martes, 16 de marzo de 2010

"Ciudadanos" contra políticos: el caso de Italia


Por fin pude ver la estupenda película Il Divo, basada en los últimos años en el poder de Giulio Andreotti, viejo zorro de la política italiana durante un periodo asaz turbio y complicado. Cuando uno reflexiona sobre un político profesional como Andreotti, siete veces jefe de gobierno y sempiterno dirigente de la desaparecida Democracia Cristiana, no se puede evitar darse cuenta de cuán falaz es el discurso pretendidamente "ciudadano" que algunos esgrimen para tratar de enterrar a la clase política con el agumento de que los políticos no están a la altura de los "impolutos" ciudadanos a quienes dicen representar. Italia es el caso más claro que demuestra la falsedad de ese discurso que hoy abajofirmantes y anulistas nos quieren endilgar en México. La vieja clase política italiana fue barrida por corrupta para ser sustituida por unos gobernantes aún más corruptos, ineficientes y pedestres pero, eso sí, muy "ciudadanos". Silvio Berlusconi es su epítome.

"Que todo cambie para que todo permanezca igual"; la vieja fórmula gatopardiana cobró plena vigencia en su país de origen. Tras varios años de haberse suscitado la histórica rebelión de un electorado harto de inestabilidad y corrupción, que llevó a la espectacular caída en desgracia de casi la totalidad de la clase política tradicional, los italianos son testigos hoy de como sus nuevos dirigentes no solo han sido incapaces gobernar con honradez y eficacia, sino que son aún más venales y frívolos que sus vilipendiados antecesores. Se trata, como la definió Indro Montanelli, de una generación de “políticos pigmeos”, que hacen aparecer a los turbios Andreottis, Craxis, La Malfas y Martellis del pasado como estadistas añorables.

Por cierto que una de las pocas reformas que concretó la nueva clase política italiana tiene que ver con una propuesta hoy en boga en México: la reduccióin de los espacios para la representación proporcional en el Parlamento. Uno de los males principales que le reprochaban a la llamada Primera República italiana (el sistema que sustituyó a la monarquía parlamentaria tras la Segunda Guerra Mundial) consistió en el exceso de poder que ostentaban sobre el sistema político las burocracia partidistas, fenómeno al que se le conoce como partitocrazia. La solución de los aladides ciudadanos de allá fue aprobar una reforma para hacer que la mayoría de los escaños parlamentarios fueran electos en distritos uininomilaes dizque para que "los parlamentarios tuvieran un contacto más directo con los ciudadanos". Muy ponto se comprobó la ineficacia de dicha medida. Los parlamentarios siguen dependiendo en la misma proporción que antes de las burocracias partidistas y la partitocrazia goza de cabal salud en Italia. ¿Por qué, pues porque los partidos tienen varios mecanismos internos para lograr disciplinar a sus cuadros palamentarios, y eso es válido tanto para sistemas parlmentaristas como para los presidenciales. Cualquiera que se tome la molestia de conocer a fondo estos sistemas se dará cuenta que con la mera implantación de recetas facilonas no basta para obtener resultados genuinamente si no se atacan también los vicios, usos y prácticas que están más arraigadas en una cultura política disfuncional comno la italiana (o la mexicana, para el caso) como lo son el clientelismo, el patrimonialismo, el corporativismno, etc. ¿Cuándo entenderán esto los abajofirmantes? ¿Cuándo se van a poner a estudiar política comparada nuestros politólogos?

En Italia, bajo estas "ciudadanizadas" nuevas reglas electorales se celebraron los comicios de 1994, los cuales marcaron el fin definitivo al viejo sistema de partidos. La Democracia Cristiana sucumbió para dar lugar a formaciones centro derechistas pequeñas. El Partido Socialista desapareció definitivamente de escena. En cambio, surgió como la principal fuerza electoral la formación Forza Italia, una coalición de personalidades y grupos de derecha capitaneada por el empresario y ciudadano Silvio Berlusconi, quien fue designado por el Parlamento para formar gobierno gracias a la alianza que entonces concertó con el líder de los neofascistas (ahora disfrazados bajo nueva denominación) Giafranco Fini y en el dirigente de la Liga Norte, el enjundioso Umberto Bossi.

Todos esperaban que la administración de Berlusconi fuera revolucionaria. Después de todo, se trataba del ascenso al poder de una clase política completamente nueva, "ciudadana", sin nexos con los viejos partidos ni con los intereses que estos representaban y, por lo tanto, comprometidos únicamente con el cambio. Además, la representación proporcional había mnguada en favor de un sistema que supuestamente permitía mayor contacto (y, en consecuencia, mayor rendición de cuentas entre el ciudadano de a pie y su diputado). Pero las esperanzas de reforma fueron nuevamente desairadas. El gobierno de Berlusconi y de sus aliados Fini y Bossi navegó el la indecisión y la mediocridad, hasta que cayó víctima del mismo mal que había llevado a la vieja clase política al desastre: la corrupción. En 1996 se hicieron necesarias nuevas elecciones generales, las terceras en cuatro años, de las que salió triunfante la centro izquierdista Coalición del Olivo, formada principalmente por el Partido de la Izquierda Democrática, la cual postuló como candidato a primer ministro al ex democristiano. Romano Prodi, hombre de poca experiencia política, pero que se había destacado como un gran administrador. También fracaso estrepitosamente. Hoy Berlusconi está de nuevo en el poder con una serie de sumarios anticorrupción que lo persiguen y con el país estancado económica, social y políticamente.

