En el Reino Unido acaba de estallar un escándalo que en absoluto es ajeno a los mexicanos. La semana pasada el periódico londinense The Daily Telegraph reveló gastos poco justificables de trece miembros del Gobierno, entre ellos del propio Gordon Brown . El primer ministro ha esperado para entonar el «mea culpa» a que el citado periódico publicara también (en su edición del día siguiente) los recibos de destacados dirigentes del Partido Conservador. Tanto Brown como David Cameron han pedido disculpas y prometido que tomarán medidas para evitar que los parlamntarios abusen de sus canongías en el futuro.
Este caso recuerda aquél que estalló en Estados Unidos a principios de los años noventa, el cual involucró a varios congresistas tanto republicanos como conservadores que abusaron de los gastos a los que tenían derecho y el cual fue también revelado por la prensa. Fueron varios los sendores y representantes que fracasaron en obtener su reelección en las siguientes elecciones por haber estado manchados en este escándalo.
En México, los abusos de nuestros "representantes populares" no son nueva noticia. Contantemente sabemos por los medios de las tropelías que estos sujetos cometen aprovechando sus canongías. La última fue a finales del año pasado, cuando nos enteramos que los diputados, de forma completamente ilegal, no pagaron impuestos sobre los geneosísimos aguinaldos que cobraron. Esta arbitrariedad provocó que un grupo ciudadano denominado Dejémonos de Hacernos Pendejos (DHP) interpusiera acciones judiciales para tratar de revertir el ilícito.
Sin embargo, en México nada sucede. Ni si quiera se escuchó un tímido mea culpa de los dirigentes partidistas o de las bancadas en San Lázaro. Se detapa un escándalo, es noticia por unos días y la cosa queda congelada al poco tiempo sin mayores consecuencias. Así una tras otra.
El polítologo José Adolfo Ibirraniaga, uno de los inspiradores de DHP, acierta cuando dice que los ciudadanos tienen la obligación de denunciar cuando sus representantes actúan mal, "es obvio que los diputados harán lo que se les de la gana si se los permitimos", dice, y con razón, este hombre de hablar plano pero preciso, y -por si hiciese falta- este escándalo en el Reino Unido confirma su tesis. La diferencia es que allá hay consecuencias políticas concretas: los líderes se disculpan, la cámara toma medidas correctivas y los partidos transgresores serán, seguramente, castigados por los ciudadanos en las urnas en las próximas elecciones.
En México no han faltado denuncias tanto de los medios como de los ciudadanos. Sin embargo NO PASA NADA
¿Qué es lo que hace falta, entonces? Desde luego, mayor participación ciudadana, pero más organizada, efectiva y, si se me permite, realista. Los esfuerzos como DHP sn muy loables, pero requieren de un trabajo constante, el cual -quizá- sus principales promotores son incapaces de ofrecer, por razones muy válidas. Asimismo, sería deseable que en los esfuerzos ciudadanos del perfil de DHP concurrieran menos la ingenuidad y las visiones simplonas de la vida en sociedad y más la capacidad de establecer objtivos políticos viables y concretos.
Aún así, por más esfuerzos que algunos medios y ciertos grupos ciudadanos (unos más naif que otros) hagan, es posible que el grueso de la población esté, en el fondo, conforme con su actual sistema de partidos y con la forma en que son "representados" políticamente. De ser así, qué te aproveche, México.
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