jueves, 11 de febrero de 2010
"Don César"
No cabe duda que el Secretario de Gobernación se aventó una fina ironía al presentar su renuncia al PAN. ¿Se imaginan al pobre de César Nava como un "Don" con esta cara de pendejazo que tiene?
Por cierto, estuve leyendo ayer algunas reacciones a botepronto de nuestros opinadores sobre la renuncia en Twitter y Facebook. ¡Verdadermente lamentables la inmensa mayoría de ellas! ¡Qué superficiales, cursis y, en ocasiones, naifs son! El peor es el junior de Krauze, un sujeto que poco tiene que aportar más allá de su apellido, porque de "León" tiene muy poco. Habrá que decirle "Don León".
miércoles, 10 de febrero de 2010
Zapatético
Zapatético, el incompetente y desatinado gobernante de España, llegó esta semana a la sima de su popularidad. Vive una autentica pesadilla y el hombre nada más no sabe como salir de ella. La improvisación y la incapacidad de ver cara a cara las dificultades para enfrentarlas han sido las características fundamentales de su desgobierno. Primero creyó que la burbuja española era eterna y no tomó medidas de prevención cuya urgencia le fue advertida en su oportunidad por infinidad de observadores; luego negó a pies juntillas que hubiera crisis; más tarde acusó de la misma a los norteamericanos; después apeló al recursillo populista de inyectar dinero público a mansalva, y finalmente, con la soga al cuello, pensó que a España la iba a sacar adelante Francia y Alemania en el momento en que las locomotoras europeas volvieran a crecer, cosa que no ha pasado y no tiene visos de ocurrir en el corto plazo. Y a todo esto habrá que sumar que el país va que vuela a los 5 millones de desempleados.
El colmo lo tuvimos hace poco cuando ZP asistió como invitado de honor a Washington al Desayuno Nacional de Oración. Me llaman la atención todos esos progres mexicanos que con justificadísima razón ponen el grito en el cielo cuando Calderón o alguna de nuestras zafias y mojigatas autoridades le hacen el juego a la Iglesia Católica ahora se hayan felicitado "de lo bonito que habló Zapatero ante Obama los cristianos gringos". Pero lo peor es que el papelito no le valió de nada, no se revirtió el desaire que le ha hecho Obama a la cada vez más irrelevante Europa al negarse a celebrar una cumbre en Madrid. El pobre de Zapatético contaba con sacar mucho provecho de la presidencia española de la UE, pero las cosas se le han revertido al presidente del gobierno español, convertido en hazmerreir del viejo continente. El ridículo alcanzó su máxima cota en la reciente conferencia económica de Davos, donde el muy bruto ZP no tuvo ocurrencia mejor que aparecer en un panel al lado del griego Papandreou y del letón Zatlers, con lo que terminó por meter a España en el club de los enfermos graves de Europa, poniéndole en la lupa de mercados financieros y analistas como firme candidato a entrar en una situación de insostenibilidad de sus finanzas públicas.
Zapatero no tiene posibilidad alguna de reelegirse para un tercer mandato, y eso que la oposición representada por Marianito Rajoy y la alocada derecha española no es mucho mejor. Va llegando la hora de que ZP y el PSOE empiecen a preparar un relevo que logre salvar a España de las garras del PP.
El colmo lo tuvimos hace poco cuando ZP asistió como invitado de honor a Washington al Desayuno Nacional de Oración. Me llaman la atención todos esos progres mexicanos que con justificadísima razón ponen el grito en el cielo cuando Calderón o alguna de nuestras zafias y mojigatas autoridades le hacen el juego a la Iglesia Católica ahora se hayan felicitado "de lo bonito que habló Zapatero ante Obama los cristianos gringos". Pero lo peor es que el papelito no le valió de nada, no se revirtió el desaire que le ha hecho Obama a la cada vez más irrelevante Europa al negarse a celebrar una cumbre en Madrid. El pobre de Zapatético contaba con sacar mucho provecho de la presidencia española de la UE, pero las cosas se le han revertido al presidente del gobierno español, convertido en hazmerreir del viejo continente. El ridículo alcanzó su máxima cota en la reciente conferencia económica de Davos, donde el muy bruto ZP no tuvo ocurrencia mejor que aparecer en un panel al lado del griego Papandreou y del letón Zatlers, con lo que terminó por meter a España en el club de los enfermos graves de Europa, poniéndole en la lupa de mercados financieros y analistas como firme candidato a entrar en una situación de insostenibilidad de sus finanzas públicas.
