Los británicos consideran al pobre de Gordon Brown como el peor primer ministro del Reino Unido desde la segunda guerra mundial y le otorgan al Partido Conservador una abismal ventaja de más de veinte puntos porcentuales rumbo a las próximas elecciones generles. Brown es una prueba fehaciente de que los "expertos" (pundits) suelen ser buenos segundones pero pésimos líderes. Brown se ha distinguido por su indecisión, arrogancia y falta de ideas, y ha sido incapaz de diseñar una agenda política viable para el futuro. Ha gobernado a base de reacciones, las más de ellas deplorables, frente a los retos que se le van presentando y su patente anticarisma es cada vez más chocante.
El tiempo ha terminado para Brown. Una derrota contundente de los laboristas frente a los tories en las elecciones europeas de junio podría ser el detonante de su dimisión. Ya son muy claros los barruntos de rebelión entre las filas del laborismo en el Parlamento, sobre todo entre los llamados backbenchers. Pobre Brown, ¡Y con las ganas que siempre uvo de llegar al 10 de Downing Street! Lo mismo le pasó a Anthony Eden, el infortundao sucesor de Churchill. "No creo que Tony vaya a poder", confesó Churchill poco antes de dejar el poder. Y así sucedió, Eden dimitió en medio del desastre. Por su parte, Blair, que siempre desconfío -y con razón-, de su rival y sucesor en turno, expresó siempre sentimientos parecidos respecto a Brown. Quizá sea como una maldición. Por eso en política es tan peligroso crecer siempre bajo la sombra de un grande. Mejor es labrarse un camino propio.
1 comentario:
buen blog!!! :D
la verdad que si!
te invitamos a pasar por Buen tono 23
el podcasT!!!
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