Es evidente la diminuta dimensión de la nueva clase política italiana, integrada por magnates egocéntricos, neofascistas renovados, independentistas mesiánicos y comunistas reconvertidos en socialdemócratas. No hace mucho, mediante una genial alegoría, Michelangelo Bovero imaginó el más execrable régimen posible, la Kakistocracia, resultado de la nefasta combinación de las peores formas de gobierno: tiranía, oligarquía y oclocracia, en una crítica apenas velada contra tres de los principales dirigentes de la Italia actual: Fini, Berluscuni y Bossi.

Lo que sucede en Italia es una advertencia, por cierto que no la única, que debemos tomar en cuenta en México cuando escuchamos las voces seráficas de nustros adalides ciudadanos: no basta con la disolución de una vieja clase política corrompida e ineficaz para garantizar el éxito de un régimen democrático, si quienes la relevan en el poder son aún más corruptos e ineficaces. Y menos aún si a corrupción e ineficacia sumamos demagogia, populismo y mesianismo.

domingo, 14 de marzo de 2010

El estilo y el porte no bastan (por lo menos en Gran Bretaña)




Por primera vez en muchos meses los sondeos electorales en Gran Bretaña indican la posibilidad de que los laboristas británicos conserven el poder en las elecciones previstas para el 6 de mayo. Según esas encuestas, el partido del primer ministro Gordon Brown obtendría 35% de los votos, contra 37% para los conservadores, pero por las pecularidades del sistema electoral británico,esa frágil diferencia podría traducirse en 317 bancas para el laborismo contra sólo 236 para los tories . Brown debería, en ese caso, gobernar apoyándose en una coalición con los demócratas-liberales (LibDem), el tercer partido en importancia en el escenario británico.

Tras una terrible travesía del desierto, esta recuperación representa casi un milagro para el primer ministro británico. La crisis financiera, la recesión, el escándalo de los gastos de representación de sus parlamentarios, el pantano afgano, las luchas intestinas del laborismo y sus repetidas gaffes habían terminado por cansar a los británicos. Y pensar que hasta hace pocas semanas, David Cameron, líder de los conservadores desde 2005, parecía seguro de la victoria.

¿Qué pasó?, ¿Cómo es posible que un gobernante comprobadamente ineficaz y impopular aspire, de repente y contra todo pronóstico, a salvar la chamba? ¿Cómo es posible que los tories haya perdido la abismal ventaja que tenían hasta hace poco. Pues señores, es que en política el estilo y el buen porte no basta (o no debería bastar). Los británicos no sólo esperan de él estilo, sino también contenidos que justifiquen el relevo en Downing Street. David Cameron, antiguo ejecutivo de Relaciones Públicas, ha sabido crearse la imagen de líder próximo y carismático, pero le han faltado ideas de cómo resolver los problemas económicos del país. El estilo sin contenido no sirve de nada.

Cameron es el líder del partido conservador (los “Tories”) desde hace tres años. Llegó a este cargo con 39 años, siendo un auténtico desconocido pra la mayoría de l opinión pública. Poco a poco, su equipo fue “desvelando” detalles sobre él: hijo de un stockbrocker, creció en una casa de campo, se educó en el elitista Eton (donde también fueron los príncipes Guillermo y Enrique) y se graduó en la no menos presitigiosa Oxford. Su mujer está emparentada con la realeza y tuvo un hijo que nació con parálisis cerebral (ya murió). Guapo y de porte aristocrático, trabajó como Director de Comunicación en una gran empresa de la City (Carlton Communication), donde aprendió a manejar su propia imagen ante los medios y reposicionar a su partido. Llegó a hacerlo tan bien, que la prensa internacional llegó a decir que Cameron había conseguido “make Conservatives cool again”. Sin embargo, las dudas sobre su capacidad de gestión planean desde el principio. Gordon Brown lo ha etiquetado como el “do-nothing conservative” y aprovecha cualquier oportunidad para llamarlo “novato”.

Y es que Cameron ha tenido momentos en los que no ha sabido dar respuesta a problemas del país. Como en septiembre del año pasado: cuestionado por la quiebra del Lehman Brothers apareció dubitativo, no supo decir si estaba a favor o en contra de apoyar a los bancos con dinera público. Ahora carga con el sambenito de “insustancial” que le han endilgado los labroristas, que está calando entre el electorado.Quizá sea demasiado tarde para salvar al pobre de Gordon Brown, pero toda esta caída tan inesperada y de último momento de Cameron demuestran que el británico es un electorado relativamente más refinado que algunos otros que se conforman con un buen copete y una historia de telenovela.

¿Verdad, Enrique Peña Nieto?

miércoles, 10 de marzo de 2010

Propuesta al Senado para la apertura del sistema de partidos

Este es el texto de la propuesta para la apertura del sistema de partidos que un grupo de ciudadanos mexicanos presentamos al Senado de la República. Lo hicimos preocupados por la tendencia que exhiben los tres grandes partidos políticos a cerrar aún más la posibilidad de que nuevas organizaciones políticas tengan la posibilidad de participar en elecciones. Si se lee y entiende bien el texto, se verá qu no se trata de formar nuevos negocios que medren del erarario público (de hecho, solicitamos eliminar el subsidio a priori las elecciones), sino de eliminar las injustas trabas que prevalecen actualmente para la formación de partidos emergentes que los obligan, entre otras cosas, a recurrir a pactos corporativos y clientelares para poder participar en las elecciones.