Zapatero no tiene posibilidad alguna de reelegirse para un tercer mandato, y eso que la oposición representada por Marianito Rajoy y la alocada derecha española no es mucho mejor. Va llegando la hora de que ZP y el PSOE empiecen a preparar un relevo que logre salvar a España de las garras del PP.
sábado, 6 de febrero de 2010
Sueños
miércoles, 3 de febrero de 2010
Un chasco llamado Alonso Lujambio
¡Qué desilusionado me tiene Alonso Lujambio! Este Oso saludó con entusiasmo el nombramiento de Lujambio como secretario de Educación Pública hace poco menos de un año por que pensaba de buena fe que un intelectual de su pretendida talla emprendería políticas agresivas y eficaces para combatir los graves rezagos educativos que aquejan al país, además que veía en él la posibilidad de una candidatura presidencial panista de corte más liberal e ilustrada de lo que pueden ofrecer el resto de los mediocres aspirantes albiazules (¡Qué impresionante páramo de liderazgos tiene el PAN!) Sin embargo, hoy me queda claro que Alsonso es un funcionario mediocre, conservador e indeciso que se ha limitado a bailar la música que le toca la maira Elba Esther y cuyo perfil como presidenciable se desdibuja cada vez más. El colmo de la displicencia de Lujambio como secretario la vimos a principios de año cuando el gobierno mexicano decidió cerrar la misión diplomática de México ante la Unesco y este señorito no dijo ni pío. ¿Conocía Alsonso la trascendencia del papel de México ante esta organización? ¿Conocerá este distinguido intelectual, de tan pedantes formas, cosas como que Torres Bodet fue el segundo Director de la UNESCO, del destacado rol de la Dra. Lourdes Arizpe como Subdirectora General para la Cultura de la organización, de que nuestro país tiene con 25 sitios declarados Patrimonio Cultural de la Humanidad, 4 declarados Patrimonio Natural de la Humanidad, 30 sitios declarados Reserva de la Bioésfera y 39 sitios están inscritos en la Lista Tentativa de Patrimonio Cultural o Natural de la Humanidad? . Quizá, y si no lo sabía seguro ya se lo memorizó con el alud de protestas que se han verificado a raíz de esta lamentable decisión.
Lujambio debió haber defendido a capa y espada la presencia de México ante la UNESCO, pero no lo hizo porque es un burócrata pusilánime. Hay quienes quieren ver en Lujambio, sobre todo en los círculos académicos afines a él, la posibilidad de construir una candidatura dizque ciudadana que procure impedir el regreso del PRI a Los Pinos. En ese sentido van muchas de las opiniones que hemos criticado aquí, como aquella de “la idea es que pierda el PRI” de la inefable Dresser. Sugieren que sí el PRI pierde elecciones estatales con “ciudadanos” de la laya de Moreno Valle o Miguel Ángel Yunes se le hará más difícil a este partido organizar su impresionante maquinaria electoral en el 2012 y lograremos el milagro de impedir que el dinosaurio vuelva a ocupar la presidencia. La pregunta, hoy más que nunca es ¿Para qué? ¿Para que los conservadores ineficaces y corruptos del PAN tenga otra oportunidad de perjudicar al país? No basta con enarbolar la bandera de una presunta “política ciudadana” y tratar de inventar en el pusilánime de Lujambio una “genuina opción ciudadana” que, como el todo el mundo sabe, basará sus aspiraciones en la enorme influencia de esa ciudadana ejemplar que es Elba Esther Gordillo. Alonso Lujambio es un político conservador de limitadas miras y muy magros resultados. No representa ni una opción ciudadana ni una mejora sustancial frente a lo que puede ofrecer el PRI. No hay que dejarse engañar.
Lujambio debió haber defendido a capa y espada la presencia de México ante la UNESCO, pero no lo hizo porque es un burócrata pusilánime. Hay quienes quieren ver en Lujambio, sobre todo en los círculos académicos afines a él, la posibilidad de construir una candidatura dizque ciudadana que procure impedir el regreso del PRI a Los Pinos. En ese sentido van muchas de las opiniones que hemos criticado aquí, como aquella de “la idea es que pierda el PRI” de la inefable Dresser. Sugieren que sí el PRI pierde elecciones estatales con “ciudadanos” de la laya de Moreno Valle o Miguel Ángel Yunes se le hará más difícil a este partido organizar su impresionante maquinaria electoral en el 2012 y lograremos el milagro de impedir que el dinosaurio vuelva a ocupar la presidencia. La pregunta, hoy más que nunca es ¿Para qué? ¿Para que los conservadores ineficaces y corruptos del PAN tenga otra oportunidad de perjudicar al país? No basta con enarbolar la bandera de una presunta “política ciudadana” y tratar de inventar en el pusilánime de Lujambio una “genuina opción ciudadana” que, como el todo el mundo sabe, basará sus aspiraciones en la enorme influencia de esa ciudadana ejemplar que es Elba Esther Gordillo. Alonso Lujambio es un político conservador de limitadas miras y muy magros resultados. No representa ni una opción ciudadana ni una mejora sustancial frente a lo que puede ofrecer el PRI. No hay que dejarse engañar.
viernes, 29 de enero de 2010
La "idea" es que pierda el PRI (¿¿¿¡¡¡???!!!)
