miércoles, 25 de junio de 2008

La Sinceridad y sus Gazapos

Ya hemos hablado en este desorientado blog de lo peligroso que resulta para un candidato decir la verdad. Esta semana nuevos incidentes en el marco de las campañas tanto del posmoderno Obama como de good old Mac refuerzan ésta de por sí incontestable teoría. Estúpidos colaboradores de ambos aspirantes expresaron con palabras o con hechos las realidades más incómodas de sus campañas. Primero fue el turno de Obama, a quien una persistente campaña difamatoria promovida desde los pantanos de Internet le endilga ser musulmán y hasta haber jurado como senador con la mano sobre el Corán.

Tanta es la sensibilidad sobre la presunta fidelidad del demócrata al Profeta que, para evitar mayores especulaciones, los organizadores de un acto en Detroit retiraron casi a chingadazos de las gradas a dos mujeres con velos en sus cabezas para evitar que aparecieran en la televisión nacional detrás del candidato, lo cual, seamos sinceros, hubiese sido DEVASTADOR para Obama. Claro, el senador por Illinois declaró que era "inaceptable" lo que sus asesores habían hecho con esas dos musulmanas, a quienes llamó personalmente para pedirles disculpas y reafirmarles que el incidente "no refleja de ninguna manera" su política, que se centra en "unir a la gente" (unidos, peros escondidos). Aún así, la gente de McCain aprovechó la oportunidad para denunciar su doble estándar, mientras que en la comunidad musulmana de este país se acentuó el recelo hacia Obama, según informó ayer The New York Times .

Pero si McCain esperaba aprovecharse del traspié de su rival, la ilusión le duró muy poco. Apenas hasta que la revista Fortune publicó un diálogo que uno de sus periodistas mantuvo con Charlie Black (el apellido habla de un posible infiltrado de Obama), asesor del candidato republicano, quien admitió con candor que de ocurrir otro atentado en suelo estadounidense su jefe se vería favorecido en noviembre. Black sólo expresó una inapeleble realidad, un secreto a voces, pero también una de esas cosas que por obvias, deben callarse. Incluso Black fue más allá y afirmó que esta verdad, por si hacía falta, ya fue ya cotejada en diciembre, cuando el asesinato de Benazir Bhutto en Paquistán impulsó la precandidatura de McCain en New Hamsphire. Según el propio asesorete, aunque se trató de "un hecho desafortunado", aquel atentado también "dio un nuevo énfasis a la impresión de que McCain es el hombre que está listo para ser comandante en jefe". Y cuando el periodista, ya con afán de burlarse, le preguntó si lo mismo ocurriría ante otro 11 de Septiembre, el baboso respondió: "Desde luego, sería de gran provecho para él".

Tan enfilada como estaba contra Obama, la rueda política y mediática se invirtió y enfiló contra McCain, que rechazó y lamentó los comentarios de Black, mientras el equipo de Obama denunciaba el "estilo cínico y divisivo" del bando republicano. Incómodo "No puedo imaginar por qué lo dijo. No es cierto", comentó McCain, más que incómodo ante la prensa, antes de recordar que trabajó "sin descanso desde el 11 de Septiembre para prevenir otro ataque en lo Estados Unidos". Sin embargo, ni los organizadores del acto de Obama ni el asesor de McCain actuaron por sí solos, ni ofrecieron comentarios falsos. Sólo cruzaron la muy sensible línea de lo políticamente correcto.

The New York Times recordó que, cuidadoso de no herir susceptibilidades en el electorado norteamericano, Obama ya recorrió todo el país y dio discursos en sinagogas, iglesias, estadios y empresas. Pero a aún no ha pisado una sola mezquita o entidad musulmana en más de un año de campaña pese a las múltiples invitaciones. McCain tampoco se queda atrás. Convencido de que la gente considera que es el candidato con más experiencia militar y en el área de seguridad nacional, apuesta a quedarse con el nicho. No por casualidad, varios expertos en política exterior, seguridad nacional y fuerzas armadas suenan como posibles compañeros de fórmula de Obama.

lunes, 23 de junio de 2008

¡Al Diablo con las Olimpiadas!


Las olimpiadas se han convertido desde los odiosos años ochenta en una irremediable porquería. Una serie de calamidades han degradado al máximo este evento que pretende alzar idealistas intenciones: política, dinero, gigantismo y doping. Y ahora han caído aún más bajo al aceptar que las organice uno de los regímenes más represivos y arbitrarios del mundo: China (im) Popular.