México D.F., a 9 de marzo de 2010

SEN. CARLOS NAVARRETE RUÍZ
Presidente de la Mesa Directiva del Senado de la República
Coordinador del Grupo Parlamentario del Partido de la Revolución Democrática

SEN. GUSTAVO ENRIQUE MADERO MUÑOZ
Presidente de la Junta de Coordinación Política del Senado de la República
Coordinador del Grupo Parlamentario del Partido Acción Nacional

SEN. SENADOR MANLIO FABIO BELTRONES RIVERA
Presidente del Instituto Belisario Domínguez del Senado de la República
Coordinador del Grupo Parlamentario del Partido Revolucionario Institucional

SEN. FRANCISCO AGUNDIS ARIAS
Coordinador del Grupo Parlamentario del Partido Verde Ecologista de México

SEN. LUIS MALDONADO VENEGAS
Coordinador del Grupo Parlamentario del Partido Convergencia

SEN. ALBERTO ANAYA GUTIÉRREZ
Coordinador del Grupo Parlamentario del Partido del Trabajo


P R E S E N T E S

Asociarse pacíficamente, así como participar en elecciones para votar y ser votados son derechos elementales de los ciudadanos en cualquier democracia y están expresamente consagrados en nuestra Constitución. Resulta por ello necesario, en el marco de un ánimo generalizado de participar en la reforma política del país, que en el tema de la representación estos elementos prevalezcan. No deben ser ni el gobierno, ni mucho menos los partidos políticos ya existentes, los que determinen quienes deben participar en los comicios, sin escuchar la voz del ciudadano. Esta voz exige más espacios de participación, requisitos sencillos para organizar nuevos partidos y competir en condiciones de equidad, independencia y pluralidad como principios fundamentales del sistema democrático.

Desde la promulgación de la ley electoral federal de 1946, han regido disposiciones destinadas a restringir la creación y participación de nuevos partidos. De hecho, nuestra legislación electoral ha sido un caso sui generis a nivel internacional, pues prácticamente en ninguna democracia del mundo se exigen tantos requisitos para la constitución y registro de nuevos partidos, al mismo tiempo que se mantiene el monopolio de registro de candidatos a favor de los partidos existentes. En las democracias consolidadas, existen criterios diferenciados para el registro de los partidos políticos. Se exigen diferentes condiciones para participar en elecciones, para recibir recursos públicos y/o para lograr acceder a la representación parlamentaria.
Nuestro marco legal vigente establece que para constituir un partido político se deberá formular una declaración de principios, un programa de acción y estatutos, así como contar con 3,000 afiliados en por lo menos veinte entidades federativas, o 300 afiliados en por lo menos 200 distritos uninominales. Esto, sin que el número total de afiliados pueda ser inferior al 0.26% del Padrón Electoral Federal. Además de realizar asambleas en ese mismo número de entidades o distritos, con un elevado número de asistentes y en presencia de notarios públicos o funcionarios electorales.

Las condiciones que impone la ley, de afiliar y celebrar asambleas estatales o distritales en un tiempo límite, han tergiversado la naturaleza de la participación ciudadana, que debe sustentar el origen y derecho al registro legal de los partidos. En la práctica, ha obligado a las organizaciones que aspiran a constituir un nuevo partido político a depender de grupos y corporaciones con capacidad de movilización, utilizando métodos innobles, como efectuar rifas, sorteos y eventos populares o, descaradamente, pagar por la presencia de los supuestos afiliados.

Mantener un criterio restrictivo, privilegiando dinámicas del pasado, favorece la petrificación y esclerosis del actual sistema de partidos, quienes están lejos de representar la pluralidad existente en nuestra sociedad. Si aspiramos a vivir una democracia plena, debemos acabar con ese círculo vicioso que pervierte a los institutos políticos desde su creación, levantar las restricciones que aún pesan sobre el ejercicio del derecho de asociación política y permitir la participación de candidatos independientes a cargos de elección popular. Ofrezcamos más canales de participación a nuevos actores que, de manera individual o colectiva, quieren participar en la transformación nacional.

Es imperativo garantizar la consolidación de un sistema de partidos fuerte y representativo con el propósito de trabajar en favor de la gobernabilidad, pero también es importante ampliar los canales de participación. Hay formas de abrir la competencia sin debilitar el sistema de partidos, como lo prueban las experiencias de otros países en donde participar en elecciones es fácil, pero no lo es tanto acceder al parlamento y/o recibir financiamiento público. Urge abrir el abanico de opciones sin que esto implique mayores recursos del contribuyente. Por ello, pedimos se considere volver a adoptar en nuestro país el modelo de “registro condicionado al resultado en las elecciones” para nuevos partidos políticos. Por ello, proponemos a esta H. Soberanía:

1. Establecer requisitos asequibles a la ciudadanía y a sus organizaciones políticas para tener derecho a participar en elecciones, lo cual no implica utilizar recursos públicos para ello. Esto es, que una organización política pueda obtener “registro condicionado” y aparecer en las boletas electorales como partido político nacional acreditando el apoyo en firmas de un porcentaje mínimo del padrón (0.5%), contar con declaración de principios, programa y estatutos y comprobar actividad política previa a nivel nacional.

2. Que un partido político con registro condicionado pueda validar su registro y obtener el reembolso de gastos de campaña si, y sólo si, cumple cabalmente con las obligaciones establecidas en ley en materia de transparencia y rendición de cuentas, hasta por el monto que para tal efecto se haya establecido, y siempre y cuando haya obteniendo al menos el 1% de la votación efectiva.

3. Que un partido con registro condicionado tenga el derecho a la asignación de legisladores por el principio de representación proporcional cuando obtenga al menos el 2% de la votación nacional efectiva.

