Es cierto que juzgar a Japón exclusivamente a la luz de la reciente masacre perpetrada por el demente Tomohiro Kato en el barrio tokiota de Akihabara es un grave error. Algunos amarillistas quieren hacer pensar que la sociedad japonesa vive en una irremediable decadencia y que hay muchos Katos por ahí: "gente cansada de la estricta disciplina y rigidez japonesa” que estalla al grado de tener estos famosos “días de furia” y sale a matar personas de manera indiscriminada. Aunque, como comentamos en un reciente post, los índices delictivos japoneses han crecido de manera preocupante en los últimos años, las estadísticas todavía están muy lejos de parecerse a las que presenta Estados Unidos, Brasil, Colombia o, bueno, México con su horrorosa ola narcodelictiva reciente. Asimismo, lejos quedan de ser tan frecuentes como en Estados Unidos los crímenes masivos, (o killing sprees, como se les conoce en inglés) al estilo del de Kato.
Un vistazo a la lista de los 40 Killing Sprees más Grandes de la historia (en la que Kato se hizo ya acreedor al lugar 37 con sus siete víctimas acuchilladas) nos da cuenta de que el primer lugar absoluto sigue siendo de Woo Bum-kon, que haciendo uso de un rifle y granadas mató a 57 personas en 1982 en Gyeongsangnam-do, Corea del Sur. Como es fácil suponer, en esta lista de horror sobresalen las masacres perpetradas en los Estados Unidos, donde la segunda peor fue la de otro surcoreano, el horroroso Cho Seung-Hui, que asesinó a 32 personas en la Universidad Tecnológica de Virginia hace poco más de un año. Más “olímpica” fue la hazaña de Charles Whitman, que en 1966, tras asesinar a su madre y a su esposa, subió hasta la torre de observación de la Universidad de Texas y abrió fuego con un rifle de mira telescópica. Mató a 14 personas, pero por lo menos fue fiel al estilo..
No entran en la lista las “hazañas” de Julio González, un cubano desempleado que una velada de 1990 riñó con su novia en el Happy Land, una discoteca del Bronx. Después de intercambiar palabras con un vigilante del club, salió a la calle, caminó hasta una gasolinera, convenció a los empleados de venderle una lata de combustible, regresó a la discoteca y le prendió fuego: 17 personas murieron, pero no se le considera ya que, por lo visto, se trata de una lista que integra sólo trabajos “manuales”. Tampoco puede verse a la tierna parejita de freaks de Columbine, sólo cuentan los actos individuales.
Curiosamente, Australia tiene el segundo lugar en estos catastróficos eventos con un total de “sólo” 4, muy por debajo del campeón absoluto EEUU que está presente, ni más ni menos, que con 19. De Australia destaca el tercer lugar del rating a manos de Martin Bryant , que un día de abril de 1996 mató a 35 personas con un rifle AR-15 en Tasmania (de donde es el famoso demonio). Alemania tiene dos de los más espectaculares: 16 muertos a manos de Robert Steinhäuser (abril de 2002) en una escuela de Erfurt utilizando una escopeta, y la de Walter Seifert, que un día de diciembre de 1964 se le ocurrió la “puntada” de matar a 10 personas con un lanzallamas en Colonia ¡Hagan ustedes el favor!
Otra muy famosa masacre, pero sobre la cual caen las sombras de la duda, fue la que supuestamente cometió el príncipe Dipendra bir Birkram Shah Sev heredero de la corona real de Nepal, que en mayo de 2001 mató a su padre el rey, su madre la reina, sus hermanos y algunos sirvientes para hacer un total de nueve víctimas con un arma de fuego antes de suicidarse, aunque muchos opinan que el ambicioso e impopular tío del príncipe, Gyanendra (quien heredó por “rebote” el trono y quien acaba de ser depuesto de manera ignominiosa) estuvo involucrado de alguna manera en este crimen.