Al parecer muchos opinólogos de esos que se sienten adalides de la ciudadanía lo han perdido de vista, por lo que no está de más que el Oso Bruno les recuerde qué el PRI perdió el poder a nivel federal hace casi 10 años, qué –en consecuencia- el PAN ya no es un partido de oposición, qué el PRD gobierna y ha gobernado en varias entidades de la República, notoriamente en la capital del país (desde 1997 para ser precisos: 13 años) , y qué pese a ello lejos de haber experimentado el sistema político mexicano (como hubiera cabido esperar) una reducción de las añejas prácticas priístas como el clientelismo, la corrupción, el cacicazgo, corporativismo, vinculación entre política y crimen organizado y un largo etcétera estos fenómenos no solo no han declinado, sino que incluso muchas veces se han agudizado tanto en la esfera federal como en la de aquellos estados y municipios que la otrora (sí, o-tro-ra) oposición ha gobernado. ¿No hemos, por poner sólo un ejemplo, la manera en que el PAN se ha aliado para ganar elecciones con estructuras corporativas heredadas del viejo sistema, como el SNTE? ¿O alguien duda que el PRD gobierna al DF apelando a los mismos usos clientelares del PRI? ¿Quién podría afirmar seriamente que el cacicazgo y la presencia del crimen organizado en política ha menguado en lugares como Michoacán, Baja California, Yucatán, Guanajuato, y otras tantas entidades que han sido o son gobernadas por la “oposición”, incluyendo Tlaxcala, Chiapas y Nayarit estados donde el PRI fue derrotado por sendas alianzas PRD-PAN armadas en nombre de la sacrosanta “ciudadanía? La experiencia de todos estos años de gobiernos panistas y perredistas es simple y llanamente es que la oprobiosa cultura política del priísmo goza de cabal salud y que tanto azules como amarillos se regodean en ella cual porcinos en pocilga.
Las palmas se las lleva, otra vez, la opinadora Denise Dresser, quien haciendo alarde de todo un desplante de tonterías opina la “idea” debe ser derrotar al PRI para –y aquí la politóloga se luce usando elegantes términos dignos de la más penetrante analista política- ahora sí acabar con las “víboras y tepocatas”. Dresser pasa así, sin ninguna plausible explicación de por medio, de promover el anulismo electoral a suscribir la muy pragmática teoría del “voto útil”, pero en ningún lado ni esta señora ni ninguno de los avispados opinadores que la secundan se toman la molestia de hacer una reflexión sobre las razones por las que las “tepocatas y víboras” del panismo y del perredismo no son en absoluto mejores que las tricolores, ni por qué las practicas del viejo sistema siguen tan campantes. Tampoco se toman la molestia de explicarnos como es que ex priístas de la calaña de Gabino Cué (¿Remember el video con Ahumada?) o de ese siniestro personaje que es Miguel Ángel Yunes, o empresarios de fama tan cuestionable como Moreno Valle van a hacerle con los antecedentes que tienen para imponer una “nueva política ciudadana” que ponga fin a los cacicazgos y a la corrupción.
No es que me escandalice que el PRD y el PAN celebren matrimonios dizque de “conveniencia” (habría que ver para conveniencia de quién). Me importa un carajo si los hacen y si logran derrotar al nefasto PRI. Same shit, anyway. Lo que me purga es el tufillo moralino, pudibundo e hipócrita de la que no se cansan de hacer gala ni la iluminada señora Dresser ni alguno que otro regordetillo por ahí, quienes pretenden hacernos creer que todos los males del país terminarán ¡¡¡¿¿¿el día que pierda el PRI el poder!!!??? cuando lo que hemos visto en estos horrendos diez últimos años es todo lo contrario. Y si lo que nos es pera en 2012 es una espeluznante restauración priísta, pues la culpa la tendrá el PAN y el PRD, dos partidos que han demostrado cabalmente su formidable incapacidad de gobernar y su absoluta falta de voluntad para democratizar al sistema y hacerlo, pero de forma genuina, más ciudadano.
¿De verdad creen que somos idiotas, ustedes, pudibundos farsantes?