4. Establecer que los partidos políticos con registro local puedan postular candidatos a diputados federales y senadores en el ámbito de la entidad federativa que corresponda, recibiendo en consecuencia las prerrogativas y financiamiento en condiciones de equidad respecto de los partidos políticos nacionales.

El esfuerzo de una reforma política quedaría inconcluso si no se aprovecha la oportunidad histórica de abrir el sistema de partidos y de acercar a éstos a los ciudadanos. Retomemos el espíritu de la reforma política de 1977 y apostemos a un México plural. Oxigenemos la vida política de México fortaleciendo y fomentando la participación, abriendo más opciones para los ciudadanos.


ATENTAMENTE,

martes, 9 de marzo de 2010

Comparsa su chingada madre, Sr. Reyes Heroles Junior.


El día de hoy en el diario Reforma el opinador Federico Reyes Heroles publicó un artículo ofensivo, haciendo gala de tonito pedante y autoadulatorio que siempre le ha caracterizado a sus escritos, acusando a todos quienes criticamos las propuestas de reforma electoral -tanto las presidenciales como la del PRI y el PRD- de ser "comparsas del status quo de siempre". Quizá el hijo del insigne autor de El Liberalismo Mexicano no se ha enterado, pero muchos de quienes nos oponemos a las propuestas de reforma de la triada partidista lo hacemos preocupados porque buscan mantener cerrado al sistema de partidos, hecho que de suyo es gravísimo e implica una grave regresión en nuestro régimen representativo. Conocedor como, se supone, este pedante tan pomposo como engreído es de lo que sucede en el mundo, debería saber que no basta con candidaturas independientes y con reelección legislativa para contar con un sistema de partidos fuerte y representativo. En ninguna parte del mundo la legislación electoral impone tantas y tan injustas trabas a las organizaciones emergentes como en México. Ese, me parece a mí y a mucha gente especializada en el tema, es el problema de fondo. Pero Reyes H nos llama "comparsas" únicamente porque no estamos de acuerdo con él. ¡Qué vergüenza y que falta de mesura de quien se cree uno de los puntales del mundo intelectual mexicano!
En ninguna parte de su articulito de hoy veo que Reyes H se preocupe por comentar las objeciones de quienes exigimos abrir al sistema de partidos a nuevas expresiones políticas derogando las injustas condiciones actuales y de quienes estamos preocupados por las limitaciones que pretenden imponerse a la representación proporcional. Ojalá este señor fuera un poquito menos grandilocuente a la hora de aquilatar sus presuntas aportaciones al debate político mexicano y se tomara la molestia de entender cuáles son nuestras críticas, objeciones y propuestas y de comentarlas con seriedad.

Entiéndalo, ser Reyes Heroles junior: demandamos la apertura del sistema de partidos y el fin efectivo del oligopolio actual, y las propuestas del PAN , del PRI y, en buena medida, del PRD procuran exactamente lo contrario. Por eso son regresivas. Ustedes, con sus desplegados y sus firmas, apoyan un regresión en el sistema de partidos mexicano. ¿Cómo se atreve a decirnos a nosotros que estamos a favor del status quo de siempre simplemente porque nos atrevemos a no estar de acuerdo con los abajofirmantes?

viernes, 5 de marzo de 2010

Las inminentes elecciones británicas y sus lecciones para México y sus abajofirmantes.


Se acercan las elecciones en Gran Bretaña y para México estos comicios representan una oportunidad muy especial para comprobar como funcionan en la realidad ciertos mecanismos electorales que ahora mismo algunos (el gobierno de Calderón, para empezar) nos quieren vender como si se tratase de la última Coca Cola en el desierto. En concreto, me refiero a la reelección parlamentaria y a la guerra que se pretende declarar en contra del proporcionalismo. El Reino Unido tiene un añejo sistema electoral donde no existe representación proporcional y, por lo tanto, todos los miembros del parlamento son electos en distritos uninominales, lo cual, desde la óptica de nuestros frívolos adalides de la democracia "ciudadana" es ideal ya que permite, se supone, que exista una relación directa entre representantes y gobernados y, por lo tanto, los electores se ven en la posibilidad de aprobar o censurar con su voto la actuación del diputado de su distrito. Eso sencillamente es falso. Lo es en el caso del Reino Unido y lo es en el de otras naciones que carecen de representación proporcional (el de Estados Unidos es un ejemplo sui generis y difícilmente ejemplar, como lo hemos visto en otros post del Oso Bruno). Los electores asisten a las urnas no con el afán de "premiar" o "castigar" la labor de su representantes en concreto, sino para elegir al gobierno nacional. Encuestas más o menos recientes (2004) efectuadas en el Reino Unido demuestran que poco menos del 30% de los ciudadanos que asisten a las urnas sabe el nombre del representante de su distrito ante el Parlamento de Westminster, y que la abrumadora mayoría vota teniendo en mente quien será el próximo primer ministro y no como reacción a la forma particular en que el diputado del respectivo distrito se haya desempeñado en lo personal.

En mayo los británicos eligiran entre dos candidatos: Brown o Cameron, y quien afirme lo contario sencillamente no conoce al sistema político británico. Y si uno se asoma en el resto de las democracias europeas, latinoamericanas e incluso asiáticas la actitud del elector es practicamente idéntica: asiste a votar en los comicios generales sabiendo qué lo que está en juego es la formación de un gobierno nacional y por lo tanto vota antes por el partido que por el candidato, cuyo nombre incluso ignoran en la inmensa mayoría de las veces. Y si esto sucede en el Reino Unido y en naciones sin representación proporcional como Canadá, Chile, Francia y otros más, con mayor razón se experimenta en países donde priva l proporcionalismo como Brasil, Argentina, España y un largo etc.