Desde su reinvención por el racista y fascistoide barón Pierre de Coubertin este negocio de las olimpiadas (que no son otra cosa) siempre han estado hiperpolitizadas. No haremos un recuento de las memorables incidencias debidas a la política que han infestado la realización de estos juegos: boicots (Montreal, Moscú, Los Ángeles), terrorismo (Múnich, Atlanta) glorificación de regímenes totalitarios (Moscú, Berlín). Más bien, y de cara a la realización de los juegos en Pekín, vale la pena hacer con Guy Sorman la reflexión de si las inminentes olimpiadas chinas servirán para democratizar al país (como sucedió en Corea del Sur y, muchos argumentan, en México) o simplemente serán la apoteosis de un régimen autoritario.

El gigantismo ha sido otro factor coadyuvante en la declinación de los juegos. Un cada vez más tedioso e interminable desfile de las naciones participantes inaugura la fiesta. Casi doscientas delegaciones encuentra cabida en la mega fiesta de la que nadie quiere quedar excluido, pero en la que muy pocos tienen la verdadera calidad para competir con algún de decoro (¡y ahora, la poderosa delegación de Djibuti!). El gigantismo también se manifiesta en la lista cada vez más larga de deportes que han alcanzado el rango de olímpicos, algunos de ellos tan absurdos como el pingpong y el badmington. Actualmente me entreno para ver si consigo el oro olímpico en Canicas y Rayuela en las olimpiadas de 2020 (serán en Kuala Lumpur, según el deseo de Mohamed Mahatir).

Pero lo más podrido de las olimpiadas es con mucho el grotesco comercialismo el cual arribó a las olimpiadas de la mano de la profesionalización y como respuesta al desmedido encarecimiento de los juegos el cual fue consecuencia –en buena medida- del terrorismo de Munich y de los excesos arquitectónicos de Montreal. El verdadero olimpismo es la gran víctima no reconocida de los fedayines del 72. Las de los Ángeles fueron la primera olimpiada privatizada. A partir de entonces se ha impuesto el concepto de la olimpiada como negocio. El patrocinio deportivo ha vilificado a los Juegos Olímpicos. Se ha llegado al ridículo de que sean las empresas las que dictan al Comité Olímpico Internacional qué ropas deben usar, qué deben comer y beber y que artículos deben usar los espectadores de los juegos. Una situación que, amén de ser escandalosa, obviamente se opone al dizque “ideal olímpico”.
Desde las olimpiadas de Atlanta -de infausta memoria por la mala organización y el “sobre encocalamiento” que padecieron- se advierte a los espectadores que asisten a los estadios que no se les permitiría ingresar con bebidas que no sean de la empresa Coca-Cola. En Atenas se amplió la exclusividad al agua embotellada (no fue admitida ninguna que no fuera “Avron”). Tampoco podían entrar a los escenarios olímpicos hamburguesas que no pertenecieran a McDonald’s, ni vestimentas o zapatos con logos de fabricantes que no patrocinan los juegos. Conocida como “política de campo limpio”–por cierto nada limpia– estas reglamentaciones han sido redactadas por los comités organizadores con la aprobación del COI, para proteger a los patrocinadores del intento de otras firmas de publicitar sus artículos durante los juegos sin pagar las altas tarifas respectivas. En los juegos de la China “Comunista” los patrocinadores decidirán aún más. Los deportes ya son un tema secundario.

Todos quieren hacer dinero fácil con los Juegos Olímpicos. Cuando una ciudad es la sede, los precios de los hoteles, de las comidas y de otros rubros se elevan tremendamente. El resultado es están llegando cada vez menos visitantes que lo esperado. Graves fueron los déficits que arrojaron Atenas y Turín en materia de espectadores.

No se me pasa advertir que la grotesca sobre comercialización ha convertido a los atletas en carteleras publicitarias vivientes. Lo vemos claramente en el futbol profesional, aunque en Europa esta tendencia es un poco más comedida. En México da risa ver a nuestros ratones futbolistas como si fueran árboles de navidad con tantos y tan chabacanos anuncios de Soriana, Tecate, Banamex, etc.


El doping es otro cáncer de las olimpiadas. Miles de atletas que sueñan con la gloria olímpica (pero más aún más con los contratos millonarios que ella supones) e influidos por inescrupulosos entrenadores toman drogas sin pensar en las graves consecuencias que tiene para la salud. A pesar de las medidas antidoping aún es difícil determinar qué atletas están haciendo trampa con drogas, lo que convierte los Juegos Olímpicos en una farsa. También la corrupción hace acto de presencia. Un famoso reportaje reciente de la BBC mostró a un delegado búlgaro del COI dispuesto a aceptar un soborno para votar en favor de una determinada sede para los Juegos 2012, lo cual tuvo un fuerte impacto. Se dijo que entre veinte y treinta votos podrían ser dados en favor de una determinada ciudad que paga. Fueron célebres los escándalos que propició la compra de votos para hacer de Salt Lake City la sede de los olímpicos de invierno en 2002.
Estas son las pavorosas realidades de los Juegos Olímpicos

sábado, 21 de junio de 2008

Partido por la Felicidad para Todos (PFT)


