¡Qué equivocados están aquellos quienes, como Heriberto Yépez en el Mileño semanal, se amparan en un sicologismo trasnochado para confundir la grandeza de saber burlarse de sí mismo con la obsesión por autodenigrarse!
Se autodenigra quien se toma a la vida y a sí mismo demasiado en serio. Para quien va por la vida prodigando solemnidades todo es melodrama. Sólo se sabe burlar de sí mismo quien por madurez e inteligencia está seguro de sí mismo. Hay un abismo de diferencia entre una cosa y la otra. Pueblos exitosos como el británico, el norteamericano y el francés saben reírse de sí mismos. Pueblos atosigados por sus complejos, como el mexicano, son los que se autodenigran con toda solemnidad. No se confunda. Ah, y señor Yépez, deje descansar de una buena vez al maestro Freud en Paz.
Lean lo que le dijo Yépez al Mileño Semanal:
Educar significa reiterar nociones hasta que queden aprendidas. Del desastre educativo hay dos grandes responsables hoy: el catolicismo y la televisión. La forma en que ambas educan diariamente al mexicano lo vuelven impotente, alguien que se burla de sí mismo, un medio-ser incapaz de tener sexo placentero o de pensar por sí mismo, un idiota emocional, orientado al pasado, es decir, atemorizado(¡¡¡¡¡¿¿¿¿????!!!!). El mexicano tiene miedo de su fuerza; la condena. En el pasado fue castigado por intentar usarla; hoy se castiga él mismo. Y cuando alguien o algo llama a hacer un cambio drástico todos lo sofocamos para evitar el “castigo”, el cambio es visto como una amenaza. Queremos “seguridad”, es decir, que todo nos resulte “familiar”. Eso es lo que el PRI nos da: lo ya conocido. Si algo cambia, el mexicano siente que su mundo se va a acabar. Por eso es conservador.
Y su noción de “ironía" es sencillamente ridícula:
Lo irónico niega algo, afirma lo que niega y reitera lo que critica; es una obediencia a regañadientes. “Uy, qué gobierno tan eficiente” significa “qué gobierno tan corrupto”, pero no se dice abiertamente, sino entre líneas, con amargura.
5 comentarios:
Yépez es un plomo, el menos en su escritura. Su ensayo sobre la tv, publicado en Tumbona Ediciones (gran editorial) es uno de los más aburridos que haya yo podido medio leer (imposible de terminar). Prefiero cualquier Puebla vs Ciudad Juárez en la tv.
Muy bien Pedrito, necesitamos mas analisis del Orda ab caos que impera en uno que otro articulista que nos "malve"
mira en efecto yepez es un pendejo, eso es incuestionable; aunque es un pendejo valiente pq hablar mal de la televisón en milenio se necesita ser muy pendejo, muy valiente o muy de las dos. Todos sabemos q el problema de la educación en méxico no son los curas ni la tele sino la tecnificación que cría idiotas perfectos empleados de procter. (por omitir a la maestra por un rato)
Pero el punto es el siguiente mi querido oso bruno, la satira es una cosa, pero no me negarás que lo primero que se requiere para burlarse de uno mismo es materia prima... el problema no es burlarse de uno mismo, sino hacer de eso un afán.
pq habría uno de burlarse de si mismo habiendo tantos felipes calderones, amlos, germanes martinez, cesares nava (esos son una plaga, están en cualquier estarbocs de la del valle) es decir, habiendo todos esos banquetes para la mofa, si es de tratarse el que la mofa sea sistemáticamente uno mismo.
con que pinches huevos alguien critica a las televisoras desde milenio, ya ni la chingan, o mejor a la maestra desde la crónica, o a salinas pliego desde vértigo. Eso es de mofa, no mi querido amigo el oso bruno.
Mi querido Pepe Ahumada tiene mucha razón en su atinado comentario. Muchas gracias.
Pepe Ahumada es un pendejo, eso es incuestionable. Ha quedado claro desde Alternativa y en este blog. Vuelve a quedar claro con parte de su comentario en este post. Pero bueno. Ahumada ha aportado... mmm... este... Pero se siente...!!! Ni siquiera entiende algunas palabras!!!
Espero el berrinche de Ahumada, queriendo decirnos que Ahumada puede calificar a Heriberto Yépez de pendejo (total, pendejo total para Ahumada) pero nadie debe decir nada sobre Ahumada tomando lo que solo escribe (muchas pendejadas. No todas, no es un pendejo. Ahora que algunas de sus pendejadas son cosas como esa de bajar a pendejo a alguien por una cosa, o algunas, no por todo lo que ha dicho, como hace Ahumada con el tijuanense). Venga, haga su dramita, intente darle la vuelta.
Aaaa, y no pongo mi nombre para evitar las grillas del resentido dos caras de Ahumada, que le encanta jugar a la democracia pero ya en cortito... porro oral.
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