Las palmas se las lleva, otra vez, la opinadora Denise Dresser, quien haciendo alarde de todo un desplante de tonterías opina la “idea” debe ser derrotar al PRI para –y aquí la politóloga se luce usando elegantes términos dignos de la más penetrante analista política- ahora sí acabar con las “víboras y tepocatas”. Dresser pasa así, sin ninguna plausible explicación de por medio, de promover el anulismo electoral a suscribir la muy pragmática teoría del “voto útil”, pero en ningún lado ni esta señora ni ninguno de los avispados opinadores que la secundan se toman la molestia de hacer una reflexión sobre las razones por las que las “tepocatas y víboras” del panismo y del perredismo no son en absoluto mejores que las tricolores, ni por qué las practicas del viejo sistema siguen tan campantes. Tampoco se toman la molestia de explicarnos como es que ex priístas de la calaña de Gabino Cué (¿Remember el video con Ahumada?) o de ese siniestro personaje que es Miguel Ángel Yunes, o empresarios de fama tan cuestionable como Moreno Valle van a hacerle con los antecedentes que tienen para imponer una “nueva política ciudadana” que ponga fin a los cacicazgos y a la corrupción.
No es que me escandalice que el PRD y el PAN celebren matrimonios dizque de “conveniencia” (habría que ver para conveniencia de quién). Me importa un carajo si los hacen y si logran derrotar al nefasto PRI. Same shit, anyway. Lo que me purga es el tufillo moralino, pudibundo e hipócrita de la que no se cansan de hacer gala ni la iluminada señora Dresser ni alguno que otro regordetillo por ahí, quienes pretenden hacernos creer que todos los males del país terminarán ¡¡¡¿¿¿el día que pierda el PRI el poder!!!??? cuando lo que hemos visto en estos horrendos diez últimos años es todo lo contrario. Y si lo que nos es pera en 2012 es una espeluznante restauración priísta, pues la culpa la tendrá el PAN y el PRD, dos partidos que han demostrado cabalmente su formidable incapacidad de gobernar y su absoluta falta de voluntad para democratizar al sistema y hacerlo, pero de forma genuina, más ciudadano.
¿De verdad creen que somos idiotas, ustedes, pudibundos farsantes?
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México ese lugar sin remedio
martes, 26 de enero de 2010
Los temas de fondo en una democracia
La democracia norteamericana, cuyas instituciones y prácticas son admiradas como modélicas por muchos de nuestros opinólogos, está llena de deficiencias e imperfecciones. Es un sistema donde las corporaciones y el dinero tienen cada vez más influencia mientras el proceso de toma de decisiones se aleja cada vez más del ciudadano común. La gravísima sentencia dictada la semana pasada por la Suprema Corte de Justicia de Estados Unidos que permitirá a las entidades privadas financiar de forma ilimitada a los partidos y candidatos en las campañas electorales, así como la autorización a estas a expresarse a favor o en contra de los candidatos, empeorará considerablemente la tendencia a la oligarquización del sistema político norteamericano, lo que necesariamente tendrá repercusiones a nivel global. "Esa sentencia es un golpe a la democracia. No puedo imaginarme otra cosa más devastadora para el interés público", declaró el presidente Obama en su discurso radial. Tiene mucha razón. Esta decisión tan controvertida anula una decisión de hace dos décadas que obligaba a las empresas a usar fondos sólo mediante un "comité de acción política" especial y que prohibía a empresas y a sindicatos usar su dinero para costear y transmitir anuncios que pedían la elección o la derrota de un candidato particular mencionándolo por su nombre y la cual fue aprobada como reacción natural ante la ola de escándalos políticos de corrupción que afecto a Estados Unidos desde Watergate.
Los grandes triunfadores con este dictamen de la Suprema serán los lobbystas y de los representantes de los grupos de poder. Desde ahora aquellos congresistas que intenten enfrentarse o aprobar leyes en detrimento de instituciones como bancos, empresas petroleras, aseguradoras de la salud y un largo etc. serán susceptibles a jugar con desventaja frente a sus eventuales rivales en las urnas, quienes gozarán de los ilimitados recursos que proporcionan las corporaciones. ¿Es esto una democracia?
Los grandes triunfadores con este dictamen de la Suprema serán los lobbystas y de los representantes de los grupos de poder. Desde ahora aquellos congresistas que intenten enfrentarse o aprobar leyes en detrimento de instituciones como bancos, empresas petroleras, aseguradoras de la salud y un largo etc. serán susceptibles a jugar con desventaja frente a sus eventuales rivales en las urnas, quienes gozarán de los ilimitados recursos que proporcionan las corporaciones. ¿Es esto una democracia?
El máximo tribunal, integrado por nueve miembros, aprobó la infame sentencia con el voto a favor de los cinco miembros conservadores, herencia de las administraciones republicanas de Reagan y los Bush, mientras que los cuatro liberales votaron en contra. La medida permitirá que cualquier empresa financie anuncios televisivos o cualquier tipo de campaña contra candidatos cuyas políticas consideren contrarias a sus intereses o apoyar a aquellos que los puedan favorecer sin límite o tope alguno. Desde luego, fue la derecha republicana la primera en aplaudir la medida y saludarla como una "restauración de la libertad de expresión".
