Tanta es la sensibilidad sobre la presunta fidelidad del demócrata al Profeta que, para evitar mayores especulaciones, los organizadores de un acto en Detroit retiraron casi a chingadazos de las gradas a dos mujeres con velos en sus cabezas para evitar que aparecieran en la televisión nacional detrás del candidato, lo cual, seamos sinceros, hubiese sido DEVASTADOR para Obama. Claro, el senador por Illinois declaró que era "inaceptable" lo que sus asesores habían hecho con esas dos musulmanas, a quienes llamó personalmente para pedirles disculpas y reafirmarles que el incidente "no refleja de ninguna manera" su política, que se centra en "unir a la gente" (unidos, peros escondidos). Aún así, la gente de McCain aprovechó la oportunidad para denunciar su doble estándar, mientras que en la comunidad musulmana de este país se acentuó el recelo hacia Obama, según informó ayer The New York Times .
Pero si McCain esperaba aprovecharse del traspié de su rival, la ilusión le duró muy poco. Apenas hasta que la revista Fortune publicó un diálogo que uno de sus periodistas mantuvo con Charlie Black (el apellido habla de un posible infiltrado de Obama), asesor del candidato republicano, quien admitió con candor que de ocurrir otro atentado en suelo estadounidense su jefe se vería favorecido en noviembre. Black sólo expresó una inapeleble realidad, un secreto a voces, pero también una de esas cosas que por obvias, deben callarse. Incluso Black fue más allá y afirmó que esta verdad, por si hacía falta, ya fue ya cotejada en diciembre, cuando el asesinato de Benazir Bhutto en Paquistán impulsó la precandidatura de McCain en New Hamsphire. Según el propio asesorete, aunque se trató de "un hecho desafortunado", aquel atentado también "dio un nuevo énfasis a la impresión de que McCain es el hombre que está listo para ser comandante en jefe". Y cuando el periodista, ya con afán de burlarse, le preguntó si lo mismo ocurriría ante otro 11 de Septiembre, el baboso respondió: "Desde luego, sería de gran provecho para él".
Tan enfilada como estaba contra Obama, la rueda política y mediática se invirtió y enfiló contra McCain, que rechazó y lamentó los comentarios de Black, mientras el equipo de Obama denunciaba el "estilo cínico y divisivo" del bando republicano. Incómodo "No puedo imaginar por qué lo dijo. No es cierto", comentó McCain, más que incómodo ante la prensa, antes de recordar que trabajó "sin descanso desde el 11 de Septiembre para prevenir otro ataque en lo Estados Unidos". Sin embargo, ni los organizadores del acto de Obama ni el asesor de McCain actuaron por sí solos, ni ofrecieron comentarios falsos. Sólo cruzaron la muy sensible línea de lo políticamente correcto.
The New York Times recordó que, cuidadoso de no herir susceptibilidades en el electorado norteamericano, Obama ya recorrió todo el país y dio discursos en sinagogas, iglesias, estadios y empresas. Pero a aún no ha pisado una sola mezquita o entidad musulmana en más de un año de campaña pese a las múltiples invitaciones. McCain tampoco se queda atrás. Convencido de que la gente considera que es el candidato con más experiencia militar y en el área de seguridad nacional, apuesta a quedarse con el nicho. No por casualidad, varios expertos en política exterior, seguridad nacional y fuerzas armadas suenan como posibles compañeros de fórmula de Obama.
2 comentarios:
Estimado Pedro:
Tienes razón; la sinceridad puede inducir a muchos gazapos. Se dice que ser sincero es reñir con las normas elementales de cortesía. Sin embargo, creo que debemos distinguir: una cosa es la sinceridad y otra el cinismo político. Cuando el asesor de McCain comete su pifia mediática, no está siendo sincero; está siendo cínico. Cuando los guaruras de Obama expulsan del evento proselitista a las musulmanas para no manchar el encuadre televisivo del demócrata, están siendo racistas, no sinceros. Se puede ser sincero y no apartarse ni un ápice de lo políticamente correcto. Pero no se puede ser racista ni cínico sin dejar de ser políticamente incorrecto. La simbiosis de ésto último es lo que ha llevado a los asesores de ambos candidatos a desnudar el lado burdo que tiene la política yanqui, pese al barniz idealista con que se encubren las campañas actuales.
Un saludo compadre: Eloy Garza
Tus comentarios, como siempre, son atinados y esclarecedores. Gracias Eloy
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