“La necesidad de ir tras la búsqueda de la verdadera felicidad es el fundamento de todas las libertades”, tan tenía razón John Locke cuando dijo esto, que por eso no me parece para nada descabellada (aunque, desde luego, bastante cursi) la idea de mi amigo David Razú de formar un partido que establezca como meta la consecución de la felicidad para todos Hace poco, un think tank británico se puso a medir la felicidad o infelicidad de los países, teniendo en cuenta la posibilidad de éstos de darles una buena vida a sus habitantes, respetando el medio ambiente y los recursos naturales. Con el título “Indice del planeta feliz”, llegaron a la conclusión de que el mejor sitio para vivir en el mundo es Vanuatu, una minúscula isla en el océano Pacífico. Vanuatu es un país con 209,000 habitantes que viven de la agricultura y de la pesca, sin un ejército permanente, con playas, flora y fauna muy bien preservadas y un promedio de vida de 68,6 años. Económicamente hablando, Vanuatu aparece en otra estadística en el lugar 207 sobre un total de 233 países seleccionados, pero en la investigación el dinero y el poder no se tienen en cuenta. De hecho, Estados Unidos ocupa uno de los últimos puestos en materia de felicidad, en un listado de 178 países.
“El índice desnuda la economía hasta su concepto más básico: lo que usamos (recursos) y lo que obtenemos (vidas humanas, más o menos largas, más o menos felices)”, contaron los investigadores del Think Tank , “Está claro que ninguna nación de la lista tiene todo resuelto, pero el índice revela cómo podemos llevar a cabo una vida más larga y más feliz respetando nuestro medio ambiente”. En este índice de felicidad, Colombia, Costa Rica, Dominica, Panamá y Cuba serían los países más felices de América latina y el Caribe. La Argentina, México y Brasil, los tres gigantes del continente, ocupan puestos de media tabla en el ranking mundial.

La verdadera felicidad procede de la posesión de la sabiduría y virtud, no de la acumulación de bienes externos, dijo Aristóteles. Quizá la felicidad de los habitantes de Vanuatu pase por esta otra posesión, espiritual, de la cual habla el filósofo. Para la Universidad de Leicester, en cambio, que realizó otro experimento –un “mapa mundial de la felicidad”–, el factor económico es tenido muy en cuenta. En este segundo estudio de Gran Bretaña se reunieron 177 países y la idea de “felicidad” se basó en la esperanza de vida, en el bienestar económico y en la educación de la población (el acceso a la enseñanza secundaria). Los primeros países en el ranking fueron Dinamarca y Suiza. Luego Austria, Islandia, Bahamas, Finlandia y Suecia. Los Estados Unidos ocuparon el puesto 23; el Reino Unido, el lugar 41, y España, el 46. En América latina, Venezuela estaría encabezando la lista de la felicidad (en el puesto 25 y para gran felicidad de Chávez, que no tardó en presumir el asunto como otro “gran logro” de la revolución Bolivariana) y, otra vez, Argentina, México y Brasil estarían mediando. Eso sí, en ambos estudios el último lugar de la felicidad lo tiene se encuentra Zimbabwe.
El año último, en otra singular experiencia, seis especialistas británicos –para variar, ¿Pos que obsesión se traen los british con esto de la felicidá?) trabajaron durante varios meses para mejorar al nivel de felicidad de un pueblo del Reino Unido llamado Slough. Al experimento le siguió una miniserie de cuatro episodios que se pasó por televisión y que se llamó Haciendo feliz a Slough. Entre las técnicas utilizadas estaban las siguientes acciones: llamar a un amigo, cuidar una planta, abrazarse a los árboles, sonreírle a gente desconocida y, vaya ironía, bajar a la mitad las horas en que se ve TV. Había también sugerencias más extravagantes y palmariamente cursis de maneras de sembrar –desde uno mismo– “semillas de felicidad”. La felicidad de todos empezaría y terminaría en la felicidad de cada uno. Pasaría por otras rutas, más íntimas y privadas, independientes de los factores externos. Se basaría en un cambio de actitud interior, en uno mismo y, por supuesto, en un contacto más intenso con la naturaleza, en una mejor comunicación con nuestros semejantes. Esto corroboraría lo dicho por Schopenhauer cuando manifestó: “La felicidad que recibimos de nosotros mismos es mucho mayor que la que obtenemos de nuestro entorno”. Lo cual coincide con un aforismo del siglo XVII que reza: “El verdadero sabio es aquel capaz de ser feliz en situaciones extremas”.
Según los tres experimentos hechos en Inglaterra pareciera que ese estado de felicidad, que antes era considerado personal y subjetivo, puede proyectarse hoy a las sociedades como un hecho acumulativo y plural, mensurable y objetivo. De todos modos, la felicidad social no podría existir sin la felicidad individual, que no tiene recetas ni soluciones simplistas. Lo cual no significa que sea imposible, sobre todo desde un “yo” tranquilo, centrado y dispuesto a dar y recibir lo mejor.

