Me repugnan los republicanos conservadores, ¡Y miren que el Oso Bruno (orgulloso representante de la centroderecha más liberal e ilustrada) jamás ha sido fan de Obama, ni de los llamados “Tax and Spend democrats” del tipo de la líder demócrata en la Cámara de Representantes, Nancy (mela) Pelosi, y tampoco le cree mucho a los documentales de Michael Moore, pero esos “Conservative republicans….really stinks, man”. En todo el enconado debate en torno a la reforma al sistema sanitario en Estados Unidos los republicanos han exhibido sus peores colores y sus perfiles más repudiables de intolerancia, falsedad y ridiculez. Mucho (y muy mal) habla del carácter de la política en Estados Unidos que hasta el momento hayan imperado las críticas histéricas y llenas de errores y datos distorsionados que han elevado los republicanos en sus esfuerzos de abatir la reforma. Y no es que las propuestas de Obama sean perfectas. No lo son y se multiplican las opiniones de los analistas que exhortan a Obama a asumir un mayor liderazgo presidencial para sacar la reforma adelante y que dependa menos de Mela Pelosi, pero de ahí a creer las estupideces que anda divulgando la tontorrona buenota de Sarita Palin hay una distancia. Palin inventó (y le creyeron, que es lo peor) la intención en la propuesta de reforma de crear unos supuestos Death Panels, llamativa y escandalosa idea que consiste en suponer que la reforma impulsará la eutanasia con la creación de unas dizque “comisiones de la muerte” que decidirían si un enfermo crónico puede seguir accediendo a tratamiento. Y no solo ha sido Palin, sino todo el horroroso andamiaje de la derecha cristiana y periodistas conservadores ya orquestaron en torno a ridiculesces por el estilo toda una campaña de mentiras y odio parecida a la que en los 90 acabó frustrando la reforma sanitaria de Bill Clinton.
Desde luego a la cabeza de esta campaña de tirria y desinformación se encuentra el gordo Rush Limbaugh, el ultraconservador presentador radiofónico más escuchado en Estados Unidos, quien ya comparó a Obama con Hitler y acusa al presidente de tratar de hacer socialista a Estados Unidos. Asimismo, los fanáticos de la derecha cristiana aprovechan la profunda ignorancia del gringo medio sobre lo que sucede en el mundo más allá del McDonalds más cercano para propalar críticas infundadas a los sistemas sanitarios de Canadá o Gran Bretaña. El colmo llegó cuando en una reunión comunal (Town Hall), un idiota le espetó a un congresista demócrata “Un día, Dios va a estar frente a usted y le va a juzgar a usted y a todos sus compinches de Capitol Hill”. ¡Repugnante!
Desde luego, no hay nada siquiera parecido a los Death Panels del pichoncito Palin en las propuestas de Obama. Lo que hay en discusión, y que fue base para la “interpretación” de la ex gobernadora de Alaska, es una provisión en el proyecto de ley de la Cámara de Representantes (que introdujo un congresista republicano, por cierto), de que el Medicare (el sistema sanitario público para los mayores de 65 años) financiara a aquellos enfermos que quisieran consultar con algún asesor sobre sus opciones de interrumpir el tratamiento reembolsándoles ese coste.El truco de esparcir el miedo está funcionándole a los republicanos, otra vez. No es que los demócratas estén exentos de utilizar la irracionalidad en contra de sus adversarios, lo hacen y muy seguido, pero jamás con la saña y la frecuencia como lo hacen los inmundos “Conservative Republicans”, cuyas principales armas seguirán siendo el odio, el miedo, el fanatismo y la mentira, las mismas que han utilizado y utilizan los demagogos y los populistas de todas las épocas y colores
Desde luego a la cabeza de esta campaña de tirria y desinformación se encuentra el gordo Rush Limbaugh, el ultraconservador presentador radiofónico más escuchado en Estados Unidos, quien ya comparó a Obama con Hitler y acusa al presidente de tratar de hacer socialista a Estados Unidos. Asimismo, los fanáticos de la derecha cristiana aprovechan la profunda ignorancia del gringo medio sobre lo que sucede en el mundo más allá del McDonalds más cercano para propalar críticas infundadas a los sistemas sanitarios de Canadá o Gran Bretaña. El colmo llegó cuando en una reunión comunal (Town Hall), un idiota le espetó a un congresista demócrata “Un día, Dios va a estar frente a usted y le va a juzgar a usted y a todos sus compinches de Capitol Hill”. ¡Repugnante!
Desde luego, no hay nada siquiera parecido a los Death Panels del pichoncito Palin en las propuestas de Obama. Lo que hay en discusión, y que fue base para la “interpretación” de la ex gobernadora de Alaska, es una provisión en el proyecto de ley de la Cámara de Representantes (que introdujo un congresista republicano, por cierto), de que el Medicare (el sistema sanitario público para los mayores de 65 años) financiara a aquellos enfermos que quisieran consultar con algún asesor sobre sus opciones de interrumpir el tratamiento reembolsándoles ese coste.El truco de esparcir el miedo está funcionándole a los republicanos, otra vez. No es que los demócratas estén exentos de utilizar la irracionalidad en contra de sus adversarios, lo hacen y muy seguido, pero jamás con la saña y la frecuencia como lo hacen los inmundos “Conservative Republicans”, cuyas principales armas seguirán siendo el odio, el miedo, el fanatismo y la mentira, las mismas que han utilizado y utilizan los demagogos y los populistas de todas las épocas y colores
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