Estos son los temas de fondo en la agenda de una democracia. Las cuestiones de forma como la reelección legislativa, la proporcionalidad, el número de integrantes de un Congreso, las candidaturas independientes, las dos vueltas y otros más que tanto nos desvelan actualmente en México son importantes, sin duda, pero los temas que verdaderamente tienen trascendencia para definir el carácter genuino de una democracia son los que tienen que ver con cuestiones como la regulación de los fondos para las campañas electorales, el papel de los medios de comunicación, la actuación de los grupos de poder, el clientelismo y el corporativismo. Mientras ataquemos los meollos del quehacer político y nos limitemos a defender o criticar medidas formales padeceremos una democracia frágil y espuria.
lunes, 25 de enero de 2010
La Europa Irrelevante
El drama haitiano confirma la creciente irrelevancia de Europa en el escenario internacional. Las autoridades de la UE han reaccionado ante la hecatombe de forma confusa y errática. Europa fue incapaz de actuar de manera eficaz como bloque ante una emergencia mundial y sólo se verificaron algunas iniciativas aisladas de algunos gobiernos nacionales, mientras Estados Unidos desplazaba su poderosa maquinaria militar y logística. La realidad es que las flamantes autoridades europeas han tenido un desempeño lamentable, al grado que El Parlamento Europeo lanzó una fuerte llamada de atención a Europa para que esté a la altura en la tragedia haitiana. La reacción inicial de Catherine Ashton, la desconocida responsable de la diplomacia del bloque europeo, fue limitarse a hacer viajes a Washington y a Nueva York para dizque “coordinar la ayuda” y omitió apersonarse en el escenario del desastre. Quienes la critican le reprochan haberse dejado robar el protagonismo por la secretaria de Estado estadounidense Hillary Clinton. "No soy médico ni bombero", se defendió la jefa de la diplomacia europea, al estilo en el que lo hacen siempre los malos políticos que no saben como reaccionar ante una tragedia. "Es mucho más útil hacer llamadas telefónicas que ocupar un asiento precioso en un avión". Esa es la mentalidad de esta burócrata: hacer llamadas desde el escritorio para resolver el mundo. De verdad que pobre Europa.
Peor aún fue la reacción de algunos europeos, en particular franceses, quienes se indignaron por el arrollador despliegue de Estados Unidos, de 10,000 soldados a Haití y por su toma de control del aeropuerto de Puerto Príncipe. "Espero que las cosas se aclaren en cuanto al papel de los Estados Unidos. Aquí se trata de ayudar a Haití, no de ocuparlo", espetó, con una retórica demagógica digna de Chávez, un tal Joyandet (ministro de una cosa que se llama “francofonía”, ¡Háganme ustedes el chingao favor!). Reacción de lo más patética muy representativa de los complejos que impiden a Europa asumir como gran potencia mundial y que se resumen en su impotencia real política y económica pero, eso sí, con su rancio orgullo imperial todavía intacto.Poco tiempo después Sarkozy tomó distancias de lo dicho por Joyandet y propuso, para “desfacer el entuerto” de su ministro, convocar a una conferencia internacional para ayudar a Haití de la cual está excluida la UE. La idea tomó por sorpresa y desestabilizó a la pobre Ashton.
Afortunadamente, la irritación, las querellas e incluso la incompetencia de ciertos europeos no ha hecho mella en la voluntad de la administración de Obama, la cual continua inmutable sus esfuerzos en Haití. Mientras tanto, en Bruselas, muchos terminaron por reconocer en voz baja que sin el decisivo liderazgo norteamericano la situación hubiera degenerado en una anarquía de imprevisibles consecuencias. Aunque hay aún quien rumia por los rincones de Bruselas su indignación “Para la mayoría, lo realmente importante es la solidaridad financiera. Poco importa quién va o no va a Haití, Con el tiempo, los estadounidenses siempre terminan pasando la posta a la ONU y a la UE", declaró, ridículo y ufano, Antonio Missiroli, director de estudios del European Policy Centre (EPC) “El primer donante mundial en materia de ayuda humanitaria y al desarrollo es la UE”. Es cierto, pero también lo es que la falta de coordinación, la lentitud y lamentable capacidad de reacción de UE frente a los grandes acontecimientos del mundo confirman una triste realidad: el papel de Europa en el mundo va decididamente a la deriva.