Todo esto me lleva a insistir en plantear la fundación de ese partido de la felicidad. ¿Para qué estamos en el mundo? ¡Para tratar de ser felices, carajo! Ese sería su slogan. Exaltaría la sabiduría de Bután, pequeña y modesta nación asiática (de donde es el gas butano), única en el mundo que ha puesto la felicidad en el centro de su estrategia de desarrollo. ¿Qué que idea tan estúpida?, dirá algún sesudo lector. Pues bien amigo, te informo que Japón, sí, Japón, está por incorporar el FIB (felicidad Interna Bruta) como su mejor índice de progreso. Aunque la economía de Bután es nueve mil veces inferior a la del Japón, la gente de Bután es muchísimo más feliz. Japón, según las estadísticas, tiene el más alto índice de suicidio del mundo
Por eso, nada de socialdemocracias a la alemana, neo conservadurismos a la Heritage Foundation o populismos a la Chávez o López Obrador. ¡El reino de Bután nos está enseñando el camino…!

Más de Osos


Hasta hace poco, Monterrey parecía ser el único pálido reflejo de Occidente que teníamos en México. Con la Ciudad de México sometida bajo las garras de las hordas perredistas y Guadalajara convertida en un pueblote gobernado por un cura loco y fanático (Sandoval Íñiguez) me parecía que la sultana era, por lo menos, la ciudad "industriosa y pujante" del cliché con la ramplona -pero a fin de cuentas loable, si se consideran las circunstancias- aspiración de querer parecerse a Texas.

Ya perdí el poco respeto que me quedaba por Monterrey. A raíz de la muerte de la osa islandesa mi amigo Julián B. me llamó la atención de que mucho más cerca -precisamente en el Monterrey de los guayabos, pichilos, eloyes y los mencionados bazaldúas- acaban de asesinar de la manera más vil a un osito negro. Un estúpido albañil lo amarró con una soga del cuello. Pero la barbaridad de este albañil no fue lo peor, sino la actitud tanto de los camarógrafos de la tele que se apersonaron en el lugar para grabar tan ignominioso espectáculo como de los retrasados mentales curiosos que se agolparon a presenciar la agonía del osito sin hacer nada para impedirla.

De acuerdo a los especialistas, los animales bajan de las montañas para buscar agua y alimentos, ya que la falta de lluvias ha provocado una aguda escasez de vital líquido en la región. Los hombres han invadido las regiones naturales de los osos, sean polares, negros, brunos o Yogis. ¿Termirá algún día de expanderse esta funesta plaga humana?

miércoles, 18 de junio de 2008

La Repugnante Humanidad asesinó a la Osa Ofeig


Este blog tiene la pena de participar la muerte a manos de la artera policía islandesa de la Osa Ofeig (que irónicamnte sigifica "no debe morir" en islandés). La humanidad es una porquería y no tiene remedio. Este absurdo crimen es sólo otro ejemplo. Ofeig, oso polar que había llegado a Islandia después de una travesía de kilómetros desde Groenlandia llegó a Islandia dos semanas después de que otro oso arribara viajando a través del Atlántico, al igual ésta, sobre un bloque de hielo que se desprendió del declinante frío de Groenlandia y que fue -por supuesto- vilmente masacrado, lo cual generó protestas de los pocos seres humanos conscientes que, por lo visto, quedan en Islandia.
El inepto gobierno islandés había convocado a unos no menos ineficientes especialistas del zoológico de Copenhague para que durmieran a Ofeig y lo regresaran a Groenlandia o, ya de perdida, lo llevaran como como atracción a algún zoológico danés. Pero el animal sufrió un ataque de pánico al verse perseguido por los especialistas del zoo y la policía, además de por fotógrafos y periodistas. "Se lanzó a la carrera hacia el grupo de periodistas en dirección al mar. No tuvimos otra opción que dispararle", pretextó el imbécil jefe de veterinaria de Copenhague, Carsten Gröndahl, cuyo nombre será plasmado con letras de oprobio en los anales de la infamía.
Mucho mejor para la humanidad hubiese sido dejar que Ofeig se tragara a esos estúpidos periodistas, ¿No creen?

Cabe decir que los dos osos peregrinos y mártires llegaron a Islandia no por gusto de hacer turismo sino como consecuencia de esa otra fechoría humana: el calentamiento global.

Ofeig pesaba 147 kilos y medía 1.90 metros. Era una hermosa hembra todavía joven. Debido a la travesía de 500 kilómetros por el mar desde Groenlandia, había perdido peso y tenía una pata muy lastimada.

