A fin de cuentas el borrachote de Ted, el hemano menospreciado del clan Kennedy, resultó ser el más productivo de toda esta legendaria familia de grillazos gracias a qu fue un estupendo legislador apasionado sin límite por los temas sociales. Alguna razón, que algunos afirman tiene que ver con alguna oscura "psiquis", le impidió ser presidente. Mejor para él y para su país. Así demostró que se pude lograr más como un senador influyente y habil y -por que no decirlo- glamouroso que como un presidente mediocre. En 47 años de servicio en el Senado, caracterizados por suflexibilidad para negociar con sus rivales republicanos, el senador Kennedy deja un valioso legado legislativo que incluyó el impulso y la aprobación de algunas leyes sociales fundamentales, como la que provee de seguro médico a los más pobres, el Acta de Derechos de los Discapacitados, protecciones para los ancianos y los trabajadores, la promoción de los derechos civiles y el derecho al voto, el acceso a las clínicas abortistas, así como las licencias por maternidad. Amigo de los inmigrantes, también fue un ferviente impulsor de la aún inconclusa reforma migratoria.
Tampoco será fácil olvidar los emocionantes discursos que Ted pronunciaba en las Convenciones Demócratas cada cuatro años llenos de pasíon e idealismo, mismos que entonaba con su característico vozarrón de duro acento bostoniano, y aunque su retórica podía llegar a ser muy encendida (lo que llevó a una buena cantidad de idiotas a acusarlo de ser un irremediable radical y un comunista embosado), Ted Kennedy era reconocido por su cualidad negociadora y pragmatismo, siempre dispuesto a encontrar un punto común con los republicanos aunque, eso sí, fue un feroz opositor de la guerra con Irak en 2003, así como lo había sido antes con el conflicto en Vietnam.
No era, de ninguna manera pefecto , pero su inmenso legado lo redime.