Afortunadamente, la irritación, las querellas e incluso la incompetencia de ciertos europeos no ha hecho mella en la voluntad de la administración de Obama, la cual continua inmutable sus esfuerzos en Haití. Mientras tanto, en Bruselas, muchos terminaron por reconocer en voz baja que sin el decisivo liderazgo norteamericano la situación hubiera degenerado en una anarquía de imprevisibles consecuencias. Aunque hay aún quien rumia por los rincones de Bruselas su indignación “Para la mayoría, lo realmente importante es la solidaridad financiera. Poco importa quién va o no va a Haití, Con el tiempo, los estadounidenses siempre terminan pasando la posta a la ONU y a la UE", declaró, ridículo y ufano, Antonio Missiroli, director de estudios del European Policy Centre (EPC) “El primer donante mundial en materia de ayuda humanitaria y al desarrollo es la UE”. Es cierto, pero también lo es que la falta de coordinación, la lentitud y lamentable capacidad de reacción de UE frente a los grandes acontecimientos del mundo confirman una triste realidad: el papel de Europa en el mundo va decididamente a la deriva.
miércoles, 20 de enero de 2010
¿Y el clientelismo, apá?
No deja de llamarme la atención el entusiasmo con el que muchos de nuestros opinadores políticos enarbolan la idea de implantar reformas electorales como la reelección legislativa, la ampliación del número de senadores o diputados, la posibilidad de las candidaturas independientes y otras más sin detenerse a meditar sobre su viabilidad dentro la realidad política que nos circunda o de pensar si en México cumplimos los prerrequisitos básicos para ejercer una verdadera ciudadanía democrática. Las lecciones que nos han dado la mayoría de las experiencias latinoamericanas y de otras latitudes es que los movimientos ciudadanos muy frecuentemente fracasan en el intento por sacar ventaja de las reformas institucionales. Desdeñan nuestros sesudos analistas temas fundamentales en la degradación de nuestra vida democrática como el clientelismo, el cual detiene el poder de los ciudadanos y frustra las promesas de los cambios institucionales.
Definido por la Academia Española de la Lengua como "sistema de protección y amparo con que los poderosos patrocinan a quienes se acogen a ellos a cambio de su sumisión y de sus servicios", el clientelismo aflora en sociedades con situaciones económicas precarias donde se orilla a sectores mayoritarios de la población a valorar los
beneficios inmediatos de cambiar favores por votos en perjuicio de los beneficios abstractos y a largo plazo de la representación política. Quienes con tanto frenesí apuestan por las meras reformas formales a las leyes deberían entender que los
políticos y sus maquinarias han mostrado una extraordinaria habilidad para adaptarse a los cambios en las reglas políticas e institucionales y lo peor es que no solo las desigualdades sociales y las fallas estructurales de la economía dictaminan el carácter clientelar de un sistema político, sino que también hay prevalecen en el obvios elementos culturales e ideológicos. Democracias desarrollas tan señeras como Japón, Italia, España y Estados Unidos (entre otras varias) padecen de forma ostensible el fenómeno clientelar, al grado que uno se pregunta si esto del clientelismo es una especie de “mal necesario” con el que la democracia debe aprender a convivir y aspirar únicamente a tratar de mantenerla dentro de unos márgenes más o menos aceptables.
Po encima de los buenos deseos y las visiones rosas de muchos opinólogos y de los autonombrados “líderes de la ciudadanía impoluta” es indispensable encarar el gran problema del clientelismo entre nosotros para tratar de entenderlo mejor y tratar de moderarlo con iniciativas que se adapten a las realidades nacionales y no con ideas que lejos de garantizar una mayor apertura del sistema político acaben por contribuir a la promoción de sus vicios, como podría ser el caso de la reelección. También un poquito de menos soberbia ayudaría un tanto. Hace poco un distinguido constitucionalista, el Dr. Lorenzo Córdova, se lanzó la puntada de publicar en el universal algo así como “No se necesita ser un doctor en ciencia política para saber que mientras más miembros integren un parlamento myor será el la representación”. ¿Considerará entonces Córdova al parlamento de China Popular, con sus más de 2,200 delegados, el más representativo del mundo a pesar de ser una institución que se limita a aprobar de forma acrítica todo lo que resuelve el gobierno? ¿No dudará Cordova de la representatividad democrática real del mastodóntico Parlamento Europeo (750), el cual fue electo con el voto de apenas el 43% del electorado?
Nada hay de definitivo en eso de cuantos diputados debe haber en cada país, pero lo cierto es que para atender al tema se necesita algo más allá de los lugares comunes y de las respuestas “por librito”.
Es cierto que un parlamento demasiado pequeño podría dejar sin representación o silenciar intereses importantes, pero uno demasiado grande puede provocar que el proceso legislativo se vuelva poco manejable y generar la necesidad de una compleja estructura de comités y subcomités, animar la delegación de mayor autoridad legislativa en el poder ejecutivo y, desde luego, pude acarrear problemas de gobernabilidad. Y aunque Córdova tiene razón cuando nos dice que reducir el número de diputados y senadores tendría un impacto mínimo en el gran total de las cuentas públicas, lo cierto es que los reiterados abusos de los “representantes populares” sobre sus canonjías y sobresueldos han despertado la indignación ciudadana. Lo simbólico también pesa en política, y mucho. Por eso no deberíamos desechar la idea de recortar el número de diputados, aunque sin perjudicar el número de representantes elector por la representación proporcional. También, insisto, es hora de repensar las funciones y utilidad del Senado de un país que no necesita la duplicación de la función parlamentaria pero que es (o aspira a ser) una república federal plena.