La caza del primer oso generó fuertes protestas de ecologistas y protectores de los animales, porque la población de osos polares se ve muy amenazada por el cambio climático. Por eso, el multimillonario islandés Björgólfur Thor Björgólfsson se había declarado dispuesto a pagar por el transporte del animal de vuelta a su hábitat. Pero al final la estupidez humana se impuso, otra vez.
El pasado post hablamos de las masacres que algunos locos han perpetrado en contra de seres humanos, y lo hicimos con mucho menos indignación de la que nos invade al cometar el repugnante asesinato de Ofeig. ¿Por qué?, se preguntarán algunos cursis moralistas. La respuesta es fácil: cuando se trata de matar plagas, ni siquiera hay veda.
¡Descanse en Paz la Osa Ofeig!

domingo, 15 de junio de 2008

Spree Killings in the Japanese Fashion


Es cierto que juzgar a Japón exclusivamente a la luz de la reciente masacre perpetrada por el demente Tomohiro Kato en el barrio tokiota de Akihabara es un grave error. Algunos amarillistas quieren hacer pensar que la sociedad japonesa vive en una irremediable decadencia y que hay muchos Katos por ahí: "gente cansada de la estricta disciplina y rigidez japonesa” que estalla al grado de tener estos famosos “días de furia” y sale a matar personas de manera indiscriminada. Aunque, como comentamos en un reciente post, los índices delictivos japoneses han crecido de manera preocupante en los últimos años, las estadísticas todavía están muy lejos de parecerse a las que presenta Estados Unidos, Brasil, Colombia o, bueno, México con su horrorosa ola narcodelictiva reciente. Asimismo, lejos quedan de ser tan frecuentes como en Estados Unidos los crímenes masivos, (o killing sprees, como se les conoce en inglés) al estilo del de Kato.

Un vistazo a la lista de los 40 Killing Sprees más Grandes de la historia (en la que Kato se hizo ya acreedor al lugar 37 con sus siete víctimas acuchilladas) nos da cuenta de que el primer lugar absoluto sigue siendo de Woo Bum-kon, que haciendo uso de un rifle y granadas mató a 57 personas en 1982 en Gyeongsangnam-do, Corea del Sur. Como es fácil suponer, en esta lista de horror sobresalen las masacres perpetradas en los Estados Unidos, donde la segunda peor fue la de otro surcoreano, el horroroso Cho Seung-Hui, que asesinó a 32 personas en la Universidad Tecnológica de Virginia hace poco más de un año. Más “olímpica” fue la hazaña de Charles Whitman, que en 1966, tras asesinar a su madre y a su esposa, subió hasta la torre de observación de la Universidad de Texas y abrió fuego con un rifle de mira telescópica. Mató a 14 personas, pero por lo menos fue fiel al estilo..

No entran en la lista las “hazañas” de Julio González, un cubano desempleado que una velada de 1990 riñó con su novia en el Happy Land, una discoteca del Bronx. Después de intercambiar palabras con un vigilante del club, salió a la calle, caminó hasta una gasolinera, convenció a los empleados de venderle una lata de combustible, regresó a la discoteca y le prendió fuego: 17 personas murieron, pero no se le considera ya que, por lo visto, se trata de una lista que integra sólo trabajos “manuales”. Tampoco puede verse a la tierna parejita de freaks de Columbine, sólo cuentan los actos individuales.

Curiosamente, Australia tiene el segundo lugar en estos catastróficos eventos con un total de “sólo” 4, muy por debajo del campeón absoluto EEUU que está presente, ni más ni menos, que con 19. De Australia destaca el tercer lugar del rating a manos de Martin Bryant , que un día de abril de 1996 mató a 35 personas con un rifle AR-15 en Tasmania (de donde es el famoso demonio). Alemania tiene dos de los más espectaculares: 16 muertos a manos de Robert Steinhäuser (abril de 2002) en una escuela de Erfurt utilizando una escopeta, y la de Walter Seifert, que un día de diciembre de 1964 se le ocurrió la “puntada” de matar a 10 personas con un lanzallamas en Colonia ¡Hagan ustedes el favor!

Otra muy famosa masacre, pero sobre la cual caen las sombras de la duda, fue la que supuestamente cometió el príncipe Dipendra bir Birkram Shah Sev heredero de la corona real de Nepal, que en mayo de 2001 mató a su padre el rey, su madre la reina, sus hermanos y algunos sirvientes para hacer un total de nueve víctimas con un arma de fuego antes de suicidarse, aunque muchos opinan que el ambicioso e impopular tío del príncipe, Gyanendra (quien heredó por “rebote” el trono y quien acaba de ser depuesto de manera ignominiosa) estuvo involucrado de alguna manera en este crimen.

