Los ejemplos de la estupidez humana son infinitos y están presentes en los lugares y de las formas más inusitadas. ¿Cómo es posible que el eximio Rijsmuseum de Holanda haya atesorado como uno de sus objetos más preciados durante décadas un mugroso trozo de madera petrificado considerándola una piedra supuestamente traída desde la Luna por astronautas del Apolo 11? ¿Y como es posible que el gobierno norteamericano se haya aventado la puntada de hacer esta vacilada (si es que, de verdad, lo hizo)? ¡Diantres! Esto dará alas a los dementes que hasta la fecha aseguran que la conquista de la Luna fue sólo un gran fraude y un montaje escenico.
Dicen las agencias noticiosas que el museo adquirió la piedra tras la muerte del ex primer ministro Willem Dreesman en 1988. Este la había pretendidamente recibido como obsequio personal del entonces embajador estadounidense J. William Middendorf el 9 de octubre de 1969, durante una visita de los tres astronautas del Apolo 11, parte de su gira mundial después del primer alunizaje. Aparentemente, nadie puso en duda la autenticidad de la "piedra" porque pertenecía a la colección del primer ministro, ¡Pero si se se advertía a primera vista que la piedra no venía de la Luna, carajo, y bastaba con tocarla para percatarse uno de que ni a piedra llegaba! Sólo vea la foto. Tiene más aspcto lunar cualquiera de los ladrillos con los que está hecha la casa del perro
Nadie sabe a ciencia cierta hasta donde es capaz de llegar la idiotez humana.
1 comentario:
Te voy a llevar una piedra de verdá. Se llama flor del desierto.
Saludos Bruno, Bru-no.
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