Otra lección que deberían sacar los abajofirmantes del caso británico (si de verdad tiene algo de honestidad intelectual) es la apremiante necesidad que tiene el Reino Unido de adoptar esquemas de representación proporcional para lograr que las fuerzas políticas del país obtengan una bancada parlamentaria más afín a la votación que reciben en las urnas. Las demandas en este sentido son añejas e incluso ya fue aprobado en el Parlamento de Westminster un esquema de Voto Único Alternativo que podría funcionar en comicios futuros. Pero nuestros abajofirmantes creen que es muy democrático reducir los espacios a la representación proporcional. ¿Por qué no dejan de lado sus clichés y buenos deseos y se ponen a estudiar lo que pasa en el mundo real con las fórmulas que nos proponen? ¿Por qué no dejan por un rato a un lado el tonito melodramático y cursi con el que redactan sus desplegados y hacen uso de la famosa curiosidad intelectual para darle un repaso crítico a la historia electoral de las democracias modernas?

La realidad que los mexicanos debemos entender de los próximos comicios británicos es la siguiente: pronto habrá elecciones en Gran Brataña. Los electores irán a las urnas no para "premiar" o castigar" a su diputado, sino en la inteligencia de que decidirán entre Gordon Brown y David Cameron para ser primer ministro, entre laboristas o conservadores para definir al partido del gobierno, y lo harán haciendo uso de un deficiente sistema electoral que reduce injustamente la influencia política que deberían tener terceras fuerzas con destacada presencia nacional, como es el caso del Partido Liberal, a causa de no contar aún con ningún tipo de paliativo proporcional.
En el Reino Unido y sus maneras de elegir gobernante hay un par de lecciones para México. ¿Cuáles creen que sean, señores abajofirmantes?

martes, 2 de marzo de 2010

¡Jaime Bayly para presidente!


El Oso Bruno está feliz desde que se enteró que no de sus alter ego favoritos, el estupendo satirista, escritor y periodista peruano Jaime Bayly, se presentará como candidato a las elecciones presidenciales peruanas de 2011. Aunque muchos de los politiquillos profesionales se niegan a tomar en serio las pretenciones de este satirista, lo cierto es que será una estupenda oportunidad para evidenciar las múltimples miserias de la clase política peruana. Y ¡cuidado! en muy pocas semanas Bayly ya tiene un 6 por ciento de la intención de voto sólo en Lima y pasa el 3 por ciento en el resto del país, cifras bastante razonables a estas alturas, sobre todo si se recuerda que, por ejemplo, ALberto Fuimori empezó con menos y al final resultó electo (para desgracia de Perú, por cierto).

Claro, hay que reconocer que nuestro amigo rema contra corriente, cual debe de ser en un país tan profundamnete conservador como lo es Perú. Las propuestas económicas y sociales de este liberal irrestricto incluyen cosas como legalizar las drogas, despenalizar el aborto, permitir los matrimonios homosexuales, desaparecer a las Fuerzas Armadas en el Perú y eliminar las subvenciones económicas a la Iglesia Católica, son demasiado controvertidas para la derecha, mientras que la izquierda radical lo detesta por sus constantes críticas y burlas a los populistas latinoamericanos (en especial Chávez), mismas que no se cansa de erigir en su programa de televisión El Francotirador. Desde luego, en un país con políticos tan mediocres, la sola presencia de Bayly causa revuelo y ha recibido críticas de sus más probables oponentes, a los que el genial satitista ha dado puntual respuesta en su columna del diario Perú 21. He aquí algunas de sus respuestas




A Lourdes Flores, líder del Partido Popular Cristiano (PPC), quien señaló que la candidatura del periodista y escritor no debería tomarse en serio ya que "la gente busca encauzar su descontento con un personaje como él. Pero no siento que sea una propuesta válida", Bayly respondió de forma rápida e irónica: "El problema con Lourdes es que no ha tenido suerte en el amor. Yo le deseo suerte, pero ella lo que necesita no es ser presidenta del Perú, sino conseguir un buen esposo que le dé las satisfacciones que ella se merece". Además, apuntó que "la señorita debería aprender a usar mejor las palabras. Puede decir que mi candidatura no le gusta o le da miedo, pero la validez o invalidez no la decidirá ella, sino la autoridad electoral competente".

Por su parte, Ollanta Humala, el populista candidato de Hugo Chávez en las pasadas elecciones de 2006, dijo que "Jaime Bayly podría ser propuesta de un sector del poder económico" y que se buscaba con ello "dispersar el voto de la derecha(sic)"algo que el presentador del programa "El francotirador" respondió claramente: "Sabemos que es un mantenido, pero no sabemos el poder económico que lo mantiene. La diferencia entre usted y yo, señor Humala, es que yo vivo de mi trabajo y usted vive cómodamente de las propinas generosas de sus amigos. Por lo demás, es idiota suponer que el poder económico quiere dispersar el voto de la derecha".

Al ex presidente Alejandro Toledo también se le preguntó sobre la candidatura. A su modo de ver, "en democracia todos son libres de postular. Esperemos que sea una candidatura seria, porque luchar contra la pobreza que involucra a 12 millones de peruanos, esa lucha es un asunto serio, no es un asunto de chacota (broma), es un asunto de gran envergadura". Bayly, que atacó duramente a Toledo en la campaña electoral de 2001 cuando no reconoció en su momento a una hija, dijo que "es el mismo señor Toledo que se negó a reconocer a su propia hija. Es el mismo señor que se tomó a la chacota a su hija biológica".