Como decíamos, Japón no se caracteriza por protagonizar este tipo de crímenes. De hecho, “solamente” hay tres de estos eventos en la lista de ganadores, pero llama la atención una particularidad en estos casos: son los únicos en los que se ha utilizado armas blancas de manera exclusiva o como una parte importante (y no sólo accesoria) del “rito”. Los célebres atentados con gas sarín en el metro de Tokio no cuentan por haber sido un "trabajo de equipo". Evidentemente, emprender asesinatos de este tipo con arma blanca representa una mayor dificultad que hacerlo “a la gringa” con un arma de fuego, en virtud a que requiere que el asesino se acerque cuerpo a cuerpo con las víctimas. Algún tipo de “merito” debe tener usar un cuchillo o una espada en vez de un “Cuerno de Chivo” o de una pistola, así como, quizá, haber usado un rifle con mira telescópica tenga, por lo menos, algún síntoma de “deportitividad”. La de Kato no es la mayor. Mamuro Takuma mató en Osaka a 8 personas utilizando sólo un cuchillo de cocina en agosto de 2001. Pero el campeón de la especialidad es Mutsuo Toi: 30 víctimas en Okayama, de las cuales 13 murieron en sus mano armada con una espada “Katana”.

Prueba de la dificultad intrínseca en lograr Spree Killings con armas blancas es el fracaso de Jesse Nettles, un hombre sin hogar que acuchilló a cinco personas en Times Square, entre ellas a un hombre que empujaba un carrito con sus dos bebés, pero no mató a nadie. Más recientemente, Kenny Alexis atacó a cinco personas con un cuchillo. A una de ellas le atravesó la aorta. Fue su única víctima mortal.

El Viejo Mac o Se Aleja (lo Más Posible) de Bush, o Pierde


Si el viejo Mac quiere ganar las elecciones de noviembre va a tener que entender que el llamado "fenómeno Obama" debe mucho al rechazo que un sector mayoritario de la población gringa tiene con la impopular presidencia del infame dueto Bush-Cheney y, por lo tanto, deberá asumir la necesidad de marcar diferencias muy, muy claras con la actual administración e inclusive con el republicanismo más reaccionario de la derecha cristiana y de los ultras tipo Rush Limbaugh. El candidato republicano se equivocó de manera flagrante el viernes, cuando criticó como “una de las peores decisiones en la historia de Estados Unidos” el fallo de la Suprema Corte de reconocer el derecho a apelar de los presuntos terroristas detenidos en Guantánamo.

Este blog ha manifestado en ocasiones recientes su repeto por el viejo Mac por la claridad y coherencia con la que siempre ha actuado en su larga carrera política, que le ha llevado a enfrentarse, en muchas ocasiones, con el sector más conservador de su partido. De hecho, una de esas divergencias tenía que ve con la ominosa cárcel de Guantanamo, que McCain criticó, al igual que deploró la prática de torturar a los prisioneros acusados de terrorismo, que tan querida le resulta a Cheney y, en su riste momento, a Rumsfeld. Ahora McCain comete la torpeza de dar marcha atrás en este tema, coadyuvando inopinadamente a que su rival Barack Obama asuma con más vigor aún la bandera del cambio. McCain no debe cometer estos errores: por ahí está el sendero de la derrota.

Por cierto, para leer más sobre el "mito Obama" lean este interesante artículo de Der Spiegel (en inglés), de como se puede desinflar dicho mito vayan a lean ésta dirección , y para leer críticas a la posible nominación de Jim Webb como candidato demócrata a la vicepresidencia vayan acá .

Una Europa de Ciudadanos


Hay un problema en la Unión Europea y se llama "déficit democrático". Desde hace ya tiempo que tanto los organismos supranacionales europeos como los gobiernos nacionales de los países miembros han perdido contacto con los ciudadanos comunes europeos. Con las experiencias en Francia y Holanda de hace tres años (que, vía referéndum, condenaron a muerte a la Constitución Europa) y el rechazo de los irlandeses a la ratificación del Tratado de Lisboa queda claro que la idea europea ha perdido fuelle en las sociedades que la forman. Los partidarios del proyecto comunitario se han quedado en una incómoda posición defensiva y, en estas circunstancias, ya no es posible volver a someter ninguna propuesta europea al voto popular de los países por separado, porque la negativa de uno significaría otra vez el fracaso para el conjunto de la Unión.

Desde el punto de vista de sus relaciones con los ciudadanos, éste es sin duda del peor revés que ha recibido el proyecto europeo en cincuenta años, puesto que no se trata -como sucedió en otros casos- de que el Gobierno de un país suspenda individualmente su participación en las instituciones comunitarias, sino que significa la confirmación de que Europa está en un callejón sin salida y que los partidarios del rechazo a las propuestas de Bruselas han conseguido hacerse con el control real de una mayoría electoral.