Definido por la Academia Española de la Lengua como "sistema de protección y amparo con que los poderosos patrocinan a quienes se acogen a ellos a cambio de su sumisión y de sus servicios", el clientelismo aflora en sociedades con situaciones económicas precarias donde se orilla a sectores mayoritarios de la población a valorar los
beneficios inmediatos de cambiar favores por votos en perjuicio de los beneficios abstractos y a largo plazo de la representación política. Quienes con tanto frenesí apuestan por las meras reformas formales a las leyes deberían entender que los
políticos y sus maquinarias han mostrado una extraordinaria habilidad para adaptarse a los cambios en las reglas políticas e institucionales y lo peor es que no solo las desigualdades sociales y las fallas estructurales de la economía dictaminan el carácter clientelar de un sistema político, sino que también hay prevalecen en el obvios elementos culturales e ideológicos. Democracias desarrollas tan señeras como Japón, Italia, España y Estados Unidos (entre otras varias) padecen de forma ostensible el fenómeno clientelar, al grado que uno se pregunta si esto del clientelismo es una especie de “mal necesario” con el que la democracia debe aprender a convivir y aspirar únicamente a tratar de mantenerla dentro de unos márgenes más o menos aceptables.
Po encima de los buenos deseos y las visiones rosas de muchos opinólogos y de los autonombrados “líderes de la ciudadanía impoluta” es indispensable encarar el gran problema del clientelismo entre nosotros para tratar de entenderlo mejor y tratar de moderarlo con iniciativas que se adapten a las realidades nacionales y no con ideas que lejos de garantizar una mayor apertura del sistema político acaben por contribuir a la promoción de sus vicios, como podría ser el caso de la reelección. También un poquito de menos soberbia ayudaría un tanto. Hace poco un distinguido constitucionalista, el Dr. Lorenzo Córdova, se lanzó la puntada de publicar en el universal algo así como “No se necesita ser un doctor en ciencia política para saber que mientras más miembros integren un parlamento myor será el la representación”. ¿Considerará entonces Córdova al parlamento de China Popular, con sus más de 2,200 delegados, el más representativo del mundo a pesar de ser una institución que se limita a aprobar de forma acrítica todo lo que resuelve el gobierno? ¿No dudará Cordova de la representatividad democrática real del mastodóntico Parlamento Europeo (750), el cual fue electo con el voto de apenas el 43% del electorado?
Nada hay de definitivo en eso de cuantos diputados debe haber en cada país, pero lo cierto es que para atender al tema se necesita algo más allá de los lugares comunes y de las respuestas “por librito”.
Es cierto que un parlamento demasiado pequeño podría dejar sin representación o silenciar intereses importantes, pero uno demasiado grande puede provocar que el proceso legislativo se vuelva poco manejable y generar la necesidad de una compleja estructura de comités y subcomités, animar la delegación de mayor autoridad legislativa en el poder ejecutivo y, desde luego, pude acarrear problemas de gobernabilidad. Y aunque Córdova tiene razón cuando nos dice que reducir el número de diputados y senadores tendría un impacto mínimo en el gran total de las cuentas públicas, lo cierto es que los reiterados abusos de los “representantes populares” sobre sus canonjías y sobresueldos han despertado la indignación ciudadana. Lo simbólico también pesa en política, y mucho. Por eso no deberíamos desechar la idea de recortar el número de diputados, aunque sin perjudicar el número de representantes elector por la representación proporcional. También, insisto, es hora de repensar las funciones y utilidad del Senado de un país que no necesita la duplicación de la función parlamentaria pero que es (o aspira a ser) una república federal plena.