Hasta el presidente Alan García opinó, aunque de manera más sensata, demostrando que aún tiene muy activos sus insuperables instintos políticos. "La veo (a la candidatura) con simpatía, porque ha puesto en el tapete una serie de temas que nadie pone y que sirven para que la gente piense, en los que se puede estar o no de acuerdo, pero es bueno que todos pensemos, como la relación con las religiones, el matrimonio entre homosexuales". Obviamente esta opinión de García ha sido la que más le ha gustado a Bayly. En El Francotirador agradeció las palabras presidenciales e incluso le pidió perdón por criticar su sobrepeso: "Le ofrezco mis disculpas a García. Él me ha dado una gran lección de lectura del debate. Que este gordo es problema suyo y de su esposa". Agregó que "como bien dice García, yo he planteado temas que otros candidatos no los tocan pero García, como buen político, no ha opinado si está de acuerdo o no con aquellos temas. Tampoco ha dicho si votará por mí, escudándose en el voto secreto, pero creo que le convendría que yo gane".

Desde esta humilde tribuna le deseamos mucha suerte a nuestro hermano satirista Jaime Bayly.

viernes, 26 de febrero de 2010

El adorable candor de Paco Calderón



PROYECTOS DE REFORMA POLÍTICA
Sucinto Análisis Comparativo

Propuestas incluidas por el PAN:
Reelección de alcaldes.
Reducción del número de legisladores electos por la vía proporcional
4% de la votación nacional como mínimo para el registro de partidos
Reducción del Congreso
Iniciativa ciudadana
Candidaturas independientes
Segunda vuelta en elección presidencial
Atribución a la SCJN para presentar iniciativas de ley
Iniciativa Preferente
Veto al presupuesto de egresos

Propuestas incluidas por el DIA
Totalidad de legisladores electos por la vía proporcional
Iniciativa Ciudadana
Candidaturas Independientes
Iniciativa Preferente
Veto al presupuesto de egresos
Revocación de mandato
Democracia directa
Autonomía del MP
Designación del Procurador por el Senado.

Propuestas incluidas por el PRI
Reelección de legisladores
Reducción del número de legisladores electos por la vía proporcional
Candidaturas independientes
Iniciativa Preferente
Ratificación parlamentaria del gabinete
Referéndum
Autonomía del Ministerio Público
Acotación del fuero
Moción de censura parlamentaria
Suplencia por falta del Presidente
Nuevo formato al Informe Presidencial
Declaración de Estado de Emergencia


Paco Calderón es un estupendo monero que casi siempre da en el clavo, pero ayer se voló la barda en lo que se refiere al candor y maniquísmo que, a veces, tienen sus cartones. Ver al PRI como el deleznable dinosaurio enemigo a vencer a toda costa me parecería muy bien si de verdad la opciones que tiene enfrente fueran, por lo menos, un poquito mejor. Está visto y comprobado que no lo son. Lo pero en lo que concierne a las propuestas de reforma política, tema del cartón de marras, paradójico resulta que la menos mala sea precisamente la del PRI, ya que no se limita a proponer reformas encaminadas a fortalecer el bipartidismo (aspecto sumamente negativo incluido en las ideas expuestas por el PRI y el PAN y que los abajofirmantes rehusan ver) sino que aborda el tema fundamental de las relaciones entre Ejecutivo y Legislativo que la pacota iniciativa gubernamental ignora por completo. Varias de las ideas del PRI son sumamente rescatables, como la moción de censura, la ratificación parlamentaria del gabinete, el cambio de formato del informe presidencial y la adopción de mecanismos de democracia directa. Las ideas del DIA no carecen de virtudes, en especial porque respetan el proporcionalismo. Por razones obvias (protección del actual oligopolio partidista)las tres omiten el tema esencial de lo que debería de ser una reforma de verdad democratizadora, más allá de visiones chatas y maniqueas: la apertura del sistema de partidos, con la promulgación de una ley especial en la materia que elimine las condiciones draconianas actualmente prevalecientes que cierran el paso a la participación de nuevas organizaciones en los procesos electorales y establezca un sistema de registro escalonado que elimine los onerosos (y ampliamente corruptores) financiamientos a priori a los partidos.

Después de leer las tres propuestas es muy difícil no pensar en la irresponsabilidad y precipitación de los abajofirmantes al entregarse tan candorosamente a la propuesta gubernamental, por mucho la peor y más incompleta de las tres. Las ganas de protagonismo y el amor a la pontificación llevó a nuestros presuntos intelectuales a una ridícula precipitación.

domingo, 21 de febrero de 2010

China, la potencia insatisfecha


El reciente enfriamiento en las relaciones entre China y Estados Unidos es reflejo de lo que muchos sinólogos han llamado el "síndrome de la potencia insatisfecha". El inmenso país asiático ha demostrado una enorme inmadurez en el manejo de sus relaciones y responsabilidades internacionales. Los líderes de Beijing se caracterizan en su actitud ante el mundo por el inmediatismo y una excesiva desconfianza hacia Occidente y poco cabe esperar de ellos actualmente en relación con el equilibrio mundial y el mantenimiento de la paz y seguridad internacionales.