Como decíamos, Japón no se caracteriza por protagonizar este tipo de crímenes. De hecho, “solamente” hay tres de estos eventos en la lista de ganadores, pero llama la atención una particularidad en estos casos: son los únicos en los que se ha utilizado armas blancas de manera exclusiva o como una parte importante (y no sólo accesoria) del “rito”. Los célebres atentados con gas sarín en el metro de Tokio no cuentan por haber sido un "trabajo de equipo". Evidentemente, emprender asesinatos de este tipo con arma blanca representa una mayor dificultad que hacerlo “a la gringa” con un arma de fuego, en virtud a que requiere que el asesino se acerque cuerpo a cuerpo con las víctimas. Algún tipo de “merito” debe tener usar un cuchillo o una espada en vez de un “Cuerno de Chivo” o de una pistola, así como, quizá, haber usado un rifle con mira telescópica tenga, por lo menos, algún síntoma de “deportitividad”. La de Kato no es la mayor. Mamuro Takuma mató en Osaka a 8 personas utilizando sólo un cuchillo de cocina en agosto de 2001. Pero el campeón de la especialidad es Mutsuo Toi: 30 víctimas en Okayama, de las cuales 13 murieron en sus mano armada con una espada “Katana”.
Prueba de la dificultad intrínseca en lograr Spree Killings con armas blancas es el fracaso de Jesse Nettles, un hombre sin hogar que acuchilló a cinco personas en Times Square, entre ellas a un hombre que empujaba un carrito con sus dos bebés, pero no mató a nadie. Más recientemente, Kenny Alexis atacó a cinco personas con un cuchillo. A una de ellas le atravesó la aorta. Fue su única víctima mortal.
Prueba de la dificultad intrínseca en lograr Spree Killings con armas blancas es el fracaso de Jesse Nettles, un hombre sin hogar que acuchilló a cinco personas en Times Square, entre ellas a un hombre que empujaba un carrito con sus dos bebés, pero no mató a nadie. Más recientemente, Kenny Alexis atacó a cinco personas con un cuchillo. A una de ellas le atravesó la aorta. Fue su única víctima mortal.
6 comentarios:
Compadre, se te olvidó sumar a tu amigo "Ya sabes quién" que se hechó a dos en un santiamén y eran hasta familiares suyos, pero ya no le sigo porque luego nos regañan o censuran o nos tachan de escritores malditos, o sabrá Dios de qué.
Un abrazo desde regiolandia
Si creo que faltó ese "amigo incomodo", al que por cierto nunuca has ido a visitar.
mi querido amigo:
vaya a usted de una buena vez a visitar a ese amigo suyo (sé muy bien las ñañaras que te dan) y cuente su experiencia
¿es algo que no puedes superar, con lo que no quieres lidiar, te has preguntado alguna vez que hay en ti a ese respecto?
por lo que veo todos sabemos de que estamos hablando
Pues fíjense que tantas protestas y tan airadas recibí por haber contado la referida historia, que la verdad me saqué mucho de onda. ¡Hasta Chucho Silva (el hoy pangirista de Obama) me lo reprochó!Seguro que ya se enteró y el hombre ha de andar hecho una furia. Razón de más para no visitarlo. Ya ven de lo que es capaz cuando se enoja.
Hay por ahí otro intelectual que me anda desilusionando. Es un estupendo poeta, que entre otras virtudes es el mexcano experto número 1 en cultura y poesía japonesa, pero al parecer se enojó conmigo porque comenté sobre la crisis financiera y económica de Japón, y ahora hablo de los japoneses que aparecen en este "cuadro de honor" del crimen. ¡Pos que delicaditos son nuestros inteligentes!, ¿No creen?
Pedro, ya basta de pseudónimos, de medias tintas, de discreciones hueras, al pan pan y al vino pa dentro. Nombres Nombres: el tal anónimo se llama Eloy Garza, Chucho Silva es en realidad Jesús Silva Marquez Flores, el poeta desilucionado se llama Aurelio Asiaín y el asesino "Ya sabes quién" en realidad se llama Julián Bazaldúa.
¡Todo eso es puntualmente cierto!
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