domingo, 17 de enero de 2010
Los tele-evangelistas y sus estúpidas audiencias
No sorprende que un imbécil como Pat Robertson haya declarado que el drama de Haití se debe a que este país hizo "un pacto con el diablo". Podríamos llenar páginas y páginas con los dislates que ha dicho este señor a lo largo del tiempo. Lo que debe verdaderamente preocuparnos es que tele-evangelistas descerebrados como éste, el difunto Falwell y una pléyade de sujetos por el estilo erupten sus tonterías todos los días y un sector muy significativo del público norteamericano les crea. Recuérdese que Estados Unidos es un país donde hay un porcentaje mauyor de personas que creen en las posesiones diabólicas que en la teoría de la evolución. Según alguna encuesta el 48% de los norteamericanos consideran el evolucionismo una herejía; el 68% dicen creer en el diablo y, más aún, afirman verlo o haberlo visto alguna vez. Abundan en el país más poderoso del mundo la creencia en la literalidad sin recurso alguno a la interpretación de las barrabasadas que dice la Biblia. Fue a finales de la década de los setenta y durante toda la década de los 80 cuando los fundamentalistas jugaron un papel importante en la esfera política con la creación de la Mayoría Moral S. A., del pastor bautista y teleevangelista Jerry Falwell, y de la Coalición Cristiana, del teleevangelista Pat Robertson. Rompían así el aislamiento político en el que se encontraban y colocaban la "Mayoría Moral" al servicio de una política ultraconservadora en lo político, lo religioso, lo cultural, lo educativo y lo moral, que contrarrestara la decadencia de la religión en todos los campos. El apoyo de los fundamentalistas fue decisivo en los dos triunfos electorales de Ronald Reagan, en 1980 y 1984, y en el de George W. Bush padre en 200 y 2004.
Desde los orígenes del movimiento fundamentalista, el principal objetivo de la derecha religiosa, aliada con la derecha neoconservadora, es condenar el humanismo secular, ideología que, a su juicio, está a punto de destruir América, minando su "fibra moral". La expresión "humanismo secular" se refiere al ateísmo, el evolucionismo, el materialismo, el antropocentrismo y el liberalismo. Falwell explicaba el avance del humanismo secular en estos términos: "Hasta hace treinta años, las escuelas públicas americanas servían como orientación y ayuda a nuestros niños y niñas. La Biblia se leía en todas las escuelas de la Nación. Pero la decadencia en nuestro sistema político sufrió una enorme fatalidad cuando la Corte Suprema retiró de las clases la lectura de la Biblia. Nuestro sistema público está ahora perneado por el humanismo secular, que cree que cada hombre es su propio dios y que los valores son relativos. Bajo el presunto propósito de la educación sexual, los libros de texto están pervirtiendo las mentes de millones de estudiantes. Yo creo que la grandeza de América puede atribuirse al Gran Libro, así como a los buenos libros científicos, literarios e históricos que nos han llevado a asimilar los hechos necesarios para construir una gran República bajo la tutela de Dios".
El discurso y la actividad política de estos fanáticos tele-evangelistas se caracterizan por el maniqueísmo con tonos apocalípticos y espíritu de venganza que desemboca en violencia e incluso en terrorismo de Estado. Maniqueísmo presente en todos los fundamentalismos, tantos los religiosos como los poticos (sin olvidar, desde luego, a los de izquierda). Estos locos son los más puros exponentes de la vieja teoría maniquea que establece una división rígida en la realidad, en toda realidad: el Mal Absoluto y el Bien Absoluto. El Maniqueismo predica la intolerancia, la negación de la libertad y el dualismo y en pleno siglo XXI está, desgraciadamente, cada día más presente. Hay que erradicarlo.
Desde los orígenes del movimiento fundamentalista, el principal objetivo de la derecha religiosa, aliada con la derecha neoconservadora, es condenar el humanismo secular, ideología que, a su juicio, está a punto de destruir América, minando su "fibra moral". La expresión "humanismo secular" se refiere al ateísmo, el evolucionismo, el materialismo, el antropocentrismo y el liberalismo. Falwell explicaba el avance del humanismo secular en estos términos: "Hasta hace treinta años, las escuelas públicas americanas servían como orientación y ayuda a nuestros niños y niñas. La Biblia se leía en todas las escuelas de la Nación. Pero la decadencia en nuestro sistema político sufrió una enorme fatalidad cuando la Corte Suprema retiró de las clases la lectura de la Biblia. Nuestro sistema público está ahora perneado por el humanismo secular, que cree que cada hombre es su propio dios y que los valores son relativos. Bajo el presunto propósito de la educación sexual, los libros de texto están pervirtiendo las mentes de millones de estudiantes. Yo creo que la grandeza de América puede atribuirse al Gran Libro, así como a los buenos libros científicos, literarios e históricos que nos han llevado a asimilar los hechos necesarios para construir una gran República bajo la tutela de Dios".
El discurso y la actividad política de estos fanáticos tele-evangelistas se caracterizan por el maniqueísmo con tonos apocalípticos y espíritu de venganza que desemboca en violencia e incluso en terrorismo de Estado. Maniqueísmo presente en todos los fundamentalismos, tantos los religiosos como los poticos (sin olvidar, desde luego, a los de izquierda). Estos locos son los más puros exponentes de la vieja teoría maniquea que establece una división rígida en la realidad, en toda realidad: el Mal Absoluto y el Bien Absoluto. El Maniqueismo predica la intolerancia, la negación de la libertad y el dualismo y en pleno siglo XXI está, desgraciadamente, cada día más presente. Hay que erradicarlo.
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