martes, 28 de septiembre de 2010

Chávez aprende a hacer fraude a la gringa





No cabe que es sumamente defectuosa es la democracia gringa. Innumerables e ingentes vicios la afectan. Van sus desventuras desde el alto abstencionismo hasta el fraude abierto, pasando por el abrumador encarecimiento de las campañas, el exceso de influencia de los lobbyngs y grupos de presión, la ausencia de un sistema electoral federal verdaderamente confiable que se responsabilice de los comicios a nivel nacional, la falta de controles eficaces que moderen los financiamientos de campaña, y un largo etc. Uno de los tantos problemas de esta democracia pretendidamente ejemplar es el llamado Gerrymandering, que consiste en delinear las circunscripciones electorales para favorecer arbitrariamente a un bando. Lo hizo por primera vez en 1812 un gobernante de Massachussets de nombre Eldridge Gerry, quien redibujó la geografía electoral para favorecer a los republicanos . Los periodistas vieron que una de las nuevas circunscripciones creadas se parecía a una salamandra (Salamander, ver imagen). Por eso bautizaron el ardid del gobernante como Gerrymandering. Un buen ejemplo contemporáno de este ardid se puede ver en la forma en que los republicanos redelinearon un distrito electoral en Texas, y para nada es la excepción: casos como este abundan.

Pues bien, el inefable y vociferante Hugo Chávez, autoproclamando adalid anti-imperialista, quien despotrica constantemente en contra Estados Unidos y su deficiente democracia, bien ha sabido imitar de sus odiados gringos este vicio de Gerrymandering para poder imponer una mayoría artificial en las pasadas elecciones parlamentarias venezolanas. Por ejemplo, : la oposición logró en Caracas el 47.8% de los votos frente al 47.7% que logró el Partido Socialista Unificado de Venezuela (PSUV). Pues bien, de los siete diputados en juego, Chávez se llevó seis y la Mesa de la Unidad Democrática sólo uno. ¿Cómo es esto posible?

Informa El País que Chávez pudo diseñar una reglamentación electoral a la medida justa de sus necesidades, habilitado por la mayoría absoluta de la que ha gozado su partidos en el parlamento venezolano. Como informa El chavismo reformó la ley del sufragio y participación política en diciembre de 2009. De esta reforma resultó que las regiones menos pobladas del país tienen ahora más representación en el Parlamento y cada uno de los diputados que se eligen allí cuesta menos votos que en los estados más grandes.Un ejemplo muy claro es Amazonas, un estado pobre y despoblado, donde un diputado se elige con 20,000 votos. Sin embargo, en el estado de Zulia, un estado petrolero donde tradicionalmente ha ganado la oposición, se requieren unos 400,000 votos para ganar un escaño.

Además del cambio de proporcionalidad, la ley de Chávez también cambió el diseño de las circunscripciones electorales para favorecer al chavismo en número de diputados en aquellos lugares donde es más fuerte. Ahí están los casos de Mérida y de Miranda. Como informa la prensa hoy en la mañana, en Mérida, el PSUV se lleva cuatro de los seis diputados en juego, pese a que la lista de la Mesa de la Unidad Democrática tiene el 50.04% de los votos y la de Chávez, el 48.7%. Y en Miranda, más de lo mismo: el comandante presidente -así lo llaman sus fieles- se lleva cinco de los diez diputados, pese a que sólo lograron el 41,4% de los votos frente al 57% que consiguió la oposición..

¿Más ejemplos? Los hay, si seguimos con la revisión que aportan distintos medios en internet. En Carabobo, la lista de la oposición logra el 53,66% y la de Chávez tiene el 43,04%, pero pese a ganar por 10 puntos, el reparto de las demarcaciones electorales hace que de los 10 escaños la oposición se lleva sólo tres y Chávez seis, aunque faltan aún los datos de una circunscripción. Y hay todavía otro dato muy interesante: los nueve estados donde se concentra el 67% de la población electoral del país (Anzoátegui, Aragua, Bolívar, Carabobo, Lara, Miranda, Táchira, Zulia y Distrito Capital, cinco de ellos gobernados por la oposición) eligen el 53% de los escaños (87 curules). Otro grotesco ejemnplo de Gerrymandering lo da el municipio Sucre elige varios diputados, por ser muy populoso. Está compuesto por 5 parroquias. 3 parroquias son de barrios pobres: Mariches, Caucagüita y La Dolorita. 1 es mixta y es la más populosa: Petare (compuesta por barrios como José Felix Ribas pero también urbanizaciones como Palo Verde), Y finalmente la parroquia Leoncio Martínez (donde está la urbanización de clase media alta llamada El Marquás). El CNE decidió sacar de esa circunscripción electoral a la parroquia Leoncio Martínez y llevarla a la circunscripción de los municipios Baruta y El Hatillo (también de clases medias y media alta), donde siempre gana la oposición. Se creó una circunscripción que elegirió dos diputados. De esta manera, queda el municipio Sucre un poco menos populoso, pero casi todo integrado por barrios populares, y se une para elegir dos diputados con Guarenas y Guatire, y queda la parroquia Petare sola, eligiendo un diputado.

Gerrymandring en su más burda expresión, aunado al clima de atosogamiento a la oposición, el abuso en la repartición indiscriminada de recursos públicos, el retraso sospechoso e injustificable de más de ocho horas en la aportación de los primeros resultados por parte de la autoridad electoral (cuando pasa en México la izquierda lo llama fraude), y la prohibición de hacer encuestas de salida hacen que la presunta democracia venezolana siga en entredicho.

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