Hasta hace poco prevalecía en Washington una visión optimista que sostenía que China, como efecto de su acelerado desarrollo económico y sus crecientes relaciones con el mundo capitalista, se iría convirtiendo en una sociedad desideologizada y pragmática capaz de liberalizar gradualmente su política y cultura y sería capaz de asumir de forma seria compromisos internacionales de gran calado. Quienes así opinan describen en China una potencia conservadora esencialmente interesada en mantener la estabilidad regional y concentrada en conseguir sus metas de crecimiento económico. Esta visión de China sostiene que su poderío militar es limitado en virtud del relativo atraso tecnológico de sus fuerzas armadas, y señala que, en general, la política exterior de Pekín ha sido y será por naturaleza “reactiva más que agresiva”. De acuerdo con esta lógica, Estados Unidos y sus aliados tienen razones más que suficientes para buscar establecer una política “de compromiso” con los dirigentes chinos para evitar que una China marginada se convierta en un problema mundial.

Pero en los últimos años se demuestra que quienes tenían una visión más pesimista sobre las aspiraciones internacionales de China estaban en lo correcto. China es una potencia emergente de casi 1,300 millones de habitantes, dueña de un vasto arsenal nuclear y que dedica inmensos recursos económicos anualmente a mejorar su capacidad militar. Dirigida por una gerontocracia totalitaria y ambiciosa que se sostiene en el poder gracias a un ejército chauvinista obsesionado en lavar humillaciones del pasado, China no descarta en absoluto establecer una indiscutible hegemonía en Asia y hacer valederas, a como de lugar, una serie de reclamaciones territoriales a costa de sus vecinos. Queda claro que China es la principal amenaza a la paz y seguridad internacionales y será inevitablemente el principal rival de Estados Unidos y sus aliados en el siglo XXI y es imprescindible que Estados Unidos emprenda una política de contención frente a China similar a la utilizada contra la Unión Soviética durante la guerra fría. Es decir, mantener perennemente una poderosa presencia militar en la zona, entablar una “carrera armamentista” con los chinos que le procure a Estados Unidos una considerable supremacía y no ceder ni un ápice en lo concerniente a la defensa de Taiwan.

Washington ha inetentado por todos los medios de establecer una política “de compromiso” con Pekín, seguro de la validez de la máxima que reza “trata a China como un enemigo y tendrás en China a un enemigo”. Pero la actitud china frente al gobierno de Obama demuestra que China ha sido incapaz de responder positivamente al aperturismo occidental y matiene como sus guías de conducta su tradicionales resquemores y desconfianzas. Este país no esta interesado por el momento en asumir las responsabilidades de una gran potencia mundial y si Estados Unidos no es capaz de ponerle un hasta aquí será causa de desequilibrios inmanejables y de graves enfrentamientos internacionales.

El principal factor que hace de China un país potencialmente desetabilizador reside en el hecho de que se trata de una potencia insatisfecha, y las causas de su insatisfacción son fundamentalmente difíciles de resolver. Desde luego, el caso de Taiwan es el más importante motivo de irritación para los líderes chinos. El objetivo fundamental de la política exterior de China es lograr la reunificación de esta “provincia rebelde”. Pero el problema de fondo es que en Taiwan es ya mayoritaria la población que nació en la isla y no se siente identificada ni con China continental ni con las fútiles aspiraciones de representar al “único gobierno legítimo” que hasta la fecha conserva la vieja clase política. Tarde o temprano un gobierno democráticamente electo manifiestará abiertamente el deseo de la isla de independizarse, y es previsible que China amenace seriamente con una intervención militar.

Asimismo, la obsesión china de contar con “fronteras seguras” está en el fondo de las disputas territoriales que sostiene este país con sus vecinos. China rechaza las reclamaciones japonesas sobre las islas Diaoyu, las de Vietnam sobre las islas Paracel, y las que varias naciones del sudeste asiático hacen sobre las islas Spratly. Además, tiene diferencias con Vietnam sobre la demarcación del Golfo de Tonkin y hace reclamaciones territoriales a Rusia, Tadjikistán, India e incluso a Corea del Norte.

Otro gran problema reside en el cortoplazismo y en la concepción demasiado instalada en la cruda lógica de lucha por el poder que inspira a los dirigentes chinos en su política exterior. Aunque China, en términos generales, ha procurado “seguir las reglas del juego”, algunos rasgos significativos dejan ver una tendencia que busca lograr ganancias unilaterales a expensas de la estabilidad regional e internacional. En ese sentido han de ser consideradas las reclamaciones territoriales ya citadas, cuya intensidad se acentúa o disminuye según lo demande la ocasión, y la colaboración de China con el desarrollo militar, el patronazgo, y el sostenimiento conómico de regímenes deleznables en Asia y Africa. China sencillamente es incapaz de asumir plenamente las responsabilidades que implica ser una gran potencia y mantiene una muy trasnochada Realpolitik.

Un último factor de inestabilidad, tal vez el más delicado, lo representan las graves disparidades y contradicciones internas que existen en China y que podrían dar lugar a indeseables pugnas por el poder. En muchos sentidos, este enorme país constituye una paradoja. Siendo en los números una gran potencuiaeconómica y militar Con algunos parámetros presenta indicadores de nación del tercer mundo (sobre todo en las regiomnes mucho menos desarrolladas del interior) , su desarrollo tecnológico tidavía va claramente a la zaga y la población sigue siendo predominantemente rural. Prevalecen graves desequilibrios regionales. El desarrollo económico acelerado es privativo únicamente de algunas regiones, las que han sido consideradas como “zonas económicas especiales”, casi todas ubicadas en la costa, mientras que las provincias del interior mantienen un subdesarrollo impresionante. Estas disparidades ya se han manifestado en el surgimiento de tendencias separatistas y en el soterrado incremento de tensiones sociales y políticas. La modernización económica ha provocado el traslado de aproximadamente 130 millones de chinos del campo a las ciudades, y se calcula que hay otros 200 millones listos para emigrar pronto, lo que sin duda ha creado una potencial situación de cambio político y social profundo. Además, queda el nada despreciable problema de que, a final de cuentas, el régimen sostiene una ideología que está muerta. El Partido Comunista se mantiene en el poder como parte de una inercia y con base a la coerción. Las presiones por democratizar el sistema político podrían crecer en los próximos años, provocar una reacción más o menos enérgica de los ortodoxos e iniciar una etapa de incertidumbre.