Lo que ha pasado en Irlanda es la expresión más acertada de la dificultad en la que se encuentra la propia UE para tomar decisiones, y de la necesidad imperiosa de que se produzca una reforma institucional para hacerla más eficaz antes de que haya que constatar su colapso. Pero la clave a resolver es como acercar la idea ciudadana a los ciudadanos. Como rescatar la idea, que alguna vez postuló Duverger, de construir una "Europa de las ciudadanos" más que una "Europa de los Estados". Por su parte, el semanario alemán Der Spiegel advierte a los países grandes miembros de la UE de los riegos de desoir las advertencias de Eire montados, otra vez, en el indomable potro de la soberbia.

Es muy probable que -como ha pasado otras veces- a partir de ahora los mecanismos de defensa de las instituciones europeas empezarán a preparar una alternativa para sortear este escollo utilizando algún imaginativo atajo jurídico-político, lo que no dejará de acentuar la perniciosa impresión de que en Europa las mejores cosas siempre acaban haciéndose de espaldas o -peor aún- en contra de la voluntad de sus ciudadanos; ¿cuál es la razón principal de que se produzca ese desencuentro? La primera y más importante es el tendencia general de las instituciones europeas a tratar los asuntos que afectan a los ciudadanos desde una especie de atalaya ilustrada e intocable. La Comisión y el Parlamento europeos se afanan en gestos que creen que son informativos, pero la mayor parte de las veces no se trata más que de simple propaganda plagada de lemas triunfalistas pero vacíos.
Acercar Europa a sus ciudadanos exige mayor responsabilidad a los gobiernos nacionales los cuales no pierden ocasión para cargar sobre los hombros de las instituciones europeas las responsabilidades más incómodas por sus propios fracasos, con la misma fuerza con la que la Comisión y el Parlamento Europeo se dedican a definir casi clandestinamente las maneras de seguir trabajando sin prestar atención a lo que puedan suponer sus decisiones para los gobiernos que luego tendrán que aplicarlas. Esa cerrazón hace tambien que la Unión sea el blanco más fácil de populistas y demagogos, que la señalan como responsable invariable de todos los males a la "Oscura Burocracia de Bruselas". Asimismo, ha llegado la hora de que Europa comprenda que las vías de la profundización de la unión política deben ser atenuadas. El complejo y a veces ininteligible texto de Lisboa debe ser simplificado y las ansias de profundización de los nexos políticos debe enfrentar con más realismo la realidad de una Europa aún demasiado compleja .




jueves, 12 de junio de 2008

El Siniestro Dick Cheney

¡Cómo no va a entusiasmar Barack Obama a las nuevas generaciones! Considérese que Estados Unidos (y el mundo) tienen ocho años de tolerar a una administración tan deleznable como la de Bush y Cheney. Sobre todo, Cheney tiene una imagen de siniestro miserable que podría devorarse cruda a su popia familia. Tan mala es su fama y tan baja su popularidad que, de plano, han optado por mejor esconderlo. El genial satírico The Onion da algunas pistas de cual puede es el paradero desconocido de quien se considera en Estados Unidos la segunda persona más malvada del mundo (después de Osama Bin Laden) aquí


¡Para muchos, Cheney es el mismísimo diablo!



Además de malvado, es corrupto hasta la médula. Jamás se olvidarán sus oscuros nexos con empresas a las que sirvió en el pasado, como Halliburton, las cuales se han visto muy favorecidas con la guerrita en Irak.


¡Ah, porque Cheney ha sido uno de los principales impulsores de la mentira sistemática somo forma de gobierno tan característica de esta lamentable presidencia. Fue el que más insistió en propagar el mito de ligar a Saddam Hussein con Al Qaeda, a sabiendas de que era falso.

Además, defendió a la tortura como mecanismo a utilizar en los interrogatorios


Y es un militarista radical y sin escrúpulos.



Y uno de esos hipócritas de la derecha cristiana gringa que no duda en mentir, calumniar y hasta traicionar, como lo hizo con su pobre ex colaborador Libby, a quien puso de "chivo expiatorio" de algunos de sus pecadilos. ¡Toda una fichita el rabioso vice presidente!

miércoles, 11 de junio de 2008

Karisma..aaa..aa..a


No, no se equivoquen. A mi nunca me gusto el grupillo ese de Kiss, pero el título de una de sus principales bodrios que hacían pasar por canciones viene al caso para comentar un libro de reciente aparición que trata de la importancia del carisma en la política, ahora que Estados Unidos se dispone a elegir un nuevo presidente aunque, desde luego es un tema que compete a todas las sociedades políticas del mundo. El libro fue escrito por Joseph Nye, de la Universidad de Harvard, creador del término "poder suave (soft power)" hace aproximadamente 20 años. En The Powers to Lead ( Los poderes para conducir ), desglosa justamente qué hace falta para gobernar. Existen muchas cualidades de liderazgo, claro está, y Nye examina muchas de ellas. Pero lo que capta más la atención en esta temporada electoral en Estados Unidos son sus consideraciones acerca del "carisma". La palabra viene del significado griego de "don divino, o "don de gracia", y entre quienes tienen el don están, según Nye, Mahatma Gandhi, Adolf Hitler, Martin Luther King, Winston Churchill, Benito Mussolini, Tony Blair, Fidel Castro, Nelson Mandela, Osama bin Laden, Jack Kennedy, Franklin Roosevelt, Juana de Arco y Eva Perón.

