cosas, poseer una reserva económica que no cuesta nada. Salvemos a Yemen de su destrucción, porque es un patrimonio que pertenece a la humanidad.” Hoy Yemen, anárquico país, estado fallido que desde hace mucho sobrevive en medio de la vorágine del fundamentalismo musulmán y la pobreza extrema, salta inesperadamente a los titulares de la prensa mundial. Pobre país, pero no dejen de ver a Pasolini.
miércoles, 6 de enero de 2010
Los arcanos de Sana'a
Ahora que Yemen está en la mira de la inútil guerra acontra el terrorismo me viene a la memoria el soberbio documental realizado por Pasolini durante el rodaje de Las Mil y Una Noches sobre Sana'a (la Real Academia quiere que escribamos "Saná", pero eso le resta encanto) como un llamamiento a la UNESCO frente a la demolición de sus murallas históricas. Sana’a, la capital del Yemen, es una de las ciudades más deslumbrantes y arcanas del mundo. Se trata de un lugar fuera del tiempo y la historia. Una leyenda narra que Saná fue fundada por Sem, hijo mayor de Noé, quien tras abandonar el país de origen se trasladó al sur, donde encontró un territorio formado por montañas avasallantes y lujuriosos valles. Se estableció aquí y gracias a él la ciudad fue considerada una especie de refugio y oasis de paz, ya que en el lugar los combates estaban absolutamente prohibidos. Sana’a tiene una fantástica arquitectura, en buena medida inspiradora de escuelas contemporáneas, con sus casas de varios pisos (hasta 7-8) construidas con ladrillos de arcilla cocida al sol y enriquecidas con ventanitas de alabastro, fachadas de creta blanca y pequeños balcones tallados que recuerdan encajes. El inmortal pasolini se enammoró del lugar y gracias a él la ciudad fuera reconocida por la UNESCO como patrimonio de la humanidad. El gran maestro dijo “Me dirijo a la UNESCO, en nombre de la verdadera, si bien todavía no expresada, voluntad del pueblo yemenita.En nombre de los hombres simples que la pobreza ha mantenido puros. En nombre de la gracia de los siglos oscuros. En nombre de la escandalosa fuerza revolucionaria del pasado, porque aún estamos a tiempo para convencer a una todavía ingenua clase dirigente, que la única riqueza de Yemen es su belleza y conservar tal belleza significa, entre otras cosas, poseer una reserva económica que no cuesta nada. Salvemos a Yemen de su destrucción, porque es un patrimonio que pertenece a la humanidad.” Hoy Yemen, anárquico país, estado fallido que desde hace mucho sobrevive en medio de la vorágine del fundamentalismo musulmán y la pobreza extrema, salta inesperadamente a los titulares de la prensa mundial. Pobre país, pero no dejen de ver a Pasolini.
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