Occidente no puede darse el lujo de confrontar abiertamente a China, pero ha llegado la hora de hablarle al dragón un poquito más fuerte y claro y de hacerle ver que en el siglo XXI ser una gran potencia implica el cumplimiento de grandes responsabilidades y compromisos internacionales.

miércoles, 17 de febrero de 2010

Antiintelectualismo y Política en Estados Unidos


En Estados Unidos (y en muchos países más) ser o parecer un intelectual es un gravísimo defecto para quienes se dedican a la política. Nadie ignora, por ejemplo, que la chabacanería mental de Bush Jr. de mucho le sirvió para derrotar a los "nerds" Gore y Kerry en las elecciones presidenciales de 2000 y 20004. La última expresión de esta derecha antiintelectual es el llamado "Tea Party" que aglutina a buena parte de la oposición más conservadora en contra del presidente Obama y cuya principal característica es un furibundo desprecio por la inteligencia. Basta escuchar las barbaridades que suelen propalar comentaristas de la talla de Limbaugh, Debbs, Hannity y otros muchos por el estilo (los conservative talk shows se cuentan por decenas en todo Estados Unidos) para entender que en el país más poderoso del mundo se desconfía de la inteligencia como atributo de los líderes.
El antiintelectualismo tiene una larga tradición en los Estados Unidos. En 1964 el politólogo Richard Hofstadter ganó el premio Pulitzer con un libro interesantísimo que se llama Anti-Intellectualism in American Life donde exploraba las profundas raíces del rechazo por todo aquel sabiondillo que sabe demasiado. Según Hofstadter, el antiintelectualismo tuvo sus orígenes en características estadounidenses anteriores a la fundación de la Nación: la desconfianza ante la modernización laica, la preferencia por soluciones prácticas a los problemas y, por sobre todas las cosas, la influencia devastadora del evangelismo protestante en la vida cotidiana. También llama mucho la atención la reflexión que hace Hofstadter ante la ironía de que un país que fue creado por intelectuales (la mayoría de los firmantes de la declaración de Independencia lo eran) se deprecie y desconfíe tanto del político que antepone la razón a los sentimientos o a la fe. También subraya algo que es cardinal para entender a todo aquellos que reaccionan en contra de la inteligencia en política. "La mente fundamentalista es esencialmente maniquea; piensa que el mundo es el escenario del conflicto entre el bien absoluto y el mal absoluto y, por lo tanto, desprecia los acuerdos (¿quién pactaría con Satanás?) y no puede tolerar ninguna ambigüedad. No puede dar ninguna importancia a lo que considera meros grados ínfimos de diferencia."
Evidentemente, estas verdades profundas sobre el carácter maniqueo del antiintelectualismo se aplican perfectamente al neoconservadurismo norteamericano pero también a todos los populismos y fundamentalismos de izquierda y de derecha que pululan por aquí y por allá. Ah, por que esto de desconfiar de la inteligencia en absoluto es privativo de la derecha cristiana del Partido Republicano, ¡Qué Bah! Está presente, y de qué forma, en las actitudes de los populistas de izquierda que dividen al mundo en buenos y malos y no admiten ningún tipo de matices que atemperen sus dogmas. Pero al cuestionarse a quienes piensan, al denunciar a aquellos que supuestamente profieren un discurso "para pocos" y que, por consiguiente (dicen) responde a las expectativas y preocupaciones de unos pocos e ignora "las preocupaciones e intereses de las mayorías y el lenguaje que permite hablarle al pueblo" se opta por desterrar a la razón de la tarea de gobernar y los resultados suelen ser absolutamente desastrosos.

martes, 16 de febrero de 2010

Toyota y sus problemas


Los ingentes problemas que enfrenta la empresa automotriz japonesa Toyota han dado lugar a una serie de estupendos chistes en la televisión gringa, seguramente reflejo de una shadenfreude resultado de tantas décadas en las que la industria automotriz estadounidense ha debido tolerar el liderazgo de sus rivales japoneses. He aquí algunas perlas resultado de esta catarsis:

"Over the next two weeks, we're going to have the Winter Olympics... They're doing something this year that is going to add a little more excitement. All the bobsleds are made by Toyota," Jay Leno.

"Critics of the automobile industry are saying that Toyota executives knew about the problems with the brakes years and years ago. And they're wondering, rightly so, why did they drag their feet? Well, trying to stop the car. That's what they were doing," "Things are dangerous, and I'm coming to work in my car. Here's how scary it is. The navigation lady was actually praying," Letterman.

Leído en Twitter: User @evilray posted: "Hey, y'all! Check out my new Toyota keyboaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaa..."

"Toyota has issued a recall of 8.1 million vehicles whose faulty gas pedals could cause them to accelerate out of control. In their defense Toyota's slogan is "Moving Forward" -- they don't say anything in there about stopping," The Colbert Report.