El carisma puede ser una gran fuente de poder, como en el caso del poder para convencer en vez usar la fuerza, pero el mismo poder suave puede ser empleado para hacer el mal. Hitler llegó al poder a través de elecciones libres, y sus discursos llevaban a sus públicos a un frenesí, y Bin Laden disemina su letal inclinación mediante la persuasión más que a través de la coerción. "¿Acaso el carisma tiene su origen en el individuo, en los seguidores o en la situación?", se pregunta Nye. Al parecer la respuesta está en los tres. Sigmund Freud pensaba que los líderes carismáticos representaban el retorno al padre primigenio. El sociólogo Max Weber argumentó que el carisma representaba un ideal que sólo es una aproximación en la realidad, y que el carisma surgía de la relación entre el líder y sus seguidores. Así, el carisma dura "mientras tenga reconocimiento y sea capaz de satisfacer al seguidor..." El carisma de Winston Churchill no fue reconocido universalmente sino hasta que su país estuvo en una guerra desesperada. Pero él tenía un don innato para la oratoria del que hizo buen uso. Según John Kennedy, Churchill tomó el idioma inglés y lo hizo marchar a la guerra. No obstante, cuando la guerra casi había terminado, la opinión pública del Reino Unido lo expulsó del cargo mediante el voto. Peor aún, perdió ante Clement Attlee, hombre modesto que tenía mucho por lo cual ser modesto, en las palabras de Churchill, y probablemente el político menos carismático de su generación (y de la historia).

Con el tiempo, la gente puede cansarse del carisma, en particular si empiezan a pensar que esa característica enmascara defectos de la personalidad. Pregúntenle, si no, a los amigos venezolanos, que tienen que soportar a Chávez todos los días, aunque los italianos aun tienen cuerda para tolerar al zafio de Berlusconi. Allá ellos y su mal gusto. Como dijo el político conservador, Michael Portillo, respecto de Tony Blair: "En buena medida, lo que fue capaz de lograr se debió a su carisma ..." En un tiempo él fue el amo de la interpretación política, pero "ahora resulta difícil encontrar a una sola persona que crea una sola palabra de él".

Es obvio que el buen Barack Obama tiene la carta del carisma. Al igual que Reagan y Kennedy logra emitir las palabras que inspiran, para gran pesar de Hillary Clinton, condenada “más a impresionar en vez de inspirar”, según palabras de Nye. También están los elementos no verbales del carisma. Nye destaca estudios académicos que demuestran la ventaja de que goza un hombre guapo sobre un rival feo (yo por eso no soy político: arrasaría a mis rivales). Para una mujer, la ventaja es incluso mayor (pero pos como no, mamacita). Dice Nye que algunos focus groups pudieron pronosticar a los ganadores al ver imágenes de candidatos en elecciones que no les eran familiares. Las predicciones fueron menos precisas cuando a las imágenes se sumaron las voces. Cuenta Nye que la periodista Martha Gellhorn escribió en 1946 que podía notar que Sukarno, de Indonesia, era un gran orador "al observar sus manos y seguir su voz, así como los ojos y rostros de los niños. Era posible sentir su poder", aun cuando no podía entender una sola palabra. "Te recordaba a Hitler." Pero el carisma para un grupo étnico o lingüístico puede ser contrario para otro. El indudable magnetismo de Hitler podría no haber funcionado con los italianos. De manera similar, el estilo operístico de Mussolini habría parecido hilarante para los británicos. Y hay que considerar también que los británicos nunca produjeron un Verdi, un Donizetti o un Rossini. Tal vez, Obama resulte aburrido en Birmania y Clinton electrizante en Pekín.

En México hemos tenido Políticos carismáticos que han resultado un desastre (López Mateos, Fox). Grises burócratas que han resultado un desastre (De La Madrid, Zedillo). Personajes anticarismáticos pero enjundiosos que, igual, han resultado un desastre (Salinas, Echeverría). Chaparritos voluntariosos, acomplejados y grillos que están resultando un desastre (Calderón). Y oradores de buena voz y mejor oratoria que, sí, adivinaron otra vez: han resultado un desastre (Díaz Ordaz, López Portillo). Total, que en México con carismáticos o aburridos, siempre acabamos en el desastre.